𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒄𝒕𝒐 • 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆:
𝒃𝒆𝒔𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐.
—Dime, Joseph, ¿has podido conocer a Anne? ¿Tal vez Nate?—, inquirió Chuck mientras servía jugo de naranja en el vaso de Nina.
— ¿Por qué me sirves jugo?—, inquirió Nina.
—Es tu favorito—, respondió Chuck antes de mirar a Joe —. Entonces, ¿Joseph?
—No tuve la fortuna de conocer a la familia de Nina. Aunque, bueno, sí conocí a Dan y Jenny, y conocí a Vanessa pero fue breve porque un par de días después se marchó con sus padres.
Chuck frunció el ceño, desviando su mirada hacia Nina —. ¿Conoce a Humphrey? ¿Por qué conoce a Humphrey?
— ¿Cómo no voy a conocerlo?—, rió Joe.
—Pasé el verano en su casa. Quise tener una vida verdadera y me mudé con él temporalmente. También conseguí un trabajo, aunque el cupo sólo estaba disponible para estos meses.
— ¿Vives con Humphrey?—, repitió Chuck, mientras su cara se ponía roja.
— ¿Por qué te importa tanto?—, contestó Nina, llevándose el tenedor a la boca mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.
Chuck se sentó, desviando su mirada a sus pies antes de volver a mirar a Joe —. Y, Joseph, ¿conoces sus gustos? Como que ama los animales, o que quiere ser una increíble actriz algún día, que quiera estudiar en la NYU a pesar de las miles y mejores universidades a las que podría ir.
>> ¿Te contó de la vez que tenía tanto calor que se arrojó un helado encima de la ropa? Fue adorable. Claro que, siendo una niña inocente, no se percató que su remera blanca iba a transparentarse. Fue la primera vez que pude ver esas--.
— ¡Chuck!—, exclamó Nina, mirándolo pasmada —. ¿Acaso te despertaste queriendo rememorar el pasado o qué?
— ¿Sabes, Chuck? Es algo aburrido escuchar lo mucho que conoces a Nina—, intervino Eric —. Especialmente cuando ya la conoces.
—Además de ser transparente—, opinó la abuela de Serena.
—Bueno, gracias abuela.
— ¿Por qué cuando dices eso suena a un insulto?
Joe sonrió —. Está bien. He lidiado con ex–novios celosos antes, aunque admito que es una pena que ustedes tengan que presenciar esto.
Nina pasó una servilleta sobre sus labios, ocultando así su sonrisa. Ella miró a Chuck, quien miraba a Joe con tal intensidad que no le sorprendería a nadie que cayera muerto de un momento a otro.
—Creo que entendiste mal, Joe—, habló Nina, tomando la mano del chico —. No lo llamaría ex–novio, ya que no tuvimos una relación.
—Ah, ¿no?—, inquirió Chuck con una ceja alzada.
—Bueno, perdóname, pero no duramos ni un mes antes que me engañaras. No creo que ninguna relación, al menos ninguna con sentimientos verdaderos, pueda terminar tan rápido.
—Entonces, eso crees que fue—, murmuró Chuck y, ante la mirada de Nina, agregó —. Crees que no hubieron sentimientos.
—Por lo menos no de ambos lados—, contestó Nina —. De lo contrario, hubiéramos durado más de diez días.
—Disculpen, perdí el apetito—, anunció Chuck antes de levantarse. Nina le miró y, por un momento, pensó en seguirlo, pero se mantuvo en su lugar. Ella cumpliría su promesa.
Nina caminaba alrededor de la fiesta de blanco con una gran sonrisa. Ella saludaba a las personas que le sonreían con gran alegría, algo que sorprendía a todos debido a su situación familiar. Claro que sólo su círculo cercano había notado cómo la chica había reprimido todos sus sentimientos y había seguido su vida como si nada. Algo que era al mismo tiempo valiente y preocupante.
— ¡Blair!—, exclamó al ver a su mejor amiga y la abrazó —. ¡Por fin llegas!
—Lo sé, lo siento—, sonrió la castaña, separándose de la chica con una gran sonrisa —. Llegué hace una hora, pero debía ayudar a James a arreglarse.
—James—, repitió Nina con una sonrisa —. ¿Cuándo podré conocer al afortunado?
—No finjas, sabes por qué salgo con él—, murmuró Blair y la sonrisa de Nina se borró.
—Distracción del verano, lo sé—, asintió la morena, buscando con la mirada a Joe, pero encontrándose en su lugar con Jenny. Ella alzó las cejas y se disculpó con Blair antes de acercarse a la rubia.
—Me dijeron que debías haber venido con alguien—, le habló la mujer a Jenny —. Pero les dije que era imposible que alguien como tú conociera a alguien de aquí.
