Jungkook apresuró sus pasos, su mochila moviéndose y chocando contra su espalda debido a los frecuentes saltos que daba cada cierto tiempo, su respiración agitada, pero de todas formas no se detuvo, solo disminuyó sus pasos cuando el local de bebidas estuvo en su visión.
Deteniendo poco a poco los pasos hasta llegar frente al local, abrió la puerta y oyó el característico sonido de la campana que avisaba su llegada.
Había bastantes personas, chicas y chicos, había una gran fila para pedir batidos, suponía que la mayoría eran universitarios y estudiantes de secundaria, reconoció a algunos chicos y chicas que iban a su clase.
Colocándose detrás de la última persona que había en la fila se encogió de hombros y miró a su al rededor, las mesas que había en él local estaban ocupadas por personas que conversaban animosamente. No había ni una sola mesa libre, por lo que dedujo que las demás personas se irían en cuanto pidieran su batido.
La fila se movió con rapidez, todos saliendo con distintos batidos en sus manos y con amplias sonrisas, y al igual que las personas salían otras entraban y se colocaban tras él, haciendo que la fila no pareciese terminar nunca.
Cuando fue su turno se sorprendió de encontrar a una linda mujer de cabellos castaños y no a Jimin, como había pasado los días que había estado en el lugar.
—Hola, querido.—la mujer le sonrió amablemente—.¿Que deseas?.
—Oh...yo...esto...¿No está Jimin Hyung aquí?.—preguntó con nervios.
—Oh, Jimin.—la mujer miró detrás suya—.Él está en el despacho, haciendo algunas cuentas.—dijo de forma amable—.Hoy atiendo yo.
—Oh...bueno...yo...
—¿Eres un amigo de Jimin?.—la mujer quiso saber.
Jungkook asintió, dubitativo, no seguro de su respuesta—.Ehm, creo.
La mujer rió sonoramente—.Soy la mamá de Jimin.
—Oh.—la boca de Jungkook se abrió en sorpresa, escaneando a la mujer frente a él, haciendo que esta le mirara frunciendo el ceño—.Usted es muy linda.
El ceño se borró de su rostro y la mujer le miró con sorpresa antes de llevar una mano a su boca y reír suavemente.
—¿Estas tratando de coquetear conmigo?.—la mujer alzó una ceja en su dirección—.Porque incluso mi hijo es mucho mayor que tú.
Jungkook la miró confundido, no había entendido aquello que le había dicho, no entendía a que se refería, él no había coqueteado con ella, ni siquiera sabía como se podía coquetear.
Ante la mirada confundida del niño, la mujer sonrió con ternura, negando con la cabeza—.¿Por que buscas a Jimin?.—quiso saber—.Quizás yo pueda ayudarte.
—Yo estuve aquí hace unos días, y dejé una bolsa que había comprado, la compré y cuando ellos me trajeron aquí para cuidarme dejé la bolsa y cuando volví a casa mamá se enfadó y me regañó porque pensó que se me había olvidado comprarla, pero no fue así, yo si la compré pero cuando los perros sarnosos, como los llamó Jin Hyung, me querían pegar se me calló y uhm...—se detuvo un momento, pensativo—.No se quien la recogió luego, porque ellos me defendieron y no vi quien la recogió, pero la trajeron aquí, y me fui sin ella, pero necesito recuperarla para dársela a mamá, así ella ve que yo si lo compré.
Decir que la mujer frente a él estaba perdida era poco, y su rostro lo decía todo, no entendía nada. Mirando detrás del castañito se dio cuenta de que las personas esperaban impacientes. Volvió su mirada al chico frente a ella, esperando con una pequeña sonrisa, como si solo hubiera pedido un simple batido, y en realidad él chico había soltado un montón de palabras que ella no había logrado entender, se hizo una nota mental para después preguntar a Jimin sobre aquel chico.
—Mira, Jimin está en el despacho, está ahí.—señaló él lugar—.¿Por que no vas y hablas con él?.
Jungkook asintió—.Gracias, señora.
Sin esperar más el chico apresuró su paso y se dirigió hacia el despacho que ya conocía, Jimin lo había llevado ahí para hablar con él y contarle aquella triste historia sobre su vida.
