Maratón 1/?
Jeon Jungkook soltó un suspiro justo frente a la ventana, esperando a que el vidrio se empañara para poder trazar con sus dedos líneas amorfas sin ningún significado.
Se encontraba aburrido en casa, en completa soledad. Su padre se había levantado a las cinco de la mañana, alistándose para ir a su trabajo. Ocupaba uno de los puestos más importantes en una de las empresas más prestigiosas del país. Por su parte, su madre se levantó dos horas más tarde que su padre, preparándose para dar clases en la Universidad Nacional de Seúl.
Jungkook gozaba de una excelente posición económica, sin embargo, no era aquella clase de niño malcriado. Si bien, nunca le faltaba nada, tampoco recibía mas de lo necesario. Su familia lo forjaba de modo que sí quería algo tenía que trabajar por ello.
No se quejaba. Sabía que al final de todo, esa era la mejor enseñanza que le darían sus progenitores. Las recompensas del arduo trabajo. Ahora podían ser tan simples como comprarse un celular, ropa, o demás cosas de esa índole, pero estaba seguro que en el futuro los frutos serían prósperos.
Miró por su ventana hacia las calles nubladas de Seúl. Vacías en su totalidad. No le sorprendía, a estas horas del día la mayoría de la población cumplía con alguna jornada de trabajo o estudio, y los pocos que no tenían algo que hacer fuera no se dignarían a salir con un clima como ese.
Excepto Jungkook.
Se levantó del sillón donde se encontraba, se dirigió hasta el armario tomando una chaqueta que lo abrigara lo suficiente, tomó un gorro y se colocó los zapatos. No podía estar en casa. No cuando su mente le estaba jugando una mala pasada.
Después de su sanción con la Directora Shin, le ocurrió algo peor que una suspensión. Encontrar a Taehyung y Seokjin tomados de las manos. Sin duda la vida le estaba jugando sucio, y más cuando escuchó de la boca de su mejor amigo lo peor que pudo oír en su existencia.
-Estuve hablando con Jin.- Habló el peliplata. -Quiero decírtelo yo, en lugar de que lo escuches de la boca de alguien ajeno.- Por supuesto que Jeon sabía a donde se dirigían las cosas, no era un estúpido. Bastó con ver el sonrojo en las mejillas del pelinegro y la enorme sonrisa que parecía eterna en el rostro de Tae para saber que habían dado un paso más, en lo que sea que estaban formando.
-Voy a enamorar a Seokjin- Continuó.
-No es necesario que lo hagas, ya le gustas-
-Lo sé, solo quiero hacer las cosas bien, nunca he tenido una pareja y él tampoco. Quiero que la primera vez de ambos sea especial. ¿Sabes? Ansío ser su primera vez en todo. Su primer romance, su primer novio, su primer beso...-
-¿También Su primera relación sexual?- Interrumpió Jungkook, recibiendo una mirada desaprobatoria y un golpe en el hombro por parte de su mejor amigo.
-Es algo apresurado para decirlo, no todos somos como tú Jeon. Pero sí se da la ocasión me gustaría serlo.- Sonrió dejando ver aquella peculiar sonrisa cuadrada. Con sus ojos brillando como dos estrellas en el cielo nocturno. Ahí supo Jungkook que a Taehyung no solo le gustaba Seokjin. Estaba enamorado de él.
Y por mucho que debería estar feliz de que su mejor amigo hubiese encontrado su otra mitad, su alma que gemela o lo que sea que fuera, no podía estarlo.
No podía alegrarse y no podía evitar sentirse mal por no estar feliz por aquel a quien consideraba parte de su familia, porque su mente solo albergaba formas de estropear la posible relación que tendría. Por ello necesitaba salir. Le urgía el aire fresco.
♥︎
La campana sonó dando fin a el periodo escolar. Seokjin se levantó de su asiento, guardó sus lápices dentro de su mochila junto a los libros. Se despidió de la maestra de psicología y al salir sonrió al verlo parado.
Apoyado en la pared frente a su salón estaba Kim Taehyung. Esperándolo para acompañarlo a casa como había prometido en la mañana cuando se encontraron en el receso.
-¿Estás listo?
Jin asintió.
