Aviso: Anto y Pogba son friendship goals.
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30/6/18
Mundial de Rusia
Siento una carcajada que no reconozco en mi cuello y me soy vuelta para ver que fue Antoine Griezmann el que agarró y todavía apoya una de sus manos en mi cadera.
- Ehh... Rarito deja de tocarla. - dice Tomás tomando de mi brazo y acercándome a él haciendo que el agarre de Antoine se desvanezca. El francés sonríe y nos sorprende a todos al responder en castellano. Me acuerdo haber escuchado que juega para un equipo español.
- Disculpame y disculpa a mi amigo Pogba. Es un poco boludo. - dice usando su dedo para tocarse la cabeza como gesto de "este pibe tiene problemas mentales". - Perdoname pero no capté tu nombre. - esta vez apunta hacia mí.
- Delfi, Delfina. - le digo sonriente, ya que me causaba gracia como Pogba, un tipo muy alto, intentaba pararse después de chocarse contra mí, no petisa, pero nada comparada a él.
- Ey! - agrega Paul ya puesto de pie - Yo no soy ningún boludo. - dice refiriéndose al insulto anterior de Griezmann, con un acento africano y francés fuerte. - Acá el boludo es él- señala a Antoine - que te estuvo tirando ojitos y sonrisitas todo el partido en vez de meter goles.
Un corto silencio se forma al escuchar sus palabras y las cejas de Tomás y Leandro se alzan. Antoine disimula el rosado de sus mejillas al reírse levemente.
- Bueno, los dos son boludos y punto. - digo cortando el ambiente callado y giro para mirar a los sorprendidos argentinos que me acompañan - Ahora... ¿podemos ir al vestuario de una vez?
Tomás y Lenadro asienten y se ponen en marcha. Paul solo se va para el otro lado sonriéndose a él mismo dejándonos a Antoine y a mi solos en el pasillo.
- Mira que yo me di cuenta como empezaste a esquivar mis miradas en cuanto metimos más goles, eh? - rompe el silencio y sonríe sin mostrar sus dientes.
- Y obviamente. No necesito que me provoquen en momentos así. - respondo seca.
- Ah pero que fiera. Bueno próxima me aseguro de no meter tantos goles. - dice y me guiña el ojo.
- Ahre que solo metiste un gol! ¿Qué te haces? - digo riendo y rodando mis ojos. - Además fue de penal. - agrego mientras el se acerca cada vez más.
- Bueeenoo pero fue un penal bien cobrado, Delfina. - dice pronunciando fuertemente mi nombre letra por letra. Está parado a solo dos pasos míos y siento su respiración ya en mi cara.
Todavía sonríe pero esta vez mostrando sus dientes e inclinando un poco su cabeza hacia un costado de modo victorioso. Wow. Que sonrisa. Me derrito.
Al notar que me quede mirándolo medio embobada me sonrojo y miro al piso rompiendo la mirada que habíamos entrelazado por unos segundos. Sus ojos eran los más azules que había visto, y aunque suene cursi es posta.
- Delfina! - me llama mi hermano desde el final del pasillo haciendo que pestañee al escuchar mi nombre tan alto. - Esta tu novio que te quiere ver! - grita refiriéndose a Paulo Dybala, un amigo con el que coqueteaba algunas veces. Alguna que otra cosa había pasado entre nosotros, nada serio igual. Al escuchar esas palabras los ojos de Antoine se alertaron un poco.
- ¿Así que tenéis novio? - pregunta con un acento medio español medio uruguayo por su influencia en el Atleti, acompañado por un tono que no logro descifrar, parece desilusión, o hasta celos. Su pregunta hace que me ría.
- Nah, es solo mi hermano que me jode con Dybala. - digo con un gesto apuntando hacia donde estaban. - Me tengo que ir. - agrego dándome la vuelta y caminando hacia el vestuario donde están los jugadores argentinos.
- ¿No me vas a dar tu número de teléfono? - pregunta el rubio alzando su voz y juntando sus manos a su boca para que se escuche mejor ya que me había alejado. Yo me doy vuelta pero sigo caminando hacia atrás.
- Sólo con suerte me vuelves a ver. - le respondo en alto, le sonrío pícaramente y me muerdo el labio inferior.
Antoine deja caer sus manos a los costados de su cuerpo en forma de rendimiento y sacude su cabeza con una sonrisa para después darse vuelta e irse.
Hago lo mismo, volteándome algunas veces en el camino al ver que el francés hace lo mismo. Tirándonos "ojitos y sonrisitas" (como dice Pogba) mientras nos alejamos.
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Entro al vestuario sonriéndome a mi misma como una tonta y una voz interrumpe mi trance.
- ¿Por qué tan sonriente la nena? - pregunta el Kun Agüero con una sonrisa sospechosa. Nos conocemos desde que empecé a ir a los entrenamientos de la selección por Leandro Paredes (que si todavía no entienden nada, es jugador de la selección y mi mejor amigo).
Kun siempre sabe reírse en momentos tristes, en verdad, sabe reírse en cualquier ocasión.
- Se enamoró de un francés. - responde mi hermano Tomás haciendo gestos exagerados con sus manos que me provocan risa.
- Nos ha traicionao! - exclama el Kun haciéndose el herido ya que los habían ganado. A todo esto Paulo se encontraba sumamente interesado en esta charla. El Kun sigue. - Solo lo querés porque sigue en el Mundial. Mira que este - señala a Paulo - es rencoroso. - dice un poco más bajo pero haciendo que se escuche.
- ¿Qué me la toca a mi mejor amiga además? - dice Leandro.
- ¿La tocó? - pregunta Paulo con cejas levantadas.
- Si, o sea, ella se chocó con Pogba y entonces Antoine la agarró como de la cintura, y muy de cerca, ella estaba tipo pegada a su pecho pero... - empieza a explicar con gestos mi amigo usando a mi hermano como demostración.
- ¿Podemos no discutir esto, por favor? - pregunto sonrojada al ver que ya otros estaban escuchando interesadamente lo que tenía que decir Leandro.
- Ayyy tiene vergüenza. - me burla mi hermano. Yo hago rodar mis ojos y los dejo a ellos hablando de sus pavadas.
A una esquina del vestuario puedo ver a Lionel Messi y Mascherano hablando en voz baja, ambos claramente muy afectados por la derrota de hoy.
Entonces, me acerco con una sonrisa penosa y ambos ven como me aproximo.
- ¿Cómo anda la pendeja? - pregunta Masche haciendo que se le escape una sonrisa a Lio. Intentaban parecer fuertes ante mí para no hacerme preocupar.
- Meh. - respondo levantando mis hombros. - Mi bro y Lea me están boludeando. - digo apuntando hacia ellos.
- No te preocupes. Son re tarados. Es porque sos la única piba a la que se animan a hablar. - Lio me dice mordiéndose el labio inferior con las cejas levantadas en forma de "que insoportables". Aunque sé que les tiene mucho cariño a ellos y sus boludeces.
La charla continua por un rato y me alegra ver que ya no se encuentran tan decepcionados como hace unos momentos.
A mitad de conversación siento una sombra detrás de mi y me doy cuenta que Lio y Masche se callan.
Entonces, siento un dedo que me toca el hombro y me doy vuelta para entrelazar mi vista con unos ojazos. Pero estos ojos no son azules, son verdes.
- ¿Podemos hablar, Delfi? - me pregunta Paulo Dybala.
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De a poquito se va armando eh? Acuérdense de votar y comentar! (y corregir todos mi errores ortográficos).
Acá va otro regalito de Antoine cayéndose...