Love me baby (KMB #3)

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La edad se veía exagerada sí lo poníamos en números. Ella 15 años y yo 20 años. Cuando ella me dijo que estab... More

Love me baby #3

El sueño de la princesa se hizo realidad

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By ReynaCary

Love me baby


Cesar

Salí de mi auto y levanté la vista hacia el salón de fiestas, se escuchaba la música a todo volumen y por las ventanas polarizadas se podía distinguir levemente las luces de colores. Suspiré y empecé a caminar a paso lento hacia la puerta del salón, mientras caminaba un par de chicos salieron riendo, llevaban sus trajes bien arreglados y no pude contenerme a echar un vistazo a mi ropa. Llevaba un pantalón de vestir negro y una camisa blanca desabotonada hasta el pecho, no se veía realmente bien, parecía como si recién me hubiera levantado, lo cual era cierto.

Tomé aire de nuevo y abotoné dos botones más, tampoco quería verme como los meseros del bar del salón. Seguí con mi caminata lenta hasta que entré al salón. Ahí era otro mundo, la música estaba lo más alto que el oído humano podía soportar, la gente, que en su mayoría eran jóvenes, saltaba y se movía como locos en la pista de baile, algunas otras personas solo estaban sentadas en las mesas intentando platicar o bebiendo.

Busqué con la mirada a mi hermano y mis amigos, tenía la esperanza de que estuvieran en las mesas sentados como niños buenos pero no fue así, encontré primero a Ethan y Alix bailando en la pista con unas sonrisas tan grandes que no se habían despegado de sus rostros desde que habían empezado a salir, hace como dos años ¡Dos años!

También mi hermano Carlos había conseguido la compañía de una bonita chica y estaba bailando junto a ella, incluso Ron y Abril estaban bastante entretenidos bailando.

Yo era el único perdedor sin pareja y honestamente no era porque las chicas no se acercaran a mí. Se debía a otra cosa más... complicada. Desde luego que en la universidad atraía la mirada de muchas chicas, incluso hablaba con ellas y salía en algunas "citas" pero no podía lograr conectar con alguna de ellas y sabía la razón.

Me gustaba una niña.

Tenía 15 años.

Los estaba cumpliendo, para ser exacto.

Y era la hermana menor de mi mejor amigo.

Cami.

Gruñí mientras veía a mis amigos y busqué una mesa que se viera libre para poder sentarme a esperar hasta que alguno de ellos se cansara de bailar, aunque lo dudaba seriamente. Mientras esperaba un par de chicas se acercaron a mí e intentaron iniciar conversación conmigo pero la música y mi humor nos lo impidieron. Minutos después se marcharon.

Entonces la vi.

Cami apareció saltando al ritmo de la música con algunas de sus amigas y un par de chicos que las seguían. Se veía hermosa, llevaba un vestido morado con brillos y no tan exageradamente esponjoso como los que siempre se veían en los aparadores de vestidos de quinceañeras, ese parecía estar bastante bien para el tamaño de Cami. Se veía tan bien con ese color. Llevaba su cabello negro peinado de forma cuidadosa en un chongo alto de lado que estaba lleno de rizos y tenía tiara adornando su cabeza. Era más hermosa que una princesa.

Era la más hermosa de las quinceañeras, ninguna jamás en la vida podría lucir tan perfecta como Cami con ese vestido, en ese color, con ese peinado y esa tiara, nadie.

—¿Cesar? —preguntó Alix. Volteé sobre mi hombro y la vi acercándose a mí, extrañamente no estaba con Ethan.

—Hola —dije levantando la voz para escucharme sobre la música.

Llegó a mí.

—¿A qué hora llegaste? —preguntó sonriente mientras se sentaba en la silla que estaba a mi lado.

—Hace unos minutos —vi de reojo a Cami—, no llevo mucho aquí.

—Amm —dijo no muy convencida. Volví a echarle una mirada a Cami y esta vez Alix me atrapó en el acto. Se aclaró la garganta—. Cam sí que sabe organizar fiestas —dijo—. Es increíble que ella sola haya hecho todo eso y además pueda lucir hermosa hoy.

—Es su día —dije—. Ella iba a conseguirlo.

—Sí. Parece una princesa ¿no?

—Parece una reina —dije rápidamente.

