Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a thecellarfloor y esta historia fue beteada por AliciaBlackM.
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La sala de los menesteres estaba casi vacía cuando ella entró. La decoración era simple y casi estéril, excepto por un cómodo sofá, una chimenea y una mesa en el centro. Apresuradamente entró, impaciente ante la visión de un grueso libro de aspecto antiguo, ubicado cuidadosamente en la mesa. Se acomodó en el sofá y lo abrió.
Ella pensó que no funcionaría, pero por algún milagro, el único libro en el mundo que tenía información sobre la piedra Luteus, estaba ahora en sus manos.
La piedra de Luteus, es conocida por intensificar los poderes del poseedor.
Es diferente, porque en contraste a las otras piedras, esta se inserta dentro de quien desea obtener sus poderes.
Ella frunció el ceño ante esto.
Sus diversos usos van desde el uso de la magia sin varita hasta lanzar maldiciones sin posibilidad de rastrearlas, esta poco claro qué tipo de magia exacta puede exhibir.
Fue prohibida por el Ministerio de Magia debido a sus asombrosas propiedades tenebrosas, marcada como un objeto oscuro en el año 1760, se mantuvo encerrada en el ministerio, para nunca más ser usada.
Probablemente la robó de allí hace algún tiempo...
Sólo a través del hechizo de remoción se puede quitar la piedra del cuerpo del usuario, pero sólo existe una pequeña posibilidad de que la remoción funcione.
Ella dio vuelta a la otra página, pero no había más.
¿Una pequeña posibilidad? ¿Y si no funcionaba? ¿Qué pasaría si salía mal y Malfoy los mataba a todos por intentarlo? El hechizo Removal era un hechizo complejo después de todo. Necesitaba pura concentración y magia poderosa antes de que uno pudiera hacerlo. Era bastante difícil usarlo en objetos pequeños, pero ¿en una persona? ¿Era eso posible?
Una pequeña posibilidad. ¿Y si funcionaba? Ella y Harry podían practicarlo y sacar la piedra. Después de todo, él era Harry Potter, el niño que vivió. Ella usaría su conocimiento del hechizo para ayudar a Harry. Él era poderoso, podría hacerlo, ella cree en él.
Tenían que aprovechar esta oportunidad.
—Te ayudaré hasta que lo consigas Harry. —Dijo con tranquilidad cuando estaban en clase de transfiguración.
Así que comenzaron a practicar, pero después de tres días, no tuvieron absolutamente ningún progreso. Harry estaba luchando por hacerlo bien, haciendo lo mejor que podía, pero no estaba sucediendo nada.
—Amoveo. —Conjuro de nuevo, por lo que parecía ser la centésima vez este día. Estaban en la sala de menesteres, practicando como retirar un trozo de papel dentro de una pequeña bolsa.
—¡Tienes que concentrarte más! —Señaló con autoridad. Estaba empezando a sentirse frustrada. Se les estaba acabando el tiempo. Habían estado allí durante horas y el único resultado que obtuvieron fue un pequeño temblor del papel, que no salió de la bolsa—. Esto no es como los conjuros del ejercito de Dumbledore, ¡es diferente!
—¡Inténtalo tu entonces! —Gruño Harry irritado. Se sentó en una silla y cruzó los brazos. Molesta por la falta de progreso, se puso de pie, respiró hondo, concentrada y susurró:
—Amoveo.
La hoja de papel empezó a salir de la bolsa. Sus ojos se abrieron y ella bajó su varita. El papel se detuvo. La mitad estaba dentro de la bolsa, la otra mitad estaba fuera.
—¿Lo hice? —Volvió a mirar para asegurarse de que no estaba soñando.
—Eso fue increíble. —Harry la felicito.
—Eso fue un accidente. —Respondió, estupefacta.
—¡Tiene sentido, él confía en ti! —Harry la animo, mientras examinaba el papel y la bolsa. —Tendrías una excelente oportunidad si él está relajado alrededor tuyo, solo quítale la piedra de él y yo me encargaré del resto.
—Pero yo —ella lo miró con horror—. No puedo hacerlo, no soy tan poderosa-
—¡El hechizo de remoción funcionaría mejor si lo haces tú! —Harry la interrumpió, mostrándole la bolsa. —Has visto cómo lo hice.
—Pero Harry, él es manipulador y astuto. —Todo estaba mal. No podía enfrentarse a Malfoy después de ese pequeño altercado fuera de las Tres Escobas. Ella había estado haciendo todo lo posible para evitarlo. La maldición Cruciatus todavía estaba fresca en su mente—. Él me hace hacer cosas...
—¿Qué cosas? —Preguntó Harry, su tono de repente se volvió frío—. ¿Te ha hecho daño?
—¡No! —No podía seguir con ello. Miró al suelo con vergüenza—. Me engañó para que hiciera la maldición cruciatus.
Quería que él supiera la gravedad de lo que hizo, la culpa que sentía. Deseaba desesperadamente que le gritara, que le dijera que era una persona enferma y patética.
La culpa se la estaba comiendo viva.
