18 |Larry Stylinson|

By Bessus5432

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Louis Tomlinson tiene 18 años, y se acaba de mudar a Londres. Allí conoce a Harry Styles, quien tiene su mism... More

1. Empezar de nuevo.
2. Ojos verdes.
3. Tenerte en mis brazos.
4. Sonreír.
5. Llamadas.
6. Pequeños labios.
7. Dos corazones.
8. Me muero.
9. Chistes malos.
10. Confesiones.
11. Estúpido.
12. Desesperación.
13. Amor.
15. Lluvia.
16. No hay nadie más.
17. Girl crush.
18. Estrellas.
19. Todo tú.

14. Heridas.

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By Bessus5432

Es increíble cómo tus sentimientos son totalmente diferentes con una persona. Cómo tu mundo cambia drásticamente a su alrededor y sientes todo totalmente distinto; tu respiración se agita y tu corazón late desenfrenadamente, todo tu cuerpo cosquillea y tus manos sudan, la garganta se te reseca y la lengua se te traba, tú y todos tus sentimientos están totalmente expuestos; eres un libro abierto que cualquiera podría leer fácilmente, expuesto ante todo y todos, mostrando tu verdadera forma de ser.

Así se sentía Harry con Louis durmiendo plácidamente en su pecho. Era extraño sentir todo aquello; pues, al mismo tiempo que se sentía tan vulnerable, se sentía invencible. Sentía una alegría inmensa recorrer todo su cuerpo y alma, una satisfacción y tranquilidad enorme llenarlo por dentro. Se sentía más vivo que nunca.

Jamás le había gustado dormir con nadie, y cuando dice jamás es jamás, incluso cuando era pequeño; siempre se sentía sofocado e incómodo y deseaba echar a las personas a un lado y no podía dormir bien. Pero esta vez era diferente; no se sentía para nada incómodo y mucho menos quería alejar a Louis, todo lo contrario; quería pegarlo más a él y no dejar que se apartará nunca.

Apagó la televisión y puso el control a un lado de la cama. Miró a Louis, quién tenía su cabeza sobre su pecho y hombro y sonrió para sí mismo. Era tan dulce; con sus largas pestañas sobre sus pómulos, sus mejillas sonrojadas, sus pequeños labios entreabiertos de un tono rosa y su cabello totalmente desordenado que caía sobre su cara. Era la cosa más dulce, hermosa y tierna que Harry había visto jamás. Y aunque no quisiera admitirlo, se sentía mal al pensar que probablemente así se vería Louis después de tener sexo.

Suspiró. Con su mano libre, con sumo cuidado de no despertar a Louis, aparto un mechón de cabello de su cara. Sin detenerse ahí, paso su mano repetidamente sobre su cabello, acariciándolo con sus dedos, sintiendo la suavidad e inhalando el aroma que de él se desprendía. Sonreía como un idiota al repetir sucesivamente aquel proceso, incluso llegó a soltar varias risitas.

Se sentía totalmente fascinado. Era como si estuviese observado una obra de arte; una que lo hacía sentir extremadamente feliz.

Con su dedo índice, trazo una línea imaginaria en el rostro de Louis, que iba de su frente a la punta de su nariz, después pasaba al pómulo y de ahí bajaba a la mandíbula. Cuando llego a ese punto se detuvo. Su mente se había nublado totalmente y no podía apartar la vista de los labios rosados que tenía frente suyo. Con total lentitud, movió su dedo hasta esa zona.

Juro que nunca había tenido una sonrisa tan grande en toda su vida. ¡Estaba tocando los labios de Louis! Nunca se imaginó que tal acto conllevará consigo tantos sentimientos. Harry se sentía en el cielo.

Paso repetidamente su dedo sobre los labios de Louis, sin saber que a este le causaría cosquillas dicho acto, haciendo que su sueño fuera disminuyendo.

Harry captó que Louis empezaba a fruncir el ceño y dejó de hacer aquello que tanto lo había fascinado. En un segundo, Louis ya tenía sus ojos abiertos, mirando fijamente a Harry, quien lo único que hizo fue sonreír aún más, al ver como Louis lucía recién levantado.

—Hola. — dijo Harry.

Louis lo miro dudoso. —Hola. — respondió. Harry se sintió morir en ese mismo instante. La voz de Louis al despertar era tan... Ni siquiera tenía palabras para describirlo.

