Tambaleándonos nos dirigimos al barco con Dinah y Normani siguiéndonos detrás. Estaba de más decir que las tres mujeres que me acompañaban iban lo suficientemente borrachas como para necesitar ayuda para andar, pero yo solo podía cargar con Camila. Las dos chicas se las estaban arreglando de alguna manera para poder seguirnos el paso aunque claro que de vez en cuando les echaba una rápida mirada para asegurarme de que todo estuviera bien. No dejaba de pensar que por alguna extraña razón yo era la única que a pesar de haber tomado no me encontraba bajo los efectos del alcohol y eso me dejaba muy confundida.
–Vamos Camila, ayúdame un poco–dije cuando ella dejó de arrastrar los pies, dejándose llevar por mí.
En vez de responder se acercó inclinándose sobre mi cuello para comenzar a dar un par de torpes besos allí. Me removí intentando apartarla aunque mentiría si dijera que eso no se sentía bien. Luchando contra lo que estaba sintiendo logré alejar a la castaña haciendo que me mirara por unos segundos luego dejó caer su cabeza.
–Camz, cariño, no te duermas.
Ante lo que había dicho sus ojos rápidamente se posaron de nuevo en mí, con una gran sonrisa en su rostro.
–Me llamaste cariño... –dijo mientras arrastraba las palabras, se giró de forma brusca casi haciéndonos caer y se dirigió a Dinah y Normani–¿Escucharon eso?, ella me llamó cariño. Creo que le pediré que sea mi novia.
Riendo negué divertida.
¿No lo eramos ya de todos modos?.
Definitivamente esta Camila borracha era adorable, un poco torpe pero adorable al fin.
Las chicas rieron y comenzaron a decir cosas sin sentido, así fue todo el camino hasta que por fin pudimos llegar al red. Los mismo hombres que había visto la primera vez estaban ahí, cuidando de él. Pasamos de ellos subiendo a la embarcación con algo de dificultad debido a sus estados. Apreté más mi agarre en la cintura de la castaña deseando llegar lo más pronto posible a su camarote. Me percaté de que nuestras amigas se desviaron hacia la escotilla que llevaba a los camarotes de la tripulación y agradecí internamente por eso, un problema menos del que me debía ocupar.
Llevé a Camila hasta su habitación, después de cerrar la puerta la guíe a su cama depositandola en ella con cuidado. La castaña no opuso resistencia lo que hizo mi trabajo un poco más fácil. Procedí a quitarle la ropa para que pudiera dormir más cómoda, cuando estaba bajando sus pantalones ella comenzó a moverse.
–¿Hey qué haces?–preguntó en voz baja.
–Solo cierra tus ojos y descansa–contesté de igual manera.
Volví a tirar de sus pantalones quitandolos por completo esta vez. Caminé a su escritorio dejando allí su ropa. Quite la mía también dejandola con la suya.
–Maldición–escuché a mis espaldas.
Giré lentamente notando que ahora la castaña estaba acostada de medio lado en la cama, probablemente había querido levantarse pero terminó cayendo en esa posición. Levanté una ceja viéndola fijamente.
–Eres muy guapa–habló sin dejar de arrastrar sus palabras.
Sonreí por eso, caminando hacia ella. Subí a la cama y la arrastré conmigo, abrazándola contra mi cuerpo. Casi de inmediato sus manos aferraron a mi cintura, escondiendo su cabeza en el espacio de mi cuello. Por un momento lo único que sentí fue su respiración chocar con mi piel entonces supuse que se había quedado dormida pero me sorprendió cuando habló.
–Eres como una maldita sirena–se acurrucó todavía más–Preciosa.
No volvió a decir nada durante los siguientes minutos, confirmándome que ahora sí se había dormido. Me aparté un poco solo para ver su tranquila expresión mientras dormía, sin poder evitarlo dejé un beso en su cabeza y me acomodé como estabamos antes, con ella escondida entre mi cuello. Luego de eso no me tomó mucho tiempo para quedarme dormida también.
A la mañana siguiente al despertar noté unos brazos alrededor de mi cintura que impidieron poder levantarme. Froté mis ojos con mis manos y me estiré todo lo que pude en un intento de desperezarme. Volví mi vista a la hermosa castaña que dormía a mu lado, haciendo que una sonrisa apareciera en mi rostro. Con cuidado de no despertarla removí sus brazos de mi cuerpo y me levanté para ir por mi ropa. Tenía pensando en ir a buscar algo de comer antes de que Camila despertara. Escuché un pequeño gemido que hizo que me hizo voltear y mirar, topándome con la imágen de mi chica semi desnuda sentada en la cama con su cabello despeinado y sus ojos entrecerrados mientras una de sus manos sujetaba su cabeza.
–Uhm... hola–habló con su voz algo ronca y baja.
–Hola–respondí desde mi lugar con una sonrisa en mis labios.
–¿Nosotras... nosotras tuvimos sexo?–su pregunta me tomó por sorpresa.
