Seolhyun estaba tratando de no soltar un grito al haber leído la carta que Jimin había dejado en su mismo casillero.
"De hecho te extrañe" resonaban en su cabeza con alegría.
-Hola Seolhyun.- se quedo paralizada al escucharlo a sus espaldas, su ánimo dio un giro, guardo la nota en su bolsillo discretamente y se dio la vuelta.
-Daesung.- dijo enfrentandolo.
-Veo que has cambiado.- la escaneo con sus ojos críticos.- No sigues siendo la ballena de siempre.- en parte tenia razón, ella había bajado mucho de peso gracias a su esfuerzo, estaba rellenita pero no gorda como solía estar.
-Las personas cambian.- hizo lo mismo que él.- Pero tu sigues siendo el mismo estúpido que siempre.- la Seolhyun de años pasado se hubiera quedado en silencio aguantando los insultos hasta llorar, pero ella ya no era esa Seolhyun.- Sigues molestando a las personas débiles para sentirte fuerte, eres patético Daesung.- ella negó chasqueando su lengua.
-Ahora eres consejera, que linda.- se acercó tocando levemente la nariz de Seolhyun.
-¿Ahora te parezco linda?.- se hizo la halagada.- Que imbecil.- dijo para esquivarlo y largarse de allí.
Seolhyun deseaba eso, enfrentarse con quien la motivo inconscientemente a cambiar, por muchos años Daesung la molesto y la humilló infinidades de veces, así como ahora lo estaba haciendo con Jimin.
Por ello quiere ayudar a Jimin, quiere ahorrarle todo el dolor que ella tuvo que pasar antes de conocer a Taeyeon, ella estuvo sola mientras, no quería que pasará lo mismo con él, quería acompañarlo así fuera en notas hasta cumplir su cometido.
Hacer que Jimin se ame a si mismo.