—¿Qué? — preguntó Louis, al darse cuenta que Harry no dejaba de mirarlo.

Harry simplemente negó. —Te dormiste.

En ese momento Louis pareció darse cuenta de las condiciones en las que se encontraba, así que rápidamente se separó de Harry y se sentó en la cama.

—Y-yo, ahm... lo siento, no... — pero dejo de hablar al mirar el pecho de Harry, en el que antes había estado durmiendo. Sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso — Oh dios, lo siento, en serio lo siento. Y-yo... n-no... ¡Agh! — vociferó, llevándose ambas manos a la cara.

Harry sin entender llevo su vista a su pecho, donde descubrió una pequeña mancha de saliva sobre su camisa.

—No fue mi intención llenarte todo de saliva — dijo Louis, mirándolo arrepentido —. Perdón.

Harry sonrió. —¿Es broma? Atesoraré esto con mi vida. — tomó el pedazo húmedo y se lo llevó a los labios, estampando un beso en él.

Louis rio al ver aquello. —Eres un cochino. — dijo, recostándose en la cabecera de la cama.

Harry se acomodo de medio lado, con ambas manos debajo de su cachete, y ahí se quedó, mirando con una sonrisa a Louis, quien lo miraba desde arriba.

—¿Por qué no me despertaste? — preguntó.

Harry se encogió de hombros. —Te vías muy lindo.

Louis sintió como todo su cuerpo se calentaba. —Nadie se ve lindo al dormir. — bromeó, mientras jugaba con sus dedos.

—Tú sí.

—Claro. — Louis no sabía cómo sentirse respecto a todo eso.

—Hablo en serio. Louis Tomlinson es el único ser en el planeta que se ve lindo al dormir — dijo —. Claro, a parte de mí.

Louis rio y Harry le siguió. Mirándose fijamente, Louis se atrevió a pasar su mano por el cabello de Harry, llevando algunos risos a la parte de atrás. Harry se dejo consentir de Louis, cerrando los ojos y disfrutando de la sensación.

—¿Sabes qué hora es? — le preguntó Louis.

—No, pero no deben ser más de las tres. — respondió Harry.

—Tengo hambre. — habló Louis.

—¿Quieres que bajemos a comer? — le preguntó Harry, abriendo los ojos.

Louis asintió con una sonrisa y ambos se pusieron de pie para bajar a la cocina. Una vez allí, Harry saco las pastas que su mamá les había dejado y las metió en el microondas, mientras que Louis tomaba asiento en la mesa.

—¿Le dijiste a tu mamá sobre mañana? — preguntó Harry.

—Sí. Dijo que estaba bien, solo que llegara temprano. — respondió.

—Yo aún no le digo a mamá.

—¿Qué? — preguntó Louis —. ¿Cómo qué aún no le dices?

—Pues sí, aún no le he dicho que irás con nosotros.

—¿Y por qué no?

—Se me olvidó — dijo Harry, dándose la vuelta para mirarlo fijamente, mientras se apoyaba en el mesón —. Perdón.

—Harry. — le regaño Louis.

—Pero no te preocupes, no se atreverían a decir que no — dijo sonriendo —. Vamos, ¡te adoran!

Louis solo negó con la cabeza. La verdad es que se sentiría muy mal si los padres de Harry le dicen que no puede ir con ellos.

—¿Harry? — le llamo Louis.

—¿Sí? — respondió este, poniendo las pastas en unos platos.

—¿Por qué me invitaste a mí en lugar de a Paola? — preguntó. En serio se moría por saber los motivos de su invitación.

Harry lo dudo un momento. —Pues... porque eres mi mejor amigo. — dijo, mientras se concentraba en los platos que tenía frente suyo.

Louis se enojó. No quería escuchar eso; no quería escuchar que Harry lo había invitado a él solo porque era su "mejor amigo"

—Sí, pero ella es tu novia. — dijo molestó, resaltando la última frase.

Harry dejo de servir las pastas. ¿Qué le podría decir a Louis? ¿Qué no quería llevar a su novia simplemente porque no quería? ¿Qué preferiría pasar mil veces el tiempo con él que con ella?

