No me conoces, pero soy tu me...

By CataKaoe

1.3M 146K 47.2K

¡GANADORA WATTYS! ¡A la venta las mejores librerías de Chile! ¡Regresa a Wattpad COMPLETA por tiempo limitad... More

#NMC ¡Regresa a Wattpad!
Sinopsis
. . .
1. Día Cero
2. ¿Qué está pasando?
3. Ley del hielo
4. Disculpas
5. Investigación
6. Evidencia
7. Trampa
8. Búsqueda
9. Entrando en calor
10. A prueba
11. La excusa perfecta
12. Encuentros cercanos
13. Retirada
14. ¿Más que amigos?
15. Apariencias
16. Tomando la iniciativa (primera parte)
16. Tomando la iniciativa (segunda parte)
17. Persona non grata
18. Leña al fuego
19. Efectos secundarios
20. Desolación
21. Elefante en la habitación
22. Reacción Química
23. Trinidad (primera parte)
23. Trinidad (segunda parte)
24. Reacción Física
25. Día Cero
26. Levántate (y anda)
27. Punto ciego (primera parte)
27. Punto ciego (segunda parte)
28. Verdad o consecuencias
29. Número desconocido (primera parte)
29. Número desconocido (segunda parte)
30. Café con leche
31. Beneficio de la duda
32. A escondidas (primera parte)
32. A escondidas (segunda parte)
33. Deseos ocultos
34. Despertando sospechas
35. Miradas indiscretas (primera parte)
35. Miradas indiscretas (segunda parte)
36. Pensamiento recurrente (primera parte)
36. Pensamiento recurrente (segunda parte)
37. Opuestos equivalentes
38. Gran hermano
39. Fashion Emergency
40. El Tri
41. Ruleta rusa
42. Déjate llevar
43. Lo que me hiciste hacer (primera parte)
43. Lo que me hiciste hacer (segunda parte)
44. Pieza oscura
45. Ahora o nunca
46. No te vayas
47. ¿Dónde estás? (primera parte)
47. ¿Dónde estás? (segunda parte)
48. Revelaciones
49. Lo que nunca te dije
50. Todo lo que siempre quise oír
51. Cuenta regresiva
. . .
52. Reset (primera parte)
Epílogo
Fanarts I
Fanarts II
Fanarts III
Fanarts IV
Fanarts V
* ¡NMC SE PUBLICARÁ EN FÍSICO! *
Fanarts VI y Recomendaciones
¡"NMC" Ya está disponible en librerías de todo Chile!
¡LANZAMIENTO DE NMC!

52. Reset (segunda parte)

17.2K 2.3K 1.6K
By CataKaoe

Alex (continuación)


Una vez a solas, quedamos sumidos en un silencio bastante incómodo. Solae comienza a jugar con la pajilla de su batido y yo muevo de un lugar a otro el pedazo de torta que aún queda sobre mi plato. Levanto mi mirada hacia ella y me doy cuenta que sus ojos están atentos a mi pastel.

—¿Quieres probarlo? —la invito para, de alguna forma, romper el hielo.

—Bueno, si insistes. —responde dedicándome una sonrisa espontánea, y me doy cuenta que robarme había sido su intención desde el principio. Una buena jugada.

Cuando comienzo a acercarle el tenedor con torta, torpemente lo dejo caer antes de que alcance a llegar a su boca.

—¡Oh, no! —me disculpo e instintivamente uso la servilleta de Anton, que aún sostenía en mi mano, para limpiar el desastre, cuando de pronto noto que algo sobresale de entre el papel. Solae que también se da cuenta, se me adelanta y sin siquiera pedirme permiso, comienza a tirar de la brillante cadena metálica que se asoma.

—¡¿Anton te regaló un collar?! —exclama casi gritando entre risas, y yo solo deseo que baje el volumen de su voz, ya que todos comienzan a mirarnos. Quiero que me lo pase para ver de qué se trata y saber por qué Anton me había dejado algo así. Mientras intento quitárselo y ella juega a esquivarme, siento una sensación extremadamente familiar. Su risa, su actitud, algo me evocan, pero no estoy seguro de qué es.

