Amor Para Dos

By AnthonyTesla

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Will va a morir; él ya hizo las paces con ese futuro, y acepta lo que vendrá en el horizonte. Lo que no acept... More

¿Nos Volveremos A Ver?
Amor Para Dos
Un Vestido, Un Pasado, Un Futuro
La Clase De Literatura
Enséñame A Bailar
PROVISIONAL
Paso A Paso
La Fiesta De La Vida
En Pedazos
PROVISIONAL
No Te Atrevas A Irte Sin Decir Adiós
Lo Demás Lo Podemos Inventar

Querido Will

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By AnthonyTesla


Su estado de consciencia apenas podía llamarse tal; por unos cuantos segundos, más de los que debería tomarle a una mente sana, Will puso en duda su lugar en el mundo y el tiempo. ¿Dónde se encontraba? ¿Estaba vivo siquiera?

En efecto, seguía existiendo, ¿por cuánto tiempo más? Eso es una pregunta aparte.

Sintió una mascarilla de frío plástico apretada contra su boca, y escucho el pitido incesante de maquinas en ardua labor de arrebatar su alma de las garras del Ángel de la muerte.

—¿D-dónde estoy? —dijo, o más bien, tal era la intención; pero entre el sentirse atrapado en esa máscara, y la debilidad de su cuerpo, ¡quién sabe si su mensaje fue recibido!

Abrió los ojos con lentitud; lo primero que divisaron fueron los de su madre, coloreados de un rojo intenso, y con marcas del rumbo que sus lágrimas recorrieron por sus mejillas rosadas.

Sintió en su frente la caricia de la mano de ella, con un calor de afabilidad como sólo una madre puede proporcionar.

—Tranquilo Will, tranquilo —dijo casi al ritmo de un arrullo—, estás bien ahora.

Hubiera respondido antes, pero seguía carente de tal capacidad. A lo mucho, podía denotar emociones con su mirada, y eso era el alcance de su poder.

—Hay alguien deseosa de verte —ella le dijo.

Will finalmente logró que su mente aterrizara, y recordó los detalles de la noche anterior... o hasta dónde él seguía suponiendo debía ser la noche anterior.

—Pasa, ya está despierto —la madre dijo tras abrir la puerta del cuarto del hospital.

Y entró ella; Sarah: su rostro cubierto por su larga cabellera, como un escudo, o un muro edificado para mantener cierta distancia; el reflejo de la luz de uno de sus ojos se filtró por un pequeño espacio entre sus rizos y ondas capilares. Y todavía su figura vestía las ropas del baila. Por lo menos se dio una idea que no debió haber caído en inconsciencia durante tanto tiempo, a menos que fuera una desagradable tortura de parte de ella.

—Los dejaré solos —la señora Hoggard comentó.

Se fue, y Sarah no dijo palabra alguna; su respiración era muy lenta y profunda. Will casi sintió que la máscara de oxígeno estaba en el rostro erróneo.

Pero lo que de verdad preocupaba al rubio era el saber cómo eventualmente la morena le soltaría su parecer; no con palabras.

No con gritos.

No con el agudo lamento del llanto.

Will notó una hoja de papel enrollado en aquellas manos oscuras de su todavía pareja; se acercó con lentitud, cual si meditara cada paso, como si cada pequeño centímetro que se avanzara estuviera puesto en debate en el interior de su cabeza y hasta de su corazón,

La colocó en una mesa lateral, y salió de la habitación, no sin antes tomar la palma diestra del rubio, y besarla con gentileza.

Will pudo notar que era un pequeño sobre, el cual no tendría la oportunidad de leer al instante, y no dejaría que su madre lo hiciera por él, pero estaba dispuesto a recibir el mensaje más temprano que tarde.

Tenía que hacerlo, y más le vale que así fuera, no sólo por él, sino para gratificar de algún modo los esfuerzos de Sarah.

"Querido Will:

Si puedes leer en esto, quiere decir que debo de agradecer a Dios o Diosa o quién sea de que sigas aquí, porque por un momento, pensé que no te volvería a ver. No necesita pasar más de un día para saber que esa imagen de verte caer en esa pista de baile es una que se quedará grabada en mi memoria hasta el día de mi muerte.

Si lograste escapar de ella, me da gusto, y lo digo con toda sinceridad.

El problema es que eso es algo que no me pudiste otorgar.

Pudiste decirme sobre tu problema, en lugar de tener que enterarme de la nada, siendo el centro de todas las miradas de un evento que pensé sería un suceso para recordar, y bueno... lo fue, sólo que no necesito aclarar que no era lo que tenía en mente.

En mis manos, tras verte colapsarte, sentí algo entre los dedos; eran varios mechones tuyos. Así que, incluso si hubieras podido terminar la noche e irme a dejar a casa como si nada, ¿crees que no me daría cuenta? ¿Por cuánto tiempo tenías planeado ocultar tu estado?

Me gusta dar esa imagen de "adorable ingenuidad", cariño, pero no soy estúpida.

O tal vez sí lo sea, porque sólo una estúpida no hubiera descubierto todo lo que pasó, porque de pronto, todas las piezas cayeron en su lugar.