—¿Y qué? Tú eres mi mejor amigo. — dijo. Termino de servir las pastas y paso los platos a la mesa.

Y ahí iban de nuevo esas palabras. Louis juro que nunca le había dado tanto coraje escuchar la palabra mejor amigo.

Harry noto como Louis miraba su plato de comida de una forma extraña, como si quisiera mandarlo a volar de un solo manotazo.

—Y... — habló. Tal vez no sería tan malo hacerle saber los otros motivos por los cuales quería ir con él — porque me caes bien y me encanta pasar el tiempo contigo — dijo sin mirarle —. Mucho más que con otras personas. — susurró al final.

Louis lo miro atentamente. Harry levanto la mirada, y al verlo le sonrió. —Y, sinceramente — dijo, notando como el calor se le subía a las mejillas —, no me quiero separar de tí.

Louis sintió como el aire se iba totalmente de sus pulmones.

—No sé que tienes que hace que... — prosiguió Harry, encogiéndose de hombros, sin saber que palabras usar — Es como si... — miraba hacia todos lados buscando como demostrar con palabras lo que sentía — No sé, es... puff — bufó. Basta, se daba por vencido.

En ese momento miro a Louis, quien lo miraba fijamente, con los labios entreabiertos, las mejillas rojas y los ojos brillantes. Y lo sintió, sintió de nuevo todo aquello que siempre sentía cuando lo miraba.

—Eres como la gravedad — dijo Harry —. Siempre atrayendome a tí.

Era la forma más sencilla que encontraba de decirle cómo se sentía, no sabía si era correcta la forma en la que se expresaba, pero él lo sentía así; Louis era lo único por lo que estaba en la tierra.

Después de haber dicho aquello, ambos comieron como si nada hubiese pasado. Louis quería decir algo, pero no sabía qué. Se sentía confundido. Harry tenía novia, pero le había dicho todo aquello.

Louis más que nunca tenía claro que era lo que sentía por Harry. Le gustaba, en serio que le gustaba, y mucho. Pero no sabía si el chico de ojos verdes sentía lo mismo por él. Pero, ¿por qué otra razón le habría dicho todo aquello? Eso no se le dice a cualquiera, ¿o sí? ¿Pero por qué le dijo eso sí él tiene novia?

Se estaba matando la cabeza por saber que era lo que realmente Harry pensaba y sentía.

Así que para distraerse un poco le dijo a Harry que hicieran algo.

—¿Qué? — preguntó Louis, sentado en la silla del escritorio de Harry.

—De eso se trata, de adivinar quien soy. Puedo ser un cantante, o un animal, o un actor, o un personaje de una película o serie — explicaba Harry, mientras sacaba unas cosas de su clóset —. Es muy divertido, ya verás.

—¿Y para qué es la ropa? — preguntó Louis, viendo como Harry sacaba prenda tras prenda y la tiraba a la cama.

—Es el vestuario — dijo —. Si vamos a hacer esto, lo haremos bien.

Louis asintió. —¿Quién empieza?

—Yo. — dijo Harry, tomando ropa de la cama y dirigiéndose al clóset.

Louis espero a que Harry saliera de ahí quien sabe con que locura.

—¿Estás listo? — preguntó Harry, aún dentro del clóset.

—Sí.

Harry hizo asomar una pierna, la cual tenía unas medias negras, después salió totalmente. Louis abrió los ojos de una manera sorprendente. Harry tenía puesta una especie de falda (la cual parecía una sábana enrroyada al rededor de su cintura), con unas medias deportivas que le llegaban a la rodilla, una camisa roja doblada por el ombligo y una toalla enrroyada en la cabeza.

—¿Eres un travesti que acaba de salir del clóset? — preguntó Louis.

Harry bufó, e incluso puso cara de indignado. —¡No!

Louis lo miro atentamente, quería reír, pues Harry se veía muy gracioso. —Mhm... ¿un drag queen?

—¡No! — dijo Harry —. O bueno, si, pero no. Es una película. ¡Vamos piensa!

Louis inclinaba la cabeza de un lado a otro, mirando a Harry. Se rascaba la cabeza sin saber que decir, en serio no se le ocurría nada. —Eres Jane, de Tarzán.

Harry se golpeó los muslos con las palmas de sus manos. —No.

—Sí — insistió Louis —. Yo, Jane, tu, Tarzán. Jane, Tarzán.

