𝐏𝐎𝐖𝐄𝐑 ϟ 𝐒. 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊.

By patronuhs

112K 9.6K 1.6K

Sage Hudson no es buena. Adora gustar, cree que es oro, la más poderosa y... es una futura seguidora del Seño... More

𝐏𝐎𝐖𝐄𝐑.
𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍.
I. LA SORPRESA.
II. EL SEÑOR PHOE.
III. CAMINATA AL CASTILLO.
IV. MIRADAS FURITIVAS.
VI. TRAIDORA.
VII. EL BOSQUE PROHIBIDO.
VIII. LIBROS VOLADORES.
IX. LA CONFESIÓN DE CORNAMENTA.
X. GRYFFINDOR VS SLYTHERIN.
XI. LA DISPUTA CON NOTT.
XII. EL CLUB DE LAS EMINENCIAS.
XIII. LA BÚSQUEDA DEL FELINO.
XIV. ÉL PROFESOR RETVENKO.
XV. LA ADVERTENCIA DE LA DAMA GORDA.
XVI. PETRIFICUS TOTALUS.
XVII. NUEVA ERA.
XVIII. LA INVITACIÓN AL BAILE.
XIX. NOCHE DE BRUJAS.
XX. VISITAS INESPERADAS.
XXI. LA PREMONICIÓN DE TRELAWNEY.
XXII. LA HUIDA DE LILY.
Nota!
XXIII. EL MAPA MERODEADOR.
XXIV. ESPERANZA HECHA CENIZAS.

V. LA CUEVA DEL LEÓN.

4.9K 505 70
By patronuhs

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

V. LA CUEVA DEL LEÓN.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

SAGE HUDSON HABÍA SUBESTIMADO A la fiesta merodeadora del primer día de clases. Principalmente porque como nunca había escuchado el nombre de tal fiesta organizada por los cuatro chicos más problematicos del castillo, dio por sentado que más que una fiesta era una reunión con unos cuantos amigos. Ahora, sabía que cuando un gryffindor decía fiesta, significaba montones de magos y hechiceras bailando con una botella de alcohol en mano. Otro punto que formentó la ídea de una pequeña reunión con amigos era que durante la cena nadie mencionó nada. Nadie de slytherin ni de las otras casas sabía de la supuesta fiesta; Eso lo comprobó preguntando a unos cuantos chicos si tenían planes por la noche. Además ningún gryffindor lucían exaltado. Ahora se respondía que los gryffindor tenían algo de astutos y, por lo tanto, sabían que no debían llamar la atención si querían que todo se desarollara como lo planeado.

Sage había asistido a más fiestas de las que estaría orgullosa por lo que, cuando James la hizo pasar a la cueva de los leones, no se exaltó al ver a chicas y chicos dispersados por la sala común ingiriendo bebidas alcoholicas. Tal vez los merodeadores compartieron un poco de whiskey de fuego, había pensado en aquel momento.

Recién supo que la fiesta merodeadora del primer día de clases era la versión de las fiestas que organizaba slytherin cuando ganaba un partido, con grandes cantidades de whiskey de fuego y música actualizada, cuando James la llevó a través del pasillo de las habitaciones de los chicos. En este los gryffindor formaban una fila india deforme para poder pasar a la habitación merodeadora. A Sage la sorprendió que desde varios metros de distancia de la puerta la música ya se escuchaba.

Finalmente James se detuvo enfrente de una puerta de madera que tenía una placa del mismo material con la palabra merodeadores tallada. Los gryffindor de la fila gritaban para poder entablar conversación al estar la música proveniente de la habitación demasiado alta. A Sage la invadieron las ganas de tener el whiskey de fuego quemandole la garganta; La rubia ya había decidido desde antes de llegar que ingeriría todo el alcohol posible con tal de olvidarse del estrés por unas horas. Para eso eran las fiestas, ¿no?

—Nombre completo—pidió un chico con el uniforme del equipo de hufflepuff. Se encontraba a la izquierda de la puerta y traía un largo pergamino que le llegaba hasta las rodillas. En la otra mano tenía una pluma.

—Viene conmigo, Charlie.

Él chico Charlie le lanzó un mírada de suspicacia a Sage antes de tomar el pomo de la puerta y abrirla. De adentro de la habitación salieron increibles cantidades de humo y la música se hizo insoportable, tanto que Sage dudó de que cualquier ser viviente pudiera pasar un buen rato sobrio. Era imposible distinguir a alguien dada la cantidad de personas dentro de la habitación moviendose al ritmo de la melodía, además de que las luces estaban apagadas y, para sustituirlas, habían instalado unos reflectores que se prendían y apagaban cada unos segundos. El color de las paredes no se distinguía y del suelo, también imposible de apreciar, provenía el humo. Del techo colgaban esferas de navidad de todos los colores, las que usualmente se colocaban en los arboles. Nadie podía negar que los cuatro chicos habían hecho un gran trabajo, además de un poderoso hechizo de expansión.