—Vale, toma tu regalito. —me dice alcanzándomelo por fin, abriendo su mano para poder ver ella también mejor el colgante. Ambos quedamos boquiabiertos al descubrir un pequeño y tierno pulpito con cuerno, hecho de plata.

—¿Esto es...?

—No es posible...

—¡Es el pulpicornio de plata que me regalaste! —grita Solae, apuntándolo con seguridad repentina. Yo también me doy cuenta, cuando de pronto comienzo a evocar el momento.

La veo a ella. A Solae frente a mí en la oscuridad, en el parque frente a su casa. Iluminada por una luz tenue que la hace lucir... preciosa. Luego su expresión de felicidad al ver mi regalo, una timidez repentina, y luego su abrazo efusivo que me corta el aliento. El collar. Luego recuerdo el momento en que lo compré para pedirle disculpas por olvidar su cumpleaños, la ilusión que me hacía imaginarla usándolo, que me perdonara, y luego vuelvo a la realidad.

Solae permanece sentada frente a mí, sonrojada mientras observa el collar, como si también acabara de recordar exactamente lo mismo que yo. De pronto nuestras miradas conectan y nos hacemos un lío. Repentinamente no logro recordar por qué estamos aquí. Y nos mantenemos en silencio. Y luego más recuerdos. Una avalancha de ellos, todos junto a Solae, la que también parece estar siendo bombardeada por flashbacks, y no logro comprender qué es lo que está ocurriendo: los recreos en que nos juntamos a estudiar, la vez que me invitó a ver nuestra serie favorita en su casa y confundí un trozo de papa con un lunar en su boca, y cuando se lo removí con mi pulgar, pero luego fuimos interrumpidos por su hermana Tam. Cuando nos juntamos en mi casa y nos atrevimos a probar alcohol y nos pusimos a bailar... las imágenes eran cada vez más nítidas y llenas de sensaciones; y luego también estaba el día de ayer: la fiesta, el juego de la botella y...

¡No puedo creerlo! ¿Qué había estado pasando con mi cabeza? ¡¿Cómo es que había olvidado algo así?!

Ambos nos miramos ruborizados e inmediatamente evitamos prolongar el contacto visual, por lo que agradecemos la oportuna interrupción del camarero que nos consulta si necesitamos algo más.

—Eh... Otra torta de nuez. Para compartir. —sugiero mirando a Solae, quien, aún roja, asiente en silencio.

—Y otro café con leche. —añade ella en voz baja, luego de comprobar que el mío se había acabado.

—Y otro batido igual de colorido que ese —sonrío, mirándola a ella, apuntando ahora su vaso vacío—. Y esta vez, con más crema. —añado y Solae baja la cabeza, sonriendo.

Una vez que el camarero se retira con las tazas y platos vacíos, y con una taza de café que por alguna razón también estaba allí, volvemos a quedarnos en silencio.

—Ehm.... ¿Quieres que te lo ponga? —pregunto, dudoso.

—¡¿Que me lo pongas?! —pregunta Solae demasiado fuerte, poniendo cara de desconcierto. Ahí me doy cuenta que debí haberme expresado mejor.

—¡Que si te pongo el collar! ¡So pulpicornia mente de alcantarilla! ¿Por qué siempre eres así? —le reprocho ruborizado, mientras golpeo mi frente con la mano y ella comienza a reírse nerviosa, contagiándome. No se puede negar que tengo un talento especial para hacer de un momento incómodo, uno aún más incómodo, pero Solae también es siempre muy malpensada.

Solae se rasca por detrás del cuello, avergonzada por el malentendido.

—Sí, pónmelo... por favor. —me dice ahora con voz tímida jugando con su pelo como suele hacer cuando está nerviosa.