Harry rio. —No seas idiota, Louis.

Louis se indignó, pero luego rio. —Basta, me rindo.

—La jaula de las locas.

—¿Qué?

—La jaula de las locas — repitió Harry —. ¿Qué nunca te la viste?

—No.

—No, Louis, no sabes nada. ¡Que falta de cultura! ¿Qué a los jóvenes de hoy no les enseñan nada? — Harry se dirigió de nuevo al clóset, totalmente indignado, y ahí se cambió —. Es tu turno.

Louis se puso de pie y sin coger nada, se fue al clóset. Después de un rato, salió sin camisa y con una toalla al rededor de su cintura, ha de aclarar, que a Harry se le subió la sangre a las mejillas.

—¿Quién soy? — dijo Louis.

—Mhm... — Harry carraspeó — Dame una pista.

—¡Tú no me diste pistas!

—Tú no las pediste.

Louis bufó. —Bien. — con un poco de pena, Louis llevo ambos brazos a los costados de su cuerpo, doblando los un poco, y empezó a moverlos, haciendo ruido de simio mientras que sus rodillas se doblaban un poco y daba saltitos.

Harry estalló en risas. —Yo, Tarzán, tu Jane — dijo, con voz de idiota mientras hacía una cara rara y sin dejar de reír —. Eres Tarzán.

Louis negó, mientras se daba la vuelta. —Idiota.

—¡Oye! — le llamo Harry, Louis giro a verle. Harry sonrió pícaramente —. No sabía que Tarzán tuviera tan buen trasero.

Louis se puso rojo como un tomate, mientras Harry volvía a reír. —Pues como ves que sí, ¿y qué crees? Solo es de Jane.

Harry dejo de reír. —Pues Jane es una traidora, te engaña con el capitán Garfio. Mejor vente conmigo.

Louis rio, pero al mismo tiempo mordió sus labios. —El capitán Garfio ni siquiera es de esa película.

—¿Ah no? — dijo Harry, frunciendo el ceño.

Louis rio de nuevo y se fue. Y así pasaron la siguiente hora; usando la ropa de Harry para crear personajes: Harry siendo el hombre araña y cayéndose de la cama al intentar saltar, Louis riendo como un desquiciado al ver aquello. Louis siendo un vaquero el cual monta la escoba como un caballo, Harry interpretando un papel de Magic Mike, bailando le en la cara a Louis, quien cogía papel y lo rompía haciéndolo pasar por dinero mientras lo tiraba por toda la alcoba. Louis cantando y bailando como Elvis Presley, mientras Harry lo miraba con fascinación.

Al final terminaron riendo hasta ahogarse.

—Basta, si sigo así me voy a orinar. — declaró Harry, quién estaba tirado en el piso de su habitación.

—Nunca en mi vida me había reído tanto. — habló Louis, quién estaba en la silla del escritorio.

—¿Qué horas es? — preguntó Harry, mirando a Louis.

Louis sacó su celular. —5:15pm.

—Aún falta para que te vayas — dijo —. Vamos a salir. — Harry se puso de pie y Louis lo miró.

—¿A dónde? — preguntó, también poniéndose de pie.

—A la calle. Tengo un par de bicicletas, podríamos salir a dar una vuelta, ¿no?

Louis asintió. —Sí, salgamos.

Ambos bajaron al garaje donde Harry tenía guardadas sus bicicletas, después de eso, salieron a la calle.

—¿Y a dónde vamos? — preguntó Louis.

—A ningún lado, solo maneja. — respondió Harry.

Y así hicieron, manejaron sin rumbo por la calle, la cual por ser sábado, estaba un poco vacía.

Llevando un mismo compás de pedaleo, Harry miro a Louis y le sonrío, él le devolvió la sonrisa. Harry se inclinó hacia el lado de Louis, haciendo que esté también se tuviera que inclinar.

—No hagas eso. — le dijo.

—¿Qué cosa? — Harry sonrío —. ¿Esto?

Y volvió a llevar su bicicleta hacia el lado de Louis. —Sí, eso. Es peligroso.

—¿Por qué?

—La dirección te puede fallar, haciendo que caigas al suelo.

—No es cierto.

—Sí lo es.

—¿Cómo sabes?

