Cállate y Bésame (TQST Libro...

By Zara_Black

12.7M 390K 137K

Dafne y Damian llevan toda la vida inmersos en una guerra de bromas y los gritos e insultos se han convertido... More

Serie TQST
Sinopsis
1. Una relación complicada
2. Diferentes puntos de vista
3. Misión: Ignorarte
4. ¡No me ignores!
5. Un buen equipo
6. Un nuevo amigo
7.Traición
8.Huyendo de Triz
9.El gorro de la discordia
10.De excursión
11.Mi héroe
12.¿¡Qué dijiste?!
13.Comportamiento sospechoso
14.Tres son multitud
15.Ese sentimiento inexplicable
16.Un día para olvidar o quizás no...
17.¿Enamo..qué? Vaya estupidez
18. La no cita
19.Acercamientos
20.¡Tú y yo somos rivales!
21.Seamos novios
22.¿Rendirse? Eso nunca.
23.Triangulo amoroso
25.¿Dulce despertar?
26.Lo que nuestros padres quieren
27.Alianza
28.Perder no entra en mi vocabulario
29.Dos chicos
30.Dudas y más dudas
31.No estoy preocupado
32. Del odio al amor
33. Guerra de amor
34. Cállate y Bésame
"CyB" en librerías a partir del 13 de DICIEMBRE 2018

24.Noche de borrachera

268K 11.8K 3.1K
By Zara_Black

(Damián)

En cuanto llegó a la barbacoa lo primero que hizo fue buscar a Dafne y a Nora con la mirada, pero al no encontrarlas se cruzó de brazos con enfado y se sentó en una de las sillas de plástico. Esa mujer demonio le había colgado el teléfono después de decirle que Ren se le había declarado, ¿¡cómo podía soltarle una bomba así y luego colgarle?! Ni siquiera le había dicho si lo había rechazado aunque más le valía haberlo hecho.

¡Ren no era para ella! ¡Y si tenía que meterle esa idea en la cabeza por la fuerza lo haría! La ataría a una silla y no la liberaría hasta que dijese: "Oh Damien te quiero tanto que no puedo vivir sin ti, que le den a Ren, es soso y aburrido" Sonrió con felicidad ante esa idea y comenzó a balancearse en la silla.

― ¡Damien!―al escuchar su nombre miró al frente y se encontró a Libby corriendo hacia él, Libby era una chica menuda con una espectacular melena pelirroja y unos ojos oscuros que siempre vestía a la última moda.―Vaya, creo que no recuerdo la última vez que te vi con el pelo negro, estás guapísimo.

Sonrió agradecido y la chica le dirigió una sonrisa coqueta algo que no le sorprendió, Libby siempre coqueteaba con él.

― ¿Has visto a Dafne?―Libby dio un respingo e hizo una mueca de desagrado antes de sacudir los hombros y echarse unos mechones de pelo hacia atrás con elegancia.

― No, no he visto a la enviada del diablo.―contestó Libby por lo que no pudo evitar reír.

La verdad es que esas dos nunca se habían llevado bien, Libby era elegante, muy femenina y siempre vestía a la moda por lo que entraba en cólera cada vez que Dafne le gastaba una broma que implicase ensuciarle la ropa. De hecho una vez Libby se enfadó tanto que se lanzó contra Dafne y ambas comenzaron a rodar por el suelo dándose golpes hasta que él, Alex y Nora consiguieron separarlas aunque en el proceso se llevaron un par de puñetazos.

Fijó la mirada en Libby y vio como ella le ofrecía un vaso de plástico con cola dentro, aunque Libby pareciese debilucha y delicada era cinturón negro en kárate. De hecho, todos los que habían en esa fiesta eran cinturón negro en como mínimo un arte marcial; es lo que tenía tener padres en el cuerpo de seguridad nacional.

Intentó tomar el vaso pero a Libby se le resbaló y cayó parte de su contenido sobre su pantalón por lo que se puso en pie de golpe.

― ¡Oh vaya! Que torpe soy.―se disculpó Libby tomando servilletas de la mesa para ponerse a limpiar sus pantalones.

― No importa, no te molestes, voy al baño.―dijo tomándola de las muñecas para detenerla, ella juntó los labios y se acercó a él dispuesta a besarlo por lo que la soltó y salió corriendo de allí escuchando de fondo la risa de los hermanos Vázquez a los que le lanzó una mirada asesina.

