Voltee y vi una carta en la mesa, una corriente pasó por mi cuerpo estremeciéndome por completo, algo en mí sabía que lo que leería a continuación no era nada bueno pero tenía una pequeña esperanza de que no fuera lo que estaba pensando, la abrí y a cada oración que leía sentía mi corazón romperse más. La carta decía lo siguiente.
-____, lamento decirte mediante esta carta que todo lo que ocurrió nada más fue un juego, muy divertido por cierto, desde el día que te conocí fuiste el punto clave para salir de ese infierno. Va, agradezco tu ingenuidad por creer cada una de mis palabras, dime, ¿quién puede creer las palabras de un psicópata? Ah, verdad, tú. Dios, me cautivó lo susceptible que pudiste ser. Pero bueno, en algún momento de nuestro tiempo juntos te hiciste una carga para mí, eras un obstáculo para mi libertad y los obstáculos se sacan del camino.
Te quiero pedir perdón. Las veces que decía un "te quiero" eran nada más que falacias y me parecía repugnante, jamás lo sentí ni lo sentiré, y por cierto no te quiero volver a ver.
Me voy porque no quiero lastimarte con más mentiras, no quiero que me busques, ríndete, no te quiero, nunca lo hice, ni lo haré. ¿Te lo grabaste o lo vuelvo a repetir?
Lo que pasó la noche anterior fue un error, fue solo por impulso, fue el momento de calentura, solo fuiste un juguete más.
Quiero que sigas tu vida y que encuentres a alguien que te haga feliz.
- Abraham.
¿Abraham me mintió? ¿Todo fue un simple juego? Empecé a sentir una presión en el pecho, el dolor se expandía a cada rincón de mi cuerpo dejándome sin aliento. Me usó, solo me usó, ¿cómo pudo hacerlo? yo lo amaba, lo amo. El solo jugó conmigo, lo odio, es difícil odiarlo cuando aún lo amo.
-Es un... es un... un... un idiota!- Grité mientras caía de rodillas, las lágrimas incontrolables bajaban por mis mejillas y la vista se me nublaba.
Narra Abraham
Sé que es una decisión difícil y sé que me pueda arrepentir pero no hay vuelta atrás, no la hay. Tengo que decir que salí del país buscando mi propio camino. Para ser exactos en estos momentos estoy en Londres. No quería lastimarla más, sabía que si me quedaba me la podía encontrar en cualquier parte y sería mi fin.
Acabo de llegar a esta hermosa ciudad, su infraestructura es el mejor, me enamoré de esta ciudad, por ahora estoy buscando donde quedarme y mañana buscaré algún trabajo que se me presente.
Encontré un hotel y pedí una habitación, me cambié y salí para poder ver a más a fondo como es la ciudad de Londres.
Estaba caminando por las calles, el cielo grisáceo se tornaba de un azul oscuro avisando que la noche se avecinaba, había un letrero que me llamó la atención por ser el único en la calle, era un bar así que decidí entrar. Primera vez que entro a uno de estos,pues, veamos que me espera.
–Cuando sabes que lo tienes le dejas de dar importancia pero cuando te das cuenta que lo perdiste es ahí cuando queremos hacer hasta lo imposible para que vuelva. Siempre esperamos el último minuto para valorarlo. Pero ya es tarde, demasiado tarde.
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Quién diría que regresaría. Lamento la demora pero me había olvidado la contraseña ahr.
pERO ya estoy aquí y la cuarentena me hizo darle fin a esto.