Había algo que a Shaoran le gustaba mucho del cuerpo de Sakura, algo que descubrió el día en que estuvieron juntos por primera vez. Cuando vio su cuerpo desnudo y observó con mucha timidez. Ella le contó que cuando era más pequeña sufrió de varicela ―conocida también como peste cristal― y que una marca quedó entremedio de sus pechos por culpa de eso.
A Sakura siempre le incomodaba un poco, porque a pesar de todo tenía sus pretensiones de belleza, pero tampoco se molestaba más allá de eso ya que por suerte se encontraba ubicada en una parte que no era expuesto a todos.
El día que Shaoran conoció esa marquita ella le contó la historia, a lo cual a él le pareció lo más adorable. Con mucha sutileza Shaoran acarició ese sector dejando tiernos besos en aquella marca. Sakura reía ante tal gesto, observaba como él la encantaba con aquellos detalles.
―A mí también me había dado eso cuando pequeño ―le contó de pronto.
―Y ¿Te quedó alguna marca?
Shaoran negó moviendo su cabeza divertido, incluso le sacó la lengua ante la expresión de Sakura al oír como él se burlaba de eso.