¿El pretendiente o los pretendientes?
Mystic Falls, VA
-992-
-Mi nombre es Rebekah Mikaleson, por cierto. Tengo 15 años- dijo esperando que Caroline respondiera.
-Es un placer conocerte Rebekah. Tengo 17 años- Dijo Caroline decidiendo ir con su última edad humana.
-¿En serio? Mis hermanos estarán encantados. Ninguno de ellos corteja a nadie. Bueno, excepto Elijah, pero mi padre no lo aprueba- Dijo Rebekah poniendo los ojos en blanco.
-¿Qué edad tienen tus hermanos?- preguntó Caroline genuinamente curiosa.
-Finn es el mayor tiene 23 años, Elijah tiene 21 años, Niklaus tiene 19 y Kol tiene 17. Esos son mis hermanos mayores. También está Henrik y él tiene 11 años- ella contesto.
-Oh. Esos son muchos hermanos. Soy hijo único, así que no estoy acostumbrado a eso- Caroline contestó con los ojos muy abiertos. Rebekah la miró con curiosidad cuando finalmente se acercaron a la casa.
Entraron en la casa de los Mikaelson y encontraron a los cuatro niños mayores bebiendo y riendo alrededor del fuego. Sin embargo, esta actividad se detuvo tan pronto como Rebekah y Caroline entraron por la puerta.
Cada uno de los chicos miró a las chicas, preparándose para dar un saludo casual a su hermanita, pero una vez que sus ojos encontraron a Caroline, cada uno se puso de pie y caminó de uno en uno para besarle la mano. Mientras Rebekah presentaba formalmente a los chicos a su nuevo invitado, los ojos de Caroline nunca se alejaron de Niklaus. Era obvio que su personalidad era casi la misma, pero la forma en que se portaba era mucho menos confiada que la de el Klaus que ella conocía.
Esperaba que los padres de Rebekah la dejaran quedarse, porque necesitaba conocer a este Klaus.
-2012-
-¿A qué te refieres con que la enviaste en el tiempo?- Elena casi grita.
Stefan y Bonnie finalmente habían decidido que era hora de darles una idea de la situación.
-¡No fui yo! Bueno, era yo, ¡pero estaba siendo controlado por Emily y los otros espíritus de las brujas!- Bonnie defendió.
-Chicas, creo que se les está olvidando una parte esencial de toda esta situación. Si Caroline está allí cambiara a Klaus de una manera significativa, existe la posibilidad de que Katherine nunca se hubiera escapado de él. Por lo tanto nunca nos hubiera vuelto a Damon ni a mí, lo que también cambiaría en Caroline- intervino Stefan.
-Creo que lo mejor que podemos hacer es dejar que el hechizo siga su curso, y esperar a que ella no haga nada perjudicial para el futuro mientras esté allí- dijo Bonnie con leve incertidumbre.
De repente, hubo un fuerte golpe en la puerta seguido de está abriéndose de par en par, y un Klaus con aspecto agitado entró en la sala de estar de los Salvatores.
-¡¿Qué me has hecho?!- exigió fulminando con la mirada a Bonnie.
-¿Qué quieres decir?- ella respondió.
-Comenzando temprano esta mañana, cada pocas horas, mi cabeza comienza a palpitar y pierdo el conocimiento. Cuando vuelvo, tengo recuerdos nuevos que no estaban allí antes- respondió.
-¿Que recuerdas?- Stefan le preguntó.
-Los recuerdos, son de cuando yo todavía era humano. Había una chica que misteriosamente tropezó con nuestra propiedad y a Rebekah le agradó , así que mis padres acordaron dejarla quedarse con nosotros- dijo Klaus. Siguió cerrándose y abriendo los ojos, como si esperara despertar de un sueño.
-¿Qué recuerdas de la chica?- preguntó Elena inclinando la cabeza.
-Yo ... no puedo recordar nada de ella ... solo que ella se quedó con nosotros por un tiempo- respondió Klaus, con evidente confusión en su voz. Miró a la gente que estaba allí, frunció el ceño y preguntó. -¿Dónde está Caroline?
-992-
-Rebekah, ¿quién es esta?- preguntó Esther que había estado cocinando la cena, salió a la sala de estar para encontrar a sus cuatro hijos mayores compitiendo por la atención de una niña a la que nunca había conocido.
-Madre, esta es Caroline Forbes. Ha perdido parte de su memoria y esperaba que la dejaras quedarse aquí con nosotros- terminó con optimismo Rebekah.
-Tendré que hablar con tu padre antes de que pueda darte una respuesta definitiva- dijo Esther.
-¿Hablar conmigo sobre qué?- preguntó Mikael mientras entraba por la puerta.
Caroline se congeló. Por una fracción de segundo se olvidó de que era humana en ese momento y que los vampiros ni siquiera habían sido creados aún, pero aún así, Mikael todavía era intimidante.
-Querido, esta es Caroline Forbes y Rebekah esperaba que ella se pudiera quedar con nosotros por un tiempo-explicó Esther.
Mikael miró con curiosidad a Caroline antes de aceptar.
Después de una cena bastante incómoda, durante la cual Caroline no pudo mirar hacia arriba sin hacer contacto visual con uno de los cuatro Mikaelsons más viejos, Rebekah llevó a Caroline para mostrarle dónde se alojaría. Después de todo lo que sucedió ese día, entre despertar en otro momento sin nada para protegerse y "conocer" a todos los vampiros originales y la bruja original, Caroline estaba lo suficientemente abrumada.
-Rebekah, ¿te importaría si saliera a caminar afuera? Siento que necesito un poco de aire fresco- los ojos de Rebekah se fijaron en los de Caroline.
-¿Solo?- ella preguntó.
-¿Está bien?
-Bueno, por aquí no damos paseos por la noche- Caroline estaba confundida, pero luego le llego a ella, lobos. Pero ni siquiera era la luna llena.
-Si te hace sentir mejor, puedes venir conmigo- Caroline ofreció.
-Oh no, no puedo. Le preguntaré a uno de mis hermanos- antes de irse, Rebekah le explicó a Caroline que Kol y Henrik compartían una habitación, Finn tenía la suya (sospechaba que él era el favorito de su madre, incluso en este momento) , y Elijah compartió una habitación con Klaus.
Como Henrik era muy joven, y Kol era conocido por ser demasiado coqueto, Rebekah decidió que la elección era entre Elijah y Niklaus. Irrumpió en su habitación, sabiendo que les molestaba.
-¡Bekah! ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido indecente?- gritó Niklaus.
-Oh Nik, deja de hablar. ¿Dónde está Elijah?- preguntó ella, buscando una señal de su hermano.
-Probablemente con Tatia. Ya sabes cómo vive para desobedecer a papá- Niklaus dijo, sonriendo.
-No, hermano, ese eres tú. De todos modos, vine a hablar contigo. Caroline desea dar un paseo- ella dijo esperando que él entendiera su sugerencia.
-¿Ah, si y que?- O era un idiota, o realmente no quería acompañar a Caroline en su caminata.
-¿Por favor, Nik? Realmente la quiero como amiga, y se enojará conmigo si no puede hacer su paseo- dijo Rebekah al borde de "lágrimas".
-Bekah ...- dijo en un tono de advertencia.
-¿Por favor?- usó sus ojos húmedos lo mejor que pudo.
-Mmm, vale . La llevaré a caminar, pero no esperes que esto se convierta en algo normal.
CarithoMorals
Aclaración: Este fanfic no me pertenece, yo solo traduzco para los amantes del Klaroline.