Under Lock and Key. (Español)

By Nathsdfghj

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Traducción al español del fanfic ilustrado "Under Lock and Key", colaboración entre Maerynn y Eden Daphne. Ap... More

Capítulo 1: La Exhibición
Capítulo 2: Pijamada
Capítulo 3: Sesión de Fotos
Capítulo 5: Día de Escuela
Capítulo 6: Nostalgiak
Capítulo 7: Repercusiones (Veo la luz)
Este no es un capítulo... de nuevo.
Actualizó!!! :v
Capítulo 8: Desencadenados
Hayooo¡¡¡

Capítulo 4: Mansión Agreste

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By Nathsdfghj

El viaje en auto hacia la casa señorial fue mayormente silencioso. Adrien y Marinette estaban al lado del otro en el asiento de atrás, tomando toda la distancia humanamente posible a pesar de las esposas. Residuos de rubor adornaban sus caras, y cada vez que sus ojos se encontraban, una nueva capa de rojo venía a reemplazarla.

Poco después, Gorila puso fin a su miseria, deteniéndose frente la mansión.

Marinette soltó un suspiro que no sabía estaba conteniendo mientras se deslizaba por el asiento, siguiendo a Adrien fuera del auto, con la esperanza de calmar su trastornado corazón.

Marinette no podía dejar de pensar el sentimiento de asombrosa familiaridad cuando las manos de Adrien sujetaron sus caderas, mientras la sostenía contra la pared , y el agradable hormigueo de su respiración en su cuello. Cuando gentilmente sostuvo sus dedos con los suyos , susurrándole palabras de aliento a pesar del público, ella había sentido su corazón apretarse de una forma familiar, y maravillosa.

Por un momento, ahí, sintió como si ella y Adrien pertenecieran juntos, ambos en su propia burbuja privada, el sentimiento había sido verdaderamente fantástico.

Ella le miró, uno de sus mejores amigos, subiendo las escaleras de la mansión a su lado, haciendo lo mejor para ir a su ritmo. Ahora se daba cuenta que también estaba mirándola, por el rabillo del ojo, y cuando el azul encontró al verde, una sonrisa mable crispó sus labios. "¿Lista para entrar a la guarida del dragón?"

Marinette soltó una risa, sus dedos enlazando los de él por cuenta propia. "¿No ha de ser tan malo, cierto? Me refiero, no es como si te hubieras esposado a mí a propósito."

"Si hubiera sabido que haciéndolo te sentirías más cómoda conmigo," Adrien respondió juguetón, "Quizá lo hubiera hecho."

Le tomó unos sólidos diez segundos volver a sus sentidos, traída de regreso por la sonrisa petulante de Adrien mientras sostenía la puerta para ella. Lo siguió dentro de la casa, aun tambaleándose por su comentario previo; estaba finalmente intentando soltar una respuesta ingeniosa, cuando una severa y fría voz la sorprendió.

"Adrien."

El joven a su lado se pudo tenso, su mano apretándose casi dolorosamente alrededor de la suya. "Hola padre. ¿Recuerdas a Marinette? Ella a ganado algunos de tus concursos.

"Ah, sí. Señorita Dupain-Cheng. Debo comentar que es un alivio que, entre todas las jovencitas con las que pudiste haber quedado atrapado, Adrien, el destino decidió elegirla. Por lo menos, tiene una cabeza inteligente sobre los hombros y no será mala influencia para ti, como suelen serlo tus habituales conocidos."

Marinette sintió enojo en la base del estómago, sus puños apretándose a sus costados. Adrien se estremeció por la inesperada presión en sus dedos, pero estaba demasiado concentrado en mantener su propio temperamento bajo control. Nada bueno vendría al reñir a su padre, lo había aprendido mientras crecía. Solo una vez, después de la muerte de su madre, defenderse había tenido éxito, principalmente porque Nathalie dio un paso al frente y reorganizó su agenda, para que el pudiera asistir a la escuela pública sin comprometer los preciosos planes de Gabriel.

