La Apuesta

By BukottAngyal18

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El, un chico rudo que creía saldría ganador. No contó con que esa tímida chica podría adueñarse de su corazó... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Epílogo
Agradecimientos

Capitulo 24

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By BukottAngyal18

Zac
Te he dicho que no iré — digo molesto al escuchar la voz insistente de Max, intento respirar, intento contenerme poniendo mi atención en otra cosa. Mirando por la ventana de mi recámara intento imaginar que el auto de Dion aparca en la entrada y de el baja, ella, mi Daira sonriente como siempre, se despide alegremente de su hermano y se acomoda los lentes y él cabellos mientras camina directamente hacia mi casa, hacia mí.

— Llevas meses sin salir de casa, esta fiesta te ayudará a distraerte y a olvidar — la voz de Max me saca de mi ensoñación

— Max, estoy bien — intento hacer que se calle pero él sigue y mi paciencia se agota cada vez mas

—Claro que no estás bien, tú...

— Max... —digo con lentitud tocándome el puente de mi nariz — estoy bien — intento advertirle que mi paciencia está por caer — por favor, para ya de insistir

— No, no dejare de insistir, y es que debes entender que no puedo dejar que te pierdas por completo. Sé que por más que tu o cualquiera de nosotros intentemos volver el tiempo y evitar lo que pasó, ella no volverá — sus palabras duelen — ella ha comenzado a rehacer su vida — me dañan— y tú debes hacer lo mismo, el tiempo no volverá, ella no volverá — y me hacen perder el control.

— ¡Para ya de una maldita ves! — Comienzo a temblar de pies a cabeza — ¡¿Es que acaso no entiendes?!

—Zac... — intenta hablar pero ya es tarde, no podrá hacerme entrar en razón

— ¿Acaso no entiendes que por más que intente dejar todo atrás, que por más que intente "distraerme", no podré olvidarla? ¡Ella siempre estará presente a donde quiera que vaya! ¡Cada vez que cierre los ojos, veré su rostro hecho un mar de lágrimas, y todo por mi culpa, todo por querer jugar al maldito hombrecito! ¡No es así de fácil, Max! Me enamore, me enamore como un loco ¡¿Es que acaso eso no lo entiendes?!

— Zac, a mí también me duele que se haya ido y si, antes de que digas cualquier cosa, sé que no se compara con tu corazón roto, en verdad que no. Pero debes seguir, el tiempo no se detendrá y tú lo sabes pero quieres seguir mintiéndote, quieres seguir haciéndote creer que ella volverá, cuando sabes perfectamente que no será así, ella se fue para olvidarte, Zac y creo que tú debes comenzar a hacer lo mismo, debes comenzar a olvidarla.

— No, aún no es tiempo de olvidarla. Aún no he luchado lo suficiente por recuperarla y sé que puedo hacer más, sé que aún hay una oportunidad, por más pequeña que esta signifique, sé que la hay y que llegara el momento en el que volveré a tener a Daira frente a mí.

— Yo solo no quiero perder a mi mejor amigo, no quiero que te quedes esperando algo que tal vez nunca suceda pero aun así respetaré tu decisión, pero solo promete que no te perderás por completo, que no te quedaras estancado en la espera de un milagro, que por lo menos intentarás seguir siendo el mismo Zac de siempre.

— No seré el mismo de siempre y eso lo sabes.

— Solo promete que intentaras seguir. — río sin muchos ánimos y camino hacia mi cama

— No prometo nada. Ahora ¿no tienes una fiesta a la que ir?

— Y se me hace tarde para encontrar chicas sobrias. — suelta una carcajada y yo solo niego.

— Solo ten cuidado y acuérdate que el amor llega de formas inesperadas — vuelve a reír.

— Olvídalo hermano, no caeré en eso — ríe nervioso — Bueno, hablamos luego.

— Adiós — digo antes de colgar y sentarme en el sofá que hay a lado de la ventana.
En momentos como estos es en los que ella viene a atormentarme, sé que parece patético que aún la extrañe, que aún piense en ella, pero la verdad es que se coló tan dentro de mí que es imposible olvidarla. Sé que ella comenzó de nuevo, que lo más probable es que ya no recuerde ni mi nombre pero yo aún la amo, sé que le hice daño, que fui un estúpido al creer que saldría completamente ileso de esa apuesta, pero al final fui el que más sufrió, el que más perdió.
Alguien toca a la puerta pero le ignoro, así que esta se abre dejando ver la figura de mi madre, si es que le puedo llamar así a la persona que me ha olvidado por completo. Su cara es de preocupación, tal vez por algún problema en el trabajo.

— Zac — desde hace un buen tiempo ha dejado de llamarme "hijo", ahora para ella solo soy Zac, el chico nacido de un matrimonio fallido, al que cree que con solo llenarle de cosas cada que pueden lo hará feliz, al que creen le va de maravilla, aquel que nunca ha necesitado que sus padres le demuestren que le quieren. Solo le saludó con un asentimiento y la ignoro. — ¿Cómo estás? — pregunta entrando por completo a la habitación y cerrando tras ella la puerta.