—Sé lo que se siente. —Su voz salió como un susurro.
—¿Qué? No, en ese entonces estábamos en una guerra, ¡sólo hiciste lo que tenías que hacer! —Ella enterró el rostro en sus manos—. Lo hice porque perdí el control de mis emociones, lo hice porque, porque...
—Lo hiciste por Ron. —Explicó Harry en voz baja—. Lo hiciste por Ron, ¿verdad?
Ella parpadeó, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Yo-
Los recuerdos llegaron fugazmente, recordó por lo que ella estaba luchando, por qué estaba tratando de hacer esto. La muerte de Ron. Las últimas palabras de Ron resonaron en su mente. Los quiero muchachos.
Harry tenía razón.
Todo este tiempo, lo hizo por Ron.
—Sé lo que se siente. —Dijo Harry de nuevo, su rostro era inexpresivo, pero ella sabía que estaba recordando algo también doloroso—. Lo hice cuando mató a Sirius, no tienes que explicarte.
No hablaron por lo que parecieron horas. Tenía miedo de enfrentarse a él, como si lo que le dijo no fuese para ella. No sabía si debía estar aliviada o asustada.
Pero de alguna forma, era agradable saber que alguien la entendía.
Harry lo hizo a pesar de todo, ¿no? A pesar de todo, ¿seguía siendo bueno? Era más fuerte de lo que los demás pensaban.
¿Era ella lo suficientemente fuerte como él?
—Escucha, —dijo finalmente Harry, rompiendo el silencio—. Práctica, haz que baje la guardia cuando este contigo y luego hazlo, sé que puedes hacerlo, no te preocupes por el resto, yo te protegeré.
Los siguientes días se la pasaron practicando el hechizo de remoción. Primero practicó con pequeños objetos y luego los más grandes. La sala de menesteres era de gran ayuda, cambiando los objetos a unos más gruesos y grandes cada vez que ella mejoraba.
Fue en la víspera de la Mascarada de Invierno que Hermione practico una última vez. Entró en la sala de menesteres, esperando encontrar su sala de entrenamiento, pero para su sorpresa volvió a la misma habitación llana que encontró cuando vio por primera vez el libro.
Curiosa, agarró el libro de la mesa. Un trozo de pergamino estaba pegado a él. Ella lo recogió y abrió los ojos.
Estimada Srta. Granger,
En el momento en que leas esto, yo ya me habré ido. Sé que esto puede ser un shock para ti, pero sé lo que le sucedió a Draco Malfoy. Se crio en una familia de magos oscuros, lo que lo enjauló, era hijo único. Pero mientras que Narcisa y Lucius lo amaban mucho, rechazaron la idea de "bueno" y evitaron que Draco se convirtiera en una persona de buen corazón.
Draco se vio obligado a ser malvado toda su vida, pero a diferencia de los otros, vi un deseo de cambiar, de ser de otra manera. Lo consideró cuando te conoció.
Observé, cómo te miraba, a Harry y a Ron. Sé que él quería hacer amigos, que él quería ser bueno. Él nunca me mató después de todo.
Sus padres lo ofrecieron a Tom, y Tom le habló de la piedra Luteus. Sabía que el niño era de sangre pura y que sería capaz de hacer muchas cosas. Le enseñó bien a Draco y, entre todas las cosas, se seguro de nombrar a Draco su heredero, un sucesor por si moría. Ahora Draco perdió su camino en la oscuridad, pero no creo que no haya esperanza para él.
Sé que no lo ven como un amigo o un aliado, pero por favor sepan que es difícil amar cuando todo el mundo te dice que no lo hagas. Una verdad que Draco Malfoy conocía muy bien.
Confiaba en él entonces, hasta el día de hoy, todavía confío en él.
Tu difunto amigo,
Albus Dumbledore
PD: Si un hechizo de remoción no funciona, un pacto de sangre lo hará.
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El gran salón lucia como un país de las maravillas en invierno. Había en movimiento esculturas de hielo de diferentes grandes magos por todas partes, algunos hablando, algunos cantando. La pista de baile estaba encantada y lucia como una pista de patinaje muggle, pero el hielo no era resbaladizo y brillaba con la luz. El techo alto era impresionante como siempre, llenando el salón con copos de nieve encantados que desaparecían cuando llegaban a al suelo. Todo era hermoso.
Pero nunca le gusto el frío.
El plan se llevaría a cabo esta noche. Quería esperar hasta después de hoy, pero Harry insistió en que lo hicieran tan pronto como pudieran. Unos cuantos miembros de la orden y algunos aurores estaban alrededor de los terrenos del castillo. Querían asegurarse de que Malfoy no escapara. Ellos querían arrestarlo en su mismo cumpleaños.
Todo el mundo se veía irreconocible y deslumbrantes con sus máscaras. Apretó fuertemente su vestido blanco, buscando cualquier rastro de cabello rubio platino u ojos grises.
Antes de que ella lo supiera, sintió que las manos de alguien le rodeaban la cintura. Sus brazos estaban en los hombros de Harry. Reconoció sus orbes verdes bajo la máscara. Estaba sonriendo, diciéndole que se relajara un rato.