Alix sonrió. Ella era probablemente la única persona en este mundo que se había dado cuenta de mis sentimientos por Cami, al menos había sido ella que sabía guardar secretos aunque también siempre me presionada con la mirada para que hiciera algo pero ¿qué podía hacer cuando la chica que me gustaba era cinco años menor que yo?

La edad se veía exagerada sí lo poníamos en números.

Ella 15 años y yo 20 años.

—¡Hola! —escuché su voz y casi lancé mis brazos a su alrededor—. Qué bueno que llegaste, Cesar —dijo sonriéndome—. No te vi cuando llegaron los demás.

—Sí —le sonreí o tal vez fue algún intento estúpido de sonrisa—. Tuve que llegar después por unas cosas que se presentaron.

—Bueno, al menos ya está toda la "pandilla" completa...

Un chico se acercó a ella y le habló al oído interrumpiendo su atención de mí, Cami asintió rápidamente mientras el chico "disimuladamente" deslizaba su mano por el brazo desnudo de Cami, cuando alejó su rostro de ella se quedó a su lado y él pasó su mano por la cintura de ella.

No lo soporté y me puse de pie antes de que Cami continuara hablándome. Arrastré la silla y me alejé a grandes zancadas de la mesa.

De nuevo estaba fuera del salón de fiesta y por fortuna estaba solo, bueno a excepción del guardia que estaba vigilando el estacionamiento pero técnicamente estaba solo. Hasta que llegó Alix, por supuesto.

Ella igual de inteligente que siempre se quedó ahí a mi lado hasta que logré tranquilizar mi furia de haber visto a ese chico tocar a Cami frente a mis ojos. Tuve que tomar muchas respiraciones y contar hasta mil como diez veces para calmarme. Una vez que lo estuve empecé a hablar.

—No puedo Alix —le dije y ella me vio con sus grandes ojos cafés—. No puedo más. La quiero, la quiero de una forma que me intoxica el alma. Para mí sería más fácil que arrojaran mi cuerpo en acido a verla con otro chico. Quería estar aquí hoy para verla en su día especial pero no puedo. La perdí cuando tuve la oportunidad y la perderé hoy también.

—Tenía 13 años y tú 18 —me dijo—. No era el mejor momento para ninguno de los dos —hablaba de una forma tranquilizadora—. Estoy segura que puedes intentar conquistarla, de nuevo. No has perdido nada aún.

Me quedé en silencio viéndola. Su cabello dorado brillaba con las luces del estacionamiento, en sus ojos había felicidad y en sus palabras verdad.

—Ojala lo mío fuera tan fácil como fue lo tuyo con Ethan —susurré derrotado—. Sólo tres años de diferencia y con familias tan cercanas que ya habían predicho su noviazgo desde su nacimiento —ella negó con una sonrisa en el rostro.

—Sólo digo que no pierdes nada con intentarlo pero si no lo intentas entonces lo perderás todo.

Y dicho eso se dio media vuelta y entró al salón.

Me quedé unos minutos debatiéndome entre salir de ahí o volver a entrar. Mientras pensaba en ello escuché que la música empezó disminuir de volumen y alguien empezó a hablar por un micrófono. Entré deprisa. El DJ les pedía a todos que tomaran asientos porque la hora había llegado. Le pidió a Cami que caminara al centro de la pista.

—Ha llegado el momento en que nuestra quinceañera haga su baile especial con su padre —anunció en DJ—. Así que Sr. Leonardo reúnanse junto a su hija en la pista de baile.

León pasó al centro de la pista y cuando se acercó a Cami la música empezó a sonar, era una pieza lenta y estaba seguro que Cami la había compuesto para esa noche, en la música podía identificar que era una despedida y al mismo tiempo un inicio nuevo. Era una tonada hermosa que sólo Cami podía crear.

Padre e hija bailaban juntos, pude distinguir que mientras bailaban también estaban hablando, Cami asintió con lágrimas en los ojos y León también parecía estar al borde de las lágrimas. Cuando terminó la música ambos se abrazaron durante largo tiempo. Los presentes aplaudían entusiasmados hasta que León se alejó de su hija y ella quedó de nuevo sola en el centro de la pista de baile.

—Ahora es el turno...