—Porque una vez hice eso y me caí.

Harry rio. —Pobre Louis.

Sin hacerle caso, volvió a repetir la maniobra, esta vez, yendo de una lado a otro al mismo tiempo.

—Vamos inténtalo, es divertido. — dijo Harry.

—No me quiero caer, gracias.

—No te vas a caer.

Louis lo miro entrecerrando los ojos. —Lo prometo, no te caerás.

Louis miro su bicicleta y la movió hacia un lado, logrando mantener el equilibrio.

—¿Ves? Te lo dije. — dijo Harry.

Louis sonrío y lo volvió hacer, está vez un poco más rápido y a ambos lados. La verdad es que sí era divertido y se sentía bien. Así que no dejó de hacerlo.

—No lo hagas tan rápido. — le advirtió Harry.

Pero Louis no le hizo caso, incluso, se paró sobre los pedales, llevando la dirección de un lado a otro mientras daba cada pedalada.

—Louis, ve un poco más despacio — le dijo Harry, preocupado. Pero cuando se dio cuenta, Louis ya iba llegando al suelo —. ¡Louis! — gritó, bajando de su bicicleta lo más rápido posible y corriendo hacia él.

Louis estaba en el suelo, lamentándose. Le dolía la rodilla, el codo y la mano.

—¿Estás bien? — Harry, quien lucía totalmente asustado, llegó a su lado.

—Sí, estoy bien. — dijo, sentándose en el piso.

—¿Seguro? ¿No te duele nada, no sientes nada roto? — Harry lo inspeccionó cuidadosamente.

—Solo me duele la rodilla — dijo Louis, mirándolo —, y el codo, y la mano, y la muñeca.

Harry rio por lo bajo. —Vamos, te llevaré a casa.

Harry ayudó a Louis a ponerse de pie. —Apoyate en mi hombro.

Louis le hizo caso. Harry cogió ambas bicicletas y las llevó con una sola mano, mientras con la otra sostenía a Louis de la cadera.

Que bueno que no habían andado mucho, pues no les tomo más de diez minutos llegar a la casa de Harry.

Harry dejo las bicicletas en el garaje y subió con Louis a su habitación, donde todo era un desastre. Louis se quedó en la entrada de la habitación mientras Harry recogía todo el desorden y lo metía en su armario.

—Ya. — dijo cuando todo estaba recogido.

Louis entro y se sentó en la cama de Harry, en serio le dolía mucho la rodilla, más que todo el resto.

—Iré por un botiquín. — dijo Harry, mientras salía de la habitación.

No tardó mucho en llegar. —Bien - dijo, poniendo el botiquín en el suelo y poniéndose de rodillas frente a Louis —. ¿Por dónde empezamos?

—Por la rodilla. — dijo Louis, haciendo una mueca.

—Tienes que quitarte el pantalón. — dijo Harry, ya que con el Jean que Louis tenía puesto, no podía curarle.

Louis asintió y se desabrochó el pantalón. —¿Me ayudas a bajarlo? — le pidió a Harry.

Harry sin dudarlo acepto. Hasta que captó que estaba apunto de bajarle los pantalones a Louis, así que todo él entró en pánico.

Louis, sin prestarle la mínima atención a Harry, empezó a bajarse los pantalones, haciendo muecas de dolor cuando la tela rozaba con su rodilla.

—Ven. — le dijo Harry, quitando las manos de Louis del pantalón y poniendo las suyas.

Louis lo miro pero no dijo nada. Arqueo un poco su cadera, levantando su pelvis para que Harry pudiera bajarlo. Con mucho cuidado, Harry jaló el Jean hacia él, tratando lo menos posible de tocar la piel de Louis.

Una vez el pantalón estaba en el suelo, Harry miro a Louis; no estaba desnudó, pues tenía una pantaloneta sobre él, pero eso no quitaba que Harry se atragantara al ver sus piernas; suaves y torneadas.

Ay, virgencita. Pensó.

—Bien, ahora... — carraspeó — voy a limpiar tu rodilla.

Saco un poco de algodón y alcohol.

—¿Alcohol? — preguntó Louis, con pavor.

—Sí — asintió Harry —. Con eso se limpia una herida.

—¿Según quién? — preguntó Louis, tenía el ceño fruncido y su voz sonaba muy aguda.