Antes de que alguno de los dos pudiera hablar, Gabriel bajo despacio por las escaleras, con pasos lentos y medidos que enviaron destellos de terror a ambos adolescentes, cada uno de sus pasos resonó ruidosamente por el usualmente vacío vestíbulo de la mansión, acentuando la sensación de fatalidad.

El magnate de la moda cerró la distancia entre él y los dos aterrorizados adolescentes, sus brazos entrelazados en su espalda y su habitual expresión severa cuidadosamente entrenada en su rostro. "El cambio de temática fue una desafortunada molestia, pero veo que resultó mejor. Los atuendos lucen decentes."

Marinette resopló, deteniéndose unos segundos antes de soltar al propio Gabriel Agreste, lo mucho que se vio afectada por la visión de su único hijo vestido con cuero negro y botas de combate.

Si Adrien notó el obvio cambio en el estado de ánimo de su amiga, no hizo ningún comentario al respecto, sino que optó por ignorar el comentario de apreciación por parte de su padre.

"Habíamos planeado subir a mi cuarto a jugar videojuegos antes de la hora de cenar," Dijo en un tono tenue y tímido que no tenía nada que hacer en la boca de un chico de diecisiete años, que provocó mareo en el estómago de Marinette. "¿Estaría bien, padre?"

"Desde luego," Gabriel respondió sin el más mínimo asomo de calidez o amor paternal. "Primero me gustaría ver más de cerca tu ... situación. ¿Cómo van los dos hasta ahora?"

La inesperada pregunta tomo a Adrien por sorpresa, por lo que solo quedo de pie sin pronunciar palabra, mirando inexpresivamente a su padre mientras el hombre mayor tomaba sus dos manos juntas con dedos largos y fríos. Él inspeccionó de cerca la tierna piel de sus brazos, el más leve rastro de sonrisa tirando de sus labios. "Bien, el metal no dejó marcas. Hubiera sido una total molestia usar Photoshop en las fotos".

Y ahí estaba, el latigazo que Adrien había estado esperando en el momento en que su padre había mostrado alguna preocupación por su bienestar. Aparentemente, Gabriel no había terminado con su montaña rusa emocional, ya que sacó dos tiras de tela aterciopelada cosida en forma de tubo, aproximadamente del tamaño de una muñeca. "Aquí, Adrien. No podemos permitir que obtengas una muñeca irritada por esta desafortunada situación, así que conseguí este puño protector. Se espera que lo lleves debajo de las esposas en todo momento a partir de ahora y hasta que las desbloqueen, para asegurarnos de que no termines con marcas de fricción en tus muñecas en tus sesiones entrantes".

Adrien extendió la mano libre, tomando las esposas de tela de su padre. Perplejo, contempló los dos tubos de terciopelo que descansaban en su palma abierta. "Padre, ¿por qué hay dos?"

"Una vez cortada, la tela en sí misma era inútil. Por lo que, en lugar de desperdiciarlo, pensé que tu amiga, al menos, apreciaría la oportunidad de permanecer libre de imperfecciones. ¿O no debería haberme molestado en ser considerado?

Marinette hizo todo lo posible por ignorar la aguda respiración que tomó su amigo, tomó una de las esposas y la deslizó sobre su muñeca atada. Sus dedos hormigueando agradablemente mientras rozaban la piel cremosa de su brazo interior, tirando suavemente de la tela debajo del metal frío de las esposas. Él devolvió el gesto con los dedos temblorosos, y ella odió cada onza de dolor que leyó tras sus amables ojos verdes.

Ella tragó saliva, tratando de evitar que su boca pronunciara las palabras que su corazón realmente quería decirle al hombre al que había idolatrado por tanto tiempo, pero que perdía más y más brillo cuanto más conocía a su hijo. En lugar de eso, tragó de su enojo y habló en voz baja: "Es realmente considerado de su parte, señor Agreste. Gracias".

Antes de que su padre pudiera responder, Adrien habló rápidamente, "Gracias padre, ahora, ¿nos disculpas? Realmente espero poder cambiar mi ropa."

"Muy bien," Gabriel respondió antes de darles la espalda, subiendo las escaleras al mismo paso lento que los había asustado más temprano.