Tomo el collar y me levanto para ubicarme detrás de ella. Solae aún lleva el cabello un poco húmedo, por lo que deduzco que debió ducharse solo un poco antes, sin secarse el pelo para no retrasarse más. Al levantarlo para despejar su cuello, me invade su intenso aroma característico que reemplaza todo el oxígeno a mi alrededor. Con los nervios no consigo abrir el maldito broche y tener a Solae esperando solo hace que las cosas sean más complicadas para mis torpes dedos.

—¿Necesitas ayuda? —me pregunta volteándose hacia mí, y dirige su vista hacia mis manos que tiemblan (y hasta sudan) un poco a la vez. Bruscamente desisto de intentarlo y se lo devuelvo para que deje de juzgarme.

Solae sonríe divertida ante mi incompetencia, y en cuestión de segundos abre el broche y me lo ofrece, esta vez desbloqueado para que se lo coloque.

—¿Crees que podrás abrocharlo o mejor lo hago yo?

Se lo quito de las manos, haciéndome el ofendido, mientras que por dentro me río de la situación.

—Qué poca confianza me tienes —le digo, comenzando el nuevo desafío de encajarlo y cerrarlo. Esta debía ser la principal razón por la que los hombres casi no usamos collares, y es que los broches son imposibles de manipular para dedos gruesos como los míos.

—Estuvo entretenido el Tri. Aunque algo... intenso —lanza Solae de pronto e inevitablemente vuelvo a recordar nuestro apasionado beso en el juego de la botella, pero lo que sucedió después no logro recordarlo con claridad, quizás por culpa del alcohol. Aunque me incendio al tener la súbita certeza de haber hablado de más. De haberme... ¡declarado!

—Sí... —me limito a decir y trago saliva. Sin darme ni cuenta, ya había conseguido cerrar el broche, pero me había quedado ahí, paralizado, con mis dedos aún sosteniendo la cadena apoyados detrás de su cuello, no sabiendo qué hacer con mis manos.

—Sobre lo de anoche... —comenta de pronto y mi corazón se acelera en anticipación. Solae agarra el dije del collar y lo encierra en su puño contra su pecho—. Lo que me dijiste... —continua con cautela. Sé a lo que quiere llegar, pero no sé si estoy preparado para responderle. Solo agradezco que no pueda ver mi cara—. ¿Lo decías en serio...? —me pregunta sin voltearse ni moverse.

La siento atenta a mi respuesta. Mis mejillas se encienden. ¿Es que no le había quedado suficientemente claro? ¿Por qué tenía que volver a decírselo con lo difícil que ya había sido?

Asiento con un leve gruñido que no estoy seguro si Solae logra escuchar.

—¿Qué? —me pregunta tanteando con su mano por detrás de su cuello para saber si ya había terminado, pero se detiene apenas se encuentra con la mía. El contacto de sus dedos sobre los míos me hace estremecer. Luego de unos instantes en que los dos permanecemos inmóviles en la misma posición, Solae hace el amago girarse hacia mí, pero yo, demasiado abochornado para que me mire a la cara, solo reacciono abrazándola por la espalda, para impedirlo.

—¿Esto responde a tu pregunta? —murmuro en su oído, y a pesar de que muero de la vergüenza, la abrazo con más fuerza.

No quiero que me vea así, tan vulnerable ante su presencia, a sus preguntas, a mis propios sentimientos, pero tampoco deseo soltarla. Solae no insiste y lleva sus manos hacia mis brazos. Nos quedamos así, en silencio por un momento. Siento a Solae asentir suavemente, mientras mi corazón late desbocado. Apoyo mi mentón sobre su hombro, quedando mi rostro en contacto directo con el suyo.

