Resumen de capítulos anteriores:
Logan encuentra a Justin y a Kelsey a punto de besarse y explota. Discuten a tal punto de que él acaba la relación con ella Enojada y triste, le echa la culpa a Justin pero él le convence de que sus relaciones ya colgaban de un hilo. Pasa un tiempo y llega la época navideña. La familia de ambos deciden celebrar Navidad y Año Nuevo juntos en casa de los abuelos. Justin aprovecha esta oportunidad para estar más cerca de Kelsey y convencerla de que le de una última oportunidad. No obstante, se encuentra con Natalie en el supermercado y tienen una pequeña conversación que lo deja afectado pues él nunca quiso lastimarla de ninguna manera.
No tengo derecho a exigir nada... Voten y comenten si creen que lo merece.
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Justin.
Al llegar a casa mi estado de ánimo no es el mismo de esa mañana. Nadie lo nota porque están lo suficientemente distraídos para no prestarme atención. La casa está llena de alegría, colores brillantes y risas de pura felicidad, pero ahora todo lo que yo veo es de color gris. Haber visto a Natalie de nuevo me dejó con un vacío en el pecho, un vacío que está calando muy dentro de mí y que apenas me deja respirar. Sin duda alguna, estoy triste. Me siento culpable de haberle hecho tanto daño cuando todo lo que ella merecía era un amor de verdad. Después de cinco años de relación no se merecía que la engañara de esa manera. Le rompí el puto corazón. Y lo peor es que no me arrepiento de haber besado todas esas veces a Kelsey. No puedo controlarme cuando ella está cerca de mí.
Con sólo una mirada puede lograr que todo mi cuerpo arda. Esos ojos azules grisáceos me matan. Kelsey Cassey es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida. A pesar de que no hice las cosas de la manera correcta, me alegra estar más cerca de ella. Tengo la certeza de que la recuperaré. Por nada del mundo me rendiré. No cuando lo he dejado todo por recuperar su amor. Mi fe es lo que me mantiene de pie después de todo lo que ha sucedido en los últimos meses.
Por un momento llegué a pensar que Kelsey jamás volvería a mi vida.
Y ahora la tengo tan cerca. A sólo unos pocos metros de mí. Desde la puerta la observo colocar la estrella en el árbol de Navidad. Se ve tan hermosa así como está; sin una pizca de maquillaje, el cabello recogido en un moño, con los pantalones holgados y esa vieja camiseta mía. Es de los Rolling Stones. Un día se la presté porque quería tenerla. Yo no me negué porque amaba demasiado verla usando mi ropa. Siempre le gustó usarla. A mí no me importaba. Me sentía especial al verla usando mis cosas que también le pertenecían. Kelsey siempre me llevaba con ella. Quiero que sea así otra vez. Aunque sigo muy consciente de que fui yo quien jodió todo y estaré arrepentido de lo que hice por el resto de mis días, no obstante, haré todo lo que esté a mi alcance para remediar mis errores.
Una pequeña sonrisa se me zafa al ver a Kelsey reír. Se ve tan linda, tan serena. Dejo salir un suspiro y salgo de la casa para fumar un cigarrillo, y tomar algo de aire fresco.
La conversación con Natalie aún me tiene con el corazón estrujado. No puedo evitar sentirme mal. Quise convencerla de que me llegué a enamorar de ella pero ni yo mismo estoy convencido de que eso pasó en realidad. La quise y mucho, es cierto, pero creo que jamás la amé de verdad. Ella nunca me hizo sentir como Kelsey. Muy en el fondo lo sabía, sin embargo, me obligué a creer lo contrario por cinco largos años. De nada me sirvió. Cuando volví a ver a mi ángel, no pude engañarme más.
La quería en mi vida otra vez.
—¿Por qué tan solo?
No volteo a mirarla. Le doy otra calada a mi cigarrillo mentolado, sin quitar la vista de las hermosas montañas que nos rodean. El día está espectacular a pesar de que yo lo veo un poco gris.
—Estoy pensando.
