Capítulo 12.
MELODY
Me dirigí hacia Kelly con una gran sonrisa en mi rostro, no habíamos hablado nada sobre la cena de ayer y ya que no había clientes en el local, aproveché para sacar el tema.
— ¿y... te gustó la cena de ayer? - dije inocente.
Kelly se giró hacia mi dejando de escribir en su computadora — Claro, tu salsa me encantó.
— Gracias.- sonreí — ¿y... mi padre... te cayó bien?
Kelly rodó los ojos — Melody, sé lo que tienes entre manos.
— ¿yo? - me hice la confundida — Yo no tengo nada entre manos.- levanté mis brazos y le mostré mis manos — ¿ves?
Kelly no pudo evitar reír — Mel, tu padre es un hombre muy buen mozo y amable, pero...
— ¿pero qué?
— pero... no tengo tiempo - Kelly suspiró y se volvió hacia su computadora.
— Siempre dices eso, como si... mi padre sea loco y te encerrara en una torre como a Rapunzel.- bromeé pero Kelly no se rió — Era chiste - me acerqué a Kelly y noté que tenía cara triste — ¿pasa algo?
— ¿eh? No, nada. ¿Me estabas diciendo algo?
— Eh, nada... tranquila. ¿Estás bien?
— Si, si. Perfecta.
— ¿segura?
— Segurísima.- sonrío a medias y se giró hacia su computadora para seguir con su trabajo.
Nunca la había visto así a Kelly, ella es una mujer que siempre anda de buen humor. Sonríe y hace a la gente sonreír. Nunca la había visto mal. Claro, eso no significaba que Kelly nunca en tu vida se haya puesto mal y que no sea fuerte, al contrario, yo se que es una persona muy fuerte y verla así, me dio a saber que algo anda mal, muy mal.
La campana de la puerta me sacó de mis pensamientos y el señor Anderson entró por ésta. Le indicó a Jace que lo siguiera y éste asintió. Se acercó a mi escritorio con una gran sonrisa en su rostro.
— Tengo grandes noticias. Conseguimos un cliente de Atlanta. Cuando visito Miami quedó encantado con la empresa y compró una auto.
— ¡genial!
— ¿de Atlanta? ¡Oh!
— claro, pero el tema es que la entrega es una semana después y el señor ya tenía que volver a Atlanta. Así que le dije que dos de mis empleados le llevarían el auto, que estaríamos encantados. Jace, Melody, los elegí a ustedes dos. Kelly, yo te necesito que te quedes y además se que tienes hijos, no sabía si podías ir. ¿Jace y Melody?
Oh, Tierra trágame.
(...)
- ¡Eli! No me estoy quejando de que tengo que ir a Atlanta, me estoy quejando que tengo que ir con Jace. ¡Te lo juro! Tiene un problema ese chico, primero me invita a salir, después se convierte en un idiota y me dice que lo romántico no es lo suyo. ¡Que se decida!
— Mel, creo que te has vuelto ciega. Tal vez lo veas como un idiota, pero no me vas a negar que es un Dios ese hombre.
Suspiré y la fulminé con la mirada — Si, es atractivo. Pero abre la boca y caga toda su apariencia. Y por eso entiendo cuando dicen que la apareciendo no lo es todo.
Eli rió — Entonces, cuando él habla, solo ignóralo y asiente. Total, eso es lo que hacen los hombres cuando una les habla. No le vendría mal que lo hagamos nosotras para que vean lo que se siente.
Yo solté una pequeña risa y empecé a guardar mi ropa en un pequeño bolso — Es que la verdad no lo entiendo.
— Mel, nunca te vi tan interesada en un hombre...
— ¿qué? Yo no estoy interesada.- Eli levantó una ceja y sonrió — ¿qué?
— ¡Mel! La manera en que él te miraba en la fiesta no era cualquier mirada, y tu también.
— Lo que sea que fuese, eso ya no está más.- me encogí de hombros y terminé de guardar mi ropa.
— Eso si que no te creo.
— ¿qué?
— ¿por qué alguien cambiaría tanto de estados de ánimos con una persona?
— ¡que se yo! Pregúntale a él.
— Eres imposible.- se tiró en mi cama — Voy a dejar que te de cuenta sola.
— ¿de qué?
— Tienes cerebro. Úsalo.- se rió y yo le tiré una almohada que tenía en mi alcance.
(...)
— ¿está todo listo? - el señor Anderson preguntó revisando su lista.
— Si, todo está perfecto.- Jace asintió y yo miré el auto.
Más vintage imposible. Un clásico. La luz natural se reflejaba en el auto y juraba que podía verme a mi en éste.
Me subí de copiloto y Jace de piloto, nos despedimos del señor Anderson y Jace arrancó el auto.
— ¿escuchas el ruido? Clásico.- sonrió emocionado y salió del estacionamiento.
Si que va a ser un largo camino.
Después de unas horas, el viento se intensificó una vez que Jace agarró la ruta y colocó el techo con tal solo apretar un botón. Hice una mueca de aprobación y Jace rió. Mi corazón dio un brinco cuando lo escuché y al segundo mi mente ya estaba en guerra contra si misma.
— Lindo auto. Un clásico.- un señor dijo cuando nos paramos para cenar.
Creo que escuché la palabra "clásico" más de mil veces ya. Busquen otra cosa, por favor.