Marinette siguió a Adrien a su habitación sin pronunciar palabra, furia y una inquebrantable sensación de maldad hirviendo bajo su piel. Tan pronto como la puerta de su habitación se cerró detrás de ellos, él se percató de sus hombros tensos, y sus labios estirados en una delgada línea.

Él tomó su mano afectada, el hábito ya había penetrado en su relación, y gentilmente rozó su brazo libre con el dorso de su otra mano. "Hey, ¿estás bien?"

"¿Es...es eso algo normal?¿Es siempre así?", preguntó con la voz quebrada.

"¿Así como?"

"Ya sabes, ¿tan formal e indiferente?" Las palabras salieron rodaron desagradablemente por su lengua, y lo que implicaban, le molestaba a otro nivel.

Adrien se encogió de hombros, tirando suavemente de ella hacia la bolsa de lona para que ella pudiera sacar su ropa de civil y las camisas que había arreglado para él. "No te preocupes por eso. Te acostumbras después de un tiempo ".

Marinette lo miró boquiabierta, el mismo sentimiento de incorrección tirando incómodamente de las fibras de su corazón. "Que cosa más horrible a la que acostumbrarse. Esto... esto no está bien Adrien, yo-
"No te preocupes, ¿de acuerdo? Está bien, de verdad".

Marinette suspiró, frotando distraídamente su brazo mientras Adrien le daba la espalda tanto como las esposas se lo permitían, hurgando en su armario para sacar un par de pantalones de deporte limpios. "Tienes razón", dijo, "no está en mis manos juzgar". Lo siento."

Él le sonrió, con la ropa limpia en las manos, le tendió una bufanda que le resultó demasiado familiar.

Dos años después, todavía no tenía ni idea de cómo podría haber sucedido la confusión en su cumpleaños, pero era otro testimonio más de lo poco que el hombre se preocupaba por su único hijo. "Oh, ¿todavía tienes esa bufanda?", Soltó a pesar de haber intentado no hacerlo.
"Bueno, sí, ¿por qué?" Adrien parecía un poco desconcertada por su pregunta. "Es mi favorita."

Con la garganta apretada, le quitó la bufanda ofensiva de las manos sin decir palabra y se la ató alrededor de la cabeza para cubrirse los ojos. Su brazo siguió el suyo mientras el rápidamente se quitaba la ropa de la sesión para cambiarla por unos pantalones para correr.

El crujido de la tela se detuvo, y las manos de Adrien desataron la bufanda. Sus dedos gentilmente colocaron un mechón de cabello detrás de su oreja, y él le sonrió suavemente. "Te preocupas demasiado, Marinette. Estaré bien. Tu turno para cambiarte".

Ella solo logró asentir con la cabeza, la imagen de Adrien Agreste vestido con pantalones negros para correr y una camiseta gris oscuro que se ajustaba perfectamente a su torso quemó en su mente. Tan pronto como su vista estuvo completamente bloqueada, se cambió a su vestido de verano, sin percatarse en la situación de su amigo.

Por su parte, Adrien estaba tomando esos preciosos segundos de calma para tratar de organizar sus pensamientos. Pasar tanto tiempo cerca a Marinette, tenerla finalmente cómoda con él, mostrándole su verdadero ser era desconcertante. Él nunca habría esperado ver más que una amiga en Marinette, pero cuanto más tiempo pasaba con ella, más tenía que admitir que le gustaba la nueva Marinette que se le permitía ver, y su corazón parecía haberse acostumbrado a saltarse uno o dos latidos cada vez que se rozaban, lo que, dada su situación, era bastante frecuente.

De alguna manera, sintió que debería sentirse culpable. Dos años atrás, él había jurado amar y apreciar a su dama, su compañera, pero no había hecho ningún progreso en ese frente. Aun la amaba muchísimo y la protegería de cualquier daño a toda costa, pero si era completamente sincero consigo mismo, era innegable que Marinette había entrado poco a poco en su corazón y se había acomodado allí cómodamente en el trayecto.

Y él estaba ya demasiado lejos para echarse para atrás.

Su voz lo sacó de sus reflexiones. "Estoy bien, puedes mirar".

