Alguna vez Sakura pudo demostrar su gran capacidad en la magia. Durante los años que ella lo ha estado practicando se había vuelto más intuitiva y perspicaz. Una de las más felices con eso era Tomoyo quien siempre buscaba la oportunidad para pasarle uno de sus trajes y grabarla en video. Y Kero, por supuesto, también era feliz con aquello, porque siempre aportaba ideas para que él también pudiera participar. Tomoyo deliraba con eso, mientras el guardián motivara a Sakura a participar.
―¡Si sigues dándole ideas Kero, voy a utilizar la carta del silencio para dejarte mudo por un tiempo!
―Sakura, no todos los días tienes la oportunidad de brillar ―decía Kero mientras le daba diferentes poses a Tomoyo frente a su cámara.
Suspiró algo frustrada y se dispuso a leer el guión que Tomoyo le había dado para crear una nueva película de ella. Así era como le gustaba divertirse y de alguna manera probarle los miles de diseños que había hecho para ella. Además, después de haber actuado un par de veces en el colegio frente a muchos alumnos, terminó por agradarle. Había superado su timidez y pánico escénico.