En las afueras soplaba ya solo una brisa remolona. La luna no surcaba la celeste expansión y las nubes, movidas por el viento, se empujaban al borde de la estratósfera. Tamar se mantenía en el mismo estado: su cuerpo en calma sobre la cama y su mente volando en el tiempo gracias a la visión a la que era sometida.
El mausoleo estaba en reposo de las marcas del oprobio. La profanación que había sufrido ese sagrado lugar donde reposaban las cenizas de esos seres antiquísimos estaba vengada. Esos entes de rarísima e inmemorial procedencia que sumergidos en la negrura de la noche recorrieran el mundo entero. Esos que tuvieron que soportar el dolor de sentir dos veces la muerte física, cuyo gran pecado fue hacer un pacto de sangre. Cenizas de cuerpos que llevaron a lo largo de su existencia el terrible legado de ser un vampiro, un demonio nocturno y disipador de vida. Seres capaces de impartir el miedo y el horror en tantas mentes...
—Muchos opacos se convierten en la peor versión de sí mismos aprovechando el oscuro legado para deshacer a pleno libertinaje la vida —le decía mientras recorría visualmente el mausoleo—. Matan intentando saciar esas ansias desesperantes e infinitas de maldad y sangre. Porque nos consume un inmenso vacío, una soledad extrema. Yo no soy diferente a muchos de ellos aunque mi naturaleza buena es más fuerte y siempre lucha contra mi maldad. Día a día me seco sin tomar víctimas. Aunque ahora, con el fin de que al vernos no parecerte tan terrorífico, voy tomando de a poco. Desde mi despertar he sentido que somos más. Ninguno es mi hijo y eso me alivia. Los míos murieron hace centurias en la Hoguera Diurna... Mis descendientes consanguíneos fallecieron miles de años atrás en un ya inexistente pueblo nórdico. Ahora, mis futuros hijos me esperan resguardados en la casona... —Sintió el peso de esos recuerdos, le eran como una inmensa piedra que cargaba a cuestas sobre sus hombros mientras la sed de sangre le devoraba el hígado día con día.
Sumergida en el desdoblamiento del ser, lo apreció sentado al inicio del espiral rojizo. Se veía envuelto en tristeza y unas oscuras lágrimas corrían por sus pómulos. Cada losa le gritaba un nombre, cada nombre le resucitaba un ser, cada ser había sido su hijo, cada hijo fue un episodio diferente. La llevó consigo a evocar momentos lejanos. Porque, Tamar, era una mujer que merecía conocer su historia. Así, por sus ojos pasaron escenas de guerra y destrucción a escala mundial. Vio un entorno donde la tierra se veía devastada y los humanos dejaban salir sus más bajos instintos.
—¿Qué ocurrió de ahí hasta aquí? —Le preguntó. Ella hizo memoria pues todo aquello le recordaba lo que había aprendido sobre el Quinquenio Oscuro y los años que le sucedieron.
Ese período de la historia del hombre que iba desde el 8720 al 9245 en años del hombre. En este las consecuencias de las múltiples guerras político-socio-ambientales del milenio anterior dejaron un enorme agujero oscuro en todos los aspectos de la humanidad. Siglos de anarquía y desenfreno dieron paso a un extremado autoritarismo que dejó luego un estado de desapego. El germen de tal lapso lo marcó el caos previo y las esperanzas de la humanidad puestas en torno al año 7777, cuando los vaticinios determinaban el fin y redención del mundo. Como no ocurriera nada parecido, se inició una revolución que llevó a sacar a la superficie los más bajos instintos y depresiones de la historia mundial. El inicio lo marcó el discurso que diera uno de los líderes anárquicos de más renombre, Justi444.555, el 15 de julio del 8720 declarando su 'No-apego' a la corriente que llevaba el mundo. Tras este, cayeron como fichas de dominó miles de líderes, hartos ya de siglos de guerra y desenfreno infructuoso. La anarquía reinó durante cientos de años en una tierra que se olvidó de quién era y de dónde venía. El mundo volvió casi a la edad media.
El punto de cierre se originó cuando el MovRe (Movimiento de Regeneración), una asociación creada por sociedades de cualquier índole de creencias e inclinaciones, empezó a moverse en las sombras hasta lograr el punto de quiebre. De esta manera inició el 29 de abril del 9230 del año del hombre un movimiento a escala mundial donde los líderes fueron adoctrinados, sometidos o eliminados. Tal proceso dio el fruto debido quince años después. Los gobiernos mundiales firmaron un acuerdo y volcaron sus perspectivas hacia la regeneración de todo cuanto estuviera en ruinas.