Con la esperanza de que ella no notara el sonrojo que podía sentir extendiéndose en sus mejillas, Adrien se rió entre dientes con torpeza. ¿Ella siempre había lucido tan adorable con un vestido? Lo miraba bajo sus largas y oscuras pestañas, con el labio inferior atrapado entre sus dientes, el sintió sus rodillas debilitarse. "Yo, hum, ¿qué quisieras jugar?"

"Cualquier cosa estará bien", respondió ella, "En realidad, ¿tendrías algo para comer? Estoy un poco hambrienta".

El deambuló tan lejos de ella como pudo para encender su sistema de juego, "Debería haber frutas y queso en el mini refrigerador". Toma lo que quieras- oh. No puedes. Espera un segundo."

Encendió la consola y la televisión, y ambos se movieron hacia el mini refrigerador, Marinette se preguntó si Tikki estaría de acuerdo en comer cualquier cosa que no fueran pasteles por un día. El discreto "Estaré bien, no te preocupes." que obtuvo de su pequeña Kwami mientras Adrien hurgaba en el aparato la tranquilizó.

Minutos después, toda preocupación sobre como alimentaría a su pequeña Kwami desaparecieron mientras ella se perdió en una batalla a muerte en Mario Kart contra Adrien. Jugaron por alrededor de una hora, compitiendo fieramente contra el otro hasta que Jugaron durante aproximadamente una hora, compitiendo febrilmente uno contra el otro hasta que Nathalie carraspeó ruidosamente detrás de ellos, una sonrisa divertida bailando en sus labios.

"La cena está servida, Adrien", les dijo severamente, su tono desemparejando su expresión.

Marinette se tensó a su lado, él, al instante se dio cuenta de la razón causante. "No te preocupes, Mari. Él nunca come conmigo, solo seremos nosotros".

Ella asintió, entrelazando sus dedos con los de él y dejándolo guiarla a través de los corredores de la mansión hasta el comedor. El empujó la pesada puerta de madera con una sonrisa alentadora ...

... y se congeló en el umbral.

"Buenas noches, Adrien. Señorita Dupain-Cheng," saludó la voz fría e impersonal de Gabriel Agreste.

Seguida por la cena más incómoda que Marinette había tenido alguna vez.

Ella y Adrien estaban sentados uno al lado del otro en un extremo de la larga mesa, ambos comiendo en un incómodo silencio. Gabriel estaba al otro extremo, absorto leyendo en su tableta.

Después de un rato, la voz severa y austera se elevó, sus ojos todavía concentrados en la pantalla digital, "Como usted comprende, Adrien, dado el mal uso que ha hecho del tiempo libre que le otorgué, voy a reducir su tiempo libre ".

El tenedor de Adrien se detuvo a medio camino entre el plato y su boca, para tartamudear dócilmente, "¿Lo ... lo siento?"

"Evidentemente, necesitas algo constructivo que te evite problemas los fines de semana. Por lo que pedí a Nathalie que te programara una sesión de fotos adicional por semana, así como clases de violín ".

Ni una sola vez, mientras hablaba, Gabriel se molestó en levantar su mirada hacia su único hijo.

Si lo hubiera hecho, podría haber notado la forma en que los dedos de Marinette se apretaban alrededor de su tenedor, sus nudillos tornándose blancos, y los hombros tensándose, alarmando a su amigo.

"Estábamos en un museo." Gruñó a través de sus dientes apretados.

Eso efectivamente sobresaltó al hombre de lo que fuera que estaba leyendo, y le lanzó una mirada interrogante a la joven. "¿Perdóname?"

"Entendería si Adrien estaba siendo castigado por, digamos, vandalismo, robo o cualquier cosa estúpida, señor", dijo, tratando desesperadamente de igualar el tono de su voz, "pero estábamos en un museo. Adrien no hizo nada malo para obtener un castigo tan injusto ".

Hubo un momento de silencio, Adrien no pudo hacer nada más que mirar a su amiga, estupefacto.

Había algo en la forma en que sostenía la mirada de su padre, en la forma en que mantenía los hombros erguidos y la barbilla orgullosamente alta, negándose a retroceder, esos gestos le golpearon con extraña familiaridad.