Ella y Harry bailaron lentamente, suavemente, y una sensación de calor y felicidad se apoderó de ella. Se sentía tan segura en sus brazos, a pesar del peligro que iba a enfrentar más tarde esta noche...
—¡Pensé que no habías comprado el vestido! —Oyó la voz de Ginny cuando se cruzaron con ella, quien bailaba con un chico que Hermione no podía reconocer. Hermione sonrió débilmente, recordando que el vestido fue enviado a ella por un desconocido.
—¿Hermione? —Miró al chico con el que estaba bailando Ginny. ¿Era Blaise?— ¡Hermione te encontré! —Corrió hacia ella, arrastrando a Ginny con él. Harry bloqueó su camino, pero Blaise lo ignoró—. ¡Está planeando algo!, él te va a obligar a-
Un grito agudo de repente estalló entre la multitud.
Con pánico, buscaron la fuente. Alguien se había derrumbado en la pista de baile y la gente se reunía alrededor del cuerpo inconsciente. Luego, no muy lejos de la escena, otra persona se desplomó, y otra y otra.
—¿Que está pasando? —Ella miró con horror como un líquido rojo empezaba a filtrarse de los cuerpos colapsados. Había sangre en todas partes, pero no había señales de que fueron apuñaladas. Era como si simplemente cayeran y sangraran.
La visión de la sangre provocó en todos, histeria. El pánico surgió cuando más gente se derrumbó al azar.
—¡Llamaré la orden! —Gritó Harry a través de las voces asustadas de la multitud—. ¿Dónde está él? —Le preguntó a Blaise.
Antes de que pudiera responder, fueron separados por un par de personas que corrían hacia las puertas. Vio a unos cuantos maestros gritando, pero no podía oírlos. Luchó por escapar de la loca multitud.
—¡Harry! —Ella gritó, pero no había rastro de él. Más gente estaba gritando y colapsando. Todo el mundo corría en diferentes direcciones y unas cuantas personas chocaron contra ella una o dos veces—. ¡Ginny, Harry!
Su cabello rubio platinado la hizo detenerse.
En medio de todo el caos, ella finalmente lo vio. Estaba inclinado casualmente contra el marco de puerta cerca de la mesa de los profesores, sin que nadie lo notara. Una sonrisa familiar y condescendiente adornaba sus hermosos rasgos mientras miraba a la multitud. Parecía complacido consigo mismo, y disfrutaba de todo. Su máscara negra cubría la mitad de su rostro, pero su oscura conducta delataba su identidad.
Sólo Draco Malfoy era lo suficientemente frío como para estar tan tranquilo, tan feliz, en tiempos de morbosidad y horror...
Cómo sabía quién era ella, a pesar de su máscara de cisne blanco o su cabello castaño, no lo sabía. Todo lo que podía ver ahora era su mirada intensa dirigida precisamente hacia ella, su frialdad le enviaba escalofríos por su espina dorsal. Se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad.
Comprendía ahora cómo estaba matando a todos los centauros. Él estaba probando este veneno en ellos.
El enojo se apoderó de ella una vez más, pero se contuvo. Tenía que mantener la calma. Se quitó los zapatos y se levantó el vestido. Luchando con la multitud, corrió tras él.
Pasó las puertas, pasó las estatuas y a las armaduras, hasta que ya no podía oír los gritos del gran salón. No sabía lo que iba a hacer una vez que lo alcanzara. Ni siquiera estaba segura de estar lista para enfrentarse a él todavía. Pero su estómago le decía que iba a estar bien, así que siguió adelante. Se detuvo en una bifurcación en el camino, miró a ambos lados y lo vio en una esquina. Ella lo siguió sin vacilar.
Subió las escaleras. Luego volvió la cabeza hacia atrás y sonrió al asegurarse de que aún lo seguía. Ni siquiera estaba corriendo, caminaba tranquilamente, con las manos en los bolsillos.
Se sentía como si estuviera jugando el juego del gato y el ratón. Sólo que ella era el ratón que perseguía al gato, y el gato ya había preparado una trampa para devorarlo una vez que todo hubiera terminado. Una o dos veces miraba hacia atrás y sonreía, probablemente solo para fastidiarla. Pero ella nunca dejó que la pusiera nerviosa, nunca dejó de correr. Era ahora o nunca.
La estaba llevando a la torre de astronomía.
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Fin Capitulo Trece.
Notas: ¡Penúltimo Capítulo! Siento que esta historia se está terminado tan rápido, digo, pareciera que la comencé a publicar hace tan poco tiempo y mira, ya está a un capítulo de finalizar. Una parte de mí no quiere que termine, pero otra sí, es extraño, son muchos sentimientos encontrados y algo me dice que para el capítulo final, lo voy a publicar el primero de noviembre, mis emociones van a ser aún más caóticas. Bueno, espero les guste el capítulo, y nos leemos pronto, besitos.
Link historia original: www.fanfiction.net/s/6122207/1/His-Beautiful-Haunting-Eyes
Naoko Ichigo