Finalizando el Quinquenio Oscuro, la humanidad entró en un período de regeneración y de volver a las raíces. Millones de archivos de los milenios más ilustres de la humanidad fueron sacados a la luz de su resguardo por el MovRe. Basados en esas ilustraciones se inició el proceso de pensamiento fundamentado en la veracidad del conocimiento y la desmitificación reinante durante el 10000, cuando la humanidad asentó su visión del mundo en la comprobación científica de lo que hace, vive y cree y la tecnología dio un reinicio. Ese mismo reinicio que llevó a fijar cambios en la cultura, las costumbres, la sociedad, las ciencias y todo lo que competiera al ser humano. Como todo estaba en ruinas, el grupo que se alzó para llevar la batuta como la Autoridad determinó, por consenso general de los líderes mundiales aun en curso y el MovRe, qué debía quedar y qué debía cambiar. Cada cosa comenzó a investigarse y a redefinirse desde las propias raíces comprobables. Una de las más influyentes fue la forma de medir el paso del hombre por la tierra en años del hombre. Tal forma de contar el tiempo terrestre estaba basada en los tiempos bíblicos puesto que se comprobó científicamente tal veracidad de hechos. Iniciaba desde la aparición del hombre creado por el Ser Supremo (año del hombre= 0/4158-4162 antes de Cristo según el calendario gregoriano) hasta la muerte de Cristo (personaje histórico comprobado pero aún en desmitificación por comprobación de ser Hijo del Elohim YAHWEH) (año del hombre= 4187/29-33 después de Cristo según el calendario gregoriano). A partir de allí se siguió midiendo de la misma manera dando como resultado que a la fecha fuera el año del hombre 10558/6404-6408 después de Cristo según el calendario gregoriano. Otra de ellas, aunque contradictoria, fue la desmitificación. Era un proceso, aun en curso, en el que se comprobaba científicamente alguna teoría, creencia o historia del pasado. Una creencia desmitificada era la que había sido comprobada tras un estudio científico de los libros en los que se basaba y luego de eso era permitida su libre difusión... Se sintió dar una vuelta rápida y agotadora por las clases de histociencia.
Volvió a la visión en la que él y su asamblea, perseguidos también por la desidia humana, se trasladaron desde un distante puerto mediterráneo en un viaje que les asegurara un futuro. Surcaron el cielo sorteando vicisitudes que vio en cámara rápida hasta llegar a una tierra donde reinaban los verdes desde el borde de un gran lago hasta altas montañas que se perdían en la lejanía. En las cercanías del lago se alzaba un pequeño asentamiento y se adentraron en las montañas hasta dar con unas cuevas subterráneas unidas por un río. Los restos de la humanidad estaban extintos en esos lugares y la natura, reclamando sus espacios, reinaba. Detalló cómo en la colina que se alzaba arriba construyeron un castillo en el que pasar sus horas nocturnas y esa edificación se le pareció a la que observara plasmada en el fresco del pasillo subterráneo. De súbito le mostró cómo ellos en una noche de caminata por los alrededores dieron con una planicie habitada por enormes y grisáceas piedras que estaba rodeada de frondosos y abundantes árboles.
—Me gustaría reposar en este lugar —escuchó que se decían unos a otros.
—Hay más paz aquí —declaró él y ella reconoció en sí misma usar esas palabras—. Construyamos algo memorable —decretó, y ante sus ojos pasaron las imágenes de la realización del mausoleo. Trabajando bajo la luz del cielo nocturno, cada cual llevaba a cabo alguna tarea; unos traía piedras, otros las cincelaban o esculpían, pintaban o pulían... Los vio relatar su historia a lo largo de sus columnas, techo, piso, paredes, estatua... En ese entonces no eran las filas de lápidas grisáceas sino un sinfín de arte que mezclaba géneros, épocas y estilos en una deliciosa mixtura que no dejaba vacíos. Por sus mejillas corrieron lágrimas al ver la verdadera forma de aquel hermoso lugar.
De pronto un mensaje de esos sin voz ni aliento se coló en su mente interrumpiendo bruscamente la visión.
—Me adoso a ti, pero no voy solo. En la noche estaré cabalgando a tu encuentro —oyeron, pues seguía conectada con el ser que le enviaba las visiones ¡Finalmente vendría! ¿No venía solo? ¿Quién sería su acompañante? ¿A caso...? Su expectativa estaba al máximo. Lo mejor sería calmarse y esperar, ya que esos mensajes confusos siempre traían a rastras una sorpresa. Confiaba en que no fuese terrible como la de Tomás.
Un estridente sonido rompió con la magia del momento. Cuando las visiones y la conversación cesaron, ella volvió en sí dentro de su oscura habitación. Se percató de que en su intercomunicador sonaba el repique de llamada por tercera vez. Con la mente aún perdida, sintiendo un ligero mareo y la mano agarrando el libro, accionó en audio.