—Mío —hablé caminando hacia Cami sin detenerme a ver las reacciones de los demás, en ese momento solo me importó la reacción de ella.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa, vi como apretó sus manitas en puños a su lado, parecía como si ella no creyera lo que yo estaba haciendo, a decir verdad yo tampoco creí mucho de lo que estaba haciendo. Llegué a ella y nos quedamos viendo frente a frente en medio de la pista. Alcancé a distinguir susurros pero no me molesté en prestarles atención, sólo necesitaba ver a Cami para estar feliz.

Ella sacudió su cabeza y se inclinó ligeramente, la música empezó a sonar. Me incliné hasta que mi rodilla derecha quedó apoyada en el piso y tomé su mano para poder besarle los nudillos, me puse de pie y tomé su cintura con una de mis manos y con la otra sujeté su mano. Empezamos a movernos al ritmo lento de la música, viéndonos a los ojos, comunicándonos con la mirada. Se sentía tan bien tenerla en mis brazos.

Cami bajó su mirada y apoyó su frente en mi pecho, escondí mi rostro en su cabello rizado, pasé mis brazos por su cintura y la atraje más a mí, ella posó sus manos en mis hombros y bailamos de esa forma un rato.

Unos minutos más tarde mientras la música cambiaba a otra de nuevo conectamos nuestras miradas.

—Te quiero, Cami, te quiero tanto —le confesé al fin.

Su reacción fue diferente de lo que me imaginé, siempre creí que ella se lanzaría a mis brazos y reiría pero esa era la reacción de la Cami de 13 años no de la Cami de 15 años que tenía frente a mí. Ella en cambio me vio fijamente y segundos después sus ojos se le llenaron de lágrimas que no derramó, tuvo que parpadear varias veces para ahuyentarlas. Me sonrió y suspiró profundamente para después asentir tan rápido como pudo hacerlo.

—Qué bonito —dijo con voz entrecortada.

¿Qué significaba eso?

—¿Cami? —pregunté inseguro.

Ella me devolvió una hermosa sonrisa y sus manos subieron hasta quedar detrás de mí cuello.

—¿Qué? —preguntó sonriente.

—Amm pues, ya sabes...

Ella se quedó viéndome unos segundos y después levantó las cejas y sacudió su cabeza.

—Ah, esperas que diga algo —dijo en tono pensativo.

—Mmm supongo.

Me estaba empezando a poner incómodo y sabía que ella se estaba burlando de mí, no la culpaba, honestamente iba a dejar que hiciera de mí lo que quisiera si me permitía estar a su lado.

—Nunca he besado —dijo tímidamente.

Oh.

En ese momento ni siquiera me puse a pensar si me había pedido que la besara, simplemente creí que sería bueno que yo fuera su primer beso así que fue lo que hice. Fui su primer beso. Tomé su rostro con una de mis manos y me incliné para besarla. Primero dejé mis labios sobre los de ella y me deleité con la suavidad de estos, después presioné mi boca un poco más, la escuché suspirar y abrió su boca para permitirme darle el primero de muchos besos verdaderos.

Al separarnos escuché que los presentes estaban aplaudiendo pero no fue de mucha importancia porque entonces Cami se lanzó a mis brazos y soltó una carcajada, ella era mi Cami y no quería que cambiara. La volví a besar mientras la música seguía sonando y ella permanecía en mis brazos.

León

Iba a hablar seriamente con ese muchacho cuando todo esto terminara.


Ethan

Debo confesar que sentí los celos de hermano mayor pero Cesar era una persona confiable.

Alix

Y el sueño de la princesa se hizo realidad.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Bueno, aquí les dejo este capítulo especial de Cami y Cesar. Aclaro, no es una novela ni tercera parte, es simplemente un oneshot que tenía muchas ganas de escribir sobre ellos dos.

Espero que les haya gustado. O haya dejado satisfechos xD

Añadí esos pensamientos de León, Ethan y Alix porque me pareció lindo.

PD: Algunas personas me han corregido sobre que el nombre de César lleva tilde, lo sé, sé que lo lleva pero en los primeros capítulos de Catch me baby en donde él aparece olvidé ponerselo y continué la novela así durante un rato hasta que corrgiendo me di cuenta que no se lo había puesto, cuando termine con las correciones el nombre ya aparecerá con tilde. Igual por el momento pueden darle pronunciación inglesa al nombre xD (También en algunas partes el nombre no lleva tilde T-T )

¡Saludos! :D

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