—¡Debo ir a controlar que los de cuarto no traten de robar el whiskey de fuego!—gritó James una vez que se encontraron dentro—. ¡Diviertete, Sage!

—¡Suerte con eso!

El de gafas le guiñó el ojo y dio media vuelta antes de meterse en el medio del gentío. Casi en el acto no se lo pudo distinguir entre la cantidad de personas. Sage dejó la mirada en el punto en el que había desaparecido. Luego decidió hacer lo mismo, sólo la parte de meterse entre la gente, para robarle a algún gryffindor lo suficientemente borracho el whiskey de fuego. Desde que había entrado notó que algunos tenían botellas en las manos.

La serpiente se mezcló entre los leones, recibiendo empujones y pisotones como consecuencia. Estuvo a punto de caer en varias ocasiones pero para su suerte era imposible hacerlo gracias al amontonamiento. Si se caía ella, la mitad de la fiesta se caería también. Como fichas del domino. Justo cuando el reflector se apagó, sacó la botella de la mano de uno de los gryffindor. Sage trató de escabullirse pero el chico logró tomarla de la muñeca y de un tirón acercarla.

La slytherin iba preparando su puño cuando el reflector volvió a encenderse y notó de quien se trataba. Dorian McKinnon, un gryffindor con el cúal había congeniado un par de veces en quinto año. Se habían conocido en historia de la magia cuando la rubia, que por aquel entonces tenía las hormonas más que alborotadas, notó la presencia del chico pelinegro de ojos oscuros. La única palabra con la que lo describiría era hermoso. Unas noches juntos hizo creer al mago que la rubia, que aclaró no querer nada serio desde el principio, estaba enamorada de él. Entonces Sage no dudó en cortar la no-relación. Por si fuera poco, él chico la siguió persiguiendo por un año diciendo que la amaba y ese tipo de cursilerías, a sabiendas que lo cursi no iba con cierta hechicera.

—¿Cómo estas, Hudson? ¿buscando nuevas presas para usarlas para tener sexo?

—Supéralo—le espetó la hechicera antes de girar sobre sus talones y, a empujones, escabullirse. Él gryffindor gritó alguna grosería que fue inentedible.

La joven llevó la botella de whiskey de fuego a su boca con la rápidez que la había conseguido y bebió un largo trago, que le provocó una sensación de que su garganta estaba en llamas, antes de seguir moviendose entre la multitud. Su objetivo era llegar a la esquina de la habitación o a alguna parte, a grandes rasgos vacía, para poder beber su botella entera antes de ir a la pista de baile. Esa era la estrategia con la que disfrutaba las fiestas de su casa, de otra manera la música tan alta siempre lograba aturdirla y después de un rato incluso le provocaba un molesto dolor de cabeza; Se trataba de un gran inconveniente para alguien que amaba las fiestas pero al menos, le daba una excusa para beber sin culpa.

—¿Que te tiene tan mal que estás tomando así?—cuestionó al ver a Peter.

El merodeador yacía sentado apoyando la espalda en la pared. Estaba pálido y con los ojos llorosos, además de tener unas oscuras ojeras debajo de sus ojos. Lucía como un niño que no había dormido por la noche, aunque claramente no se trataba de eso. Al verla, las ganas de Peter de tomar la sustacia parecieron multiplicarse por mil. Sage arqueó una ceja ante el acto antes de sentarse a su lado.

—He perdido la cuenta de la cantidad de chicas que me han rechazado y sólo me hicieron acordar a otra—explicó antes de volver a poner la botella en su boca.

Sage no dijo nada y, acompañandolo, dio un largo trago. Los dos se quedaron en silencio admirando como la multitud bailaba. Peter no se resistió y abrió la boca.

—¿Por qué no estás consolandome?

—¿Has comido algo, Peter?—preguntó a lo que él mago negó con la cabeza. La rubia tanteó el bolsillo de su chaqueta, a la túnica la había escondido en un florero de la sala común, hasta que encontró un envoltorio cerrado. Lo sacó y le ofreció a Peter la rana de chocolate, quien dudó por un momento pero terminó aceptando. Luego, la slytherin se aclaró la garganta antes de hablar—. No te consuelo porque intentaste no se qué con otras chicas sabiendo que te gusta otra. ¿Que clase de persona hace eso, Peter?

—James y Sirius.

—¡Pero son James y Sirius! ¡literalmente las reglas dicen no hacer lo que hagan James y Sirius!—exclamó la chica con diversión. Peter no rió—. A lo que iba, si te gusta esta chica mejor trata de hablar con ella seguido o hazle saber que puede contar contigo para lo que sea.