—Es que... creo que aún te debo una respuesta. —susurra y siento mi cuerpo tensarse. Recién caigo en cuenta que no recordaba que Solae me hubiera respondido algo concreto después de haberle dicho lo que sentía por ella. Todos mis recuerdos están difusos. Me quedo inmóvil, aún rodeándola con mis brazos, pero sin saber qué hacer, mientras mi temperatura asciende a niveles peligrosos para la salud—. ¿Alex? —Solae se gira levemente hacía mí, hasta que puedo distinguir su perfil mirándome de reojo.

Contengo la respiración. No soy capaz de emitir palabra, así que mi respuesta se limita a un breve quejido ahogado, luego de tragar nuevamente saliva. Si antes estaba nervioso, ahora estoy en pánico.

Solae se reacomoda sobre su silla y se gira aún más hacia mí, mientras que yo suelto ligeramente el abrazo para permitírselo. No logro pensar en nada más que en ella, en su aroma, en el calor del contacto de su piel. Finalmente queda frente a mí, contemplándome con sus labios entreabiertos, como si estuviera a punto de hablar. Me doy cuenta que tampoco le estaba resultando fácil, y sin poder soportar la expectación ni la escasa distancia que nos separa, me aproximo hacia su rostro, pero Solae se me adelanta y, sin darme tiempo ni de respirar, une sus labios a los míos.

Un intenso cosquilleo, cargado de una sensación de alegría infinita recorre mi cuerpo por completo. Su beso me transmite mucho más que cualquier palabra y la abrazo con fuerza para reafirmarle todo lo que siento por ella, para que sepa que todo lo que le dije es verdad. También siento que este beso, más que una respuesta o una declaración, es el sello de un nuevo comienzo, de un compromiso a dar lo mejor de nosotros, de crecer juntos, valorarnos y aprender.

Tengo la sospecha de que, de alguna forma, a pesar de las apariencias, el destino ha estado conspirando a nuestro favor para ayudarnos a darnos cuenta de lo realmente importante, de cuánto nos necesitamos y que la única conclusión posible era finalmente llegar hasta aquí, al ahora.

Para estar juntos.

A pesar de todo.

A favor de todo.









No puedo creer que este diciendo esto, pero: han llegado al final de la historia.

(Actualización: hay epílogo y extras, así que sigan leyendo).

Espero que hayan disfrutado de leerla tanto como yo disfruté de escribirla.

Muchas gracias por acompañarme en el proceso de publicar mi primera novela, en especial a todos/as quienes la han seguido desde su estreno (hace 4 meses) y tuvieron la paciencia de esperar por cada publicación para llegar hasta este capítulo.

No saben cuánto extrañaré sus comentarios, sus reacciones, sus votos, su cariño y amenazas xD. Terminar de publicar NMC me alegra mucho y, a la vez, me parte el corazón. 💕

Por favor no borren aún esta novela de sus bibliotecas. Todavía faltan los agradecimientos y algunos extras que iré subiendo durante estos días. Y si algún día la publico en físico, también se enterarán por aquí (y por mis redes sociales).

Lo(as) adoro 💕

Gracias por leer ❤️



Historia publicada en papel por Penguin Random House.
Puedes comprarla en las mejores librerías de Chile

Para más información sobre como comprar el libro en tu país en físico y/o digital: www.catakaoe.com y mis redes sociales: @CataKaoe

Continue Reading

You'll Also Like

280 86 9
Alex una chica que ha dejado sus buenos modales y buen comportamiento a un lado para ser totalmente Rebelde. Cómo diría ella: "Por una puto apuesta"...
815 121 14
¿Tienes una historia maravillosa, pero ninguna portada que robe el aliento con la que darle vida? ¡Yo estoy aquí para ayudarte! En esta tienda podrás...
26K 1.8K 20
𝑬𝒙𝒑𝒆𝒓𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒙𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝑨𝒅𝒐𝒏𝒊𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒇𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒎𝒐𝒔𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒖𝒏𝒕𝒂𝒅 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒐𝒓𝒐�...
303K 25.8K 25
«Y si te dijese que esta vez los ángeles son los malos, y los demonios son los buenos, ¿me creerías?» Nathan Growney es un joven nephilim de diecinu...