Tanto como Neville, Ron, Harry y Hermione ya tenían vaciados sus armarios, veían a Hagrid a lo lejos, se acercaron a él para que los llevará al tren.
Abordaron y compartieron la cabina, iban conversando sobre aquel verano que pasarían, todos estaban muy entusiasmados, Harry pasaría todo el verano con su amiga en cambio Ron y Neville solo pasarían parte de él.
— Primero llegaremos a King's Cross, mi padre y tal vez mi madre nos recogerán, nos tomara una hora llegar a la casa, pasaremos una noche en esa casa, para luego irnos a la casa del lago —explicaba la castaña emocionada
— Eso es asombroso — exclamó Neville
Todo el viaje se lo pasaron charlando y riendo, mientras el paisaje campestre se volvía más verde y menos agreste. Comieron las grageas de todos los sabores, pasaron a toda velocidad por las ciudades de los muggles, se quitaron la ropa de magos y se pusieron camisas y abrigos... Y bajaron en el andén nueve y tres cuartos de la estación.
Hermione soltó su equipaje y corrió a lo que pensaron los niños que era su padre, el hombre la cargó y le beso la frente
— Te extrañe, mi amor — dijo el señor mientras la bajaba. La mujer a su lado abrazo a Hermione y luego observo a Harry detenidamente.
— ¿Cómo te fue? — pregunto volviendo su atención a su hija
— Larga historia — dijo Hermione
— Tú debes ser Harry — dijo Jean y se acercó al pequeño — Ron — señalo al pelirrojo — y... Neville
Los señores Weasley habían ido a recoger a los gemelos y a Percy, observaron una cabellera pelirroja, se acercaron y vieron a su hijo Ron junto a sus amigos.
Saludaron a los padres de Hermione, conversaron, Arthur está muy emocionado de que su hijo visite un hogar Muggle, le dijo que anotará todas las cosas que hicieran extraño para ellos.
— Fue un gusto conocerlos... — exclamó Jean — su hijo está en buenas manos — mostró las palmas de sus manos, Jean sintió la mirada de alguien, buscaba a la persona disimuladamente, hasta que vio a la mujer que ayudo a Hermione a cruzar el andén, Narcissa Malfoy, las dos mujeres se miraron y se sonrieron.
— ¿Por qué no fuiste invitado a la casa de esa niña? — pregunto la madre de Malfoy — cuando la vimos aquí te llevabas bien con ella
— Es una sangre sucia, madre... — explico el rubio — Mi padre me ha dicho... — fue interrumpido por su madre
— Déjate de tonterías, si te llevas bien con ella, no importa si es NACIDA DE MUGGLES... — exclamó corrigiendo la manera en la que la llamo.
— ¿Están hablando de esa niña? — pregunto el padre que acaba de llegar
— Sí... siempre me pareció una tontería que le prohibieras hacer amigos... — dijo, su mujer
— ¿Nos podemos ir? — les preguntó, su hijo incomodo de la situación.
— Sí claro, cariño — Narcissa tomó a Draco por su hombro y hacer que caminara
Narcissa y su familia paso cerca del montón de personas en el cual se encontraba Jean Granger, la mujer se separó de su hijo para llegar a saludar.
— Hola, Jean — Narcissa le colocó un beso en su mejilla — ¿saldrán de vacaciones? — preguntó al ver a los pequeños
— Sí... lo hacemos siempre — respondió felizmente
— Fue un gusto volverte a ver... — comentó la señora Malfoy, ella sintió la presencia de los pelirrojos que estaba dándoles la espalda — oh, lo siento... — volteo a verlos — hasta luego... — se despidió y Lucius, su esposo, la tomó fuertemente del brazo
— Es un amor, ¿no creen? — exclamó Jean cuando ella se fue.
— Por supuesto... lástima que es esposa del diablo... — comentó Molly Weasley
— Será mejor irnos — dijo Arthur tras el comentario de su esposa — dejamos a Ginny sola en casa
...
Los Granger e invitados se subieron al automóvil, gracias a Dios los niños eran pequeños, todo quedo perfecto, luego de una larga hora, llegaron a la primera parada.
— Llegamos... — dijo la señora — ¿qué les parece si comemos y luego salimos a divertirnos?