Se metió en el baño y echó el pestillo a la puerta, no quería que Libby entrase y siguiese con su acoso. Eso de ser tan guapo a veces era una gran desventaja, ¿cómo podía Will disfrutar de ser acosado durante las 24 horas del día? Se limpió el pantalón sin prisa y se echó una rápida mirada en el espejo antes de salir. Una vez fuera vio a Óscar Castillo hablando con su padre por lo que sonrió animado, Dafne ya debía de estar allí también.

― ¡¿Cómo te atreviste a colgarme mujer?! ¿¡Colgarme?! ¿¡A mí?! ¡Encima que gasto mi preciado dinero en llamarte, deberías...―pero se calló al ver a Alex junto a ella y con su brazo por encima de los hombros de Dafne.

¡¿Por qué ese asaltacunas tenía su brazo sobre los hombros de Dafne?! Frunció el ceño molesto, iba a tener unas cuantas palabras con Alex más tarde sobre liarse con chicas cuatro años menor que él. Aprovechó que se ponía a hablar con Nora y tomó a Dafne de la muñeca alejándolo así de ese castaño de sonrisa deslumbrante, sin embargo Dafne le pegó un manotazo y se zafó de él enseguida.

Le lanzó una mirada asesina a la morena ¿¡es que ya no podía tocarla o qué?! Ella bufó antes de comenzar a comerse su perrito caliente sin pronunciar palabra por lo que la observó con enojo.

― ¿Y a qué se debe ese cambio de look?―preguntó Alex por lo que Dafne comenzó a toser con fuerza, él la miró de reojo y se pasó la mano por dónde había sido rapado.

― ¿A que le queda genial? ―intervino Libby agarrándose a su brazo y lanzándole una mirada de odio a Dafne que seguía tosiendo con fuerza y golpeándose el pecho, afortunadamente Nora le entregó un vaso de agua.

La pelirroja le pasó la mano por el pelo y él se la apartó.

― ¿Es que no tenías ropa limpia en tu casa que tuviste que venir con esas pintas? ―preguntó Libby con desdén mirando a Dafne que vestía unas deportivas, pantalones vaqueros y una ancha camiseta verde que dejaba a la vista sus hombros pero que estaba manchada con pintura roja.

― Oye, oye... al menos todos estamos seguros de que a mí no me pedirán presupuesto en una esquina, aunque no puedo decir lo mismo de ti.―contestó la morena lanzándole una mirada significativa a Libby, Alex no pudo evitar soltar una risita ante la cara de indignación de la pelirroja y Nora negó con la cabeza.

―¿Por qué estás llena de pintura?―preguntó a Dafne pero ella rodó los ojos y siguió comiendo.―¡No me ignores mujer!

― Eso, al final no me contaste qué hiciste.―recordó Alex pasando el brazo otra vez por encima de los hombros de Dafne por lo que le lanzó una mirada asesina.

― ¡Mejor no lo digas, no queremos ser tus cómplices! ¡Y ahora vamos a buscarme algo para comer que tengo hambre!―exclamó tomando a Dafne del brazo y arrastrándola por la fuerza lejos de Alex y sus zarpas.

― Oye, oye... si tienes hambre vete tú solo a buscarte la comida.―protestó Dafne soltándose de su brazo y caminando hacia la mesa dónde estaba la comida.

― No iba a irme y dejarte sola con ese asaltacunas, ¿no te diste cuenta de que pasaba su brazo por encima de tus hombros todo el rato?.―dijo señalando hacia Alex que hablaba con Nora, Dafne puso los ojos en blanco y le golpeó el pecho con un plato de plástico.

― Oye, oye... claro que me di cuenta, lo hace siempre y eso no es asunto tuyo.―respondió Dafne golpeando su mano cuando intentó quitarle una de sus patatas fritas.

― Claro que es asunto mío mujer, me cambié el pelo por ti así que está bastante claro que toda tú eres mi asunto.―dijo con seguridad por lo que Dafne comenzó a imitarlo con la mano mientras decía "Bla bla bla".―¡Ya deja de hacer eso!

Dafne le enseñó la lengua y siguió recolectando comida sin mirarlo.

―Me crispas los nervios "Oye, oye".―declaró tomando un par de perritos calientes de la bandeja.―Por cierto, debes estar orgullosa de tu novio, me han votado como el chico más sexy del mes en la página web de Triz.

― ¡No somos novios!―exclamó Dafne en voz baja asesinándolo con la mirada.

― Espera y verás mujer, no podrás resistirte eternamente a mis encantos.―dijo con media sonrisa por lo que ella bufó molesta.―¿Sabes? Varias de mis compañeras de clase me han pedido citas, pero no tienes de qué preocuparte, yo soy un novio fiel.