Finalmente recuperándose del estupor Gabriel depositó el tenedor en su plato y unió sus dedos frente a él en la mesa, mirando a la joven. "Creo que soy perfectamente capaz de juzgar lo que es justo o no cuando se trata de disciplinar a mi hijo, señorita Dupain-Cheng".

Marinette saltó sobre sus pies tan rápido que Adrien no tuvo tiempo de reaccionar. Golpeó con ambas manos la mesa, con fuerza, el movimiento inesperado junto con toda la frustración que estaba tratando de transmitir hizo que ocurriera lo inevitable. Ambas manos aterrizaron en el borde de su plato, mientras que la mano esposada de Adrien aterrizó en el suyo, volteando ambas platos, cubriéndolos con restos de la cena.

Con trozos de comida en el pelo, temblando de pies a cabeza, Marinette miró a Gabriel Agreste con tanto fuego en los ojos que Adrien juraría haber visto a su padre contraerse en su asiento.

"Con el debido respeto, señor", continuó furiosa, "Adrien es la persona más trabajadora que conozco. No solo tiene que hacer su trabajo de modelaje en la además de la escuela, sino que también tiene una gran cantidad de actividades extracurriculares y, de alguna manera, logra sobresalir en todo lo que hace. Él es el mejor de nuestra clase, y a pesar de estar más ocupado que una abeja, siempre se da tiempo para ayudar a sus compañeros."

"Y salva París tres o cuatro veces a la semana", pensó Adrien para sí mismo antes de tirar suavemente del vestido de Marinette, tratando de calmarla, sin éxito.

"Debería estar orgulloso de tu hijo", prosiguió, ignorando la fuerte inspiración a su derecha, "en lugar de castigarlo por algo sobre lo que no tenía ningún control, esto," agregó, sosteniendo ambas manos esposadas en alto," es el resultado del inocente error de una niña de siete años. Una pequeña niña a la que Adrien se ofreció a vigilar por pura bondad.

Y si no está orgulloso de él, no importa. Porque sé que yo lo estoy. Todos sus amigos lo están."

Hubo otra pausa, en la cual podrías haber escuchado caer un alfiler. Marinette pareció darse cuenta de lo que acababa de hacer, y se hundió en su asiento, negándose obstinadamente a mirar a Adrien a los ojos.

Gabriel los miraba con una expresión ilegible en el rostro.

Luego de un rato, habló lentamente, "Soy muy consciente de las cualidades innatas de mi hijo, pero parece que pude haber estado ... mal informado sobre las circunstancias relacionadas con las esposas y cómo terminaron en sus muñecas. Me hicieron creer que era el resultado de ustedes dos siendo tontos y descuidados. Supongo que siempre que esto no se convierta en algo regular, podemos pasarlo por alto. Si me disculpa, tengo asuntos comerciales que atender. Esperaré una explicación completa de ti mañana, Adrien. Buenas tardes."

Gabriel salió de la habitación sin decir otra palabra, dejando a un aturdido Adrien y una temblorosa Marinette tras él. Suavemente, el joven la ayudó a levantarse de su asiento y la llevó de regreso a su habitación, su preocupación incrementando con cada minuto de silencio pesado que pasaba.

Tan pronto como la puerta del dormitorio se cerró detrás de ellos, Adrien sintió un tirón extraño y desconocido en las esposas. Sorprendido, lanzó una mirada preocupada a su amiga, cuyas rodillas parecían haber cedido ante ella. Estaba desplomada contra el panel de la puerta, con la cabeza gacha.

El sintió la preocupación subir por sus entrañas, se arrodilló frente a ella y la sostuvo suavemente por sus hombros. "Hey, ¿estás bien?"