—Mhm, no lo sé, ¿los médicos? — preguntó con sorna.

—No seas idiota — le dijo Louis —. ¿Qué no tienes otra cosa? No sé, algo que no sea alcohol.

—Louis, el alcohol es para desinfectar heridas. — le dijo Harry.

—Pero hay más productos mucho mejores que el alcohol — le informó —. El alcohol me hará daño.

—Claro que no. — dijo Harry, con el ceño fruncido.

—Claro que sí.

Harry bufó y busco su celular. —¿Qué haces? — preguntó Louis.

Harry estaba frente suyo, con las rodillas sobre el suelo y tecleando en su celular. —Busco en Google si es bueno echar alcohol a una herida.

Louis asintió y esperó a que Harry terminará de leer. —¿Ves? — dijo Harry —. Aquí dice, «Lavate las manos antes y después de tocar la herida y usa un jabón o alcohol en gel — dijo, resaltando la palabra alcohol, lo que huzo que Louis rodará los ojos —. Limpiá la herida con agua limpia, un limpiador antiséptico, o líquido antiséptico diluído correctamente. Secá suavemente la piel que rodea la herida.» — después empezó a hacer bla, bla, bla, dando a entender que el resto no era importante.

—Dame eso — le dijo Louis, quitándole el teléfono de la mano. Él mismo empezó a hacer su investigación. Se detuvo un momento y miro a Harry —. No te has lavando las manos.

—¿Y?

Louis lo miro incrédulo. —Acabas de leer que tienes que lavarte las manos.

—Ahora me las lavo, ush. — dijo Harry, Louis lo miró mal y siguió leyendo.

Harry solo lo miró y sonrío.

—Que mentiroso eres — le dijo Louis, aún mirándolo mal —. Aquí dice, «Agua oxigenada. Útil como desinfectante de superficies, para taponar una hemorragia nasal o para lavar heridas.» Así que esa nos sirve — siguió leyendo —. «ALCOHOL — resaltó, Harry solo rio y negó con la cabeza —. No usar sobre heridas abiertas. Indicado para limpiar y desinfectar las manos o la piel sana, por ejemplo antes de poner una inyección. Causa irritación y sequedad de la piel.» ¿Escuchaste? — le dijo Louis, abriendo los ojos —. No usar sobre heridas abiertas, tarado — le dió un manotazo a Harry en la cabeza —. ¡Me querías matar!

Harry se sobo la cabeza y negó. —No seas dramático — le dijo, haciéndose el serio —. Es solo un raspón, ni siquiera está abierta. — señaló la rodilla de Louis.

—No importa, no me voy a arriesgar — sentenció —. Toca conseguir otra cosa — dijo pensando —. Cuando nos caíamos mamá nos limpiaba con una cosa roja — recuerda —, era desinfectante.

Harry frunció el ceño y lo miro raro. ——¿Para el piso?

—No seas idiota — le dijo Louis, Harry inmediatamente puso cara de pocos amigos —. Tenía povidona y yodo, que sirve como desinfectante y antiséptico — informó —. Creo que su nombre era... ipodine.

—¿Ah? — dijo Harry.

—Algo así — dijo Louis, pensando en el nombre —. Iquenine, ilodine, itodine.

—Eso no tiene sentido. — declaró Harry.

—Pero era algo así, sé que comenzaba por i y terminaba en dine.

¿Isodine? — preguntó Harry.

—¡Sí, ese! — dijo Louis, sonriendo.

—No estabas ni cerca. — le dijo Harry, quien se puso de pie y se dirigió al baño de su cuarto.

—¿A dónde vas? — le preguntó Louis, quien lo miró nervioso.

—Al baño, voy a lavarme las manos para poder tocarte y a buscar un isodine.

Louis asintió y esperó a Harry pacientemente. Aún le dolía la rodilla, pero sinceramente, no quería que se la toquen.

Escuchó la puerta del baño y giro hacia ella, atragantándose con su saliva cuando vio a Harry salir de él sin camisa.

—Sí teníamos isodine — habló, mientras camina hacia la cama mirando un tarro pequeño entre sus manos. Cuando llegó donde Louis, este lo miraba totalmente rojo —. ¿Qué?

—¿Qué haces sin camisa? — le preguntó.