― ¡Que no somos novios!―repitió Dafne elevando ligeramente la voz aunque por suerte nadie les prestaba atención.

―Por ahora, tengo energía de sobra para conquistarte y lo sabes.―dijo guiñándole el ojo haciendo que la morena bufase molesta.

------------------------------------

Sobre las once de la noche le cantaron el cumpleaños feliz a Victor Vázquez y tras eso sus padres les dieron autorización para marcharse e irse de fiesta. Es por eso que ahora mismo estaba contra su voluntad en la discoteca, él había querido irse a su casa o en su defecto a casa de Dafne pero la morena se empeñó en salir de fiesta con todos los demás, aunque de los demás no había ni rastro, habían ido desapareciendo poco a poco como si fueran absorbidos por un agujero negro.

Golpeó la barra con los nudillos y suspiró, hacía como media hora que Dafne había dicho que se iba al baño y aún no había regresado.

― ¿Damien? ¡Menos mal que te encuentro!―apareció delante de él una chica alta de piel mulata y ojos oscuros.

― ¿Tú eres la amiga de la "Oye, oye"? ¿Beca, verdad? ―intuyó no muy seguro, la chica asintió y lo tomó del brazo.

― Me alegra que recuerdes mi nombre, pero tienes que venir conmigo.―dijo Beca tirando de él y obligándolo a ponerse en pie.

― ¿Ir contigo? ¿Por qué? ¿Y cómo sabías que estaba aquí? ―preguntó parándose y mirando acusadoramente a la chica, ella se mordió el labio con nerviosismo y masculló un par de cosas de las que sólo entendió "Dafne" "competición" "chupitos".―¡Agg! ¡Esa mujer!

Abandonaron el local dónde estaban y se introdujeron en otro más grande, siguió a Beca y se abrieron paso entre una muchedumbre que silbaba y gritaba hasta llegar a la barra donde el camarero levantaba el brazo de Dafne y la anunciaba como ganadora mientras a su lado habían dos chicos un poco mayores que ellos que trataban por todos los medios no vomitar.

― ¡Damián!―gritó Dafne con emoción corriendo a abrazarlo por lo que abrió los ojos sorprendido.

― ¿Ganaste?―preguntó Beca con incredulidad, Dafne se separó de él y asintió con orgullo.

― ¿Cuánto has bebido exactamente?―curioseó contando al menos treinta chupitos por persona.

― ¡Damián!―exclamó la morena volviendo a abrazarlo con fuerza.

Sin lugar a dudas había bebido lo suficiente como para que mañana tuviese un gran dolor de cabeza, pero al menos era una borracha cariñosa.

― ¡Beca!―exclamó Dafne separándose de él y abrazando a Beca con cariño.

― Creo que deberías llevarla a su casa.―masculló Beca mientras acariciaba el pelo de Dafne y la consolaba.

― ¡Ey! Esto es de tu novia.―el camarero que segundos antes había declarado a Dafne ganadora se acercó a él y le entregó un fajo de billetes de veinte euros.―No volveré a apostar contra ella.

Pasó los billetes con rapidez y calculó que debía de haber entorno a doscientos euros allí, ladeó la cabeza y se guardó el dinero en la cartera. Luego miró a Beca y se la encontró intentando separar a Dafne de un chico, frunció el ceño molesto, una cosa es que fuera cariñosa con él y otra muy distinta es que lo fuera con cualquiera.

― ¡Tú! ¡Separa tus manos de mi novia ahora mismo!―gritó al chico que Dafne abrazaba, él lo miró y levantó las manos en señal de rendición.

― ¡Que conste que me abrazó ella!―se defendió el chico, le lanzó una mirada asesina y luego tomó a Dafne del brazo y la separó del chico.

―¡No somos novios!―reclamó Dafne fingiendo estar molesta colocando sus manos sobre la cadera pero al hacerlo perdió el equilibrio y tuvo que sujetarla con fuerza del brazo para que no se diese de bruces contra el suelo.―Puede que nos besemos a veces, pero no somos novios.

―Lo que tú digas.―masculló mirando a Beca que los observaba divertida.―Yo me encargo de ella no te preocupes.

―De acuerdo, la dejo en tus manos―dijo Beca antes de desaparecer.

― "Oye, oye" nos vamos; ¿a quién saludas?―preguntó mirando hacia donde ella saludaba pero allí solo encontró un grupo de chicos que la saludaban con sonrisas divertidas.―Eres una borracha sociable, genial.