—Pensando... —repite en voz baja—. Sí, bueno, puedo notar que te estás atormentando con esos pensamientos que tienes ahora.
Niego, riendo entre dientes.
—Ahora lees mentes, ¿eh? —pregunto mirándola por el rabillo del ojo.
—Mhm, a veces, sí —asiente, esbozando una sonrisa de costado—. La tuya es fácil de leer.
—¿Eso crees? —enarco una ceja.
—Pues eres un poco predecible.
—Te equivocas.
Se queda en silencio por un largo rato. Yo sigo mirando el cielo azul. Algunos copos de nieve caen sobre nosotros pero ninguno de los dos se inmuta. Kelsey está en completo silencio. No le hace falta preguntarle nada pues me conoce muy bien y sabe que no me siento bien. Lo notó enseguida. Eso significa que le importo.
Aún le importo.
—¿Qué sucede, Justin? ¿Por qué traes esa tristeza en los ojos? —pregunta sin rodeos.
Ay, ángel... Si tú supieras.
—No lo sé —me encojo de hombros—. Este último tiempo ha sido una montaña rusa que no se detiene.
—Lo sé —suspira con pesadez. Volteo a mirarla y me encuentro con sus bellos ojos—. Han pasado muchas cosas. Pero sé que no se trata de eso. Te conozco, Justin. Habla conmigo.
Desvío la mirada hacia otro lado.
—No crea que sea lo correcto.
—¿Por qué no? —suena confundida—. Uh, bien... Si no quieres contarme lo entenderé.
Cuando veo que está a punto de irse, abro la boca para contarle todo.
—Hoy me encontré con Natalie en el supermercado. La invité a tomar un café y conversamos un poco —digo en voz baja, mirando fijamente el suelo—. Aunque la conversación no duró más de seis o siete minutos, me afectó mucho. Todas las cosas que me dijo... Eso dolió. Me siento muy mal por todo lo que hice.
—Por lo que ambos hicimos —me corrige.
—No, ángel. Tú no tienes la culpa de nada.
—Lo hice —murmuró—. Yo también jodí todo con Logan. Por ti.
Me quedo mirándola sin parpadear.
—¿Qué significa eso?
—Sabes lo que significa.
Lamo mis labios y tiro la colilla al suelo para luego pisarla, y así apagarla. Me acerco despacio a ella. Kelsey no se mueve. Se queda quieta, mirándome a los ojos, quemándome con esa dulce mirada y atravesando con fuerza mi alma. Todo dentro de mí se sacude violentamente.
Es lo que pasa cuando estoy cerca de ella.
—Dímelo, ángel —pido amablemente. Necesito escucharla.
—Justin, por favor...
—Sólo dilo. Necesito escucharlo.
Deja salir otro suspiro y niega con la cabeza.
—¿Qué te dijo Natalie que te dejó tan mal?
Uh, no. No quiero hablar de ese tema. Ahora sólo quiero escuchar lo que siente por mí. Lo necesito en estos momentos.
—Ya no importa —digo con voz dura.
—¿En serio? ¿Te pondrás en ese plan? —eleva una de sus cejas—. Te estoy preguntando qué carajos te pasa porque me preocupas y porque te ves como la mierda desde que regresaste a la casa, y tú insiste en nosotros.
—¡Porque lo necesito! —exclamo a punto de estallar—. Joder, lo necesito. Te necesito tan jodidamente mal, ángel. Ahora. Justo ahora, nena.
Agarro una de sus manos y la llevo a mi pecho, sin perder el contacto visual. Y con mi mano libre rodeo su cintura para acercarla más a mi cuerpo. Su expresión se suaviza. No está nerviosa ni enojada. Al contrario, está inquietantemente tranquila y serena, como si mi cercanía ya no la pusiera en alerta. Creo que eso es bueno. Sí, definitivamente es bueno que no intente huir otra vez de mí.
De todos modos, ella está sintiendo lo mismo que yo aunque no lo demuestre. No quiere dejarse caer tan rápido.
—Y estoy aquí contigo, Justin —habla con dulzura—. Quiero saber qué te tiene así. No me gusta verte así, cariño.