—Si tú estás en ropa interior, ¿por qué yo no puedo estar sin camisa?

—Yo no estoy en ropa interior. — declaró Louis, nervioso.

—Es casi lo mismo, además, esto mancha — dijo, mostrándole el pequeño tarro —, y no quiero manchar mi camisa.

Louis asintió, ni un poco convencido. Harry volvió a ponerse en la posición en la que estaba antes. Abrió el pequeño tarro y mojó un algodón con el líquido que está en él. Louis estaba más nervioso por Harry frente a él sin camisa que por todo lo demás.

—¿Listo? — preguntó Harry.

Louis asintió y Harry prosiguió. Puso el algodón en la raspada que Louis tenía en la rodilla, quién al sentir el ardor, se echó un poco hacia atrás y se quejó.

—Pasito. — le dijo a Harry.

Harry lo miró, y ha de admitir, que le dolió más a él que a Louis.

Trátalo con cariño.

Harry paso de nuevo el algodón por la herida, tratando de ser lo más cuidadoso y delicadamente posible. No quería lastimar a Louis, eso es lo último que quiere en este mundo. Así que jamás había sido tan dulce y tierno tratando a alguien.

Louis lo miró desde arriba, ya ni le prestaba atención a su rodilla, solo miraba a Harry. Su cabello desordenado, sus hombros marcados a plena vista, sus brazos tonificados tratándolo con cariño; uno sosteniendo suavemente su muslo, mientras el otro pasaba flojamente el algodón por su rodilla. Su olor inundando toda la habitación, martirizando a Louis, dejándolo sin saber que hacer, alterando todos sus sentidos.

Harry tenía la mente totalmente nublada. Su mano izquierda estaba posada sobre el muslo derecho de Louis, y ¡dios!, se sentía tan maravilloso. Su cuerpo hormigueaba y todo en él estaba caliente. Louis olía tan delicioso.

No sabía qué hacer. Se estaba volviendo loco. Ambos se estaban volviendo locos.

Así que Louis habló. —Creo que ya.

Harry volvió en sí, así que asintió. Retiró ambas manos de Louis y buscó una gasa, la cual cortó en un cuadrito pequeño, junto con esparadrapo. Colocó la gasa en la herida de Louis, tapándola.

—Ya esta. — dijo, sonriendo a Louis.

—Gracias.

—¿Quieres qué te cure algo más?

—No, gracias. El resto son magulladuras pequeñas. — sonrío.

Harry sonrío igual y después se dio cuenta de algo. Frunció el ceño y se acercó a Louis. —¿Qu...? - iba a preguntar este, pero Harry no lo dejo, pues tenía su mano girando su rostro hacia un lado, mirándolo de cerca.

—Te raspaste la cara. — dijo Harry.

—¿En serio?

—Sí, pero es un rasguño pequeño, no dejará cicatrices ni nada. — le dijo.

—Esta bien. — dijo Louis, girando su rostro.

Harry aún seguía ahí, por lo que sus rostros quedaron muy cerca, tanto que sus narices casi se rozan.

—¿Te duele? — preguntó Harry, en un susurró.

Louis negó con la cabeza, sin saber que responder. Harry miró sus labios y después tragó. Llevó su mano al mentón de Louis, donde tenía el pequeño rasguño, tocándolo cuidadosamente.

—Voy a limpiarlo, ¿bueno? — dijo. Louis solo asintió.

Harry volvió a coger otro pedazo de algodón mojado. Se posicionó entre las piernas de Louis, quedando mucho más cerca de él. Como Harry era un poco más alto que Louis, quedaron a la misma altura.

Louis apretó sus manos contra sus muslos, una a cada lado, cuando Harry sostuvo su rostro con una mano y con la otra limpió la herida.

Y es que Harry ni siquiera sabía si estaba limpiando donde es, pues sus ojos no se apartaban de los de Louis, ni un segundo.

Sin pensar en absolutamente nada, Harry quitó una mano del rostro de Louis, para posarla en su cintura, mientras con la otra seguía limpiando. Louis simplemente mordió su labio ante tal acto.

Sin querer, Harry hizo un poco de fuerza sobre la herida de Louis, causando que este se quejara y pusiera una mano sobre el bícep de su brazo, al mismo tiempo cerró los ojos y echó un poco la cabeza hacia atrás.