Salieron del local después de muchos traspiés y unas cuantas miradas asesinas a varios chicos que miraban con lujuria a la morena. Una vez fuera la obligó a sentarse en el banco más cercano.

―¿Dónde está tu bolso?―preguntó a Dafne que se había sentado como un indio y saludaba a todos los transeúntes.―Dafne.

― Damián.―respondió ella con una sonrisa por lo que rodó los ojos.

― ¿Tu bolso?―preguntó lentamente, ella se encogió de hombros.

― Esperaaaa, mi bolso está... ¡ya sé! En el coche.―respondió Dafne cerrando los ojos y luego asintiendo con vehemencia.―¡Coche! ¡Sí! ¡Coche!

¿Coche? ¿En qué coche? ¿En el de sus padres o en el de Alex? Suspiró y sacó su móvil, realmente daba igual en qué coche estuviese su bolso; sería mejor llamar a Nora y que ella les abriese la puerta de su casa.

Marcó el número de Nora y esperó pacientemente a que descolgasen al otro lado.

― No te muevas.―ordenó a Dafne, ella asintió con fuerza y comenzó a columpiarse en el banco mientras sus mejillas comenzaban a ponerse cada vez más rojas.

¿Cómo podía lucir tan extremadamente sexy y bonita estando tan borracha? Cómo si supiese lo que estaba pensando la morena lo miró y le sonrió con sinceridad haciendo que por un instante se le parase el corazón.

― ¡Hola!―saludó Dafne levantando las manos y saludando a un grupo de chicos que la observaban con diversión a los que él lanzó una mirada de advertencia.

― ¿Sí? ―respondió Nora al otro lado con voz somnolienta.

― Quien quiera que sea, ignóralo y vuelve a dormirte.―escuchó a Jose a lo lejos con voz de ronca, que raro, pensaba que Jose tenía prohibido ir a dormir a casa de Nora.

― ¡¿No estás en tu casa?! ―casi gritó por teléfono.

― No, os dije que Jose venía a recogerme porque me iba a su casa a dormir. ―contestó Nora aún adormilada.

― ¿Y ahora qué voy a hacer? Tu hermana se ha emborrachado y no sé donde están sus llaves.―explicó comenzando a exasperarse.

― ¿Cómo que Dafne se ha emborrachado?―preguntó Nora con preocupación.

― Pues al parecer se puso a hacer una competición con dos extraños para ver quién bebía más chupitos.―contó brevemente.―Y ganó.

―No te preocupes, llévala a casa ya voy para allá―masculló Nora entre divertida y molesta.

― ¡¿Qué?! ¡No!―escuchó protestar a Jose, a continuación escuchó algo parecido a un forcejeo hasta que alguien carraspeó al otro lado.―Soy Jose, lleva a Dafne a tu casa; Nora esta noche no está disponible.

― ¿Quieres quitarte de encima?―preguntó Nora con enfado.

― ¿A mi casa? ¡Mi padre no me deja llevar chicas a casa!―exclamó pensando en los gritos de su padre cómo se enterase que había llevado a una chica borracha a casa.

― No es una chica cualquiera, es Dafne; tu padre la conoce y seguro que si le explicas que ella se encontraba mal y necesitaba supervisión no pasará nada.―habló Jose, él asintió no muy convencido pero tenía razón, era Dafne y su padre adoraba a Dafne.

― Vale, puede funcionar.―respondió con nerviosismo.

―¡Damien no la pierdas de vista por favor! Dafne tiende a ser un poco hiperactiva cuando está bebida.―exclamó Nora al otro lado.

― Si, si, no te preocupes la tengo sentada justo delan...

¡Oh mierda! ¡No estaba! ¡Ya no estaba sentada en el banco! ¡¿Cómo podía no estar?!

―¡La he perdido! ¡No me lo puedo creer, si estaba aquí sentada hace menos de un segundo!―exclamó al teléfono.

―No te preocupes, seguro que la encuentras, confiamos en ti.―dijo Jose con convencimiento pero se escuchó un golpe seguido de un "ay"

―No creo que se haya ido muy lejos pero si no la encuentras avísame...¿qué haces?―preguntó Nora con nerviosismo y escuchó risitas al otro lado.

―Ya que estamos despiertos ¿qué te parece si hacemos un poco de "ejercicio"?

Puso los ojos en blanco y colgó; decidió ignorar lo que acababa de escuchar para no quedar traumatizado de por vida. Guardó el teléfono en el bolsillo y caminó hacia el grupo de chicos al que Dafne había saludado antes.