— ¡Jenny!—, exclamó Nina y abrazó a la chica, sabiendo que luego le agradecería que la haya salvado —. ¿Cambiaste de opinión? Cuando te invité me dijiste que no.
—Nina Archibald—, saludó la mujer, sacando pecho y ofreciendo su mejor sonrisa claramente preparada frente al espejo —. Es bueno verla. Aunque me temo que debo informarle que sólo puedes traer un invitado, y me enteré que vino con su nuevo novio.., de Inglaterra, ¿no? Debe ser todo un galán--.
— ¿La conoces, Jenny?—, interrumpió Nina a la mujer, mirando a la rubia con el ceño fruncido. Cuando la chica asintió ligeramente, ella continuó —. Mira, no sé quién eres, pero puede que esa regla se aplique para personas como tú. Yo puedo invitar a cuántas personas desee. Ahora, si me disculpas, estaba hablando con mi amiga.
—Jenny, ella es Tinsley Mortimer, una amiga de mi madre—, se acercó Eric.
—Ya veo con quién preferiste venir—, murmuró Nina con una sonrisa, lo suficiente alto como para que la mujer la escuchara, probablemente no tenía idea de que Eric era gay. Ella saludó al chico y a Tinsley antes de marcharse —. Los veo luego, chicos.
Nina caminó por debajo del techo para evitar el sol mientras buscaba a Joe con la mirada, sin embargo se encontró con Dan —. Ustedes, Humphrey, son increíbles. Sólo rechazan mi invitación para, luego, venir de todos modos. ¿Qué diablos te pasó?
—Luego te explico—, suspiró Dan, sin mirar su camisa antes de tomar por el brazo a Nina y llevarla dentro del edificio.
Nina rió mientras ayudaba a Dan a limpiar la camisa —. Entonces, ¿las dos se conocieron y te enfrentaron juntas? Es a eso a lo que llamo poder femenino.
—Muy divertido—, rodó los ojos el chico.
Nina se encogió de hombros —. Creo que te lo merecías. No se juegan con los sentimientos de nadie, Brooklyn.
Dan se mordió el labio inferior antes de comenzar —. Mira, sobre lo que pasó antes de que te vayas, yo--.
—Está bien—, asintió Nina, interrumpiendo lo que estaba a punto de decir —. Entiendo que fue un error, no pasa nada. Mira, casi salió todo, me temo que es lo mejor que podré hacer—, alzó la camisa y lo ayudó a ponérsela.
Cuando se la terminó de colocar, ella le sonrió y se percató de la cercanía que habían tomado por ayudarlo con la prenda. Nina intentó dar un paso atrás, pero se encontró con que estaba arrinconada entre el chico y la mesa.
—No puedo sacarte de la cabeza, Manhattan—, murmuró Dan antes que sus manos viajaran hasta las mejillas de la chica.
Sus manos la sostuvieron mientras ambos se miraban fijamente a los ojos. Hasta que la mirada de Dan recayó en los labios de la chica, y comenzó a acercarse lentamente antes de besarla con cuidado. Cuando Nina cerró los ojos y le devolvió el beso, la acción se intensificó y profundizó en un instante.
Fue Nina quien se separó bruscamente, tomando conciencia de lo que estaba haciendo y pensando en lo mal que estaba. No sólo ella tenía novio, sino que ella sabía que Serena seguía enamorada de Dan.
—Esto está mal—, negó Nina, mirando a Dan antes de desviar la mirada al pasillo y encontrarse con su novio, quien negó con la cabeza antes de irse —. Joe, ¡espera!
La morena salió corriendo tras el chico, dejando a Dan solo mientras Chuck observaba todo oculto tras una puerta. Decir que estaba celoso sería sólo el comienzo, mientras sus manos se cerraban con fuerza sobre la puerta y su mandíbula permanecía apretada.
—Joe—, volvió a llamarlo, tomándolo por el brazo y deteniéndolo —. Déjame explicarte, lo siento. Yo--.
Joe suspiró, desviando su mirada de la chica para encontrarse con que Chuck Bass salía por la misma puerta que ellos habían cruzado. Él rodó los ojos, mirando al chico con enojo, y provocando que Nina siguiera su mirada para encontrarse con él.
—Creo que ya tienes suficiente en tu vida con ellos dos, Nina—, espetó Joe en cuanto notó que la chica detuvo su mirada en Chuck y ella volvió a mirarle —. No quiero ser parte de este juego.
—No, espera—, rogó Nina —. ¿Podemos hablar? En un lugar privado—, pidió y Joe miró alrededor, pensando —. Por favor.
—De acuerdo—, cedió, dejando que Nina le tomara la mano y lo guiará hacia una habitación vacía.