Ambos chicos caminaron hacia la salida, sin articular ninguna palabra, simplemente disfrutando de la compañía del otro. A pesar de que nunca hablaron más de lo necesario, extrañamente se sentían cómodos en la presencia del contrario. Como sí todo estuviera bien.
-¿Quieres ir directo a tu casa, o prefieres salir conmigo a un lado?- Inquirió Taehyung.
-¿Es una cita?-
-Por supuesto que lo es-
El menor tomó la mano del pelinegro, entrelazando sus dedos en el acto. Le gustaba la sensación de sus manos juntas. Estaba seguro que el calor que sentía floreciendo en la boca de su estómago iba más allá de la temperatura corporal.
Era aquello que popularmente conocían como mariposas, aquellas que se manifestaban por la cercanía de quien se apoderaba de tus pensamientos, de tu cariño. Y Seokjin era todo eso y más. Seokjin era el dueño de su vida.
Podía parecer exagerado, incluso también apresurado. Pero así lo sentía. Era un joven inexperto y enamorado pero no existía nada tan real en la tierra como sus sentimientos. Por ello quería esforzarse, demostrarle a Jin que sus palabras no se desvanecerían en el viento al igual que los suspiros.
Estaba comprometido, iba a darle a Seokjin lo mejor de él para que todo funcionara, para que eso fuera lo más hermoso que experimentaran.
♥︎
Jeon llevaba más de 5 horas fuera de casa. Al principio como una simple forma de aclarar sus ideas, pero conforme las horas pasaban Seokjin volvió a sus pensamientos.
El pelinegro no había vuelto a casa y aunque pareciera extraño, le preocupaba. Bastante. Tenía la vaga idea de qué tal vez se encontraba con Taehyung o Jimin. Pero ya era demasiado tiempo. Ni siquiera el duraba tanto tiempo saliendo en citas o con sus amigos.
Pero ese ya no era el punto. Estaba más que preocupado que incluso había dejado de notar los grados negativos a su alrededor, podría deshacerse de su chamarra y con la vista fija en la puerta marrón de la casa Kim no le daría ni una pizca de frío.
¿Qué tal sí algo le ocurrió a Jin? Pensó. Desechando esa idea por completo. No quería entrar en pánico tan rápido.
Afortunadamente, su corazón volvió a latir de forma normal cuando lo vio acercándose a su casa. Sin embargo no estaba solo. Llevaba un ramo de flores en su mano derecha (que Jeon esperaba que se le marchitaran con el frío), mientras que con la mano izquierda sujetaba la mano de Kim Taehyung.
Sí, la preocupación de Jeon Jungkook había desaparecido completamente, sin dejar rastro alguno que cualquiera podía asegurar que nunca estuvo ahí. No obstante, otra sensación apareció. Una tan amarga que le dejaba un mal sabor de boca y un fuerte apretón en su pecho.
Como sí toda su tarde hubiera sido un desperdicio, abandonó la idea -que extrañamente consideró- de simplemente dejar a su mejor amigo y Jin hacer su vida como les plazca, si querían pasar el resto de sus miserables vidas juntos, corriendo a través de jardines floreados bajo el cielo despejado, adelante, que lo hicieran.
Sin embargo ahora, no podía siquiera tolerar la idea de ver al par juntos, le quemaba en cada una de las fibras de su piel, le removía las entrañas y le desagradaba de una manera que nunca pensó que sería posible. Pero lo peor de todo, es que no entendía porque le molestaba tanto.
Es obvio que todos sabemos porque le molesta a Jungkook, pero no esperen que el lo acepte tan rápido. Le tomará un poco de tiempo pero tampoco demasiado, no quiero que esto sea tan rápido como Flash ni muy tedioso.
En fin, no recuerdo que día les prometí actualización, pero como notaron no subí. Tuve algunas complicaciones y por ello no pude hacerlo.
También quiero agradecerles todo el cariño que le dan a la historia, es muy bonito leer sus comentarios. Aunque son solo palabras me hacen muy feliz.
Por esos dos motivos, disculpa y agradecimiento les traeré un maratón esta semana. Espero que lo disfruten.
Gracias por leer ♥︎
GoldenShook