Levantó una mirada húmeda hacia él, sus ojos azules bañados en lágrimas. "Lo siento tanto, Adrien," hipó entre sollozos, sus hombros temblando violentamente. "Tu padre va a odiarme ahora, hice el ridículo, te avergoncé y-"

Adrien la miró boquiabierto por un segundo, sorprendido por las lágrimas calientes que corrían por sus mejillas. ¿Realmente atesoraba tanto su amistad, que la sola idea de molestarlo la estaba deshaciendo así? "Hey. Hey, cálmate," él la arrulló, ahuecando suavemente su cara entre sus manos.
Los dedos de su mano derecha se envolvieron alrededor de su muñeca, y ella se apoyó en su toque, un pequeño gemido escapó de sus labios. "Lo entendería si me odiaras, Adrien. Acabo de arruinar las cosas entre tu padre y tú."

Apoyó su frente contra la de ella, susurrando suavemente, "¿Cómo podría odiarte alguna vez, Marinette? Honestamente, eso fue lo mejor que alguien haya hecho por mí ".

Ella se echó atrás al oír sus palabras, estupefacta. "¿Qué?¡"

"¿Enfrentar a mi padre de esa forma?", Dijo, aún asombrado. "¿Diciendo todas esas cosas increíbles sobre mí? Eso fue un poco loco, lo admito, pero muy, muy valiente de tu parte. Como, al nivel de valentía de Ladybug."

Marinette se secó sus mejillas con el dorso de la mano libre, mirándolo a través de las lágrimas. "¿De verdad lo crees?"

La sinceridad de su dolor, además de lo vulnerable que se veía en ese momento fue su perdición. Él la abrazó con fuerza, envolviendo el brazo libre alrededor de su cintura y hundiendo la nariz en su cabello. "Realmente lo creo. Muchas gracias, Mari."

Ella se relajó en su abrazo, sorbiendo suavemente mientras apoyaba la cabeza en su hombro. Su mejilla aterrizó en una mancha de salsa untada en su camisa, y ella soltó una risita. "Estamos asquerosos".

"No a causa mía," Adrien rió suavemente en su abrazo. "No es mi culpa que hayas decidido aplastar nuestras cenas al estilo Hulk."

Eso envió a ambos a un ataque de risa frenética que desactivó la tensión de la noche, disolviendo los nudos en sus estómagos. Se rieron juntos durante un rato, comparando sus respectivos estados de inmundicia, y solo se detuvieron cuando oyeron un fuerte golpe en la puerta de la habitación.

Poniéndose de pie con las piernas temblorosas, Adrien se limpió las lágrimas de alegría y abrió la puerta para revelar a Nathalie, de pie en el umbral con un pequeño paquete. "Buenas noches, Adrien. Tu padre pensó que tú y la señorita Dupain-Cheng podrían querer darse una ducha, tanto por los restos de productos usados en la sesión de fotos, como por el pequeño incidente que ocurrió durante la cena. Envía este traje de baño para su amiga, para asegurarse de que las cosas entre ustedes se mantengan ... apropiadas. Deje la ropa sucia fuera de su puerta, el personal se ocupará de ella."

Adrien pudo sentir sus mejillas quemar bajo un intenso rubor mientras tomaba el pequeño paquete de las manos de Nathalie, dándole las gracias rápidamente. Se volvió hacia Marinette, sosteniendo el traje de baño, "Tiene razón. Nuestro cabello está tieso con laca para el cabello y los dos tenemos aproximadamente una pulgada de maquillaje en la cara. Sin incluir la salsa y las verduras que están por doquier. Una ducha sería agradable. ¿Qué dices?"

Marinette se sonrojó profundamente, y Adrien imaginó que su rubor combinaba con el suyo. "Sí, claro", dijo mansamente, tomándo el pedazo de tela azul de sus manos.

Para entonces, cambiarse de ropa a pesar de estar atados se había convertido en una rutina fácil entre la pareja, y era un problema rápidamente resuelto. En poco tiempo, ella se quitó el pañuelo de los ojos, parada tímidamente frente a él en el traje de baño que Gabriel le había proporcionado.

Era de una pieza, simple y sin tirantes, en un tono casi idéntico al de sus ojos. La tela estaba fruncida en su estómago, añadiéndole una agradable textura.

Ella estaba sonrojada y un silencio incómodo paso entre ellos, mientras Adrien la observó con la boca seca. Finalmente, Marinette se retorció incómodamente frente a él. "Es ... ¿está bien?"