Harry totalmente libido, se inclinó hacia Louis, enterrando su cabeza en su hombro y cuello, inhalando profundamente. Louis soltó un pequeño jadeo, el cual fue acompañado de millones de sensaciones. Sintió como su vista se nublaba y su cuerpo quemaba.

Harry simplemente se sintió en el cielo. Inhalando el aroma de Louis, rozando la punta de su nariz en su cuello y exhalando por su boca muy cerca de él, causándole cosquilleos en todo el cuerpo al castaño.

Louis apretó el agarre en el brazo de Harry, sintiendo que en cualquier momento iba a desmayarse.

Harry estaba apunto de pasar su lengua por el cuello de Louis, cuando un ruido sordo los interrumpió.

—¡Ya llegamos! — gritó su madre desde las escaleras.

Harry y Louis se separaron inmediatamente, mirándose uno al otro.

—¡Harry! — gritó su madre.

—¡Y-ya vo-oy! — gritó, con la voz entrecortada.

—¡Apresurate, trajimos de comer!

Harry miró a Louis, quien estaba totalmente rojo. Sus labios están un poco más gruesos (supuso que se los mordió) y sus ojos brillantes. Seguramente él estaba igual.

—Tenemos que bajar. — dijo.

Louis asintió. Harry aún seguía de rodillas, así que con ambas manos, tomo el rostro de Louis y pegó su frente con la de él. Quería besarlo, en serio que quería.

—¡Harry!

Refunfuño. En estos momentos, su madre le caía mal.

—Es mejor que bajemos. — dijo Louis, mirando fijamente a Harry. Este asintió.

Rápidamente, recogieron todo del suelo. Mientras Louis iba al baño a echarse agua en la cara, Harry se ponia su camisa.

Y así ambos bajaron al comedor de lo más normal.

—Casi que no — dijo su madre —. ¿Qué estaban haciendo?

Pero entonces vio que Louis venía en pantaloneta y con una gasa en su rodilla, aparte que su mentón izquierdo tenía un raspón pequeño cubierto de una líquido entre rojo y café.

—¡Por dios! ¿Qué te pasó? — exclamó preocupada, caminando hacia él —. ¿Estás bien?

Louis asintió y sonrío mientras ella tomaba con sumo cuidado su rostro. —Me caí.

—¿Cómo? — preguntó Des, quien llegó a su lado.

—Me caí de la bicicleta. — dijo, apenado.

—Ay, corazón — dijo Anne, mirándolo con cariño —. ¿Pero estás bien, no te duele nada?

Louis sonrío y negó, dando a entender que no le duele.

—Yo lo cure. — dijo Harry, sonriendo con orgullo, pues el curo a Louis.

Anne giro hacia Harry y hasta ahora se daba cuenta que su hijo estaba ahí. —Harry, cariño, ¿tú estás bien?

—Si, ma', estoy bien.

—Bien, me alegro que estén bien y nada malo les pasó. — sonrío a ambos.

—Les trajimos pizza, así que vengan a comer. — dijo Des.

Todos tomaron asiento en la mesa y empezaron a comer.

—¿Mamá? — preguntó Harry.

—Dime. — habló Anne, quien no habia dejado de ver a Louis, pues sentía que debía protegerlo de todo.

—¿Quería saber si Louis puede ir con nosotros mañana al cumpleaños de Erick?

Louis inmediatamente bajo la cabeza y se puso rojo. Anne sonrío al verle.

—Claro que si — respondió Des, para la sorpresa de todos —. Será un placer que vayas con nosotros, Louis.

Louis le miró y sonrío. —Es verdad — dijo Anne —. Estaríamos muy contentos si nos acompañas.

Harry sonrío hacia Louis, quien le devolvió la sonrisa.

Y así terminaron de comer, hablando y bromeando, Anne y Des riendo después de que Harry les contará el juego que hicieron y de cómo Louis se volvió loco buscando excusas para que él no le pusiera alcohol a la herida.

Sonriéndose más de lo normal y de forma confidencial, pasaron el resto de la comida, pues sabían que a ambos les gustó lo que pasó en su habitación esa tarde.

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No es gratis que nuestros caminos se han cruzado...Desde otra vida te había encontrado Una continuación de "¿Cuantas Veces?"
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La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...