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Dylan
Decidí traer a Holland a la feria para ver si puedo revivir alguno de sus recuerdos. Sé que me contradigo mucho, si, quiero que recuerde lo que pasó cuatro años atrás, pero me aterra que pase porque se que Holland se molestará mucho conmigo por no decirle la verdad.
Pero creo que todos pensamos que ella debería saberlo.
La observo como sonríe a todo lo que ve, es como si fuera la primera vez que viene a una, no creo que recuerde mucho de esa vez que fuimos al pueblo vecino de Lake City. Ella estuvo todo el tiempo conmigo así que no tendrá ningún recuerdo.
El único momento en que estuvimos Allison, Isaac, Holland y yo fue cuando nos sentamos a comer hamburguesas y papas fritas.
-Necesito comprobar eso que dijo Allison. Dudo que encestes tres canastas seguidas. -digo aunque no fue Allison quien me dijo.
Quiero tratar de hacer las mismas cosas que hicimos ese día.
-¡Pero han pasado años desde eso! Seguro que ya no tengo puntería. -se excusa mientras caminamos al puesto en donde está el juego de basketball. Hay osos de peluches de todos los tamaños.
-Bueno, inténtalo al menos. -le doy un billete al chico atendiendo y nos pasa un balón.
-Tienes 5 oportunidades, tienes que meter 3. -explica.
Holland se posiciona frente a la canasta, no estamos para nada lejos. Son solo unos pasos pero la canasta está un poco alta.
Falla la primera que lanza. Hace un puchero y mueve su cabeza diciendo "no" -te lo dije. -dice.
El chico le pasa el balón y Holland se acomoda de diferente manera. Esta vez, el balón entra.
Ella abre la boca sorprendida y ríe. Toma de nuevo el balón y las siguientes dos, las encesta. La gente que se había detenido a observar la "ovaciona" un poco.
El chico nos entrega uno de los peluches grandes, felicitando a Holland y nosotros seguimos caminando.
Pasan un par de horas mientras jugamos algunos otros juegos de tiro y comemos helado y algodón de azúcar.
Voy a recordarles una cosa, odio las alturas. Holland está arrastrándome a la fila de la rueda de la fortuna. Preferiría una montaña rusa de esas que te ponen de cabeza y dan un millón de vueltas porque no te enteras si estás arriba o estás abajo.
La rueda de la fortuna me parece aterradora.
-Hacemos lo que quieras, menos eso. -ruego en voz baja. Ya estamos en la fila. No quiero decirlo fuerte para no divulgar mi miedo.
-Quiero subir. Tu me hiciste subirme a tu motocicleta, ahora te subirás conmigo aquí.
-Pero en la motocicleta llevamos casco. Ahí arriba ni siquiera hay un cinturón de seguridad.
-Por favor, Dylan. Nunca he subido a una de esas. -junta sus manos y las pega en mi pecho rogando como una niña que quiere una muñeca de la juguetería.
¿Cómo decirle que no a esa carita?
-De acuerdo. -me rindo.
Esperamos nuestro turno para subir. Es como que una agonizante espera porque mientras mas mire la rueda de la fortuna y lo alta que es, mas miedo me da.
Holly sube emocionada cuando el carrito, canasta, lo que sea llega a nosotros. Yo la sigo y me agarro fuerte del tubo que hay en medio.
Es como una canasta, tiene un techo de metal, y una pequeña puerta que cerramos al subir. Hay como una barra de metal alrededor para que las personas se sienten y en medio el dichoso tubo en donde mis dedos están más que agarrados.
El oso de peluche gigante está sentado frente a mí.
-Tranquilízate. -se ríe de mí. Pero no risa de burla, sino risa de nervios, por mi maldito miedo.
Toma mis manos y las sostiene. Empieza a moverse la cosa esta y tengo que cerrar mis ojos y suspirar.
Estoy muy sorprendido por el pánico que me está dando. No pensé que mi miedo a las alturas fuera tan fuerte.
-Dylan. Estás asustándome. Abre los ojos, mírame. -su voz la escucho muy cerca.
Maldita sea, no puedo quebrarme en una estúpida rueda de la fortuna. Corro más peligros en mi trabajo. He estado a punto de morir dos veces, esta mierda no tiene porque darme miedo.
Tomo otra larga respiración y abro los ojos. El rostro preocupado de Holland está a centímetros del mío.
-Perdón, no pensé que te daba tanto miedo... -su cabello se mueve con el viento fuerte que sopla aquí arriba.
-Se me quita con un beso... -la hago sonreír un poco.
