UNA VEZ MÁS

Par ana_pau02

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Lauren Jauregui encontró el amor en su mejor amiga, Camila Cabello, y también experimentó el dolor que este p... Plus

Clarisse
Lauren
Camila
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
A mis lectores

Capítulo 11

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Par ana_pau02

Había pasado una semana desde aquella charla corta pero significativa entre Lauren y Camila, durante esos días Camila había vuelto a escribir y componer música, cómo si una parte de ella volviera a ilusionarse por crear sonidos envolventes para el alma, ella sabía la causa de su repentino despertar creativo que había estado dormido por largos días, también conocía la realidad en la que estaba parada, para Camila la distancia siempre fue un impedimento para mantener viva una relación, aunque Lauren le repitiera una y mil veces lo contrario, también conocía que su pensamiento y corazón se ilusionaban por una realidad inventada, creada sin fundamentos ¿Quién le decía que esa llamada también despertó algo en Lauren? ¿Quién le aseguraba que la perdonaría? ¿O peor aún, quién le afirmaba que volverían a estar juntas? Tampoco estaba segura si el rumbo que tomaran sus carreras las mantendría alguna vez en el mismo lugar.

Por otra parte, los días para Lauren fueron una montaña rusa de sentimientos, por un lado estaba su emoción por la inscripción de sus tesis al concurso en Nueva York, por otro, Clarisse, que desde aquél beso las cosas habían cambiado entre ellas, ahora sus encuentros en el apartamento no sólo implicaban charlas sino también caricias y besos que comenzaban de manera tierna y elevaban la tensión entre ambas al punto de tener que separarse para tomar aire, lo inquietante de la situación para Lauren era que aún no definía sus sentimientos hacia la morena y tampoco tenía idea si esto llegaría a ser una relación formal, sus dudas se basaban en que ella no sabía a ciencia cierta si quería algo serio nuevamente con una persona y también no sabía qué tan segura estaba Clarisse de esto, pues la chica de ojos color miel jamás anduvo con una chica.

Y aunque no lo quisiera ver, entre sus problemas estaba Camila, la persona que desató su locura con el simple hecho de escuchar su voz por unos minutos en el teléfono, si esto sucede con el hecho de escucharla, ¿qué sucederá cuando la vea por una semana entera?

Lejos del pensamiento de Camila y Lauren se encontraba su entorno, el cual incluía a sus amigas quienes con sumo interés miraban el actuar de estas dos.

A Dinah le encantaba ver a su amiga ilusionada y feliz, canturreando por todo el apartamento día y noche, incluso había notado un cambio de actitud en la escuela, aunque este lugar siempre fue para Camila un escape a su realidad y una bienvenida al mundo de las melodías que tanto amaba, ahora merodeaba con más energía por los pasillos, tocaba con ímpetu los acordes que le indicaban en cada instrumento e incluso se volvió más participativa de lo común, el único problema que Dinah percibía en todo esto era que la felicidad de su amiga estaba basada prácticamente en ilusiones, las cuales incluían a Lauren, y eso de alguna manera inquietaba a la polinesia, porque le era complicado descifrar si la ilusión despierta en su amiga la llenaría para convencerla de recuperar a la que alguna vez nombró, el amor de su vida o nuevamente se repetiría la historia y a pesar de todo el amor que siente, le ganaría sus inseguridades, la distancia, su miedo a estar lejos de Lauren, y que ella por la ausencia se diera cuenta que Camila no es más que un amor pasajero que como muchos, es vencido por las adversidades del tiempo, que se miden en minutos y se dividen en olvidos.

Sería mejor preguntar antes de imaginar, sería mejor prevenir antes que lamentar, sería mejor hablar con la verdad y esta vez, por cuestiones de amor, dejar de lado lo que simplemente no será.

Verónica y Lucy, no eran ajenas a la llamada que había sostenido Lauren días atrás con Camila, pues su amiga les había contado todo.

 Las chicas aún recordaban cada detalle de la charla que la ojiverde tuvo con ellas, por ser conocedoras de la historia entre Lauren y Camila, ambas sabían descifrar perfectamente los gestos que tenía Lauren al hablar de ella, en aquél entonces, hablar de Camila para Lauren era transmitir a través de su mirada, amor, admiración, cariño, confianza, pero ahora cuando ella hablaba de Camila sus ojos, sus gestos se volvían una caja fuerte de la que tenían que encontrar la clave para descubrir lo que en realidad guardaba dentro.