— ¡Sí! — gritaron los cuatro al unísono bajándose del auto
Bajaron las valijas para adentrarse al lugar, todos observaban la acogedora casa en la que estaban, Hermione llevo a sus amigos al cuarto de huéspedes, había tres camas y una vieja televisión, la madre entró tras ellos, comentando que no se quedarían aquí más de un día, luego viajarían a un lago cerca, donde tenían una cabaña, ahí los tres niños tendrán su propia habitación.
Harry estaba emocionado, dormir en el armario abajo de las escaleras toda su vida y ahora tendrá una habitación propia era un gran cambio, Ron igual estaba emocionado compartía habitación con su hermana pequeña, Neville le sonreía a todo lo que veía.
— ¿Mamá?... — Hermione buscaba a su madre la cual se encontraba en la cocina
— ¿Qué sucede? — preguntó
— La madre de Neville me dijo que te agradeciera por invitar a su hijo a pasar las vacaciones aquí — comentó la castaña
— Oh, no debió es todo un placer... — dijo, Jean, que hacía de comer — deberías decirme su nombre
— Alice... — dijo Hermione
— Alice Longbottom — agregó Neville
— ¿Alice Longbottom? — preguntó asombrada — Alice... es un lindo nombre... Voy a mandarle una carta con Rainbow... — confesó Jean — ¿dónde viven?
— San Mungo... — contestó Neville
— ¿San Mungo? — preguntó — ¿es una colonia?, ¿una ciudad?, ¿un pueblo? — volvió a preguntar
— No, es... Un hospital para magos... — respondió Hermione
— Oh... eh, bueno yo... le mandaré la carta... — comentó algo incomoda.
— La seguridad de San Mungo es muy fuerte, no aceptan cartas de personas que no conocen... — explicó Neville — escriba la carta, pero lo pondremos a mi nombre, así para que le pueda llegar... — agregó
— Bien... no tardo — sacudió sus manos en su ropa — ¡Richard ven a revisar la comida, tengo algo que hacer! — grito mientras subía las escaleras
Jean entró a su habitación, rápidamente cerró la puerta, mientras tanto los niños estaban afuera jugando con un búmeran, el padre de Hermione se encontraba revisando la comida muy de cerca.
— ¡Tengo que llevarme una de estas cosas a casa! — gritó extasiado el pelirrojo
— ¡Son muy divertidos! — grito Neville
— No me imaginaría haber nacido entre magos... — comentó Hermione que observaba a Ron y a Neville jugando
— Ni yo... — dijo Harry que estaba a su lado
— ¡Niños! — grito Jean desde la ventana de su habitación — ¡ya está la comida, entren! — siguió gritando
Los niños se adentraron a la casa, los platos ya estaban en la mesa, se sentaron para comer, Jean bajaba por las escaleras, le dijo a Neville que la carta para su madre ya se encontraba en su habitación para que la mandará cuando subiera.
Se concentraron en comer, Ron comió como normalmente, Harry lo observaba y lo golpeaba para que tuviera modales pero él seguía comiendo igual, lo ignoro para luego de unos minutos terminar, subieron a sus habitaciones para cambiarse y salir a ver una película a un cinema cerca de ahí.
Neville identifico la carta como suya y mando a volar a la lechuza de Hermione.
Pasaron las horas y los pequeños ya se encontraban dormidos, mientras tanto en San Mungo apenas llegaba la carta que había mandado Neville, se la entregaron a Alice para que la leyera.
Hola, soy Jean, madre de Hermione.
Mi hija me comento que agradeció que invitará a su hijo a pasar las vacaciones con nosotros, pero, tanto para mí como para mi esposo, Richard, es todo un placer, estar con un niño tan adorable como Neville.
Espero que se mejore de su enfermedad, hágame el favor de saludarme a su esposo, su hijo va a pasar unas vacaciones muy divertidas junto a nosotros, lo cuidaremos muy bien.
Usted y yo seremos muy buenas amigas, si puede, me gustaría seguir en contacto con usted. Nos vemos luego Alice.
Atentamente: Jean Granger
Alice sonrío ante la carta que le había llegado, estaba feliz de que alguien más de su hijo le mandará algo, le mostró la carta a Frank su esposo, difícilmente la leyó, él igual sonrío, la mujer guardo la carta donde tenía las demás.
...
