HyeSun le explicaba a SeokMin algunos cambios que había hecho en los borradores, pidiendo de vez en cuando opiniones, mientras él asentía y sugería en total confianza con su superior.
–Entonces, aprovechemos tu acoso para que lleves esto a la editorial- SeokMin miró sus pies apenado y HyeSun puso su mano en su hombro riendo- Tranquilo, tranquilo. Sé que te dijeron que estaba enferma.
–Sí, aunque creo que no era cierto-HyeSun sonrió y SeokMin sintió que no debió decir aquello, pues no era su problema si su superior mentía o no.
–En realidad no, solo que tuve ciertos problemas aquí, el jefe sabe sobre mi situación y le pedí que no dijera nada.
–Ya ve...
SeokMin, no terminó la oración al sentir cierto objeto impactar con su frente, cuando miró su regazo un lego de color rojo reposaba en él.
– SoonYoung-Lo llamó su madre y el chico salió corriendo- Ay cariño lo siento él es...
–Lo noté antes de que llegaras, tranquila- SeokMin sonrió mientras ella fruncía el ceño.
– ¿Lo viste antes?
– Sí, se asomó por la cocina y luego se fue. ¿Es su hijo no?
–Oh... sí, es mi pequeño-SeokMin sonrió ante el amor con que su superior dijo aquellas palabras.
– ¿Y su padre?
–Desapareció unos años después de que él naciera, al ser así, bueno...
–Perdón por preguntar, no debí...
–No, no te preocupes. Está bien.
SeokMin se sentía incomodo al preguntar aquello, pero su curiosidad estaba ganando la batalla y no podía quedarse callado.
– ¿Va a una escuela especial o algo parecido?- HyeSun puso una cara de espanto que lo dejó totalmente confundido.
– ¡No!, claro que no, SoonYoung no ha salido, ni saldrá de aquí, mi pequeño allí afuera puede pasar por algo desagradable.
Quedó perplejo ante sus palabras, mientras HyeSun hablaba como si él hubiese mencionado el mismísimo infierno, y si su curiosidad antes estaba saliendo a flote, ahora tenía el completo control de sus acciones.
–Nunca... ¿Nunca ha salido?
–No, su médico lo examina una vez al mes, y me encargo de darle todo lo que necesita, él es un ser demasiado puro para el mundo exterior, es mi tesoro SeokMin.
Y aunque luego de eso siguieron trabajando normalmente, SeokMin se sentía demasiado incomodo ante aquella nueva faceta sobreprotectora de su superior. Aquel chico no había salido de su hogar, no sabía nada del mundo exterior, no ha convivido con otras personas más que con los habitantes de la casa y su médico. Aquello no era sano.
Pero HyeSun pensaba que debía proteger a su hijo del mundo exterior, el ser humano es malo, es curioso, vengativo, con deseos morbosos, no sacaría a su hijo de la comodidad de su casa. No lo llevaría de un hogar lleno de amor a un mundo con miradas de discriminación, era su tesoro, y no quería verlo sufrir. ¿Estaba mal aquello?, claro que no. SoonYoung era feliz así, y todo funcionaba perfectamente de esa manera.
Mientras tanto, oculto detrás de una pared, SoonYoung, jugaba con una pelota de goma pensando si tirando ese objeto, atraería la atención del nuevo invitado.
Gus