¿No querías verme llorar? Eso lo entiendo; a pesar de todo, puedo sentir que tu alma es noble, y siempre con la mejor intención en mente; pero el camino a la perdición está pavimentado con justo eso; idiotas bienintencionados que sacan provecho de gente todavía más idiota.

Y si hubieras tenido que irte, me hubiera quedado a lado tuyo. ¿Hubiera sido duro? Sí. Claro que hubiera llorado, porque eso es algo que debe ocurrir: si te lloré, lloro o lloraré es porque estás en mi corazón, porque te amo, y no se puede sólo apagar tal sentimiento: quisiera odiarte, créeme, pero tu bienestar me sigue preocupando, y eso durará toda tu vida, y la mía.

Pero... tengo mi dignidad, y aunque quiera estar junto a ti, esta mentira no fue algo pequeño que pueda dejar ir. Quiero matarte... va, no de ese modo, ¡pero sabes qué quiero decir! ¡Estoy tan furiosa! ¡Tan enojada contigo! ¡Y... y es por eso...!

...es por eso que debo alejarme, porque necesito aclarar lo que me rebota en el alma; sé que te amo, pero me hiciste un daño tremendo ocultándome tu estado de salud, ¿crees que se siente bonito tener que escucharlo de tu madre en la sala de urgencias? Temiendo que quizá no te volvería a ver. Consolando a la pobre mujer al tiempo que yo trato de no caerme a pedazos.

De verdad deseo que salgas de esto, y que te mejores; si pudiera pedir un deseo, ese sería.

Pero por ahora... no quiero verte, y no sé si eso cambiara pronto.

Con amor... porque sí, no miento cuando dije que lo hay.

Sarah."


Y quizá fue egoísta el tomar tal actitud, pero la chica morena de vestidos anticuados encontró forma de volver a su rutina; amigos, clases, y tareas incluidas.

—Señorita Greenberg, ¿puede quedarse un poco? —el profesor Kovacs le pidió a la morena tras terminar con la clase de literatura.

—¿Pasa algo? —inquirió al acercarse a su escritorio, después de que el Allyson cerrara la puerta tras de sí, curiosa sobre el motivo que el docente detuvo por un poco más de tiempo a su amiga.

Claro, ella ya sabía la respuesta.

—Profesor, lamento por no entregar la tarea a tiempo pero...

—No es necesario excusarse, señorita Greenberg; no esta vez por lo menos. Escuché lo... ocurrido, y de hecho me sorprende que haya venido a clases el día de hoy.

—Oh... eso... ¿se escuchó?

—Es un barrio pequeño, señorita.

—Supongo que sí —suspiró consternada.

—El caso es que, quisiera ofrecerla una extensión para su trabajo; no soy inflexible, entiendo que pasó por algo que... francamente no quisiera que nadie pasara jamás. No le puedo sólo regalar la calificación, aunque sea un aprobatorio: es lo más que puedo hacer sin que más arriba en la dirección comiencen a hacer preguntas.

—E-está bien, no se preocupe —Sarah contestó—, v-voy a traer algo para el viernes, ¿de acuerdo?

—Me parece bien. Ahora, puede salir señorita Greenberg.

—Gracias, profesor...

—Oh, y...

—¿Sí? —la estudiante se detuvo en la puerta.

—Lo lamento de verdad.

—Está bien; él... está bien. Pero... gracias profesor.

Se sonrieron, y finalmente Sarah salió del aula; que su semana apenas comenzaba, y a pesar de lo ocurrido, el mundo sigue teniendo que girar.

—¿Lo vas a dejar? —preguntó Allyson tras caminar a su lado después de la salida de clases.

—No.

—¿No lo vas a ver entonces?

—No.

—¿Pero...?

—Todavía no puedo, Allye —contestó firme, pero nunca al punto de perder la paciencia, aún cuando se encontraba al borde de ello—. ¿Bien? No puedo. No puedo, no puedo, no... no es fácil lidiar con esto.

La calle se encontraba vacía, y un gentil viento jugueteo con los bordes de su falda; ni una voz se escuchó por unos segundos, y fuera de los aires pasando por aquellas calles desiertas, y la respiración de su amiga, el silencio no se rompió hasta que arribaron a la ruta bifurcada, donde cada una tomaría el último trayecto a sus respectivos hogares.

—¿Está grave? —la pelirroja inquirió.

—Eso me dicen.

—Si fuera yo...

—Pero no soy tú.

Allyson suspiró.

—Cierto es —contestó con los ojos cerrados—, y bueno... nos vemos mañana.

—Nos vemos mañana.

—Espero que puedas decir lo mismo de Will —la pelirroja murmuró.

—¿Dijiste algo?

Allyson no deseaba pelear, o molestarla más de lo que ya se encontraba.

—No —agitó su cabeza —. No dije nada...

Se vieron una vez más, y cada una regresó a su casa.

N/A: ¿Así que, qué tal? ¿Les gusta? ¿No?

Igual, espero sus votos, comentarios, o aunque sea lecturas fantasmas; tiene más sentido aquí de lo que piensan XD

Shalom camaradas.

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