No me conoces, pero soy tu me...

By CataKaoe

1.3M 146K 47.2K

¡GANADORA WATTYS! ¡A la venta las mejores librerías de Chile! ¡Regresa a Wattpad COMPLETA por tiempo limitad... More

#NMC ¡Regresa a Wattpad!
Sinopsis
. . .
1. Día Cero
2. ¿Qué está pasando?
3. Ley del hielo
4. Disculpas
5. Investigación
6. Evidencia
7. Trampa
8. Búsqueda
9. Entrando en calor
10. A prueba
11. La excusa perfecta
12. Encuentros cercanos
13. Retirada
14. ¿Más que amigos?
15. Apariencias
16. Tomando la iniciativa (primera parte)
16. Tomando la iniciativa (segunda parte)
17. Persona non grata
18. Leña al fuego
19. Efectos secundarios
20. Desolación
21. Elefante en la habitación
22. Reacción Química
23. Trinidad (primera parte)
23. Trinidad (segunda parte)
24. Reacción Física
25. Día Cero
26. Levántate (y anda)
27. Punto ciego (primera parte)
27. Punto ciego (segunda parte)
28. Verdad o consecuencias
29. Número desconocido (primera parte)
29. Número desconocido (segunda parte)
30. Café con leche
31. Beneficio de la duda
32. A escondidas (primera parte)
32. A escondidas (segunda parte)
33. Deseos ocultos
34. Despertando sospechas
35. Miradas indiscretas (primera parte)
35. Miradas indiscretas (segunda parte)
36. Pensamiento recurrente (segunda parte)
37. Opuestos equivalentes
38. Gran hermano
39. Fashion Emergency
40. El Tri
41. Ruleta rusa
42. Déjate llevar
43. Lo que me hiciste hacer (primera parte)
43. Lo que me hiciste hacer (segunda parte)
44. Pieza oscura
45. Ahora o nunca
46. No te vayas
47. ¿Dónde estás? (primera parte)
47. ¿Dónde estás? (segunda parte)
48. Revelaciones
49. Lo que nunca te dije
50. Todo lo que siempre quise oír
51. Cuenta regresiva
. . .
52. Reset (primera parte)
52. Reset (segunda parte)
Epílogo
Fanarts I
Fanarts II
Fanarts III
Fanarts IV
Fanarts V
* ¡NMC SE PUBLICARÁ EN FÍSICO! *
Fanarts VI y Recomendaciones
¡"NMC" Ya está disponible en librerías de todo Chile!
¡LANZAMIENTO DE NMC!

36. Pensamiento recurrente (primera parte)

13.8K 1.7K 377
By CataKaoe

Solae


Con Trinidad entramos agitadas a la sala luego de haber subido corriendo los tres pisos de un tirón. Llevábamos unos cinco minutos de retraso, pero con alivio comprobamos que nuestro profe aún no había llegado.

Me fui a sentar a mi puesto y mientras sacaba mis cosas, con disimulo, desvié la mirada hacia Alex. No contaba con que él hiciera lo mismo. Al verme descubierta, me giré con brusquedad. Quizás demasiada.

¿Desde cuándo no sabía cómo comportarme frente a él? ¿Era acaso desde nuestro encuentro la noche anterior? ¿Desde el castigo? ¿Desde después de la primera junta en su casa? ¿O me sentía así solo por culpa de ese maldito sueño? Ese sueño que volvía a mí mente cada cinco minutos en repetición automática; como una canción pegada que no lograba apagar por más que intentara pensar en otra cosa.

De pronto se abrió la puerta del salón y entró Anton saludándome como si nada, sentándose con toda la tranquilidad del mundo. El profe de matemáticas llegó justo después. No sabía si Anton siempre tenía mucha suerte o si él se había encargado de que el profe no pudiera llegar antes que él. Me reí ante lo ridículo de mi ocurrencia. Ya casi estaba pensando como Alex.

La primera clase y el recreo transcurrieron lentos y sin mayor novedad, salvo porque Anton se sentía un poco más distante y Alex se mostraba algo evasivo. La clase de inglés, que ahora daba comienzo, tampoco prometía ser la excepción. Ya era jueves y quizás por eso mi mente divagaba sobre cualquier cosa menos los estudios. Se venía el Tri y era primera vez que asistiría junto a Anton, quien siempre había tenido alguna buena excusa para no poder acompañarme. También era primera vez que iba Alex y nada bueno se esperaba de esa combinación. Era obvio que esos dos no se llevaban bien, y de solo saber que la principal razón era yo, entre que se me disparaba el ego y se me intensificaba el pánico. Todos sabíamos que el Tri no se caracterizaba por ser una fiesta inocente y que sería muuuy diferente asistir esta vez teniendo novio. Me revolví en mi asiento, volviendo a recordar el sueño: cómo Anton me insistía en subir a mi habitación, cómo me tocaba... ¡Aghh! Ahora que estábamos juntos era bastante probable que Anton esperara que pasara algo más entre nosotros. Era cierto que nos conocíamos desde siempre, pero como novios apenas llevábamos unos días, ni siquiera una semana. No era lo mismo, y esperaba que él lo comprendiera. Lo quería mucho, pero necesitaba más tiempo para algo así.

