Sin previo aviso el mes de octubre había llegado, sólo faltaba una semana para que Lauren hiciera maletas y aterrizara en tierras neoyorkinas en busca de conseguir un objetivo más, ganar ese concurso en Nueva York, su segundo objetivo era sobrevivir a la compañía de Camila y que por ningún motivo se tocara el tema de la relación que mantuvieron.
Varios meses habían pasado desde la última vez que Camila y Lauren se contactaron, pero con la cercanía de la fecha, les sería imposible evitar dicho contacto. Las ganas de volverse a hablar estaban latentes entre ambas, pero siempre algo las detenía, en el caso de Camila era su inseguridad, ya que no quería reflejar la emoción que tenía de volver a ver a la ojiverde, en el caso de Lauren, su ansiedad de no saber qué decir.
Las horas de ese día seguían transcurriendo como cualquier otro, Lauren se encontraba montando nuevamente su improvisado escenario en uno de los jardines de la Universidad para poder dar su último discurso antes de hacerle frente con su tesis al senado de Nueva York.
Clarisse aún no salía de clase, pero una vez fuera se iría a encontrar con Lauren en el jardín donde daría su discurso.
Vero y Lucy se encontraban presentes ayudando a su amiga a terminar de montar su escenario e invitar a las personas que pasaban por el lugar a quedarse.
El otoño estaba a todo su esplendor, los vientos se encargaban de pintar un hermoso paisaje digno de la estación con las hojas secas que ellos mismos arrancaban con su fuerza para llevar al punto de la tierra donde los jardines verdes necesitaran esos tonos cafés, que no dan señales de muerte, sino de renacimiento.
Entre esos jardines se encontraba Lauren, con su pelo suelto, desalineado, su labial color carmesí que embellecía aquellos carnosos y hermosos labios, su chaleco caqui que dejaba a la vista la blusa de manga larga que hacía juego con su vestimenta, su pantalón del mismo color que el chaleco y sus cotidianas botas negras.
Los minutos pasaban y Lauren veían que incrementaba la audiencia en el jardín donde presentaría su nuevo discurso.
-Creo que ya es momentos de que subas al escenario y comiences a hablar, hay buena audiencia justo ahora – Mencionó Lucy – Sí, lo sé pero estoy esperando a Clarisse, dijo que se desocuparía pronto pero no la veo por ningún lado – Lauren comenzó a buscar entre la multitud a la morena que aún no hacía acto de presencia – Sabes que Clarisse no se pierde ninguno de tus discursos, además ella ya se lo sabe de memoria, todo el tiempo practicas ante ella, es mejor que te subas antes de que la gente se canse de esperar y se comience a ir – Dijo Vero, animando a su amiga a subir al escenario y lo logró, Lauren comenzó a tomar el micrófono y a hablar ante la audiencia que se mostraba interesada por lo que la chica decía, y cómo no, si el rumor de su excelente exposición de tesis ante el Senado de Illinois se esparció como pólvora, todos querían saber lo que tenía que decir esta vez, quizás algunos estaban ahí por su belleza y otros por el simple hecho de decir "Yo la conocí antes de que fuera senadora cuando daba sus discursos en los jardines de la universidad".
El discurso sobre la deshumanización al trato del inmigrante y el olvido de los derechos humanos por parte del gobierno estadounidense había terminado, todos los espectadores aplaudían, incluso algunas personas intentaban acercarse a Lauren para felicitarla o cuestionarla sobre algún tema de interés político o social, ya que querían conocer su punto de vista.
Entre las personas se encontraba una joven rubia que logró colarse entre la multitud que rodeaba a Lauren, al estar cerca de la ojiverde, la chica tocó su hombro haciendo que Lauren se volteara a ver el origen de dicho toque.