Mierda. Mierda. Mierda.
Ella acaba de llamarme «cariño». Joder.
—Repítelo, nena.
—Te quiero, Justin —susurra. El aire abandona mis pulmones en ese momento—. Me duele verte así.
—Maldita sea, Cass. Tú, jodidamente, vas a matarme —digo en voz baja—. Estoy jodido por ti. Y te amo tanto, tanto.
Sus ojos azules brillan y sonríe. Ella malditamente sonríe. Como un puto ángel.
—Hace mucho no me llamas así —menciona con voz alegre—. Ah y todavía tienes que convencerme de eso. Tienes que seguir trabajando en ello.
—Voy a hacerlo todos los días si tú me lo permites.
—Aún necesito pensar bien las cosas.
—¿Qué más necesitas pensar, cariño? Tú me amas y yo te amo. Ambos no podemos estar separados. Hemos pasado demasiado tiempo alejados, ¿no crees que es hora de dejar lo que pasó en el pasado y comenzar de nuevo? Estoy seguro como el infierno que no quiero vivir sin ti, ángel —farfullo, acunando su rostro entre mis manos—. Sé que soy una basura, y quizás no merezco una segunda oportunidad, maldita sea, lo sé, pero me estoy volviendo loco al tenerte tan cerca y no poder tocarte. Justo ahora estoy haciendo un gran esfuerzo para no mandar mi autocontrol al carajo y darte un puto beso.
La veo tragar lentamente. Ahora sí la he puesto nerviosa.
—Mañana —dice atragantándose pero no la entiendo.
—¿Qué?
—Mañana a las doce te diré la decisión que he tomado.
Siento mi corazón acelerarme de pura adrenalina. O quizá, nerviosismo.
—¿Justo a la medianoche?
—Sí —asiente, confirmándome—. Cuando todos estén abriendo los regalos.
—Muy bien —humedezco mis labios, respirando hondo. Ladeo la cabeza hacia otro lado para mirarla mejor—. Esperaré pacientemente tu respuesta.
Esta noche no podré dormir pensando en lo que pasará mañana. Ojalá que su decisión sea buena para los dos. No quisiera terminar embriagándome con whisky o todo el alcohol que encuentre. Estoy ansioso y nervioso. He esperado este momento por tantos años que no sé si estoy despierto o soñando. Joder, ojalá me diga que sí. Que quiere volver a estar conmigo y que me ama sólo a mí. No al imbécil de Logan. Vale, no es un mal tipo y la ha tratado como se merece, es obvio que el muy cabrón la quiere y mucho, pero a quien ama Kelsey es a mí. Si ambos seguíamos al lado de personas que no amábamos realmente, nunca hubiésemos sido felices. Ha sido la decisión correcta dejarlos. Claro, la herida sigue un poco abierta pero lo vamos a superar juntos. Yo la haré olvidar y ella me hará olvidar. Nos complementaremos.
Seremos únicamente Kelsey y Justin. Así, sin terceros.
Le pediré matrimonio, nos casaremos por la Iglesia y tendremos muchos hijos. Creo que también adoptaremos una niña o no. Siempre quisimos hacer eso. Ah y adoptaremos varios cachorros del refugio. Mi ángel tiene un corazón tan grande y hermoso que nunca se olvida de los demos. Es tan bondadosa que inevitablemente me enamoro más y más de ella. No puedo evitarlo. Kelsey es una droga para mí.
La droga que nunca quiero dejar de consumir.
—Te amo —suelto de la nada—. No importa lo que me digas mañana, yo te amo. Y siempre te voy amar, lo sabes, ¿no? Te voy amar por el resto de mis días —digo con una felicidad indescriptible. Ni yo mismo entiendo por qué me siento tan feliz así de reprende—. Con el simple hecho de haber coincidido contigo en esta vida es suficiente para hacerme sentir el hombre más afortunado que ha pisado la tierra.
Kelsey me mira con ternura y me abraza fuertemente. Cierro los ojos, hundo mi nariz en su cabello que huele a coco y disfruto su cuerpo pegado al mío. Es la mejor sensación del mundo.