Por otro lado, también estaba Alex. Alex poniendo en duda todo lo que sabía acerca de Anton. Alex sabiendo cosas que creía que nadie más conocía sobre mí. Alex entrometiéndose hasta en mis sueños y provocando que yo... Me agarré el cabello intentando volver mi atención al pizarrón. De pronto sentí la mirada de Anton sobre mí, y le sonreí brevemente para luego volver a hacer como que tomaba apuntes, pero terminé dibujando garabatos, entre ellos corazones, pulpicornios y cerditos. 

Miss Ariella? Would you please? —me sobresaltó la voz de Mr. Perfect, (apodo de Trini a nuestro profe de inglés), a quien solo escuché luego de que Anton me remeciera un par de veces. Al parecer me había estado llamando a leer el libro que repasábamos. Me disculpé avergonzada y pasé al pizarrón mientras aún intentaba encontrar la página que me indicaba. Quizás por culpa del sueño algo se había desconectado en mi cabeza y no estaba en condiciones de asistir a clases. Ésta sí que no era yo. «Concéntrate, Solae. Concéntrate.» repetía como un mantra mientras tomaba aire y me enfocaba en localizar el inicio del texto, «lo más importante es que no mires, ni pienses ni en Anton ni en Alex. Así estarás a salvo».

Comencé a leer en modo automático, haciendo ligeras pausas en que procuraba no mirar a nadie más, para escuchar los comentarios del profesor, y todo fluyó bastante bien. Sí. Todo parecía ir perfecto y ya casi estaba terminando, cuando de pronto, por culpa de un celular, traicioné mi propósito de no mirar en dirección a Alex, encontrándolo en pleno acto de estudiar mis pechos con descaro.

De golpe sentí nuevamente sus manos acariciándome bajo la ropa, tal como lo había soñado la noche anterior. Inmediatamente intenté pisotear aquel recuerdo, pero ya era demasiado tarde, mi cara debía ya brillar de todos los colores, mientras que mi mente no dejaba de arrojar flashbacks inapropiados, poniéndome en evidencia ¡frente a toda la clase! ¡Que alguien me mate por favor! Miré hacia mi novio esperando que no se hubiese dado cuenta o las cosas se pondrían aún más raras entre nosotros, pero para mi suerte, estaba con los ojos sobre el libro, sin siquiera poner su atención en mí.

¿En serio? ¿O solo estaba disimulando? Igual era extraño que justo él entre todos mis compañeros, fuese el único que no se diera por aludido de mi bochorno. Todos los demás me miraban en completo silencio. Para escapar, enterré mi mirada entre las letras, que ahora parecían estar escritas en chino.

¡Ayuda!

Miss Ariella? Feeling all the more than common... —señaló Mister Perfect intentando ayudarme, y luego de un gran esfuerzo de concentración, logré por fin retomar y concluir la lectura.

Apenas el profe me excusó, regresé veloz a mi puesto caminando casi de lado para no cruzar mi mirada con Alex. Me senté girada hacia Anton, quien no dio señales de haber notado lo sucedido, y me quedé mirando hacia él hasta que sonó el timbre del recreo. Fue en ese instante en que sentí que tocaban mi hombro. Pensé que era Alex, pero al voltearme vi a Trinidad o mejor dicho, su trasero apuntando hacia mí, mientras su pecho se inclinaba exageradamente sobre el puesto de Alex. Para rematar, lo tomó de la mano y lo llevó como un monito entrenado a su puesto. 

—¡Genial! —resoplé entre dientes, levantándome de un solo movimiento. Miré a Alex con desprecio y le pedí a Anton que saliéramos juntos al patio. Cuando a Trinidad se le metía alguien en la cabeza, no lo soltaba hasta que fuese totalmente suyo. «Genial.» repetí en mi cabeza bajando las escaleras, mientras Anton me preguntaba si estaba todo bien.

—Si estoy, perfecto. —respondí. «¡Perfecto!» Así Alex por fin dejaría de insistir con eso de ser mi mejor amigo y por fin todo podría volver a la normalidad.

—¿Tienes sed? —me preguntó Anton de pronto. Sin darme cuenta, habíamos llegado frente a la máquina expendedora de refrescos del primer piso. Miré mis opciones sin considerar ninguna, aunque por un segundo se me antojó un café helado, a pesar de que nunca lo bebía.

—No gracias, estoy bien.

