Evelyn se despertó y fue a la cocina. Vio la nota que le había dejado su hija.
- Esta chica no para -pensó-.
Se fijó en los papeles esparcidos por la mesa. Al igual que su hija, ella también se fijó en las fichas con los nombres Mathew Jordan y Jake Reese en mayúsculas y subrayados.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Evelyn. Sabía que su hija era muy curiosa y podría haber ido a Main Street y también a Old Street, así que se vistió rápidamente, cogió su bolso y se marchó.
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- Tu padre era un buen hombre, Caroline -le explicaba Mathew-.
- Pero... No lo comprendo, ¿espía?, ¿mi padre?
- Puede resultarte extraño, pero es la verdad. Él quería que tú fueras como él, te iba a enseñar, pero enfermó. Me envió mensajes diciéndome que si le pasaba algo, quería que yo te enseñara todo que le sabía. Ahora, es mi turno, seré tu entrenador, así lo querría tu padre.
- ¿Qué? -exlamó-. Yo, ¿espía? Si no sé nada en absoluto sobre esta profesión o lo que sea.
Se quedó mirando al hombre, sin comprender nada. Estaba muy emocionada. Ella siempre había querido ser alguien importante, que luchara contra el mal, y esta era su opurtunidad, pero también estaba muy austada. Sabía que su padre había sido un justiciero y eso le alegraba mucho.
- Por eso estoy yo aquí. Yo lo fui, junto con tu padre, te enseñaré todas las tácticas... -algo le interrumpió, llamaban a la puerta-. Iré a ver quién es.
Miró por la mirilla, vio a una mujer de unos 40 y tantos años, con el pelo recogido y con unas gafas de sol. Abrió y preguntó:
- ¿Quién es usted?
-Soy Evelyn, la madre de Caroline, ¿está aquí? -preguntó-.
-Sí, por favor, pase.
-Caroline, como es que no me dijiste hacia donde ibas... -dijo preocupada Evelyn-.
-Sabría que te quedarías preocupada así que decidí no decirte nada... -contestó-.
Evelyn tomó asiento y entablaron una conversación sobre Fred. Mathew le contó a Evelyn todo sobre Fred y por qué nunca le habló sobre su ''trabajo''. Era simple, Fred no quería poner en peligro a su familia, por lo cual se calló.
-Esto es incréible -dijo Evelyn-.
-Yo le creo -reprochó Caroline-. Mi padre era un justiciero, qué subidón -dijo terminándolo con una sonrisa-.
-¿Y tú que vas a hacer Caroline? -preguntó Mathew-. ¿Serás como tu padre?
Evelyn los miraba con preocupación en los ojos.
-Mamá, él me entrenará, al fin y al cabo, era el único que conocía el trabajo de papá... Excepto... Reese, el otro hombre, Jake Reese...
-Jake... -exhaló Mathew- Murío hace mucho tiempo, en una misión, era muy peligrosa.
-Oh, vaya -dijo Caroline-.
-Caroline, esto es muy peligroso, sé que yo no podré hacer nada, porque siempre te sales con la tuya, no quiero perderte, pero tampoco te quiero prohibir de algo que quieres hacer, así que eres libre, pero por favor, ten muchísimo cuidado, y si aceptas, usted -dijo mirando a Mathew- tendrá que enseñarle todo lo que sepa.
-Mamá, estaré bien, soy lista -le dijo-.
-Estoy viendo al espiritú de Fred en ti, niña: luchadora, inteligente, valiente... -dijo Mathew observándola-.
Caroline sonrió.
-¿Usted no quiere convertirse en lo que una vez fue su marido? -preguntó Mathew mirando a Evelyn-.
-Yo soy débil, ya tengo una cierta edad, no podría -contestó la madre-.
-Está bien, pero yo a su edad es cuando me convertí en un gran luchador, claro que tuve que entrenar y entrenar. -dijo-.
-No quiero, ya se lo he dicho, soy débil. -repitió Evelyn-.
-Está bien... -dijo Mathew-.
-¿Y cuándo empezaremos? -preguntó Caroline con entusiasmo-.
-Cuanto antes mejor -respondió él-. Tienes que saber que no puedes dejar tu vida atrás. Tienes que hacer lo que hacía tu padre, sin que nadie sospeche. Seguirás yendo al instituto y quedarás con tus amigos, pero no podrás confiar en nadie. Este será tu secreto más guardado en toda tu vida.
-Mi hija, espía, genial. -suspiró Evelyn-.
-Me entrenaré mucho, pero ya has oído a Mathew, me tendrás en casa todos los días, solo tú y él sabréis el secreto. Seguiré con mi vida normal, pero también... -dijo mirando a Mathew-. Quiero descubrir quién mató a mi padre...
-Podría haber sido cualquiera. Tenía muchos amigos, pero aún más enemigos. -dijo-.
-Está bien, pero tenemos un número, ¿qué te dijo la policía, mamá? -preguntó Caroline-.
-Están rastreando donde se encuentra el móvil... -contestó-.
-Muchacha, mañana empezaremos el entrenamiento. -dijo Mathew-. Tienes que estar preparada para cualquier abvsersidad.
-Está bien. Me convertiré en una espía nata, estoy segura. -contestó Caroline-.