—Sirius no aprueba eso—negó que el gryffindor—. Cuando salía con McKinnon lo único que hacían era...

—¿Dorian McKinnon?—lo interrumpió Sage, horrorizada ante la ídea de que ella y el pelinegro hayan estado con la misma persona.

—¿Qué? ¡no! McKinnon mujer, Marlene Bueno, que recuerde Sirius no tuvo que andar de romantico para que Marlene saliera con el. Y ella es hermosa.

Soltó un gemido de agonía, lo que le pareció un tanto exagerado a Sage. La última bebió una vez más de la botella, acostumbrada a la sensación, mientras se preguntaba si las palabras de Peter eran ciertas. Estaba segura de que si él famoso mujeriego Sirius Black sentara cabeza, como Peter había dado a entender, todo el castillo se enteraría. Es más, hasta quizá recibiera una carta de felicitaciones por parte del mismisimo Dumbledore porque sí, Sirius Black con una sóla chica se veía como algo muy lejano e imposible. Por otro lado, Peter aprovechó los segundos en silencio y le dio un mordisco a la rana de chocolate.

—Básicamente estas diciendo que las chicas hermosas como tu amiga Marlene no requieren cumplidos ni palabras lindas de vez en cuando.

—Estoy diciendo que mis amigos me recomendaron algo distinto a lo que me dices, Sage—señaló con un deje de furia que rápidamente cambió por una cara de tristeza—. De todos modos no recordaré todo esto por la mañana así que no te esfuerces.

—Lo vas a recordar. Te lo prometo.

El chico no contestó nada y volvió a lo que estaba haciendo antes: ocuparse de vaciar la botella. Sage lo imitó hasta que le dio un semejante dolor de cabeza por beber una sustancia pura de manera tan apresurada. Entonces se detuvo y al girar la cabeza se encontró a Peter babeando. Lo admiró por poder dormir con tanto ruido.

A Sage le dio pena ver a Peter en ese estado. Más cuando ella había intentado ayudarlo sin ser una de sus amigas más cercanas. Tardó un momento en caer en cuenta de que el chico sólo había intentado hacer lo mismo que ella: olvidar por unas horas. Lastima que había terminado deprimiendose peor. A su opinión, Peter era un buen chico que estaba tapado por la sombra de sus amigos. O tal vez él había elegido ese lugar pensando que estaría a salvo... Sage no sabía nada con certeza pero el chico no se veía muy feliz desde hace tiempo.

—¡Te he buscado desde que James dijo que llegaste!—exclamó Sirius observando a la hechicera. Se puso de cuclillas para luego sentarse junto a la serpiente. El aire de seguridad que lo dominaba lo hacía lucir más atractivo de lo que ya era.

—Bienvenido al club de los bebedores compulsivos—bromeó la rubia señalando a Peter.

Sage le dio un vistazo a Peter. Él mago dormía con la boca abierta, de la que desprendía un invasivo olor a alcohol. La botella de la que anteriormente había estado bebiendo, yacía en su regazo.

—Pero ustedes dos son los bebedores con menos experiencia posible. No debes tomar esto así, ¿te quieres matar acaso?

—No estaría mal.

—Esto es puro y te has bajado más de media botella, rubia. Cualquiera diría que no estás en tus cables.

Eso era totalmente cierto si no se tenía en cuenta que Dorian McKinnon había tenido la botella antes. Sage no se había fijado desde que punto de la botella había comenzado a beber ella, pero lo cierto era que estaba casi vacía.

—La práctica hace al maestro. Tengo más resistencia de lo que parece.

—Si estás en perfecto estado, no te molestará que te saque de aquí.

Sage arqueó una ceja y al instante se puso de pie. Lo único que deseaba era sentir al aire fresco dar contra su cara. Con tal deseo, la oferta del pelinegro se le hizo más que tentadora.

ϟ

Afuera del castillo hacía frío y por eso agradeció internamente el no haber salido sin la chaqueta. Él gryffindor la había hecho bajar escaleras, doblar pasillos, correr otros y hablar con los retratos porque, según Sirius, era totalmente necesario ser agradables con ellos porque después de todo, los retratos observaban lo que sucedía en el castillo. Tenerlos cómo amigos no estaba de más. Eran las fuentes de información que podían elegir cuando hablar y cuando no y, por tal razón, siempre había que mostrar amabilidad. Finalmente llegaron al campo de quidditch, que no fue el primer lugar en pasar por la mente de Sage cuando el pelinegro la había invitado. Pero a decir verdad, la rubia estaba totalmente cómoda acostada en el campo de quidditch con la vista en las estrellas mientras Sirius le daba una clase de astronomía privada. En el buen sentido.

—Bueno, se ha notado que dominas el tema—comentó la slytherin cuando el chico calló.