—¡Saludos mi preciosa escultura de ónix con escapolitas de ojos de gato! —Tal saludo la terminó de espabilar —¡Por fin contestas! Me dije: Fener, la tercera es la vencida y ¡mira que has contestado a la tercera! ¿Todo en orden?
—Sin... novedades... —atinó a responder— ¿y tú? —Sus fórmulas sociales estaban empolvadísimas.
—Ahora que te escucho ¡Excelente! Intenté buscarte en la intranet y no encontré el enlace a tu dron de monitoreo...
—Cierto, cierto, es que con tanto ajetreo de las fiestas y los ensayos, no he tenido un minuto libre para buscar un reemplazo. Además... he tenido... visitas... —suspiró pensando en todo el rollo con Tomás.
—Tranquila mi reina de obsidiana, no te preocupes por eso ahora y lleva contigo a donde vayas la tarjeta que te di.
—Así lo haré, gracias.
—Esta mañana me he enterado de la muestra que hoy tiene TAXA en el Gótikobar.
—¡Oh! Sí, es hoy, en un rato.
—No me invitaste... —dijo con voz lastimera—. Pero como es entrada libre y yo soy insistente, igual me voy a aparecer por allá para verte cantar. Debe ser algo delicioso de contemplar... ¿Podemos pasar a video?
—Eh... Disculpa, he estado tan atareada... —Se había quedado sin palabras. Si bien era cierto que tuvieron unos encuentros amenos y compartieron momentos intensos (recordó su llanto y cómo la consoló y la cena y el vuelo en su aerocóptero hasta su casa y en fin...), su "relación" no estaba en ese nivel. No lo conocía, mas seguro que él ya la había investigado hasta su antecesor ¡Quién sabe qué de cosas sabía de ella!— Disculpa, es que justo voy entrando al baño a arreglarme para el concierto —mintió, pues aún estaba cómoda en su cama con el libro en las manos.
—Entonces no se hable más mi ágata oscura. Te mando un beso al aire y cada vez que sientas el viento seré yo.
—¡Qué ocurrente eres! Nos vemos —Cortó ruborizada sabiendo de la constante brisa que barría la montaña.
Sin proponérselo Fener le recordó a Beni. Ese chico que estuvo allí en el último año para apoyarla lo más que ella lo había dejado. Era un poco ingenuo, brusco y tocón, pero apuesto y... ¡¿Era él en el intercomunicador?!
—Hola Tamar ¿Todo en orden?
—Be... Beni... —dijo avergonzada de estar pensando en él—. Un poco indispuesta, pero ya... ¿y tú?
—He estado mejor... ¿Vas a ir al bar, cierto?
— Sí, claro, ya me estoy arreglando —Siguió, pero ni se había movido de sitio— ¿Por? ¿Pasó algo?
—Tranquila. Sólo quería cerciorarme de que estuvieras... Me pareció que no quedaste... Ni nos despedimos y...
—Todo está en orden, nos vemos en un rato que justo voy entrando al baño —Cortó sospechando hacia dónde se dirigía la conversación y sin embargo continuó sobre el colchón. Definitivamente algo no estaba yendo bien con sus sentidos.
—De acuerdo... nos vemos ¿Quieres que pase por ti?
—Gracias, no te preocupes, estoy con Patrisia, Ronal y... Tomás.
—Entonces... hasta un nuevo encuentro.
—Hasta un nuevo encuentro.
¡Qué! ¿Qué iba a hacer con esos señores cuando estuvieran juntos en el mismo espacio y les diera por galantear con ella? ¿Pelearían? Aunque no sabía exactamente las intenciones de Fener... sospechaba que... El más preocupante por obvias razones era... No lo había pensado y si... ¡No! No quería rebanarse el cerebro especulando ¡Que ocurriera lo que tuviera que ocurrir, igual era algo que solía pasar de sí! ¡¿Pero qué?! Solo faltaba que hablara León también...
—Hola Mar ¿Todo en orden?
—Todo en orden Kati ¿y tú?
—Por la gracia de Elohim todo bien.
—Es el "Concurso de la llamada" —Bromeó con el programa del multimedio donde se confabulaban familiares y amigos para mantener en llamadas continuas a la víctima del show durante un día— ¡Todos llamen a Tamar! —Rió.
—¡Oh! Discúlpame ¿Te importuno? Sólo quería saber cómo estabas y...
—No, no. No te preocupes, solo bromeo. Ahora me estoy sintiendo un poco indispuesta, pero ya se me pasará. Justo voy entrando al baño para arreglarme —agregó de igual manera que en las anteriores.
