¡Quiero un amor cliché! [COMP...

By AlejandraPrez778

97.2K 15.5K 3.4K

Cliché, cliché, cliché. Viktor Nikiforov gusta de leer historias amorosas con esas temáticas tan repetitivas... More

Advertencia
Prólogo.
Una idea para conquistar.
Cliché 1: El chico torpe y el encantador ágil.
Cliché 2: De machos y féminas.
Cliché 3: Viejos conocidos, amores del pasado.
Cliché 4: Estás gordo, ponte guapo.
Cliché 5: Miedos e inseguridades. (Part 1/2)
Cliché 5: Miedos e inseguridades (Part 2/2)
Especial I: Destino
Cliché 6: Síndrome de Cenicienta (Part ½)
Cliché 6: Síndrome de Cenicienta (Part 2/2)
Especial II: De cómo Viktor conoció Fanfiction.
Cliché 7: El chico amable.
Cliché 8: Lazos familiares y un pasado triste.
Cliché 9: A su lado todo es mejor.
Cliché 10: Secretos.
Cliché 11: Confesiones fresonas.
Cliché 12: El dolor también forma parte.
Cliché 13: Corazón herido.
Cliché 14: Más allá. (1/3)
Cliché 14: Más allá (2/3)
Cliché 14: Más allá(3/3)
Cliché 15: Game Over.
Cliché 16: El enamorado no analiza, actúa.
Lo que toda lectora teme ver: Un aviso
Cliché 17: Amores no correspondidos.
Cliché 18: Confesión.
Cliché 19: Round II
Cliché 20: Amigo secreto.
Especial III: Las razones de Chris.
Cliché 21: Sí.
Extra.
Premios Katsudon 2018
Obsequio ❤
Agradecimiento: PremiosKatsudon2018

ESPECIAL IV: ¿Coqueteo o Torpeza?

1.5K 216 21
By AlejandraPrez778

Este especial es parte del Desafío de la tercera fase del concurso #PremiosKatsudon2018 en el que este fic se encuentra participando, organizado por PandaPoker y un elenco de jurado calificador ^.^

♡•°•○●♤●○•°•♡  

¿Coqueteo o Torpeza?

YUURI

Despertarme por las noches para verlo dormir se había trasformado en un hábito desde hace ya un largo tiempo. Gracias a ello he conseguido apreciar con detalle sus facciones; las muecas que hace cuando sueña, el ligero ronquido que sale de su boca cuando se cambia de posición. Me gusta ver el movimiento rápido de sus ojos cuando ya ha entrado en un estado de sueño profundo, y aprovecho esos momentos para poder acariciar a placer los bordes de sus labios.

Me he convertido en un adicto a su presencia, tanto que ahora no puedo recordar el tiempo de mi vida donde no estuvo él. Aquellos años de instituto en los que Viktor hizo acto de presencia en mi vida no fueron los más oscuros como cualquier libro los relataría, o los más dolorosos; fueron simplemente días en los que un chico cualquier como yo trataba de acoplarse al rápido ritmo del tiempo que pasaba.

No sé si Viktor llegó a mi vida en el momento indicado o no, aquellos detalles son difíciles de conocer ya que el destino es incierto y sus giros mucho más. Pero eso no importa ahora, porque ya está aquí, vino y pienso aferrarme a él tanto como me sea permitido. Porque lo amo, porque nos amamos.

—No sé cuánto tiempo más puedas permanecer viéndome con esa cara de bobo enamorado—susurro, sonriendo al ser invadido por cientos de recuerdos de nuestros días juntos. Un nudo presiona en mi pecho, un nudo de sentimientos que deseo liberar—. Pero, por favor; déjame permanecer a tu lado mientras dure.

Beso su mejilla, y me sorprendo cuando en respuesta obtengo un abrazo. Dirijo mis ojos hacia el rostro de Viktor, encontrándome con una gran sonrisa que refleja su felicidad.

—No eres para nada romántico—reprocha, pellizcándome la mejilla con suavidad—. Decir que tengo cara de bobo enamorado mata las pasiones, Katsuki.

—No creo que pueda matar toda la pasión que llevas por dentro, Mr. Cliché.

Lo veo sonrojarse antes de ser empujado hacia mi lado de la cama. Me gustan sus sonrojos tanto como me gusta molestarlo por sus errores del pasado.

—Como sea...¿Qué se supone que andas haciendo a estas horas despierto? ¿Es que acaso te pasas las noches en vela solo por verme dormir?