—Que puedo decir, estoy listo para sacar un libro hablando de lo que me comunican telepaticamente los astros sobre los colores que hay que usar en navidad—bromeó.

—¡Por Merlín! ¡no me digas que nunca te obligaron a vestirte de un color en específico para la foto familiar!

—Walburga me ha recortado de la foto familiar hace rato.

Sirius se arrepintió de sus palabras. No sólo había traido incomodidad al hablar de un tema del que Sage no tenía idea, sino que había mencionado superficialmente sus problemas familiares frente a una total desconocida. Buscando otra oportunidad, el chico volvió a abrir la boca dejando salir lo primero que se le ocurrió.

—No eres slytherin—afirmó y Sage pasó a sentarse cómo indio, con la mirada en él gryffindor que la observaba recostado en el pasto—. O sea, sí. Pero no eres en realidad una slytherin. De seguro el sombrero seleccionador aún se arrepiente de haberte mandado ahí y no a gryffindor.

—¿Y por qué crees que no soy una slytherin?—cuestionó Sage a sabiendas del discurso repleto de prejuicios entrante. Sirius Black no era el primer gryffindor de que trataba de convencerla de lo mismo.

—No tienes cómo principio tratar mal a todos y ni tampoco practicas magia oscura. Eso te deja sin oportunidad de pertenecer allí.

—Se te olvida de que realmente pertenezco a esa casa, Sirius. Y estas siendo prejuicioso, no todos los slytherin tratan mal a todos. ¿Y cómo estás seguro de que no practico magia oscura?—él mago arqueó una ceja, divertido, y cruzó los brazos sobre su pecho. Sage continuó—Últimamente todos los demas recuerdan sólo a Malfoy, Nott, Zabini y compañía cómo si fueran los únicos en esa casa al decir que los slytherin son desagradables .Tu prima, Andrómeda, está en slytherin y te aseguro que no practica magia oscura.

—Quejicus—señaló. A pesar de qué Sage sabía perfectamente a quien llamaban así, fingió desconocerlo—. Snape. No me digas que no se trae algo raro entre manos.

Sage buscó la mano de Sirius y, cuando dio con ella, tironeó del mago para que se sentara. Él muchacho imitó la posición de la slytherin y la mirada de ella le aseguró al que nunca tendría que haber tocado el tema.

—¿Con que pruebas puedes acusarlo? Te lo pregunto sin tener el más mínimo contacto con Severus. Tú y tú pandilla de prejuiciosos, exceptuando a Remus, lo molestan constantemente y ahora, sin nadie que te este mirando o esperando nada, te lo pregunto, Sirius. ¿Por qué? ¿porque es slytherin? ¿porque no es como ustedes quieren?

Sirius nunca había escuchado a Sage defender algo pero con tan sólo hacerlo una vez supo que amaba cuando lo hacía. O tal vez era el tener a una de las chicas más calientes discutiendole sin quitarle la mirada de los ojos. Sin ninguna duda se inclinaba por la segunda opción.

—El problema es que tengo que lidiar con que no perteneces a gryffindor—intentó desviarla del tema.

—Eso se puede remediar.

—¿Con una cita?

—Cita suena demasiado formal—se cruzó de brazos la rubia.

Murmuró lumos y automaticamente la punta de su varita iluminó con claridad a su alrededor. El bolsillo de su chaqueta tenía un hechizo de expansión por lo que siempre habían pedacitos de pergamino y plumas de repuesto. Anteriormente había pensado que nunca le servirian pero finalmente les había encontrado su primer uso. Apoyó el pergamino en su rodilla y, con letra pulcra y estirada, escribió un par de lineas bajo la mirada de Sirius. Luego, le pasó el papel al pelinegro.

—Entregaselo a Peter—pidió antes de ponerse de pie—. Por cierto, soy slytherin hasta la médula.

Por consiguiente comenzó a caminar hacia el castillo pensando en la mirada del pelinegro clavada en su espalda. O un poco más abajo. Las manos de la chica se encontraban en los bolsillos de la chaqueta y lucía una sonrísa de suficiencia.

—¡Espera!

—Hasta mañana, Sirius.

—En ese caso, ¡sueña conmigo, rubia!

♡. Despúes de tres semanas vuelvo a aparecer, lol. En este capítulo los dialogos se me hicieron casi imposibles, por lo menos estuve diez días tratando de arreglarlos y así quedó (?) Espero que les haya gustado :D

Continue Reading

You'll Also Like

95.4K 14.8K 33
"Sergio Pérez siempre ha sabido que no es suficiente para Max Verstappen. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa...
878K 92.5K 139
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
2.4M 244K 133
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
232K 30K 42
"Dónde Jimin queda embarazado del "alfa" de su mejor amiga." - Omegaverse - M-preg -+18 No sé aceptan copias ni adaptaciones sin mi consentimiento.