—De acuerdo
—Oye, discúlpame que no he podido ir a lo del evento que me invitaste y no sé si mañana me dé chance. Las cosas aquí han estado algo... intensas —Quiso decir eso con mejor tono pero no pudo maquillar su tristeza.
—Vale, no te agobies. Te dejo que te acicales yo también estoy vistiéndome. Pero te llamé porque necesitas estar consciente de que tienes ahora una lucha que no es contra la gente de carne y hueso que puedas estar viendo con tus ojos físicos, es una pelea contra malignas fuerzas espirituales que tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo oscuro y buscan engañarte con todas sus artimañas. Debes hacerte fuerte en unión con Yahshúa Adonai, por medio de la fuerza poderosa que te da al creer que es su sangre como Hijo de Elohim, la que te limpia de toda maldad... Porque la sangre de Cristo, Yahshúa Ha Mashíaj, tiene poder ¿Me entiendes?
—Mas o menos... —Las preguntas en relación con lo que le decía y por qué se lo decía eran tantas en ese instante que no lograba formularlas ¿Una lucha, una pelea? ¿A caso estaban en guerra y ella no se había enterado? ¿Fuerzas espirituales malignas? ¿Engañarla, a ella, para qué? ¿Qué tan importante era ella que pudiera estarse sucediendo todo eso a su alrededor? ¿Qué conocía Kati de lo que le estaba pasando y por qué? ¿Acaso sabía algo que ignoraba? ¿Por qué últimamente todos manejaban información que pasaba de ella?...
—¿Estás bien?
La voz del otro lado le recordó que hablaba por el intercomunicador. Volver en sí la hizo mirar la pantalla. Al hacerlo fijó los ojos en la hora que marcaba el reloj ¡Era tardísimo! Dejó el libro en la mesa y con el smartwhach en la mano se dirigió al baño. Tenía que apurarse o llegaría muy retrasada.
—Sí, perdona, es que... se me está haciendo la hora y como sabes estoy lejos —Ocultó la turbación en la que estaba.
—¡Oh! Sí, perdóname tú. Te dejo para que termines. Si crees en Yahshúa Ha Mashíaj, serás salva tú y tu casa. YAHWEH te rodea protegiéndote con su Ángel sólo si crees y confías en Él. Nos vemos ahorita.
—Nos vemos... — Ensimismada terminó la conversación.
Pero ¿qué era todo aquello? Viki también le había dejado un mensaje similar. Vino a su mente la conversación que escuchara desde el pasillo la otra noche. Tampoco era tan 'caída de la mata' como para no darse cuenta de que a su alrededor y con ella estaban ocurriendo cosas que escapaban de su comprensión y que bien podían encajar en su descripción. Ahora podía entenderlo mejor... ¿Esa fuerza oscura de la que hablaban se estaría refiriendo a Tomás o a...? En eso miró su reloj y se dio cuenta una vez más de que estaba sobre la hora. Así que apagó el dispositivo, no necesitaba otra llamada que la distrajera de nuevo. Tenía que apresurarse si quería llegar a tiempo al Gótikobar.
Ajustada al vestido de cuero púrpura, manga sisa, con escote en 'V' y corto; con botas hasta las pantorrillas; el sobretodo negro de cuello alzado con interior tornasolado que le enviara Tito; el cabello suelto cayéndole por los hombros; maquillados los ojos en negro y la boca en violeta, descendió a la cocina para comer algo ligero. No podía ir a cantar sin nada en el estómago, pero tampoco con este lleno. Haría los ejercicios de respiratorios de camino.
Aunque no había tomado ningún medicamento ni apaciguador sentía que sus sentidos se comportaban anormalmente. De repente podía escuchar lo que hablaban Ronal y Patrisia en el cuarto de abajo; el olor de la brisa fuera de la casa; le venía el bullicio de mucha gente y música en algún lugar; se le erizaban los bellos; sus pupilas se dilataban o contraían... La barra minerorgánica no sabía realmente a nada y apuró la bebida energética de igual forma.
Él percibió su turbación y lo que la afectaba sabiendo el porqué de todo. Se acercó por los pasillos hasta la cuarta puerta. Quería tenerla ya, librarla o condenarla. Ella advirtió unas vehementes ansias de bajar por la cuarta puerta y antes de que pudiese decidirse ya la había abierto. Ante sus sentidos confusos se dibujó la alta silueta. Su piel resaltó de blancura, sus cortos cabellos caían en ondulaciones, su barba y sus gruesas cejas, todo de negro, demarcaban unos pequeños y penetrantes ojos azules con destellos plateados que la hipnotizaron. Él también la observaba deleitado ¡Era recíproco! Se admiraron lo que pareció una eternidad mientras la llevaba a lugares recónditos en su memoria.
—¡Tamar! —gritó la presurosa voz detrás de ella.