― ¿Visteis dónde fue la chica que os estaba saludando?―preguntó sin dejar de mirar a los lados por si la veía.

―Vino hace nada y me dio un abrazo a mí y a otros dos.―al escuchar eso apretó la mandíbula con fuerza.―Luego se fue corriendo por allí.

El chico señaló una de las calles y tras darle las gracias con la cabeza salió corriendo. A saber qué estaba haciendo esa mujer ahora mismo, si sobria era todo un peligro borracha lo era aún más, además estaba esa manía que tenía de abrazar a todo el que se cruzase por su camino. ¡No podía abrazar a todos los chicos que se le pusiesen por delante! ¿Qué pasaba si se cruzaba con algún chico con intenciones poco honorables? ¡Estaba borracha, no podía defenderse!

―Esa chica te ha dado una buena tunda ¿eh?―volteó hacia tres chicos que estaban de botellón en un coche y se fijó que uno de ellos estaba con la mano sobre el abdomen y miraba con odio al que habló.

― ¡Esa loca! ¡Primero viene y me abraza y sin querer le rozo el trasero y me da un puñetazo en el estómago!―protestó el chico rubio haciendo reír a los demás.

Bueno, puede que sí pudiese defenderse, al fin y al cabo era Dafne de la que estaban hablando. No pudo evitar sonreír orgulloso y se acercó a los chicos para preguntarle hacía dónde había huido esa mujer demoniaca.

―¿Hacia dónde fue la chica?―preguntó con seriedad, dos de los chicos se miraron y señalaron hacia el final de la calle, asintió y volteó hacia el chico que había tocado el trasero de Dafne.―Tienes suerte de que tenga prisa.

Acto seguido se marchó por donde los chicos le habían señalado, continuó por la calle y llegó hasta a una enorme plaza en cuyo centro había una fuente con una estatua del dios Apolo en su carro, puso los ojos en blanco y se llevó las manos a la cabeza. ¿¡Qué iba a hacer con ella?! Incluso borracha, era un maldito peligro para la sociedad.

― ¡Damián!―saludó Dafne con efusividad desde dentro de la fuente. ―¡Oye, oye...ven y ayúdame!

¿Ayudarla? ¿Ayudarla a qué?

Caminó hacia la fuente pero no se metió dentro.

― ¿Qué estás haciendo?―preguntó viendo como ella se agachaba y recogía algo del fondo.

― Robo deseos.―contestó la morena con malicia para luego estallar en carcajadas.

― ¿¡Pero te has vuelto loca?!―gritó metiéndose dentro de la fuente de un salto, el agua estaba fría pero hizo caso omiso y comenzó a caminar hacia Dafne que estaba al lado de una de las ruedas del carro.―¡Incluso borracha eres malvada! ¡Suelta esas monedas ahora mismo!

― ¡No! ―se negó Dafne colocando las manos tras la espalda.

― ¡No puedes robar los deseos de la gente, está mal!―exclamó comenzando a forcejear con la morena.

Estuvieron peleando durante un buen rato hasta que llegó un policía que a punto estuvo de detenerlos por alteración del orden público pero afortunadamente conocía al padre de Dafne y los dejó marcharse sólo con una advertencia.

― No me lo puedo creer, ¡casi me detienen por tu culpa mujer!―gritó a Dafne a la que arrastraba lejos de la fuente pese a sus constantes intentos de fuga.

― ¡Noooo! ¡Mis deseos robados!―lloriqueaba ella mientras la alejaba de la fuente por lo que se detuvo en seco y la miró fijamente, Dafne hacía pucheros y fruncía el ceño pero de repente su rostro se iluminó e intentó salir corriendo pero por suerte la tenía bien sujeta del brazo.―¡Ren!

¿Ren? ¿Cómo que Ren?

―¡Ren! ¡Vamos a jugar al ordenador! ¡Ren!

Dafne se puso a saludar a alguien que estaba tras ellos, pero él se puso a caminar lentamente pensando en la mejor forma de huir de allí. No iba a compartir a la Dafne borracha y cariñosa con el idiota de Ren. Miró de reojo hacia atrás y se dio cuenta de que el chico al que Dafne saludaba no era Ren sino otro chico con rasgos asiáticos por lo que respiró aliviado.

― Ese no es Ren.―dijo llamando la atención de Dafne que dejó de saludar al desconocido y lo miró.

― ¡Damián! ―exclamó la morena antes de abrazarlo.

