Había una película que Sakura veía reiteradas veces. Le gustaba puesto que los personajes que allí participaban solían interpretar la parte divertida de sus personajes y no tan horrorosos como la historia solía contarlos. Una vez más se acomodó frente a su cama, en compañía de Kero, prepararon los vasos para la bebida y unas papitas fritas para comer mientras esperaban el inicio de la película.
―¿Cuántas veces has visto esta película Sakura? ―preguntó Kero engulléndose un par de papitas
―Hum... no lo sé ―bebió algo―, pero es divertida.
Kero y Sakura entonces se quedaron nuevamente pegados frente a la televisión. «Hotel Transilvania» reflejaba el lado de un vampiro y un hotel lleno de monstruos y fantasmas.
―¿No te dan miedo estos fantasmas Sakura?
―No ―meditó un poco―, la verdad siempre me pareció cómico todo.
Reían a carcajadas, en especial la parte favorita de la chica, cuando se presentaba la burla hacia «Crepúsculo» y todo aquel asunto de los vampiros brillantes. Los dos finalmente se miraron divertidos imitando a los personajes con un simpático bla bla bla y los motivó nuevamente a reírse.