–No...
–Bien–dijo–Odiaría no poder recordar algo así.
Reí a la vez que sacudía mi cabeza, dándole la espalda comencé a vestirme. Oí más quejas por el dolor de cabeza de su parte y no dejé de pensar que probablemente yo estaría igual que ella, era extraño. Intenté no darle mucha importancia y terminé de colocarme la ropa. Giré caminando hacia la puerta pero antes de salir me giré para mirar a Camila, la cual descubrí viendo mi trasero.
–¿A dónde vas?–preguntó conectando ahora sus ojos con los míos.
–Iré a la cocina por algo de comer–contesté simplemente–¿Quieres algo?.
–Sí... te quiero tí en la cama conmigo. ¿Por qué no vienes y dejas eso para después?.
Solté una risita, bajando mi cabeza por un momento.
–Tengo hambre, Camz.
Entonces salí del camarote porque sabía que si me quedaba más tiempo allí ella terminaría por convencerme. Y es que todavía era difícil irse y dejar a esa guapa castaña como estaba em la cama. Estaba preciosa esta mañana. Con una sonrisa en mi cara llegé al otro extremo del barco, entré a la cocina y me encontré con una escena bastante particular. Justo frente a mí tenía a Normani y Dinah besándose, esta última con sus manos en el trasero de la otra chica. Ellas continuaron con lo suyo sin percatarse de mi presencia, por eso sin querer interrumpirlas decidí marcharme y regresar luego.
Desafortunadamente para ellas la madera bajo mis pies crujió haciendo que se separaran. Recibí una mirada asesina por parte de la rubia y una sonrisa avergonzada de parte de la morena. La más alta levantó una de sus cejas mirándome mientras probablemente esperaba alguna explicación del por qué las había interrumpido.
–¿Q-qué... qué haces acá?–preguntó Normani después de haberse aclarado la garganta.
–Bueno... me dió algo de hambre pero supongo que puedo volver más tarde–hablé despacio.
Juré que pude escuchar un "por favor" provenir de Dinah sin embargo no dije nada en su lugar me quedé en silencio todavía observando a ambas.
–Uhm si, claro... digo puedes quedarte. Yo prepararé algo rápido para todas.
Intenté aguantar la risa que quería salir al ver a Normani tan nerviosa y luego pude escuchar el bufido que soltó la rubia ante las palabras de nuestra amiga.
Al menos era mi amiga, no sabía cuales eran sus términos pero estaba segura de que ellas no eran simples amigas, eso estaba más que claro.
–Lo siento Dinah pero realmente tengo hambre.
Me acerqué un poco esperando a que la otra chica no saltara a mi cuello tomando venganza por haberle arruinado el momento. Ella continuó mirándome en silencio con el ceño fruncido, cruzando los brazos sobre su pecho para intentar intimidarme.
Y maldición lo estaba logrando.
Aparté la vista de ella, aún sintiendo la suya sobre mí, y me centré en Normani que caminaba de un a otro sin saber qué hacer. No dejaba de pensar en lo divertido que era esta situación.
De pronto la puerta se abrió dando paso a una Camila ya vestida y con pelo revuelto. Con su mano a un costado de su cabeza nos miró con sus ojos entrecerrados unos minutos.
–¿Por qué tienes esa cara?–preguntó dirigiéndose a Dinah–¿Pasó algo?.
–No ha pasado nada–se apresuró en contestar Normani.
Reí por eso, entonces la castaña se encogió de hombros mirándome después. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
–¿Ya terminaste?. Quiero seguir durmiendo un poco más.
–¿Necesitas que te canten para poder dormir, Cabello?–dijo la rubia con voz socarrona.
–Cállate, Lauren solo regresa después al camarote.
Con eso dicho se giró para salir de la habitación aunque fue detenida por un llamado de Dinah. La castaña la miró fijamente esperando a que dijera lo que tenía que decir.
–¿Camila, cuándo vamos a volver al mar?–comenzó–Hay hombres que me están preguntando sobre eso, ellos quieren saber cúando haremos algún nuevo trabaj...
–No lo haremos... al menos no por ahora–a pesar de que la respuesta no iba dirigida a mí el ella en ningún momento dejó de mirarme–Solo diles que se tomen un descanso.
No pude evitar sonreír por sus palabras, realmente me iba a hacer caso.
–Pero...
–Está decidido–la volvió a cortar.
Caminó hacia la puerta y antes de salir miró por encima de su hombro gesticulando un "no tardes" con un giño al final. Luego de eso salió con Dinah detrás de ella, reclamando sobre la decisión que su capitana había elegido.
¿Debería sentirme mal por ser la causante de esto?.
La verdad es que no podía, en este momento estaba bastante feliz de que Camila me hubiera escuchado. Ahora todos tomarían un pequeño descanso y fuera del peligro. Estaba segura de que me lo agradecerían después.
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Lamento si hay algún error.
Gracias por leer👍💕