Él se limitó a reír y estrechó a Dafne contra él devolviéndole el abrazo.

―"Oye, oye" deberías emborracharte más a menudo, es divertido.―comentó pensando en la cantidad de veces que lo había abrazado esta noche.

La morena se separó de él y lo miró con curiosidad, luego ladeó la cabeza y le pasó la mano por donde ella lo había rapado haciendo que se le pusiese la piel de gallina; la miró fijamente pero ella parecía absorta en su mundo y seguía acariciándole el pelo con cuidado. Sintió como el corazón se le aceleraba y no podía dejar de mirar los labios de Dafne, quería besarla, quería besarla con tantas ganas que le dolía.

― ¡Vamos a buscar un taxi! ―gritó tomando su mano y tirando de ella.

¡Ella estaba borracha y él no era de los que se aprovechaban de chicas borrachas! Además, existía la posibilidad de que mañana recordase todo y no quería que le gritase que era un aprovechado. Ahora que Ren había entrado en el juego no podía actuar tontamente, cualquier movimiento en falso podía costarle caro.

― ¿Vamos a ir a ver a Ren?―curioseó Dafne dando un par de tropezones.

― ¡Claro que no!―gritó con fuerza, ¿por qué le preguntaba por Ren? Él estaba con ella, eso era suficiente.―No vamos con Ren, y ya que lo nombras ¡te prohíbo volver a juntarte con él! ¡No puedes volver a verlo nunca!

―¿Por qué?―preguntó Dafne con voz de niña pequeña y haciendo pucheros.―Ren es bueno conmigo, me trata bien, es amable, tímido, dulce, simpático, agradable, lindo...

A cada buena palabra a favor de Ren que decía Dafne se ponía más enfermo.

―¡Y le gustas! ¡Y no quiero que a ti te guste él! ¡Tengo que gustarte yo! ¡Yo!―exclamó golpeándose el pecho con la mano mientras esperaba por la reacción de la morena pero ella se limitó a ladear la cabeza y observarlo como si estuviese perdida. Bufó molesto y siguió tirando de ella mientras buscaba la parada de taxis.

―¿Quieres que te cuente un secreto? Pero no puedes decírselo a Damián, tiene que ser un secreto.

Él rodó los ojos y siguió caminando, si no la escuchaba no podía ser cómplice en ningún crimen.

―Ren me besó.―susurró Dafne haciendo que se detuviese de golpe.

¿¡Qué Ren qué?!

Parpadeó confuso unos segundos y luego sintió rabia. Volteó hacia Dafne y la tomó por los hombros.

― ¿¡Cómo que Ren te besó?! ¿¡Cuándo?! ―preguntó totalmente alterado.

― ¡Wow! ¡Qué bien imitas a Damián!―felicitó Dafne, apretó sus manos en sus hombros y la miró con seriedad.

¡No, no, no! ¡Ella había bajado sus defensas con Ren, eso no podía ser bueno!

¡Maldita sea! ¡No le había dado tiempo a convencerla de que también lo quería y ahora que sabía lo de Ren, pensaría en él de forma romántica y eso era lo que había tratado de evitar desde un principio!

―¡Mujer no puedes volver a acercarte a Ren, es una orden! ―gritó aunque su tono era de ruego.

― ¡Señor sí señor!―exclamó la morena llevándose la mano a la frente como si fuera un soldado aunque luego comenzó a reírse de forma exagerada.

Respiró hondo y volvió a tomar la mano de Dafne.

Puede que él tuviese un problema de hiperactividad pero esa chica conseguía acabar con su energía. Caminó en silencio mientras escuchaba a Dafne destrozar alguna canción que jamás logró identificar, cuando llegaron a la parada de taxis obligó a Dafne a subir al coche más cercano.

―¡Siga a ese coche!―gritó Dafne una vez dentro, el taxista volteó hacia ella con confusión.―¡Rápido que se nos escapa!

― Usted ni caso, llévenos a la calle Unamuno.―el taxista asintió y arrancó el coche.

Se pasó todo el camino a su casa mirando de reojo a Dafne la cual no paraba de reír sin parar mientras repetía "Oye, oye" cada cinco segundos. No podía creer que ella y Ren se hubieran besado, ¿¡cómo había osado ese geek besarla?! ¿¡y ella como pudo dejarse besar?! Apretó los puños con fuerza y se puso a mirar por la ventana, estaba tan furioso y frustrado; al parecer no había sido lo suficientemente bueno para mantener a Ren alejado de Dafne. ¡Y los Duarte no fracasaban nunca!