-Hola, me llamo Anna soy estudiante de intercambio, vengo de Suiza, no sé mucho sobre la política norteamericana, pero me interesó mucho todo lo que dijiste ¿das algún tipo de clase o algo así? – Lauren se había dado cuenta que la chica que hablaba con un acento muy peculiar aún no quitaba la mano de su hombro, por lo que se removió un poco para zafarse del contacto – Mucho gusto Anna, soy Lauren, no doy clases, en realidad solo estudio ciencias políticas y esto lo hago por hobbie, pero me da gusto que te hayas interesado mucho en el tema, cuando quieras puedes ir a la biblioteca de nuestro edificio, ahí encontrarás todo lo que quieras saber sobre política, incluso para iniciar te recomendaría un libro de Ángela Davis "Mujer, cultura y política" – Terminó Lauren - ¿Y tú no podrías acompañarme a la biblioteca? – Preguntó la chica extranjera – Claro que sí, sin problema – Eres muy amable ¿lo sabías? Y muy linda también, me imagino el mundo de admiradores que has de tener – Mientras decía estas palabras Anna acortaba cada vez más el espacio que la separaba de Lauren, la cual no parecía inmutarse ante el acercamiento de tan extravagante chica – Dime cuándo tienes tiempo de llevarme a conocer esta inmensa ciudad - ¡Nunca! – Esa voz hizo girarse a Lauren para corroborar que esa palabra salía de la boca de Clarisse, la cual se acercó rápidamente a ella y la abrazó por la cintura sin previo aviso, algo que sorprendió a Lauren – Ella no tiene tiempo de llevarte a dar la vuelta por esta ciudad, ¿de dónde dices que eres? – Preguntó Clarisse con un tono sarcástico – De Suiza – Contestó Anna – Bueno, ustedes tienen fama de no llegar tarde a ningún lugar, pero me parece que aquí, sí llegaste tarde – Sin decir absolutamente nada la chica rubia abandonó el lugar haciendo un desplante, al ver a la chica alejarse, Lauren volvió a mirar a Clarisse que tenía una sonrisa de triunfo - ¿Qué fue eso? ¿Una escena de celos acaso? – En ese momento Clarisse no supo que contestar, ya que ella nunca había actuado de esa manera con ninguna persona, pero debía acostumbrarse que, con Lauren, todo era diferente.
-No sé, nunca me había pasado esto, discúlpame, es que no sé, la vi coquetear contigo y sentí mucho coraje, sentí... ¿Celos? – Lauren rió ante la cara de confusión que puso Clarisse al darse cuenta por primera vez que había sentido celos por alguien – No cabe duda que eres una pequeña fiera, ven acá – Lauren la tomó de la cintura para acercarla a ella y darle un beso, algo que no sucedió porque instintivamente Clarisse se alejó de ella – Lauren, aquí no, alguien nos puede ver – Comentó Clarisse quien se acomodaba la blusa para despistar el momento, la ojiverde inclinó la cabeza mirando fijamente a Clarisse - ¿Entonces lo nuestro sólo existe en mi apartamento? Es más ¿Tú y yo que somos? – Preguntó Lauren – Sabes que esto real, es sólo que aún no me acostumbro a estar tan expuesta en la calle, tú sabes, es la primera vez que ando con una mujer, todos me conocen porque anduve con Josh, no me lo tomes a mal no es que me avergüence de ti, es que aún no estoy lista para gritarlo al mundo – Terminó Clarisse – Es que no se trata de gritarlo, sino de sentirlo, si tengo ganas de besarte en la calle a plena luz del día lo hago y ya, porque lo siento, qué lógica hay en mi si hablo de libertad y ando con alguien que me quiere mantener oculta o quiere que oculte lo que siento.
Las palabras de Lauren salieron con un tono de desilusión y sin más se fue directo a la residencia con Clarisse detrás queriendo retenerla, situación que no pasó desapercibida por Lucy y Vero quienes se encontraban repartiendo volantes sobre una marcha que habría en diciembre - ¿Ahora qué hizo tu amiga la "closetera" para hacer enojar a Lauren? – Dijo Vero – La verdad no sé, pero la única tonta aquí es Lauren que sigue con ella – Mencionó Lucy – En eso tienes razón bebé, a ver, dame un beso para que sepan que nosotros no nos andamos escondiendo – Lucy sonrió ante la ocurrencia de Vero pero accedió a darle un beso frente a todas las personas que s encontraban en el lugar - ¡QUÉ VIVA LA LIBERTAD! – Gritó Vero después de besar a Lucy.
...
¿Cervezas? – Preguntó Camila - ¡Listo! – Contestó Dinah – ¿Vino tinto? – Más que listo – Plátanos - ¡Ya! – ¿Helado de Vainilla? – Lo dejamos porque hacía mucho frío para comer helado - ¡Oh, tienes razón! ¿Sales para el baño? – No tenemos jacuzzi, pero listo - ¡Oh, rayos no los hubiéramos comprado! – ¿Así como la comida para cachorro? – No sabemos si Lauren traerá a una mascota - ¿Cómo? ¿Su novia vendrá también? - ¡Dinah! – Ok, me cayó – Afirmó la polinesia - Sólo quiero que no falte nada en la casa durante la semana que Lauren esté aquí – Dijo Camila mientras acomodaba junto con su amiga las cosas en la alacena.
- ¿Y cuál será el itinerario? – Preguntó Dinah - ¿Cuál itinerario? – Sí, iremos al aeropuerto por Lauren o ella ya sabe la dirección de donde vivimos - ¡Maldita sea! ¿Tengo que hablarle para saber eso verdad? – Preguntó Camila mientras colocaba su mano en la frente en señal de preocupación – De hecho, se me hace raro que ella no te haya hablado ¿a quién le urge más a la visita o a ti? - ¿A mí? – Contestó Camila con una pregunta - ¡A la visita tarada! O dónde piensa dormir la otra ¿en Central Park? Dios yo no sé quién está más tonta.