—Deja de decir tantas cosas lindas, tonto. Lo haces difícil para mí —se queja—. ¿Así cómo me voy a negar?
Me echo a reír.
—No son sólo palabras lindas, ángel. Están los hechos que demuestran todo lo que haría por ti.
—¿Incluso darme el último pedazo de pavo?
Aguanto la risa.
—Hmm, no sé —muerdo mi labio inferior, separándome un poco de ella para mirarle fijo a los ojos—. Eso depende.
—¿De qué? —se ríe. También se le hace gracioso.
—De si me darás un beso bajo el muérdago o no.
—Ay no, sigues siendo un tramposo —niega, riendo—. ¿Por eso compraste el muérdago?
Me encojo de hombros.
—Hace años no lo uso.
—¿Desde la última vez que lo usamos?
—Sí.
—Ya veo... —chasquea la lengua—. Bueno, me lo pensaré. Ojalá el pavo no esté tan rico.
—Le dije a la abuela que lo cocinara —le guiño el ojo, sonriendo triunfante.
Entreabre la boca y me río.
—¡Así no se vale!
—Si se trata de ti... Todo se vale, ángel.
Kelsey.
—Justin y tú andan muy juntitos —dice mi madre, enviándome una mirada de complicidad—. ¿Están juntos de nuevo?
—¡Ja! ¡Te lo dije! —exclama mi tía, dirigiéndose a mi mamá—. Me debes doscientos dólares, hermanita.
Arrugo la nariz y me cruzo de brazos, indignada.
—Ustedes dos son increíbles. ¿En serio apostaron por nosotros?
—Ay, cariño, no había necesidad de ello —me sonríe, y agarra despacio mis mejillas—. Justin te adora y tú a él. Están hechos el uno para el otro.
—Pensé que ya no te agradaba.
—Sólo estaba molesta por lo que te hizo pero hace mucho lo dejé atrás —se encogió de hombros—. Tu padre también lo olvidó. Justin nos pidió disculpas personalmente.
Frunzo el ceño.
—¿Por qué nunca me dijiste nada?
—Fue hace unos años. Aún seguías en Los Ángeles y tenías una relación con Logan.
—Debiste decirme, mamá.
—Vi a Logan en Facebook. Está de vacaciones en Atlanta y está más guapo que la última vez que lo vi —cotillea tía Amy—. Obvio que Justin es más guapo pero Logan tiene unos ojos preciosos y tiene muy bonita sonrisa. ¿Se la diseñó?
Niego con la cabeza y me pongo a lavar los platos sucios, ignorando a mi mamá y a mi tía que ni dejan de hablar de mis dos jodidos ex novios.
—Ese chico es encantador. Siempre me agradó.
—Lástima que no tuve tanto tiempo de compartir con él —hace un puchero—. Nos habríamos llevado tan bien...
—¿Pueden dejar de hablar de mis ex novios en mi presencia, por favor? —pido con amabilidad fingida—. Es incómodo.
—Lo haremos cuando nos digas lo que queremos saber.
Mi tía Amy se coloca a mi derecha y mi madre a mi izquierda. Ambas me miran fijamente, esperando una respuesta. Yo las ignoro durante un buen rato pero ninguna se mueve de su lugar. Ni siquiera parpadean. Lanzo un suspiro al aire y me rindo.
—Bien, les contaré para que me dejen respirar en paz —bufo, cerrando la llave y limpiando mis manos con una servilleta. Ellas se emocionan y me prestan suma atención—. No me vayan a interrumpir, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —dicen al unísono.
—Bien —carraspeo la garganta—. La cosa es esta: Justin es el amor de mi vida. Todos lo saben, ¿no? Desde los quince años estoy enamorada de él. Sin embargo, nuestros asuntos sólo nos incumben a nosotros. A nadie más. Creí habérmelo dejado claro. Pero respondiendo a sus dudas e inquietudes, la respuesta es un no. No estamos juntos. Y si llegamos a estarlo, lo sabrán.