Enojo, alegría, ilusión, dudas, tristeza, algunos de los sentimientos que Vero y Lucy lograron percatar en su amiga, durante este pasar de los días notaban como Lauren se desconectaba del mundo exterior para perderse en sus pensamientos por un tiempo indefinido, ¿Qué tanto pasará por su mente? No lo sabían. Lo único que conocían es que la bipolaridad dimensionada a la tercera potencia volvía al cuerpo de su amiga después de algunos años de estar oculta, aunque lo sorprendente era que esta desaparecía con Clarisse presente, algo sucedía cuando la morena aparecía en la periferia de Lauren, esta se volvía de repente alegre y después ansiosa, tanto era su nivel de ansiedad que muchas veces no escuchaban decir alguna palabra a Clarisse desde que cruzaba el umbral de la puerta del apartamento, ya que la ojiverde corría a abrazarla y besarla hasta que se quedaban sin aliento, después ambas se quedaban todo el tiempo en el cuarto de Lauren, cuando Clarisse se iba, Lauren volvía a su estado no tan natural "la bipolaridad dimensionada", Vero y Lucy comenzaban a descifrar qué papel jugaba la chica de ojos color miel en la vida de su amiga, podría ser un escape a las situaciones por las que atravesaba Lauren, pero qué tranquilidad le podría dar esta chica si la misma ojiverde había confesado tener dudas sobre Clarisse, porque la chica aún no aceptaba su situación con Lauren y mucho menos pensaba oficializar su relación.

Eran muchas variantes que su amiga vivió durante esos días, pero ellas sólo eran simples espectadoras de una película muy interesante, donde la protagonista que era su amiga consiguió andar con una chica que el límite de su amor por ella no era el mundo, sino cuatro paredes y que en unas cuantas semanas más, la protagonista vería al amor de su vida con la cual, pasaría una semana conviviendo en el mismo techo, en el mismo lugar ¿qué final tendría esa película? Ellas esperaban que el lógico, aunque en esta historia algo no estaba escrito, no sabían si la protagonista aprendería a perdonar y lucharía por el amor de la persona que siempre quiso o le ganaría el rencor que después se apoderaría del miedo al no querer vivir la misma historia nuevamente y volver a salir herida.

Era cuestión de percepción, era cuestión de ángulos, era cuestión del tiempo, era momento de ver el desenvolvimiento de la historia, aunque como amigas sabían que si esta historia tomaba un rumbo distinto tendrían que poner manos a la obra.

....

El aire hacía falta en esa habitación, poco a poco las prendas se hacían menos, y los cuerpos cada vez mostraban más piel, las manos se volvían expertas en sacar sonidos de excitación, de placer, de gozo, si esto era un taller de música, ambas se estaban convirtiendo en aprendices avanzadas en el ejercicio de saber tocar el acorde exacto que emanaría de ese instrumento un dulce y audible sonido de pacificación, en este caso la paz evolucionaba en erotismo puro, la razón pudiera ser que Lauren estaba aprendiendo a tocar un tierno y sensual instrumento llamado Clarisse, mientras ella ingenua y angelical se permitía sentir cada uno de los acordes que accionaban distintas melodías y distintas sensaciones en ella, por primera vez en su cabeza no escuchaba la voz del arrepentimiento por llegar tan lejos, por dejar a la intemperie su cuerpo y en manos de un desconocido, por primera vez no quería salir huyendo, su mismo subconsciente se lo impedía, su valor se doblegaba a lo que sentía, se sentía presa del deseo y no quería ser rescatada, al contrario, todo lo que quería era que esas manos que la sometían ante sus encantos profundizaran más su toque, penetraran más su esencia, terminaran con ella y la hicieran resucitar de nuevo.

Los ojos de Lauren mostraban deseo, ímpetu y ganas de colonizar, cual descubridor, el cuerpo en el que estaba inmersa, sus manos divagaban de arriba a bajo por todo el sendero de esa piel morena, hasta el punto de despojarla de cualquier prenda que se atreviera a ocultar semejante paisaje, de un momento a otro miró con ansiedad los ojos de su presa, como si quisiera pedir permiso para devorarla y mitigar su sufrimiento, pero al ver a Clarisse, su mirada se tornó tierna y dócil, era la primera vez que este cuerpo era tocado de esta manera, era la primera vez que Clarisse no huía ante sus deseos y se sentía segura entre los brazos de Lauren, sin importarle nada más.