—Yo te invito. —dijo mientras introducía monedas en la máquina y luego de meditarlo unos segundos, seleccionaba el mismo café con leche que le compré a Alex el día anterior. Tragué saliva. ¿En serio? ¿Desde cuándo él compraba ese café? ¿O es que era para mí? Despreocupado y ajeno a mis pensamientos, Anton abrió la lata y comenzó a beber de ella con ganas. —¿Segura que no quieres nada? —insistió sonriendo. Seguramente con el ofrecimiento quería compensar su comportamiento tan extraño durante la mañana.

—¿Y si me das a probar? —le pedí, resignada, con voz de niña. Sin quejarse, Anton me acercó la lata. Bastó con beber un poco para darme cuenta que seguía sin gustarme, aunque de pronto, y como si de una revelación se tratara, recordé que a Anton siempre le había gustado ese café y que yo siempre le robaba un trago solo por si alguna vez a mí también me empezaba a gustar. Bueno, por eso y porque además era la excusa perfecta para beber de su misma lata. Pero ¿Por qué había olvidado algo así?

Anton finalmente terminó comprándome una Coca Cola, y mientras caminábamos hacia el patio principal, divisé a Trini compartiendo junto a Mica y Diego. Sin pretenderlo, me descubrí aliviada al advertir que Alex ya no estaba junto a ella, y es que yo quería mucho a Trini, pero francamente no se la deseaba a Alex como pareja. ¡No tenían nada en común! Era seguro que ella se aburriría rápido de él y terminaría haciéndole daño.

«¿Y por qué tendría que importarme?» me reprendí. No tenía por qué preocuparme por Alex. Que terminara saliendo con ella o con quién le diera la real gana, no era de mi incumbencia. Ya estaba grandecito para cuidarse solo.

Trini, notando que la miraba de lejos, comenzó a llamarme a señas. Me disculpé con Anton para ir un rato con mi amiga.

—¡Contigo quería hablar! —me dijo colgándose de mi brazo una vez que llegué a su lado—. ¿Estás muy nerviosa? —Trini comía un helado de chocolate y me dio a probar, lo que a su manera se traducía en embutírmelo en la boca a la fuerza, sin siquiera preguntar. —Vamos, ¡Muerde! —me ordenó, para luego quitármelo tan sorpresivamente como lo introdujo.

—¡Ngh...! ¿Nerviosa por qué? —pregunté luego de despejar mi boca para poder hablar. Acto seguido, le di un sorbo a mi bebida.

—¡Oh! ¡Come on! ¡Por el sábado! ¡Por fin, luego de todos estos años, Anton va a asistir al Tri! ¿Eso no te dice nada? —resopló con entusiasmo.

_—¿Que será mi primera vez en el Tri asistiendo con novio?

—¡Que será tu primera vez para todo, Soli! If you know what I mean. —agregó, pícara, mientras lamía su helado—. No te hagas la tonta, que sé que lo has estado pensando. 

«Si supiera...»

—No quiero pensar en eso. No sé si estoy lista. —me sinceré, dándole un nuevo trago a mi bebida.

—Una nunca está lista, pero ante cualquier cosa estaré yo para apoyarte. ¿O es que estás teniendo dudas respecto a Anton?

Me demoré más de lo que pretendía en responder, por lo que Trinidad tomó mi silencio como afirmación.

Sunny... —Trini a veces me llamaba así cuando quería hablar de algo delicado—. Sabes que puedes contarme lo que sea. —añadió sentándose conmigo en la banca que estaba detrás nuestro.

¿Había algo que contarle? No podía mencionarle los disparates sobre Anton que Alex intentaba meterme en la cabeza, y menos acerca de aquel... extraño (sí, dejémoslo en extraño) sueño que había tenido con ellos dos. No me dejaría en paz el resto de mi vida. Lo único que me aliviaba de que ahora ella estuviera interesada en Alex, era que mis sospechas acerca de que le gustaba Anton se habían disipado.

—Sí, puede que esté nerviosa. —concedí—. ¿Y si hablaras con Anton a la salida de clases? ¿Podrías preguntarle por qué de pronto está interesado en ir al Tri y qué intenciones tiene conmigo? 

Of course, Sunny! —asintió emocionada—. Déjamelo a mí.

Continue Reading

You'll Also Like

158K 4.3K 13
[Historia inconclusa, ya no habrá actualizaciones] Aliss es una chica de 22 años que vive con sus padres. Su vida va normal hasta que llega a su vida...
69K 3.8K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
10.6K 966 16
Gavriel Sagardy, escritor caído en desgracia, llevado por la frustración y la codicia, realiza un pacto con un príncipe oscuro. El precio a pagar ser...
12.7K 991 27
Just un poco de mi imaginación con las integrantes de Blackpink y el romance de Lisa y Rosé. Donde Rosé escucha los rumores del " noviazgo de Jennie...