Sus expresiones de decepción me causan mucha gracia, no obstante, aguanto la risa y aprovecho la oportunidad para escaparme de ellas. Salgo trotando de la cocina y choco con el padre de Justin. Le doy una mirada de disculpa.
—Lo siento, señor Bieber.
—No tienes que disculparte, Kelsey —me sonríe amable—. Y tutéame, por favor. Me haces sentir muy mayor.
Río entre dientes.
—Lo haré —prometo.
—Si buscas a los demás, están en la sala tomando chocolate caliente y escuchando a Justin tocar la guitarra.
Inevitablemente el corazón se me acelera. Hace mucho tiempo no escucho a Justin tocar la guitarra o el piano. Es un auténtico artista. Su voz es como la de un ángel (aunque él lo niegue) y tiene el don para tocar cualquier instrumento. A veces es tan perfecto en lo que hace y lo quiero odiar tanto pero hasta sus imperfecciones que me hacen quererlo todavía más. Y fracasé cuando intenté odiarlo. Siempre lo hice.
Porque al intentar odiarlo lo único que lograba era que mi amor por él fuera en aumento.
—Entonces los acompañaré —esbozo una media sonrisa—. Gracias.
Me regala otra encantadora sonrisa antes de desaparecer de mi vista. Lanzo un suspiro y me pregunto cómo toda una familia puede tener un ADN tan... bendecido. Con sus cuarenta y seis años el padre de Justin sigue siendo muy guapo. Su mamá es preciosa y ni hablar de sus adorables hermanos. Ni hablar de sus tíos y primos que viven en Florida. Recuerdo que estábamos en la piscina de su tío y todos esos desgraciados aparecieron sin camisa con sus perfectos y bien trabajados cuerpos. A cualquier mujer se les alterarían las hormonas con tremendo espectáculo. Yo estaba, literalmente, babeando. No iba a negar que eran muy sexys, no obstante, sólo tenía ojos para Justin.
Justo como ahora.
La sala está rodeada por mis abuelos, los abuelos de Justin, sus hermanos, primos y los míos también. No veo a nuestros padres ni a mis tíos presentes. Supongo que deben de estar conversando en otro lugar de la casa más tranquilo. Probablemente mi padre y el suyo estén compartiendo un cigarrillo mientras nuestras madres conversan animadamente de ningún tema en particular. O quizás todos estén haciendo lo mismo, no lo sé. Y no le doy importancia porque ahora lo único que veo, pienso y siento es a Justin. Cuando empieza a tocar una de mis canciones favoritas, me transporto a otro lugar. Mientras canta en voz baja, me mira directamente a los ojos y mi corazón late con más fuerza. Puedo sentir que cada letra, cada melodía es para mí. Estoy emocionada, feliz y muy enamorada.
Así como la primera vez.
Cuando éramos novios, Justin me tocaba la guitarra todas las noches antes de ir a dormir o después de terminar de hacer el amor. Para mis dieciocho años, tocó en el piano una canción que escribió para mí delante de todos en mi cena de cumpleaños y fue precioso. Eran momentos tan especiales e íntimos. Creo que es una de las cosas que más extraño de nosotros. Una de las cosas principales que mantenía viva y fuerte nuestra relación eran los pequeños detalles que significaban todo. La actitud de Justin no era la misma, fue perdiendo esos detalles y con el tiempo me perdió a mí. Había cambiado completamente y no para bien.
Éramos tan joven y tan tontos...
—Tu novio es encantador —dice mi abuela de la nada—. En cada letra, habla de ti.
—No somos novios, abuela —la corrijo.
—Oh, mi niña, ¿a quién quieres engañar?
—Abuela...
—Tu abuelo y yo estuvimos observándolos. Nos acordamos de cuando éramos jóvenes y estábamos así de enamorados —dice con una sonrisa en el rostro—. Han pasado tantos años desde entonces. Pero el amor sigue fuerte como el primer día. El amor de ustedes dos es igual de poderoso y hermoso... Se les nota en los ojos cuando se miran y se sonríen. No me vas a negar que están muy enamorados y que se aman con locura porque sólo se estarían engañando a sí mismos, cariño.