Cuando abrió la puerta del despacho se sorprendió al encontrarse, no solo con la mirada de Jimin, sino con todos los demás, estaban todos ahí: Taehyung, Hoseok, Namjoon e incluso el chico de pelo negro tan desagradable y grosero.
—¿Jungkook?.—Jimin fue quien habló primero, ya que los demás parecían demasiado sorprendidos para hablar.
—Hola.—dijo finalmente, sacudiendo la mano en su dirección.
—¿Que haces aquí?.—preguntó curioso.
—La señora linda, tu mamá, me dijo que podía pasar.—dijo antes de cerrar la puerta y dar pequeños pasos al interior.
—Hola, Jungkook.—Taehyung se levantó y caminó en su dirección con una amplia sonrisa en su rostro.
Jungkook solo pudo usar su mano para saludarle ya que se sentía cohibido por el exceso de atención, repentinamente tenso.
—¿Quieres jugar conmigo un rato, Jungkook?.—Taehyung lo agarró de la mano y lo encaminó hacia donde él estaba sentado.
—Espera, Tae.—Namjoon, quien estaba al lado de Jimin, en la mesa, lo detuvo—.Primero deja que nos diga porque vino aquí, si la madre de Jimin le hizo que pasara es por algo.
—Oh, sí.—Jungkook pareció acordarse en ese momento—.Yo había venido para llevarme la bolsa que dejé hace unos días.
—Oh.—Jimin fue quien asintió, abriendo uno de los cajones de la mesa y sacando de ahí la pequeña bolsa.
—Esa es.—Jungkook corrió en su dirección, agarrándola—.Mamá me regañó porque pensó que no lo había comprado y yo no recordaba donde la había dejado, pensé que la había perdido, pero Namjoon Hyung me mandó un mensaje para decirme que la bolsa estaba aquí.
—Si es todo lo que querías, puedes marcharte.—la inconfundible voz de Yoongi se oyó del otro extremo del despacho, tumbado sobre un sofá.
—No.—Taehyung caminó hacia Jungkook—.¿Puede quedarse un rato a jugar conmigo?.—pidió con un puchero—.Me aburro mucho sin hacer nada.
La mirada de Taehyung estaba dirigida a Jimin, ya que después de todo el local, y por tanto el despacho pertenecían a Jimin y él tenía la última palabra. Taehyung había estado muy aburrido desde que llegó ahí, nadie había querido jugar con él. Jimin debía hacer unas cuentas de la tienda, con ayuda de Namjoon a quien se le daba muy bien, Hoseok estaba a lado de ellos verificando los resultados con una calculadora para que no hubiera ningún error al finalizar, y Yoongi había argumentado que estaba muy cansado como para jugar a algún estúpido juego y solo se había lanzado al sofá a descansar.
Jimin se encogió de hombros—.Si él quiere quedarse.
—Uhm...yo no se...—Jungkook se vio cohibido debido a la intensa mirada de Yoongi.
—Por favor.—Taehyung juntó sus manos, mirando con anhelo al castaño—.Solo un rato, juega conmigo solo un rato.
—Está bien.—finalmente aceptó tras unos segundos de duda.
—Si.—Taehyung chilló, elevando su mano en un puño y agarró la mano del castaño para llevarlo a la afelpada alfombra en donde Taehyung había estado sentado.
A una corta distancia se encontraba Yoongi tumbado en el sofá mirándolos con desagrado, no necesitaba a otro mocoso ruidoso.
—Solo no hagáis mucho ruido.—pidió Jimin—.Enseguida terminaremos y podréis hacer todo el ruido que queráis.
Ambos menores asintieron y Taehyung se dispuso a enseñarle el juego que solía dejar en el despacho para días como aquellos en los que se quedaban en el local, así él no se aburría, aunque normalmente los demás jugaban con él.
—...entonces cuando lanzas el dado y salga él color debes retirar el palito del mismo color sin que los monitos caigan.—explicaba con cautela—¿Has entendido?.—lo miró curioso.
—Si...ehm...debo quitar los palos sin tirar a los monitos.—dijo seguro.
