La diosa silbaba una dulce melodía entre la tiniebla de un bosque oculto, con sus brazos y la mitad de su cuerpo fundidos al tronco del árbol que provee de vida a todos los mundos. Zo-Evé, aclamada por muchos cultos y religiones, llamada de distintas formas, e invocada en numerosas oportunidades para ofrecer buenas cosechas a lo largo de la historia de la humanidad desde su mismísima creación, esperaba a su hijo desde el centro de su dimensión sombría, mientras el viento nebuloso agitaba su corona de hojas otoñales; dedicándole su melodía a los trents y golems que danzaban a su alrededor rindiéndole homenaje.
El hijo de Zo-Evé #PGP2017
By AlfonsoRivas15
La diosa de la tierra y la fertilidad esperaba al niño que se convertiría en su hijo, silbando dulces melodía... More