- ¿Quieres que siga? – Preguntó Lauren mientras miraba fijamente los ojos de Clarisse los cuales albergaban deseo, sólo deseo – No me preguntes eso cuando yo no he detenido nada – Al contestar, Clarisse atacó sin piedad los labios de la ojiverde para después recorrer con sus manos la espalda desnuda de su amante, quien en ese momento respondió al beso, el cual le dio la pauta para explorar con sus manos los pechos de la morena, aquellos que tocaba con semejante cuidado y a la vez quería devorarlos, sus labios viajaron por el cuello de Clarisse hasta llegar a sus senos, los cuales besó con intensidad, los pezones erectos de la morena incitaban a la ojiverde a probarlos nuevamente y succionarlos cada vez con más fuerza, todo por el simple gusto de ver arquear la espalda de la chica de ojos color miel, después de jugar con sus senos sus manos en conjunto con sus labios se desplazaron hacia abajo hasta llegar al monte de venus de la morena, donde la lengua de Lauren hizo estragos en cada lugar sensible de la chica de ojos color miel.

Las palpitaciones de Clarisse en su centro aumentaban a cada instante, al grado de ofrecer aquel lugar de su cuerpo tan sagrado que siempre cuidó para ser entregado a ese ser especial, que en aquel momento tenía nombre, Lauren.

La ojiverde estaba lista para comenzar a explorar aquella zona resguardada por las doctrinas y creencias de aquella chica, pero que se abrieron para ella, porque ella había hecho algo bien que los demás no y es por eso que debía hacerlo mágico.

Poco a poco Lauren se acercó al centro de Clarisse, antes de comenzar a descubrir dichas tierras volteó a ver a la morena, quien con una mirada de desesperación le confirmaba a Lauren que estaba más que lista para vivir esa experiencia, y así fue como Lauren comenzó a trazar formas sobre el Clitoris de la morena que al sentir esos electrochoques en su cuerpo le fue inevitable soltar un gemido de placer instantáneo, al ver la reacción de la morena la ojiverde comenzó a recorrer sin tapujos el centro de aquella mujer que se retorcía ante las sensaciones que le daba la lengua de Lauren en su centro.

-Cierra tus ojos Clarisse, relájate – Mencionó Lauren, y así lo hizo la morena, la ojiverde comenzó a penetrar con cuidado a Clarisse, la cual soltó un gemido de dolor – ¿Estás bien? – Esta vez la chica de ojos color miel sólo asintió lo que hizo que Lauren continuara embistiendo de manera cautelosa a la morena, cuando volvió a escuchar gemir de placer a Clarisse, la ojiverde no dudo en introducir un segundo dedo, cosa que no pasó desapercibida para la morena – Relájate, no te haré daño – Estas palabras hicieron que la morena volviera a relajarse, poco a poco los movimientos de Lauren dentro de ella volvían a hacerla sentir placer, al grado de pensar que explotaría en cualquier momento, la ojiverde sintió cómo las paredes de la morena se contraían, en ese momento no dudó de acelerar sus embestidas, en unos segundos más Lauren sintió como un líquido recorría su mano, ella había llegado.

Como alpinista encajó cada beso desde su ubicación hasta la cima que eran los labios de Clarisse.

Al llegar hasta sus labios Lauren notó que por las mejillas de la morena corrían un par de lágrimas, no dudó en limpiarlas con su pulgar y besar cada una de sus mejillas - ¿Te lastimé? – Dijo Lauren preocupada – No, me hiciste muy feliz – Contestó entre lágrimas Clarisse – Por favor, abrazame y no me sueltes – Continuó la morena, Lauren sin dudarlo hizo lo que la morena le decía – Te quiero mucho – Dijo Clarisse – Yo también – Mencionó Lauren – Todos estos años de espera valieron la pena, después de esto no se te ocurra dejarme, por favor – Lauren trató de ser lo más honesta al contestar esta petición – En estos momentos no pienso hacerlo Clarisse, tú me tranquilidad – Entonces no me sueltes, sólo no me sueltes.

Una noche cualquiera, dos personas decidieron entregarse, una quizás en nombre del amor y otra probablemente en nombre del placer, aún no se definía la situación, lo único definido eran los cuerpos desnudos de yacían en esa cama abrazados como si de eso dependiera el amanecer al día siguiente.  

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