Taehyung asintió efusivamente y tiró el dado empezando el juego, y aunque Jimin les había pedido que no hicieran ruido no pudieron evitar comenzar a reírse cuando alguno de ellos tiraba los monitos, a soltar expresiones de fastidio él que los tiraba, y a molestarse entre ellos con leves empujones.
—Dejar de hacer tanto ruido.—Yoongi les miró con él ceño fruncido—.¿Y tu que, no tienes una a casa a la que ir?.
Jungkook miró en dirección a Yoongi encontrándose con los ojos de este puestos en su persona, sintiéndose cohibido.
—Tus ojos son lindos.—soltó—.Pero tú das miedo.
Yoongi se vio sorprendido, y su rostro lo demostró desencajándose por un momento, mirando fijamente hacia el castaño, sin poder apartar la mirada de sus ojos cuando hizo contacto con ellos perdiéndose en ellos por segunda vez desde que lo había conocido. Tan oscuros, tan grandes...
¿Que tenían aquellos ojos?.
Solo cuando Jungkook pestañeó repetidas veces, incómodo por él escrutinio y mirada fija del pelinegro fue que este pudo apartar la mirada, tanto confundido como sorprendido.
—Oww, Min Yoongi, te acaban de halagar.—Hoseok molestó, caminando hacia donde estaban ellos, seguido de Namjoon y Jimin.
—¿Quien quiere ser halagado por este mocoso?.—dijo indiferente, sentándose cuando Hoseok golpeó su pierna para que le dejara sentarse.
—Todos quieren ser halagados en algún momento.—siguió con la broma Namjoon, sentándose a un lado de Hoseok, ocupando así el sillón al completo, por lo que Jimin tuvo que sentarse en la alfombra.
—A mi me gusta cuando me dicen cosas bonitas.—Taehyung saltó, emocionado—.Soy lindo ¿verdad?.
—Si, eres lindo.—Jimin rió con ternura.
—Jungkook también es muy lindo, ¿verdad?.—Taehyung pasó su mano por el suave cabello del mencionado.
—Si, también es lindo.—Jimin asintió.
—Que gran mentira.—murmuró Yoongi.
Jungkook le miró con él ceño fruncido, ofendido.
—Al menos no soy un desagradable y amargado.—espetó.
—¿Cuantos años tienes, Jungkook?.—Namjoon preguntó, deteniendo la pelea que sabía se avecinaba entre el castañito y Yoongi.
—Tengo quince años.—respondió con una sonrisa hacia Namjoon—.Pero pronto cumpliré dieciséis.
—Uhm...—Hoseok lo miró con sorpresa—.Te ves...te ves más pequeño.
Jungkook asintió encogiéndose de hombros, él sabía eso, desde pequeño él había tenido una constitución más pequeña que los niños de su edad, y su cara demasiado aniñada no ayudaba mucho, haciéndole ver más pequeño siempre.
—Me lo dicen mucho.—Jungkook sonrió con tristeza—.Siempre ha sido así, los niños de mi edad siempre eran más grandes que yo, ellos se burlaban de mí por eso, me decían que me iba a quedar así para siempre.
Namjoon lo miró con pena, sonriendo hacia él—.Pero te ves lindo así.—trató de animarlo, y no era mentira, su cuerpo pequeño y delgado, acompañado con su rostro infantil le hacían ver demasiado adorable.
—Gracias, Hyung.—sonrió sonrojado.
—Quince.—Taehyung pareció procesarlo en ese momento—.Yo también tengo quince, somos compañeros de edad, y yo también cumpliré dieciséis años.
—Oh, eso es genial.—aplaudió animadamente.
Los demás chicos miraron de uno a otro, aguantándose la risa, esos dos eran demasiado curiosos, por lo general Taehyung solía ser muy despistado y alegre, y con la compañía de Jungkook aquello parecía intensificar.
—¿Cuantos años tenéis vosotros, Hyungs?.—aunque Jungkook estaba seguro de que ellos eran mayores, no estaba seguro de la edad que tendrían.
—Yoongi es él mayor.—Hoseok señaló al mencionado—.Tiene veintiún años.
—Oh, vaya.—Jungkook asintió.
—Yo tengo veinte, al igual que Namjoon-ah.—aclaró—.Tenemos la misma edad.
—Yo tengo diecinueve.—Jimin sonrió.