En ese momento tocaron la puerta de su apartamento, ambas chicas se vieron de manera desconcertante - ¿Es para ti? – Preguntó Dinah señalando a Camila - ¡A ver Dinah permíteme activar mis rayos láser para ver detrás de la puerta! ¡Ah, si es para mí! ¡Claro que no sé! ¡Ve abrir! – La polinesia que estaba más cerca de la puerta se acercó a abrir, frente a ella se encontró a un chico de pelo negro y ojos verdes, que sacudía su chamarra que tenía gotas de agua debido a la tormenta que azotaba en la ciudad – Disculpa Dinah, ¿se encuentra Camila? – Preguntó el muchacho - ¿De parte de quién? – Devolvió con pregunta la polinesia – Soy Ryan – Muy bien...RYAN DÉJAME VER SI CAMILA SE ENCUENTRA EN EL APARTAMENTO – Gritó la polinesia quien le indicó al chico que aguardara un momento en donde estaba para ir a inspeccionar el apartamento, inmediatamente Dinah entró a la cocina - ¡Dile que no estoy, dile que no estoy que regreso dentro de un mes, que me fui a China, qué sé yo – Dijo Camila que se escondía detrás del desayunador – Sal y hazte cargo de tus admiradores – Dinah, maldita sea no voy a salir, así que córrelo ya – Sin más que decir Dinah salió de la cocina directamente a la puerta donde se encontraba Ryan, quien tenía en sus ojos algo de ilusión por volver a encontrarse con Camila – Hola Ryan, sabes hice una búsqueda exhaustiva en el apartamento pero Mila no está aquí quizás esté en la universidad estudiando, ya vez cómo es ella – El chico bajó la mirada un poco decepcionado por la respuesta de Dinah – Ok, muy bien, cuando vuelva le podías decir que la busqué – Comentó Ryan – Claro que sí, hasta pronto – Sin más el chico salió del edificio, Dinah volvió dentro del apartamento para buscar a su amiga que aún se encontraba en la cocina – Creo que debes mantenerte atenta, ese chico no se dará por vencido muy pronto – Dijo la polinesia – Sé que algún día me lo tengo que topar pero ahorita no tengo cabeza para mandarlo a volar nuevamente – Contestó Camila.
-Déjame adivinar, tu cabeza está en Chicago – Aseveró Dinah – No precisamente, pero en cierta parte si, hoy más que nunca he tenido ideas sobre bocetos para la canción que presentaré a finales de año, al menos ya tengo definido los instrumentos que estarán en esta y el género musical, pop – Dijo Camila – Bueno, eso ya es un avance – Comentó emocionada Dinah, al dejar pasar unos minutos, la polinesia continuó – Mila ¿Te puedo hacer una pregunta? – Camila asintió con la cabeza mientras se servía un vaso de agua - ¿Qué esperas que suceda con la visita de Lauren a la casa? – La pregunta tomó de sorpresa a la latina que en ese preciso momento le daba un sorbo a su vaso de agua – En realidad, ninguna ¿por qué lo dices? – Preguntó Camila que se limpiaba la boca debido al salpicón que se dio mientras bebía agua – No lo sé amiga, te noto tan emocionada y nerviosa porque venga Lauren que en realidad no creo que no esperes que suceda algo – Mencionó la polinesia – Honestamente, no sé qué quiero, no sé si busco que me perdone y olvide todo lo malo que hice, no sé si sólo quiero su amistad o si quiero algo más de ella – Dijo Camila que en ese momento salía directo a la sala junto con su amiga para sentarse ambas en el sofá – Es que eso es lo que quiero que definas Mila, porque no quiero que se vuelva a repetir a misma historia, ustedes dos de nuevo juntas y tu temor lo arruine todo de nuevo – El comentario se sintió un poco rudo pero honesto, y es que Camila lo sabía, se conocía, temía tanto a la distancia, tenía miedo de extrañar todo el tiempo a esa persona y que de la noche a la mañana esa persona se despertara y ya no quisiera esperarla – Ya no volverá a pasar lo mismo porque ahora son otras circunstancias, no busco volver con Lauren, no ahora y creo que ella no permitiría que eso pasara una vez más. Sólo quiero que ella disfrute su estadía en Nueva York y gane ese concurso, es todo lo que quiero – Dijo Camila mientras miraba a su amiga – Sabes, me alegro que le desees todo el bien a esa mujer porque tu y ella se lo merecen – Mencionó Dinah – Y si está en mis manos ayudarla Dinah, lo voy hacer - ¡Aww, ven para acá maldito chancho noble! – Los días se acercaban cada vez más y Dinah lo sabía, si alguna vez Lauren y Camila se volvían a encontrar las cosas no serían tan suaves como ellas imaginaban, porque de antemano sabía el imán de atracción que había entre ambas y su historia de amor, es una historia que aún no tiene un final escrito, por más que lo parezca.