Volteó hacia Dafne al escuchar unos quejidos y la encontró en el suelo peleando con su zapatilla izquierda, la del pie derecho había conseguido quitársela y ahora reposaba sobre el asiento.

―¿Y ahora se puede saber qué haces mujer? ―preguntó enarcando una ceja.

― Está fría, no me gusta.―contestó ella mientras peleaba con los cordones, fue entonces cuando recordó que ambos se habían metido en la fuente con los zapatos puestos, miró sus pies y los sintió helados.

Con tanto ajetreo ni se había dado cuenta de que estaba mojado de rodillas para abajo.

―¡Estúpidos, estúpidos, estúpidos cordones!―gritó Dafne sacudiendo el pie por lo que la zapatilla voló y golpeó al conductor en la cabeza que del susto frenó de golpe e hizo que saliese despedido contra el asiento del copiloto.

― ¿Podrías mantener controlada a tu novia? Casi tenemos un accidente por su culpa.―pidió el conductor con voz tosca pasándole la zapatilla, él la cogió de mal humor y se frotó la frente con dolor.

― ¡Noooo somos novioooos!―exclamó Dafne con voz cantarina por lo que le lanzó una mirada asesina, ¿esa mujer cómo podía causar tantos problemas?

― ¡Eres un peligro para la humanidad, ¿lo sabías?!―tomó a Dafne por los brazos y la obligó a sentarse de nuevo en el asiento, ella hizo pucheros durante un segundo pero rápidamente lo abrazó.

― Llegamos.―indicó el taxista, él asintió y le pagó al hombre con un billete de los que Dafne había ganado, la morena por su parte se abrazó al taxista y masculló un extraño "gracias" antes de bajarse del coche.―Es un poco loca, pero me cae bien tu novia.

Recogió las all-star de Dafne y salió del taxi.

― ¡Damián!―gritó Dafne antes de abalanzarse sobre él, como ya estaba acostumbrado la atrapó sin problemas y abrió la puerta de su edificio con ella abrazada.

―"Oye, oye" ahora sube calladita, ¿vale?―pidió a la morena, ella asintió con efusividad y él suspiró antes de tomarla de la mano.

Tras asegurarse de que sus padres aún no habían regresado de la barbacoa hizo caminar a Dafne hasta su dormitorio. Lanzó sus zapatillas al suelo y la llevó hasta la cama dónde la obligó a sentarse.

―Quédate aquí.―ordenó con voz seria antes de salir de la habitación y dirigirse a la cocina.

Rápidamente calentó leche con miel y tomó un paquete de galletas, si hacía que ella bebiese algo caliente le daría sueño ¿no?. Además, también le sentaría bien comer algo. Tomó la bandeja y caminó hacia su dormitorio, cuando abrió la puerta se encontró a Dafne saltando en su cama con una de sus corbatas atada alrededor de su cabeza y vestida con una de sus camisetas.

Rodó los ojos y depositó la bandeja sobre el escritorio. A continuación miró a su alrededor y se encontró la habitación hecha un desastre, casi toda su ropa estaba esparcida por el suelo y los pantalones de Dafne estaban enganchados a la lámpara. ¿Cuánto tiempo la había dejado sola? ¿dos minutos? Y ya parecía que un huracán había pasado por allí. Resopló molesto y de un salto bajó los pantalones de la morena de la lámpara. ¡Y luego decían que él era el hiperactivo!

―¡Damián!―gritó Dafne antes de saltar a su espalda y abrazarlo.

―Mira, te traje comida.―dijo señalando hacia el escritorio, ella dio un pequeño grito emocionada y se soltó de él antes de correr hacia la comida.―"Oye, oye" comételo todo, es una orden.

No supo si Dafne lo escuchó o no pero ella se puso a juguetear con las galletas antes de empezar a comer. Satisfecho se dirigió a su armario, se quitó la chaqueta vaquera y la colgó en una de las perchas, se palpó los vaqueros y se dio cuenta de que ya estaban secos por lo que decidió cambiarse más adelante cuando esa mujer estuviese durmiendo y él hubiese recogido la habitación.

Cuando terminó de recoger toda la ropa que Dafne había sacado y tirado volteó hacia el escritorio y vio el vaso de leche vacío, tomó un par de galletas y buscó a Dafne con la mirada, la morena se había acostado en su cama y rodaba de un lado a otro con felicidad.