¿Por qué todo el mundo se empeña en recordarme que estoy enamorada de Justin y que, indirectamente, debo darle una segunda oportunidad? Es como si fuera un complot. Mi tía, mi mamá, los hermanitos de Justin y ahora mi abuela. Al parecer todos se pusieron de acuerdo en hablarme e incitarme a darle esa oportunidad. Incluso Cami me envió un mensaje esta mañana preguntándome cómo iba todo y si ya estábamos juntos. También mencionó la palabra follar pero ignoré eso último. Empiezo a sospechar que están tramando algo.
De reojo observo a Justin que nos está mirando sin disimulo alguno y lo veo sonreírme con inocencia. Entrecierro los ojos hacia él, cuestionándome algunas cosas y juntando algunos rompecabezas hasta que llego a una conclusión.
Todo esto es obra de Justin.
Estoy casi cien por ciento segura de que él está detrás de todo esto.
—¿Justin te dijo algo? —le pregunto directamente.
—¿Qué? —se ríe—. ¿De qué hablas, mi niña? Yo sólo te estoy dando mi opinión.
—Puede que Justin te haya convencido de esto.
—No, claro que no —niega, sorprendida—. ¿Por qué haría eso?
Muerdo mi labio inferior y suelto una risita.
—Para que le diga que sí.
—Y lo harás —afirma, desviando la mirada hacia Justin y esbozando una sonrisa—. No tengo duda alguna.
—Es que ha pasado muy poco tiempo desde que terminamos con nuestras parejas —lanzo un suspiro al aire—. No es bien visto salir de una relación para entrar inmediatamente a otra. Pareceré una desesperada. Y cuando Logan se entere de que estoy con Justin... Le romperé más el corazón. Dios, es tan difícil todo.
—No tienes que guardarle luto a una persona que no está muerta. Que ames a alguien y quieras estar con esa persona no significa que eres una desesperada. Al diablo con lo que piense la gente —habla sin escrúpulos—. Logan lo superará. Tu felicidad está por encima de cualquier cosa, Kelsey. Nada te debería importar más que eso. Y si crees que Justin es tu felicidad, ve por él. No lo dejes ir.
Siento que me da un pequeño apretón en la mano y yo le sonrío. Desvío la mirada hasta que me cruzo con los ojos mieles de Justin; no puedo evitar suspirar, absteniéndome a sonreír como una tonta pero él no lo hace y me vuelve a sonreír. Luce mejor que esta mañana y eso me pone feliz. Inhalo profundamente y me acerco para sentarme a su lado. Me muerdo el labio inferior cuando siento su caliente cuerpo del mío.
A veces me cuesta tenerlo tan cerca y no tocarlo.
—Has estado sobornando a todos aquí para persuadirme, ¿eh? —le doy un suave codazo en el costado—. Porque no hacen otra cosa que hablar de ti y de nosotros.
—¿Qué dices? —me mira indignado, poniendo su mejor cara de ofendido—. Yo jamás haría eso.
Está aguantándose la risa. Lo sé.
—Ajam, claro, y yo nací ayer —pongo los ojos en blanco—. Como si no supiera lo tramposo que eres.
—Jamás he hecho trampa —ríe fuerte—. Que mentirosa eres, ángel.
—Te conozco desde hace más de ocho años, Justin. A mí no me engañas.
—No es mi culpa que todos nos amen.
—A Peter le caes mal.
—Ya no —sonríe triunfante—. El miércoles iremos a esquiar.
Abro la boca indignada y él se echa a reír.
—Ese idiota me traicionó contigo —bufo.
—Soy adorable, ¿no lo ves? Todos me aman tanto como tú me amas a mí —me guiña el ojo con una sonrisa coqueta en el rostro. Yo le doy una mirada asesina y se ríe más fuerte—. Me encanta cuando te pones así.
Quiero golpearlo y al mismo tiempo besarlo.
Joder, de verdad quiero besarlo.