Bingo, resuena en mi cabeza, y no puedo evitar ser yo quien ahora se sonroje y evite su mirada. Él lo sabe, claro que se ha dado cuenta que acertó con aquella suposición lanzada al azar, por ello no quiero exponerme más de la cuenta. Sería como colocarme yo mismo la soga al cuello.

—¡Oh! Mr. Amargura terminó siendo un apasionado también—expresó con voz moderada, avergonzándome más—. Vamos, Yuuri. Hacerse el mojigato a estas alturas no resulta para nada, te conozco muy bien.

—Cállate, Nikiforov.

Mis ojos pasaron al reloj sobre la mesita de noche. Siendo apenas las tres de la mañana, ambos nos encontrábamos demasiado animados como para volver a dormir. El regresar a descansar no era una opción ahora.

Viktor se acercó a mí, abrazándome por la cintura, yo me acomodé entre sus brazos, hundiendo mi rostro en su pecho, y dejándome percibir el fresco aroma a jabón que aún conservaba su piel. En esa posición Viktor acarició mis cabellos, mientras lo escuchaba murmurar algunas cosas sin sentido, mencionaba algo de comprar más leche (Aunque ya teníamos suficiente como para un mes) y de pasar por la librería de segunda mano para obtener algunos libros más. Yo solo sonreí, apreciando desde el fondo de mi corazón todos aquellos momentos de intimidad que conseguíamos tener como cualquier otra pareja.

—Oye...Yuuri.

Su llamado me despertó de mis propios pensamientos, tomando mi atención casi al instante. Me acomodé para poder verlo de frente, y él bajó un poco de su posición para poder aferrarme mejor de la cintura. Con nuestras miradas ahora centradas una a la otra, Viktor hizo una mueca que ya había empezado a reconocer: Quería saber algo que lo inquietaba, o que le estaba incomodando un poco.

Con los años que pasé a su lado dentro del instituto, y con los que estoy pasando en la universidad, es imposible no familiarizarnos con aquellos detalles que nos caracterizaba a cada uno.

—¿Te incomoda algo?—Decido preguntarle, a lo que él asiente inmediatamente—. Pues hablemos, igual y no creo tener ganas de volver a dormir.

Viktor sonríe, pero luego regresa la mirada hacia atrás de mí, donde se encuentra la ventana de nuestro departamento universitario. Lo veo fruncir el ceño, incluso apostaría que se está mordiendo las mejillas por dentro.

—Hay algunas cosas que, pese a que me las has explicado una y varias veces, no consigo creerlas. Y hay otros detalles que, aunque son pequeños e irrelevantes, no logro comprender.

—Algún día terminarás metiéndote en problemas por ser tan curioso, señorito—Bromeo, llevando mi mano hasta su hombro para acariciarlo—. Pues dime, pregúntame cuantas veces quieras lo que te está inquietando, trataré de responder con toda la verdad que hay en mí.

Mi respuesta es acertada, pues Viktor ha sonreído con sinceridad. Entonces lo siento removerse entre el abrazo, y ajustarse mejor para quedar más cómodos y poder llevar aquella conversa a algo más íntimo.

—Hoy hablé con Irina, parece que le va bien en su primer semestre de universidad, y mencionó algo de una cita, no me dio muchos detalles.

¿Quizás quería hablar sobre el futuro de su hermana? Nunca había sido celoso con Irina, ni mucho menos aquel hermano enfermo que sobreprotege ante todo a su hermana, simplemente es Viktor siendo hermano y ya. Pero, tal vez está siendo afectado.

—¿Quieres saber cómo tolerar que tu hermana está creciendo?

—No, Irina y sus noviazgos no me importan del todo. Fue algo que ella dijo cuando mencionó lo de su cita que me hizo pensar toda la tarde, algo sobre nosotros.

—¿De nosotros?

—Sí—Bajó su mirada, luego la subió y se centró en mis ojos—. Yuuri ¿Cuándo exactamente fue que te empecé a gustar?

—¿Cuándo?—¿Existe en realidad una fecha exacta en la que pueda decir que Viktor me atrajo?—. La verdad no sabría decirlo...solo sé que cuando leí esa lista yo...

—No, eso es lo que me tiene curioso, y muy intrigado. Mencionaste hace tiempo que eso fue algo que te abrió los ojos y te hizo ser más consciente de mí y mis sentimientos, pero antes de eso tú...te comportabas muy coqueto.