―¡Dios mío! ¡Tu energía es inagotable mujer!―exclamó antes de sentarse sobre la cama con cansancio ¡con cansancio! ¡él! ¡que se suponía que tenía energía infinita!.

―¡Damián!―gritó la morena abrazándose a su costado izquierdo, luego se puso a revolverle el pelo mientras se reía a carcajadas como si eso fuera muy gracioso, él frunció el ceño dispuesto a quejarse y gritarle cuando Dafne se quedó quieta y comenzó a observarlo con interés.―Sí, sí... definitivamente me gustas más con el pelo negro.

Se sintió sonrojar y sonrió con malicia. Mañana iba a molestarla con eso.

Ella siguió acariciándole el pelo con cuidado y sintió como todo su cuerpo se estremecía, Dafne pareció no darse cuenta de nada y siguió a lo suyo con una sonrisa traviesa en su colorado y sexy rostro.

Se removió incómodo pero no se apartó.

¿¡Qué clase de tortura era esta?! Miró los labios de Dafne y sopesó besarla, pero rápidamente descartó la idea. Él era un hombre de honor, nunca se aprovecharía de una chica borracha por mucho que desease besarla.

―Deja de hacer eso.

Pidió con voz ronca y suplicante, era una persona honorable y respetable y siempre seguía las normas y sabía que es lo que no se tenía que hacer pero estaba a un latido de corazón de mandarlo todo a la mierda y dejarse llevar.

Se miraron fijamente a los ojos durante unos segundos y con cuidado le quitó la corbata que aún llevaba alrededor de la cabeza, ella dio un pequeño respingo pero no apartó sus ojos miel de él. Damián tragó saliva y antes de que pudiera pensar ella acortaba la distancia entre ambos y lo besaba.

Dafne sabía a una extraña mezcla de leche y tequila pero no le importó y profundizó el beso aún más.

¡¿Por qué habían tardado tantos años en besarse?! ¡Qué desperdicio de tiempo! Y pensar que sólo se dio cuenta de todo gracias a Ren... ¡Ren! Ese miserable había osado besarla, ¡iba a matarlo cuándo lo viese! ¡Él no tenía derecho a besarla! Furioso la besó con más fuerza y la atrajo hacia él.

Sabía que tenía que parar, debían parar pero no podía... su cuerpo no seguía las órdenes de su cabeza.

Notó como ella sonreía contra sus labios y él no pudo evitar sentirse feliz. Ella tenía que quererlo, ¿qué iba a ser de él si ella no lo quería?. Sin embargo, de repente Dafne rompió el beso y le dio un empujón antes de salir corriendo de la habitación.

― ¿¡Qué demonios?!―preguntó a gritos poniéndose en pie y saliendo de la habitación, encontró a Dafne en el baño abrazada a la taza del váter y vomitando.―¿¡En serio?! ¡No puedes besarme y luego irte a vomitar! ¡Hundes mi moral mujer!

Protestó todavía alterado por todo lo que acababa de pasar entre ambos, Dafne levantó la cabeza momentáneamente y le lanzó una mirada asesina antes de que su rostro se pusiese verde y comenzase a vomitar de nuevo.

― ¡Está bien! ¡Otro día terminaremos lo que empezamos allí!―exclamó antes de agacharse junto a ella retirarle el pelo del rostro y masajearle la espalda a modo de consuelo.―"Oye, oye" te cuido cuando estás borrachita, soy un gran novio ¿a que sí?

― Cállate.―masculló Dafne tirándole un rollo de papel higiénico a la cabeza.

Soltó una carcajada y siguió masajeándole la espalda con cuidado.

Estuvieron allí una media hora esperando a que a Dafne se le pasase el malestar, cuando esto sucedió ella ya estaba medio adormilada sobre el váter por lo que tuvo que cogerla en brazos y llevarla a su dormitorio dónde la acostó con cuidado en su cama.

―Siempre dándome problemas "Oye, oye"―dijo tapando a una dormida Dafne, se agachó a su lado y le pasó la mano por su larga melena enredando sus dedos en su pelo y acariciando su mejilla.―¿Cómo no me di cuenta antes de lo mucho que me importabas?

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 96.5K 45
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
63.3K 4.4K 32
Una corona en espera de la cabeza equivocada. Todo sucedió muy rapido. Ya no hay tiempo de regresar al pasado. Sin embargo, ¿Sera lo correcto? Ella y...
75.5K 4.1K 150
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
14.7K 1.6K 12
Se dice que la noche de Halloween es el único día del año en el que la llama que divide la vida y la muerte se apaga. Los espíritus aprovechan la opo...