—Pero...—Jungkook miró entre Hoseok y Namjoon—.¿No tendríais que estar en la universidad, Hyungs?.
Él había visto de vez en cuando a Hoseok y Namjoon en algunos de los pasillos o en los recesos, al que no había visto era a Yoongi, por lo que supuso este estaría cursando la universidad ya, y sabiendo su edad ahora, estaba seguro de ello.
—Hubo...—el semblante de Namjoon se tornó ligeramente serio, los hoyuelos que se habían formado debido a su sonrisa habían desaparecido—.No fue posible debido a que ocurrieron algunas cosas que me obligaron a repetir curso, al igual que yo Hoseok tuvo algunos problemas y tuvo que repetir curso igualmente.
—Oh.—una "O" formándose en la boca del castaño fue la respuesta que recibieron.
—¿A ti que te importa de todas formas?.—Yoongi le miró serio—.¿No te han dicho que eres un mocoso metiche?.
—Yo solo tenía curiosidad.—se encogió de hombros.
—Pues aprende a aguantar tu curiosidad.—le advirtió.
—Lo siento.—Jungkook estaba seguro de que había echo algo malo, las caras serias de Namjoon y Hoseok acompañadas del regaño de Yoongi se lo aseguraban.
—Está bien, Yoongi, dejalo ya, él no sabe nada.—Hoseok trató de calmarlo.
—Yo...debo irme a casa ya.—Jungkook se puso de pie de forma apresurada ante la mirada de los demás—.Mi mamá debe estar esperándome.—eso era una mentira, su madre no estaría esperándolo, pero él quería salir de ahí.
Agarrando su bolsa y su mochila, la cual había dejado en el suelo cuando se puso a jugar con Taehyung salió de forma apresurada antes de que alguien pudiera decir algo. Elevó la mano a modo de despedida cuando la bonita mujer apareció en su vista, y esta le sonrió de vuelta agitando su mano igualmente.
Apresuró sus pasos en cuanto salió del local, corriendo para llegar a casa antes de que anocheciera, había estado demasiado tiempo en el local y él no se había dado cuenta de aquello. A pesar de correr por las calles siempre cuidaba no chocar con las personas y también tenía mucho cuidado cuando cruzaba por las carreteras. Él no quería ser atropellado.
Cuando estuvo en frente de su casa detuvo sus pies a unos pasod de la puerta, tratando de calmar su respiración, sacando las llaves abrió con rapidez la puerta y entró con pasos tranquilos, lentos, su madre le regañaba cuando entraba de forma apresurada.
—Mamá.—Jungkook chilló, entrando a la sala, pero sin encontrarla, subió las escaleras al segundo piso para buscarla en su habitación pero no hizo falta cuando la vio salir de ahí.
—¿Que es lo que quieres? ¿Por que gritas de esa forma?.—su madre caminaba de forma torpe, su pelo desordenado y su ropa arrugado.
—Yo...—Jungkook la miró confundido, quizás su madre estaba enferma, pensó—.¿Estás bien mamá?.
—Estoy perfectamente, ahora dime porque gritas como un loco.—pasó las manos por su desordenado cabello.
—Mira.—señaló la bolsa que contenía el maquillaje—.Fui a buscarlo, te dije que lo había comprado, yo lo había comprado y se me olvidó en un local de batidos pero volví a buscarlo.
Su madre miró de la bolsa hacia él, y luego miró detrás de ella, esto no siendo captado por el menor.
Agarrando la bolsa de forma rápida, empujó a Jungkook hacia su habitación.
—Ve y date una ducha.—murmuró, abriendo la puerta ella misma e introduciendo al menor de un pequeño empujón—.Estás sucio así que no salgas de aquí hasta que te des una buena ducha y estés limpio.—dijo para cerrar la puerta de un portazo.
Jungkook no se movió aún cuando oyó los pasos de su madre alejarse, mirando la puerta de forma sorprendida, confundido. Él esperaba un agradecimiento, o una disculpa de su madre por el regaño de la última vez, pero no recibió nada de ello, su madre seguía viéndose enfadada.
Soltando un suspiro hizo un puchero y dejó su mochila en un lado de la casa, dispuesto a hacer lo que le había dicho su madre.