¿Coqueto? ¿Yo? Pero si en ese tiempo poseía una habilidad de coqueteo igual o peor que un palo seco ¿En qué momento le hice creer que estaba coqueteando?

—Viktor, yo no coqueteé contigo en ningún momento durante esas fechas...Por Dios...ni siquiera tenía la intención de hacerme notar mucho.

—¿Dices que no? ¿Y qué fue ese roce que me hiciste en la mano?

—Bueno...tú lo hiciste primero.

—Y ya te dije que fue un accidente—Aún cree que yo me voy a tragar la excusa de "No lo hice intencionalmente". Soy despistado, sí, pero no a su nivel—. Como sea...Irina en ese tiempo me dijo que eso era extraño, incluso para nosotros, porque cualquiera hubiera reaccionado diferente.

—Ya te había dicho que me pareció divertido y te imité...no es nada del otro mundo.

—También hiciste comentarios que incomodarían a cualquiera.

—¿Yo dije algo con doble sentido?

—¡Lo hiciste! En clase de educación física me dijiste que tenía la piel suave, e incluso me hiciste tocar la tuya.

—Cualquiera lo haría, tenías la piel tan diferente a la mía.

—Eso fue algo que yo pensé aplicar contigo ¿Y sabes lo que eso significa? Estaba en mi lista de situaciones cliché...Yuuri, eso para mí era un coqueteo, algo cliché que ocurre entre personas que se gustan.

—Por favor...Viktor, ¿Te estás escuchando? Eso es ridículo.

—¡Además!—dijo, sorprendiéndome cuando dio un salto en la cama y se colocó sobre mí—. También dijiste para esas fechas que yo era alguien visualmente inolvidable.

—¿Yo dije eso?—¿En verdad lo hice? Carajo ¿Qué pasa conmigo?

—Lo hiciste. Dijiste que mi cabello y mi apariencia extranjera me hacían llamativo, y que si te hubieras topado conmigo en algún lugar me recordarías. También mencionaste que, a pesar de tu mala memoria nunca olvidarías una mirada como la mía, y que jamás me borrarías de tu mente.

Oh, recuerdo algo de forma vaga, fue aquella vez que Chris se acercó a mí de improvisto, en el tiempo que éramos estudiantes de instituto. Aunque los recuerdos son borrosos, creo que sí dije algo parecido, ahora siento vergüenza.

—Eh, creo que lo dije sin pensar mucho—Me defendí—. ¡Es que es verdad! ¿Quién olvidaría tu cabello? Solo míralo ¡Es plateado!

Tomé uno de sus mechones y lo acerqué a sus ojos, con claras intenciones de demostrarle que tenía razón. Sería ridículo olvidarse de alguien con ese color de cabello, o esos ojos, no lo dije con intenciones de coqueteo, simplemente había dado mi punto de vista.

—¡Eres un embustero!—Me gritó de frente, ahora empujando mi mano lejos de su cabello—. No sabes lo ilusionado que me sentí en ese momento, maldito gigoló.

—¡¿Gigoló?! ¡Oye! Ni siquiera fue mi intención, Viktor ¿Me estás escuchando?— Sabe mis puntos débiles, comprende la reacción química que sus berrinches provocan en mí—. Oye, quiero ser sincero contigo y decirte que en realidad no sé en qué momento me terminaste gustando.

—También está lo del baño, dijiste exactamente lo que yo estaba pensando en ese momento ¿Cómo es eso posible?

¿Con "Lo del baño" se refiere a aquella vez? Recuerdo muy poco del instituto y lo que viví ahí entre el tiempo que conocí a Viktor y de cuando me enamoré de él. Solo cosas importantes se han quedado en mi cabeza como tesoros, y creo recordar sobre lo que él ahora me reclama.

***

—¡Buen juego!— gritaron mis compañeros de clase al finalizar el partido de fútbol en el que la mayoría había participado. Yo sonreí mientras asentía a su comentario.

—Chicos, es tiempo de ducharse, vayan y alístense para las siguientes clases.

Mi corazón saltó, y no específicamente por el ejercicio. "Oh, no" fue lo que pensé en ese momento.

El elenco deportivo caminó entre bromas hacia los baños. Las chicas imitaron nuestros pasos y se dirigieron hacia sus respectivos vestidores, mientras yo, inquieto, seguía a mis compañeros.

Sabía que esto iba a ocurrir, lo presentía desde el principio, y sin embargo me mantuve renuente a aceptarlo. En verdad, odio bañarme en público.

Es una especie de complejo, uno donde los baños en grupos terminan inquietándome y cohibiéndome completamente.