Jace sonrió, entramos al restaurante de la ruta y nos sentamos en una de las mesas con ventanas al lado.
— Perfecta vista del auto.- Jace sonrió y yo asentí.
— Si que eres MUY fan de los autos.- dije marcando la palabra "muy".
— Por si no te habías dado cuenta.- sonrió y yo rodeé los ojos — Si, soy MUY fan.- dijo imitándome.
— Eh, yo no sueno así.- me quejé.
— Eh, yo no sueno así.- me volvió a imitar alzando su voz y haciéndola más aguda.
— Con que hagas la voz más aguda, no significa que es de una mujer.
— Si que no tienes sentido del humor.- Jace rió.
— Si que no tienes sentido del humor.- lo imité volviendo mi voz más grave.
— Gracias, pero a los hombres no nos molesta cuando hacen nuestra voz más grave. De hecho, muestra que somos hombres.- dijo aumentando su voz grave.
Yo solté una pequeña risa y Jace se hizo el dramático poniendo su mano en el pecho y haciéndose el sorprendido — Quién lo diría, Melody si tiene sentido del humor.
— Calla, sh.- Jace volvió a reír y su risa me contagió.
— ¿ya están listos para pedir? - una señora de mediana edad se acercó a nuestra mesa y sonrió.
— Una hamburguesa simple con un agua, por favor.- le dije con una sonrisa.
— La hamburguesa número tres, gracias.- dijo Jace y le entregó el menú.
La señora asintió y agarró los menús, nos miró a ambos y sonrió — Hacen una linda pareja.- sin dejarnos responder, se fue de nuestras vista.
— Eh... así que según esa señora hacemos una linda pareja.- Jace rió y yo me uní a su risa.
Una vez que terminamos de cenar y hablar de cualquier cosa, más que nada Jace hablando del auto, seguimos el camino para Atlanta.
— Así que, ¿por qué será que hacemos una linda pareja? - Jace sonrió y levanté una ceja.
— Que se yo.- me encogí de hombros — Tal vez me vio a mi y dijo "que linda chica" y te vio a vos y dijo "seguro que es el novio, porque chicas lindas siempre van los chicos feos" - bromeé y Jace se hizo el ofendido y abrió a boca en formal de 'o'.
— ¿así que es así la cosa, eh?
Reí y negué con la cabeza — Sólo bromeé.
— ¿entonces me crees lindo?
— ¿qué? Nunca...
— dijiste que estabas bromeando que la señora haya dicho que soy feo, entonces dices que soy lindo.
Lo miré confundida — Si que escuchas lo que quieres, ¿eh?
¿¡No era que lo romántico no era lo tuyo y ahora me vienes a coquetear!?
Tierra, trágame.
— ¡al fin! - dije cuando llegamos al hotel para quedarnos a dormir.
Entramos y Jace se dirigió hacia la recepción para poder tener las llaves de las habitaciones.
Jace me dio mis llaves una vez que terminó de hablar con la recepcionista y me dirigí a mi número de habitación, y Jace a la suya.
Entré y no tenía más que una cama y un baño pequeño enfrente. Apoyé mis cosas en la cama y escuché que tocaban la puerta, abrí y me encontré con Jace.
— Me olvide de darte...- miró mi habitación y sonrió — Te tocó la habitación más chica.
— ¿qué? - le pregunté confundida. Jace me señaló su habitación que se encontraba al lado de la mia y me indicó que lo siguiera.
Entré y si, definitivamente me tocó la habitación más chica.
Había una cama matrimonial y un escritorio enfrente, un sillón al costado y un baño más grande que el mío. Abrí mi boca en formal de "0" y me giré hacia Jace quien estaba intentando no reírse.
— Está bien, es solo por una noche.- hice la que no me importaba.
— Está bien, si no te importa me voy a quedar en mi habitación con mi heladera.
— ¿tienes heladera? - Jace asintió y me crucé de brazos.
— Vamos, Mel, se que te molesta.- Jace rió y se acercó a mi.
— No, la verdad que no. Ni en lo más mínimo.
— Si quieres te la cambio.- me dijo sin parar de acercarse.
— ¿qué?
Estaba centímetros cerca mío y podía sentir su respiración contra la mía. Sentía que sus ojos me atrapaban y no podía moverme, aunque tenía todas las posibilidades de hacerlo.
— Si me das un beso.- dijo casi en un susurro.
— ¿qué? - dije confundida.
— Se que la quieres ésta habitación.- dijo arrogante.
— Es solo por una noche, no...
— ¿qué eres una cobarde?
Oh no, si que no dijo eso. Seré muchas cosas, pero nunca cobarde.
Al segundo que dijo esa palabra me acerque a él y uní nuestros labios.
Sus labios eran suaves y se movían a la perfección con los míos.
Al principio el beso había empezado como algo simple, pero después Jace me unió más a él al agarrar mi cintura, ambos nos perdíamos el beso y sentía como si nada más existiera al rededor nuestro.
Pero como si un vaso de agua fría me haya caído en mi cabeza, volví a realidad. Me separé de él y sonreí.
— Gané.- Jace sonrió a medias y salió de la habitación sin decir nada antes.
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"el amor es como una flor; cuando aparece y la cuidas bien, es una de las cosas más lindas que hayas visto"
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