— Bien, Ana

— ¿De verdad? Has estado distinto desde hace un tiempo — la miro y le sonrió falsamente

— ¿Distinto? ¿Me has notado distinto? ¿Cómo puede ser eso posible si ni tú ni Adrián están en casa? — ella me mira fijamente

— Aunque no lo creas me doy cuenta cuando estás mal, cuando estás diferente y ahora mismo sé que algo te pasa, algo muy malo y quiero ayudarte

— ¿Ayudarme? Es que eso lo hubieses echo desde que comenzaste a notarme distinto

— Creí que lo mejor era darte tu espacio — suelto una amarga carcajada y tomo mi teléfono — Es por esa chica ¿verdad? — Eso hace que la mire con rencor — Te escuche mientras hablabas y quiero ayudarte.

— Daira, ese era su nombre Ana y recuerdo claramente habértelo dicho, ¿o es que ya olvidaste la vez que la traje a casa y te la presente? No, no creo que hayas olvidado que apenas y la tomaste en cuenta y te fuiste así sin más porque como siempre, tenías mucho trabajo. Y no creo que puedas ayudarme, sería muy difícil para ti tomar el papel de madre de un momento a otro, créeme creo que no podrías, pero si de algo sirve y te hace sentir mejor el saber por culpa de quién estoy así, déjame decirte que estoy mal por mi culpa, porque yo mismo me busque el sufrimiento y todo por ser un estúpido con una de las pocas personas a las que les e importado. Ahora que espero haber aclarado tus dudas te pido que salgas de mi habitación.

— Sé que debe haber una forma de ayudarte — ¿Qué planeaba que le dijera? "Claro, ve y busca a Daira y dile que tu hijo en verdad la ama, que se arrepiente de todo y que nunca quiso lastimarla"

— Déjalo ya Ana, yo siempre he sabido salir de mis problemas sin ayuda de ustedes.

— ¿Es tan grave lo que ha pasado?

— Para ti no, para mí es lo peor, es sentir un gran vacío dentro de mí, un vacío que solo ella puede llenar. — La vuelvo a mirar con rencor — Y no sé porque te estoy contando esto sí...

— Si me importa, Zac. Siempre me has importado, tú has sido lo mejor que me ha pasado en este "matrimonio fallido". — Me mira con ternura — Sé que no he sido la mejor madre, o más bien nunca la he sido. — suspira y limpia con rapidez una lagrima que corre por su mejilla — Te aleje de mí, porque creía que era la mejor manera de que no te dieras cuenta de todos los problemas que enfrentábamos tu padre y yo, no quería que te enteraras de todas las veces que él me engaño, quería que crecieras sin tener la remota idea de lo que pasábamos, que crecieras creyendo que tus padres eran felices y funciono por un tiempo pues lo único que tenemos en común tu padre y yo es que somos buenos fingiendo, pero sé que fue una estupidez, porque después de todo tú te enteraste de cada una de las mentiras de nuestro matrimonio y entonces me odiaste, me odiaste por no estar contigo he intente recomponer lo que había echado a la basura, comencé a darte regalos para acercarme a ti, pero comprendí que no era la forma pues solo lograba hacer que me odiaras cada vez más, intentaba hablar contigo pero tú solo me ignorabas, así que no me quedo nada, más que quedarme en las sombras, quedarme ahí observando cada uno de tus logros, observando cómo es que te enamorabas por primera vez pero créeme siempre he estado orgullosa de ti, del chico que sabe salir de sus problemas sin ayuda de nadie, aquel chico fuerte que se, podrá reconquistar a Daira, siempre he estado ahí Zac aunque tú nunca me hayas visto. — Para el momento en el que ella acaba de hablar esta echa un mar de lágrimas, lo único que veo en su rostro es dolor, algo que solo una vez vi y fue cuando descubrió por primera vez a Adrián con otra mujer. Y entonces lloro con ella porque al igual que yo ella ha sufrido por amor me quiso salvar del sufrimiento de ver un matrimonio fallido. — Lo siento, hijo. Nunca quise lastimarte — se acerca a mí y rodea mi cuerpo con sus brazos, nos quedamos así por un rato hasta que se aleja de mí y limpia sus lágrimas con el dorso de su mano y suelta una pequeña risa mientras acaricia mi cabello — Creo que nunca en mi vida he llorado tanto — le sonrió — Ahora que ya he aclarado tus dudas es mejor que me vaya de tu habitación, sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras — deja un beso en mi frente y camina hasta la puerta, antes de abrirla se gira y sonríe antes de decir — Claro que recuerdo aquella vez en la que me presentaste a Daira, como olvidar los celos de madre que sentí al conocer a tu primera novia.

*
Hola
Espero todos se encuentren bien. Primero deseo pedir una disculpa por el hecho de haber abandonado la novela pero he estado mucho más ocupada de lo habitual por lo que me ha sido imposible actualizar. También deseo agradecer el apoyo que cada uno de ustedes le da a mi novela, en verdad gracias.

¿Qué tal les parece la historia?

¿De quién les gustaría que tratará el siguiente capítulo?

Saludos.

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