Vi a los demás alistarse para el baño, bromeaban entre ellos mientras pretendían ver quién tenía mejor cuerpo, o quién podría gustarle más a una de nuestras compañeras de clase.

En medio de las bromas escuchaba uno que otro comentario sobre la perfección del cuerpo de un hombre; brazos fornidos, abdomen marcado, piernas con músculos definidos. Cada uno veía sus propias ventajas, burlándose de aquel pobre ser al que se le notaba uno que otro rollito salvaje por los bordes de su cuerpo. Ante ello no podía dejar de sentirme intranquilo, nervioso. No quería, ni siquiera podía, aventurar a sacarme la camisa cuando en mi cuerpo las marcas de mi pasado eran muy notorias.

"Eres muy gordito para hacer esto" resonó de pronto en mi cabeza, despertando a los fantasmas de mi pasado.

No podía hacerlo, aunque mis manos se encontrasen en el borde de mi camisa, esto era imposible.

—¿No te vas a bañar?—Fue la pregunta de uno de mis compañeros en el momento en que me senté en una de las bancas desocupadas.

—Sí, ahora los alcanzo—Respondí, dejando que ingresen a los baños con esa excusa en mente.

Al ver el vestidor completamente vacío, me sentí tranquilo de liberar un gran suspiro que aligeró mi corazón.

—¿Sucede algo?—Escuché de repente, provocándome un estremecimiento por la repentina interrupción—. ¿Yuuri?

Giré la cabeza, encontrándome a Viktor con su mirada azulada prendada en mí. Rayos ¿Cuánto tiempo llevaba de pie en ese lugar? ¿Cuánto había visto?

—Ah, Viktor, me asustaste—Inmediatamente alejé mis manos del borde de mi camisa, dejándolas caer a los costados de mi cuerpo, pretendiendo mostrar un aspecto desinteresado y tranquilo—. ¿Vas a entrar ahora?

—Sí, ¿Tú no? —Rayos ¿Qué puedo hacer ahora?

De todas las personas que podrían verme desnudo y burlarse de mis estrías, el que menos deseaba que me viera era el perfecto Viktor Nikiforov, quien dudo que conozca al menos cómo se ve un "rollito".

Con su rostro perfecto, solo puedo pensar que su cuerpo sigue el mismo camino.

—Ahora los alcanzo—Dije como excusa, esperando que funcionase en él tanto como ocurrió con los demás.

—Eso mismo le dijiste a Kaito ¿No te gusta bañarte en grupo?— Sus ojos expectantes me intimidaron, casi como si pudieran leer sobre mí y saber lo que estaba pensando.

—No es eso—murmuré entre el mar de nervios que me ahogaba. Logré articular una sonrisa, para nada convincente eso lo sé.

Viktor hizo una mueca de desinterés y luego empezó a desvestirse como los demás. Mis ojos quedaron prendados, curiosos ante la figura danzante de Viktor, quien lentamente se deshacía de su camisa.

Con una mano sostenía la camisa, mientras con la otra alistaba una toalla. ¿En verdad iba a desnudarse ahí frente a mí tan descaradamente? Eso era tener buena fe y confianza sobre su propio cuerpo.

De repente, me vi pensativo, deseoso de saber si la piel de su abdomen era igual o más tersa que la de sus brazos. Aquella vez había alcanzado a sentir solo un poco de ella, pero había sido tan suave y bonita que no pude pensar en nada más que una "Doncella".

Era definitivo, y quizás luego podría juzgarme por mis pensamientos y criticar mis acciones, pero quería tocarlo. Sin excusas aparentes, solo quería ver de cerca, apreciar, mentir un poco por mi única voluntad.

—¿Qué? — preguntó de repente, asustándome un poco. Me quedé en silencio durante unos segundos, dudando si era conveniente abrir la boca y decirle lo que estaba pensando. Hasta que una idea cruzó por mi cabeza, martillando fuertemente hasta que la hice realidad.

—Viktor ¿Estás gordo?

Maldición.

—¿Disculpa?

A lo hecho pecho.

—No, es que—Me levanté como un resorte liberado, dirigiendo la mirada hacia el único espacio de su cuerpo que empezó a atraerme como la miel a las moscas. Me atreví a tocarlo, dejar mi mano sobre esa zona que empezaba a calentarse lentamente bajo mi tacto, la vergüenza era grande, pero el deseo por reconocer la textura de su piel era mucho más grande. Me dejé dominar, y solo dije lo primero que se vino a mi cabeza: pura basura—. Vi pancita aquí.