—Ya cállate —murmuro, desviando la mirada hacia otro lado.
—¿Quieres cantar conmigo?
—Sabes que canto horrible —ríe—. Asustaría a los pobres niños.
—No es cierto. A mí me gusta.
—Lo dices para convencerme de hacer el ridículo.
—¿Me crees capaz de eso?
Volteo a mirarlo.
—Convénceme.
Justin se inclina hacia mí, peligrosamente cerca de mi rostro y yo retengo la respiración en mis pulmones.
—¿Cómo puedo hacer eso delante de todos aquí? Porque quisiera convencerte de muchas maneras —hace una breve pausa, y lame sus labios—. Pero la que más me gusta, sin duda alguna, es la que no llevas ropa. Aunque podemos arreglar eso, si quieres. No te negarías a nada si te doy esos besos que tanto te gustan.
Trago despacio.
Si antes no podía respirar con normalidad, ahora menos después de esto. El muy desgraciado me ha dejado sin aliento y sin palabras. Ha provocado que todo se encienda dentro de mí. Odio que sus palabras tengan tanto efecto sobre mí.
—¿En eso es lo único que piensas? —se me ocurre preguntar.
—¿Acaso tiene algo de malo, cariño? —arquea una ceja—. Es normal que piense en ver desnuda a mi futura esposa.
Entreabro la boca y niego con una expresión divertida en mi rostro.
—¿Futura esposa? ¿Quién te dijo que tú y yo nos vamos a casar? —me burlo.
«Ay Kelsey, como si no te murieras por ser su esposa», dice esa maldita vocecita en mi cabeza.
—Yo lo digo.
—No pasará, Biebs.
—¿Quieres apostar? —incita.
—Hmm, no.
—No me veo en el altar esperando a nadie más que a ti, ángel —me mira de una manera que hace que me derrita de ternura—. Eres tú, ángel.
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HOLAAAAAAAA❤️ ay Dios mío, ya estoy muerta peero regresé del infierno para subirles este capítulo. Un sólo capítulo después de tanto tiempo *la vuelven a matar y a enviar al infierno* y están en TODO su derecho. Lo merezco. Ya saben que lo siento demasiado😪 esta historia ha sido demasiado difícil para mí. Pero finalmente me organicé bien y sólo escribiré cuatro mil palabras. Como máximo seis mil. Así no volveré a tardarme tanto😐😬
No sé si lo sabían pero llegaba a escribir ocho mil palabras, o sea, el doble de este capítulo. Casi 70 páginas 😂 me inspiraba too much, I know :v creo que llegué a aburrirlas... Pido perdón por eso. Ya no volveré a escribir capítulos tan extensos🤦🏻♀️
EL PRÓXIMO CAPÍTULO SERÁ UNA BOM-BA. OMG.
¿SABEN POR QUÉÉÉÉ?
PORQUE KELSEY POR FIN LE DIRÁ SI SÍ O NO A JUSTIN!!!!
Si Kelsey dice que no vayan a golpearla a ella, no a mí. Gracias.
Ay Dios, estos dos hasta a mí me ponen nerviosa😩😩 es una de mis parejas FAVORITAS de todas las que he escrito. Por el momento, Justin y Kelsey y Justin O'Higgins y Lovey Puscat son mi fav❤️ es que se quieren taaanto y son tan lindos😭❤️ send help
Well, déjenme sus hermosos comentarios que tanto amo❣️ estaré leyéndolas🤪 quiero saber qué les pareció este capítulo y todo eso.
Ah y no sabía qué título ponerle a este capítulo :v recuerden que en el próximo ya es la cena y Navida jojo
Otra vez, pido perdón. Mil millones de disculpas, ya no volveré a abandonarlas así. A mí también me duele el corazón.
Y MIL MILLONES DE GRACIAS A LAS QUE AÚN SIGUEN AQUÍ. MERECEN EL CIELO, LA LUNA Y EL UNIVERSO COMPLETO. LAS AMO ETERNAMENTE.
Nos leemos en el próximo capítulo, preciosuras😽 love