-¿Por qué no lo dijiste antes? -suelta mis manos y acaricia mis mejillas. Se acerca y me besa borrando cada rastro de miedo o de pánico de mí.
Se escucha un "aww" de ternura cuando nuestra canasta llega abajo y luego vuelve a elevarse en una segunda vuelta. Holland se ríe y corta el beso pero pega su frente con la mía.
-Holly... ¿me darías una oportunidad para demostrarte que puedo hacerte feliz a ti y a tu hijo? -susurro.
Ella se hace para atrás y muestra sorpresa.
-Como... ¿cómo novios?
-Si, como novios... como pareja... como una relación seria.
¿Por qué no sonríe? ¿Por qué no dice que sí? ¿Fue demasiado pronto?
No, esperen... muerde su labio y luego sonríe. -S...si.
-¿Sí?
-¡Si!
Pone sus brazos alrededor de mi cuello y me abraza.
-¡Aaw!, ¡le dijo que si! -alguna persona de las que está en la fila dice.
El juego se detuvo y el chico que lo maneja nos pide que nos bajemos.
Siento que fue muy poco el tiempo que estuvimos ahí arriba. Ya ni siquiera me acordé de mi miedo.
*
La llevo a su casa antes de que sea muy tarde.
-Vete con mucho cuidado. -dice.
-No te preocupes. -pongo mis manos en su cintura y la atraigo hacia mí. -¿cuáles serán nuestros apodos de pareja?
-¿Los necesitamos? -ríe.
-¡Si! Si no, no vale.
-Mmm... ¿cariño? No lo sé, nunca he hecho esto de los apodos.
Pensándolo bien, es cierto. Cuando éramos novios solo nos llamábamos por nuestros nombres.
-Para mí, tu eres mi sirena. Bueno, en realidad fue Joey quién te nombró así. Por tu cabello, él decía que parecías una sirena...
-Pues yo te diré... lindura. -dice.
-¿Qué? No, nunca.
-Pero eres una lindura. Eres muy lindo, solo ve estos lunares. -toca con su dedo los lunares de mi mejilla.
-¡Tengo uno! Sexy oficial. Está bueno, ¿no? -bromeo.
-Claro que sí, sexy oficial. -lo dice en un tono burlón. -te prometo que pensaré en uno bueno.
-Bien.
-Te veré...
-Mañana. -digo rápido. -¿Qué te parece si mañana empezamos con clase de manejo y en la tarde llevamos a Dylan a algún lado? Antes de que se terminen mis días de vacaciones.
-Ok. Gracias por hoy. Me divertí mucho. -me envuelve en un abrazo. -y perdón por hacerte subir a la rueda de la fortuna.
Acaricio su cabello y respiro hondo para aspirar su aroma. -no estuvo tan mal.
-Tampoco el paseo en motocicleta pero para la próxima, mejor mi coche.
-De acuerdo. Te... -casi, casi le digo "Te amo" -Te veré mañana.
Nos besamos por última vez en éste día y vuelvo a abrazarla para después despedirme y subir a mi moto.
Se despide con un movimiento con su mano y entra a su casa.
No solamente pasé el sábado con Holland y Dylan. El domingo también salimos los tres. Les juro que mi amor por ellos crece día con día.
El lunes regreso a las oficinas de la policía. Tyler me pone al tanto de lo que ha pasado y está seguro de que el caso que nos dio el director de la policía tiene que ver con Alex.
Tienen fichados los lugares en donde "los trabajadores" se ponen a vender la droga. Uno de ellos es el club en el que Tyler y yo vimos a Chris.
-Hemos detenido a algunos de esos chicos pero ninguno sabe quién es el jefe. -me informa mi compañero.
-O no quieren decirlo. -digo.
-Tienes que hacer que Holland le saque la verdad a su hermano.
-No hablará. Chris está completamente del lado de Alex. Y a mí me odia. Sabiendo que soy yo quien está investigando esto... jamás dirá nada.
-¿Por qué te odia? -arruga su frente y me mira con atención.
-Por... por salir con su hermana.
Tyler sonríe y niega con su cabeza. -Amigo, soy bueno leyendo rostros. ¿Qué ocultas?
-¿Qué oculto de qué? No oculto nada. -finjo leer las hojas de información que están en el escritorio.
-Conocías a la Miss, ¿no es cierto? Por eso dices que su hermano te odia. -se endereza en su asiento y ríe orgulloso porque descubrió algo. -O'Brien ¿Qué ocultas?
Fin del maratón!! Espero que les hayan gustado los capítulos y si no... Que triste 😭
Las amo!!!!!!
Nos leemos el lunes!! ❤️😘