—¿D-dónde? — Se inclinó para ver su abdomen, y yo solo sentí una llama incinerar mi cuerpo por completo, estaba abochornado.

Fingí con una sonrisa mientras me iba alejando, rascando mi nuca para disimular. Viktor se mantuvo quieto, con el ceño fruncido y muy confundido. ¿Cómo alguien como yo puede decirle a alguien como Viktor que está gordo?

Idiota.

—No, era solo el reflejo de la luz—Me excusé, tomé mis pertenencias y decidí que ya debía largarme de ese lugar—. Es mejor que entres a la ducha.

—¿Y tú?

—Solo me cambiaré en los baños, escuché por ahí que el profesor de filosofía había faltado, así que nos dejarán ir temprano a casa.

Mentiroso, maldito mentiroso pervertido.

***

—B-bueno...eso es...—Viktor, adoro tus berrinches, pero odio sentirme atado de manos y pies, sin alternativa alguna más que decir la verdad—. Yo...solo quería saber si tu piel en verdad era suave, y me tenté a tocarte un poco bajo esa excusa.

—¿Qué?

Viktor se quedó mirándome, yo sentía como si en cualquier momento fuera a gritarme para decirme que todo era mentira, que me estaba inventando en el camino todo lo que había mencionado. Y yo estaba listo para refutarle, porque estaba diciéndole toda la verdad desde el fondo de mi ser (Y dejando de lado la vergüenza que sentía).

—L-lo siento, de verdad... ¡Es que tú me incitaste! De pronto te quitaste la camisa, tu piel siempre fue así de bonita y ya te lo había dicho. Solo...solo pensé en descubrir si aquella zona era más suave que tus brazos, y no pude resistirme. Así que...creo que...tal vez fue desde ahí que yo...

Las mejillas de Viktor se sonrojaron, yo estaba hirviendo de vergüenza. Esto era mi límite, y espero que Viktor no mencione aquella vez que estuvimos solos en su casa cuando faltó a clase, porque de ello solo hay recuerdos de pensamientos pervertidos en mí.

— Yuuri—Lloriqueó, abrazándome para ser ahora él quien oprima su rostro en mi pecho, y deje caer su aliento cálido sobre mi piel—. Por favor, tienes que empezar a ser más consciente de lo que dices. No es bueno eso de andar seduciendo con tu torpeza.

—Lo siento, procuraré no hacerlo más.

—Solo conmigo, hazlo solo conmigo. Sedúceme con tu torpeza solo a mí.

Amo aquellas facetas de niño consentido que suele tener Viktor. Sí, su lado maduro y demandante me excita y somete muchas veces, pero verlo en este estado, como una completa Doncella, hacen a mi alma regodearse en júbilo.

—Te amo tanto, Viktor. Sin importar realmente el cómo o cuándo empecé a hacerlo; solo sé que mi alma, mi cuerpo y todo mi ser te aman con locura.

Vi los ojos de Viktor dilatarse, sus mejillas sonrojarse, y sentí cómo su respiración se tornaba errática. Mis palabras cursis guiadas por los libros de rayita en Wattpad habían funcionado. Tal vez leer un poco más no me haría mal.

—¡Yuuri! ¡Me encantas!

♡•°•○●♤●○•°•♡ 

Haber llegado tan lejos ya es un gran logro que me hace sentir emocionada y dichosa. Muchas gracias por todo su apoyo, de corazón.

Me dieron la palabra clave: Doncella y   explicar sobre el capítulo "Cliché 4" de las razones por las que Yuuri hizo todos aquellos comentarios.

¿Y ustedes qué creen? ¿Coqueteo o Torpeza?

Con esto me despido hasta nuevo aviso ^♡^ Besos de miel a todas mis abejitas ❤ y sigan de cerca el concurso, hay muy buenas obras participando. No se lo pueden perder (ಢㅠಢ) 

PDT: La canción "Procura" de Chichi Peralta fue la que me ayudó en esta ocasión (^.^) Me gusta esa letra.

Continue Reading

You'll Also Like

6.8K 153 8
Después de 3 años, ya es momento de la graduación para Las Ardillas y Las Arditas. :3
196K 22.1K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.
1.8M 93.3K 21
Qué harías si te enamoras de tu hermanastro en tan solo 1 día? Qué harías si tu ex-novia dice estar embarazada?
50.6K 3.6K 25
A sus 19 años, Horacio debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar j...