Tragó saliva, tratando de ahuyentar cualquier pensamiento inapropiado sobre la impresionante cantidad de piel que se mostraba descubierta ante sus ojos. Con la garganta apretada, suspiró soñadoramente, "Te ves increíble, Marinette".

Tan concentrada como estaba en renunciar a cualquier fantasía impura sobre el tonificado cuerpo de Adrien Agreste expuesto frente a ella en solo pantalones cortos de baño, Marinette asintió brevemente antes de susurrar roncamente: "¿Deberíamos entonces?"

Su ropa sucia y los protectores de muñeca fueron puestos en el pasillo rápidamente para ser limpiado y devueltas por el personal lo más pronto posible. Se dirigieron al gigantesco baño tomados de la mano, sus corazones latiendo furiosamente en sus pechos. Mientras empujaba la puerta del baño, Adrien suspiró, "Oye, esto no tiene que ser raro, ¿o sí? No es diferente a ir a la playa, ¿verdad?"

Marinette soltó una risita, el rubor carmesí en sus mejillas todavía era feroz mientras quitaba el lazo que aseguraba su moño. "Supongo que tienes razón. Dime, ¿crees que es realmente inteligente mojarlos?," Agregó, levantando sus manos atadas.

Sus ojos se abrieron al darse cuenta, pero los engranajes en su mente casi instantáneamente hicieron clic en su lugar. "Probablemente no, tienes un buen punto. Podríamos meternos en problemas con el museo si conseguimos que se oxiden. Aunque tengo una idea, ven aquí ."

Observó asombrada su ingenio, mientras Adrien sacaba un gorro de ducha con lunares rojos y negros de un cajón y envolvía sus manos, con cuidado de cubrir todas las esposas. Cuando estuvo satisfecho con su obra, lo aseguró en su lugar con un moño para el cabello y sonrió ampliamente. "¡Voila! ¡Todos a salvo! "

Minutos más tarde, el agua tibia de los múltiples chorros de su ducha lo suficientemente grande-para-diez-personas estaba cayendo sobre la extraña pareja, lavando la mugre del día. Restos de productos para el cabello, maquillaje y comida se perdieron en el desagüe de la ducha, mientras ambos aplicaban el espumoso jabón en la piel con la mano libre.

Marinette saboreó la sensación de limpieza que se apoderó de ella, antes de que su mirada cayera sobre la botella de champú que estaba en un estante. Claro, en cualquier otra circunstancia, ella simplemente hubiera saltado la parte de lavarse el cabello. Pero tal como estaban las cosas, estaba casi tieso por toda la laca y ella estaba segura de que trozos de la cena habían caído directamente en los negros mechones.

"Um ... Adrien, yo ... espero que esto no sea incómodo ni nada, pero ... No puedo lavarme el cabello con una sola mano, y tengo un poco de salsa encima."

"¿Me permites?", Dijo suavemente, poniendo la botella en su mano libre para que pudiera verter un poco de champú en su mano derecha.

Ella lo miró, alguna señal en sus ojos, cualquier rastro de incomodidad en ellos. Sin encontrar ninguna, en su lugar, solo verdadero deseo de ayudarla, de abrirse camino a través de ese bache como un equipo. "Por favor," respondió ella, dándose vuelta.

Con gestos suaves y cariñosos, Adrien usó su mano disponible para enjabonar el champú en su cabello, y luego la ayudó a enjuagarlo completamente antes de masajear el acondicionador en la longitud de su cabello. "Seguro que sabes lo que estás haciendo," reflexionó Marinette en voz alta.

"Bueno, no creces entre peluqueros y maquilladores sin recoger algunos trucos. Listo, ya he terminado."

Ella pasó sus dedos por su cabello bajo el agua, solo para asegurarse de que toda la espuma se había ido, antes de mirar en su dirección. "¿Quieres que te ayude también?"

"Eso sería fantástico", respondió alegremente, agarrando su lujosa botella de champú para verter algo en su mano.

Ella imitó sus movimientos anteriores, masajeando suavemente su cabeza mientras frotaba el producto en el suave cabello rubio. Sus uñas rozaron suavemente la tierna piel de su cuero cabelludo, y se dio cuenta de que Adrien había cerrado sus ojos, aparentemente disfrutando de su total atención.

Un súbito estruendo salió repentinamente de su pecho, espontáneamente, y Marinette quedó quieta.

"Adrien, ¿estás ... estás ronroneando?"

Sus ojos se abrieron de golpe, y se sonrojó varias tonalidades. "... ¿No?" Dijo débilmente, evitando su mirada.

"¿Qué es ese... sonido extraño entonces? Suena como ...algo vibrando, "Marinette soltó una risita, sus dedos reanudaron su trabajo en su cabello. El suspiró felizmente, sus ojos volviendo a cerrarse.

"Yo ... yo no lo sé. Podría ser algo malo con el agua ".

"... Está bien." Marinette eligió dejarlo pasar, fijarlo como extraño y empujarlo a la parte posterior de su mente. Después de todo, la única otra explicación plausible era demasiado conveniente para que ella siquiera la considerara.

Porque no había forma de que tuviera la suerte de tener a su mejor amigo, en quien confiaba por completo, y el hombre del que había estado enamorado los dos últimos años siendo la misma increíble persona. ¿Dos maravillosos seres humanos a los que amaba cariñosamente y de todo corazón en un mismo paquete de ensueño?

Ni siquiera Ladybug tenía tanta suerte. Las esposas eran un claro testimonio.

Una vez que ambos estuvieron limpios de la cabeza a los pies, salieron de la ducha en silencio, envolviéndose en toallas gruesas y calientes. Rápidamente se cambiaron a su ropa de dormir, Marinette se puso un par de pantalones de yoga gris claro y un top de color rojo rubí con los lados abiertos.

Con el pelo y los dientes cepillados, volvieron a la habitación, sentándose uno al lado del otro en la cama. El personal de la casa había devuelto los protectores para las muñecas limpios y secos mientras ellos estaban en la ducha, por lo que Adrien los colocó con cuidado en ambas muñecas antes de tomar sus manos suavemente. "¿Te sientes mejor, Marinette?"

"Un poco", respiró suavemente. "Todavía me siento horrible por gritarle a tu padre. Estuvo tan fuera de lugar."

Consciente de las esposas aún unidas entre sí, Adrien se inclinó lentamente sobre su cama, haciéndole señas para que se colocara entre sus brazos. Ella felizmente obedeció, acurrucándose contra su pecho. Marinette siempre había sido cariñosa con sus amigos cercanos, lo atestiguaban los frecuentes abrazos con Alya, pero la frialdad del edificio que él llamaba hogar, le había hecho comprender que su solitario amigo ansiaba el calor humano tanto como ella.

Además, era Adrien. Ella no podría rechazar la invitación de sus brazos abiertos ¿verdad?

El joven presionó algunos botones en su teléfono y la televisión se encendió, reproduciendo uno de sus animes favoritos, Sword Art Online.

No le prestó atención, su mente se centró en las respiraciones cada vez más profundas de la chica en sus brazos. Dejando el dispositivo de lado, enterró los dedos de su mano libre en su cabello, acariciándolo suavemente hasta que los ambos se durmieron, escuchando los latidos de su corazón contra su pecho.

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Bueno bueno, miren lo que nos trajo la marea :v , si, soy yo, luego de haber desaparecido por varios días y haber comentado que actualizaría la noche del Jueves (un "lo lamento" personalizado a WaffleOp aka Tamales :v , porque fue tu comentario el que respondí.)


Se que la mayoría, o quizá nadie de ustedes, vio el mensaje que publiqué en mi perfil hace un par de noches, por lo que, resmuniendo, escribiré que mi hermano pequeño llenó el ordenador comunal de virus, el aparato afectado tuvo un coma :v , y fue arreglado ayer por un milagroso técnico que trabaja los fines de semana, por lo que estoy de vuelta.


Lamento con la fuerza de mil soles haberlas(os) hecho esperar, y, sin más que agregar, Disfruten del capítulo (es totalmente uno de mis tres favoritos.)


Enviando Amor... <0+3

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