Pasaron las semanas los niños estaban disfrutando las vacaciones, nadaban todas las mañanas en el lago, desayunaban, jugaban, comían, conocían el lugar y dormían, el verano con los Granger era perfecto, Ron tenía muchas cosas coleccionadas para su padre, Richard le obsequio varias cosas a la familia del pelirrojo: a los gemelos les tenía una caja de bromas, a su hermana una muñeca, a Percy un montón de libros, Molly tendría su propio libro de cocina, Arthur recibiría chucherías muggles que Jean consiguió para él. La familia Weasley se encontraba en la casa del lago despidiéndose y agradeciendo por sus obsequios, Ron se despidió de sus amigos para hacer camino hacia su casa.
Los únicos que se encontraban era Harry y Hermione, Neville fue recogido por su mal olienta abuela, se dedicó a sentarse con Jean conversando de la vida de su nieto, mientras que él se despedía de sus amigos, como Hermione le prometió él aprendió a andar en bicicleta hasta su padre le obsequio una, estaba muy contento por ello, podría pasear por las calles y no pasar todo el tiempo soportando el olor de su vieja abuela. El regordete se separó de los Granger para visitar a sus padres, Hermione le pidió que la saludara por ella, al igual que Jean.
Volvieron a la ciudad, llegarían por algunas cosas de Harry a la casa de sus tíos, tenían que ir pronto al Callejón Diagon, las clases en Hogwarts pronto comenzarían, el condado de Surrey se acercaba, llegaron al pueblo Little Whinging, así a la calle Privet Drive y Harry le pidió al Richard que se detuviera en la casa número cuatro.
Golpearon la puerta, la tía Petunia la abrió, no quería dejar pasar a los padres de la castaña pensando que eran magos, los últimos magos que habían pisado su casa fue Lily y James mucho antes de morir, luego de unos minutos los cuales Hermione se la paso explicándole a Petunia que sus padres eran como ella, los dejo pasar, ambos tomaron asiento, mientras los dos niños buscaban unas cosas de Harry para el siguiente año.
El regordete primo de Harry, llego a molestar a los dos niños que se encontraban debajo de las escaleras donde dormía Harry, él mismo amenazó a Dudley con ponerle una cola de cerdo como alguna vez lo hizo Hagrid, el primo se alejó de ellos rápidamente para refugiarse cerca de su madre.
Jean se enfadó al ver el lugar donde dormía Harry, le ordeno a su esposo que sacara las cosas que necesitaba Harry para el siguiente año y lo siguiente que se vio fue a la señora Granger diciendo que tomaría cartas en el asunto, lo más probable es que los demande con la ley muggle.
Vernon, el tío de Harry, corrió a la familia Granger de su casa y los amenazo con que Harry no los visitaría el siguiente verano. Hermione, sus padres y Harry, se encontraban en el Callejón Diagon, saludaron a la familia Weasley, ambas familias se dirigían a la librería Flourish & Blotts.
Había muchas personas, Jean se sorprendió y a la vez pregunto por qué había tantas personas, si el año pasaron fueron y no estaba tan lleno, supuso que era porque no habían ido en la misma fecha en que fueron en el año pasado, Molly Weasley comentó que Gilderoy Lockhart se encontraba ahí firmando autógrafos en las copias de su autobiografía.
— ¿Quién es Gilderoy Lockhart? — preguntó Richard
— Oh, señor Granger no debió preguntar eso — exclamó Ron
—¡Por merlín!, Gilderoy es un gran mago que ha luchado con muchas criaturas y monstruos, es un héroe — contó la señora Weasley extasiada
— Mi madre está enamorada — confesó Ron
— Tanto que le dijo a Ginny... — comenzó Fred señalando a su hermanita y fue interrumpido por George
— Que su padre era él — señalo al señor que se encontraba del otro lado de la librería.
Un fotógrafo se abría el paso entre Harry y Hermione para acercarse a tomarle una fotografía a Gilderoy.
— ¡Disculpen, disculpen!, soy del diario El Profeta — exclamó, el viejo fotógrafo. Lockhart posaba y posaba para la cámara hasta que fue distraído por la cicatriz de Harry.
— No puede ser. ¿Harry Potter? — exclamó Gilderoy maravillado el señor de El Profeta tomo al pequeño y lo colocó cerca de Lockhart.
— Una sonrisa, esta foto será primera plana — dijo Gilderoy — damas y caballeros, este es un momento extraordinario... — comenzó a contar — cuando el joven Harry entró hoy a Flourish & Blotts para comprar mi autobiografía 'Mi Yo Mágico' — todo el mundo aplaudió sin razón — que a propósito, ahora está celebrando... su 27a. semana encabezando la lista de best-sellers del diario El Profeta — abrazo a Harry — él no tenía idea de que iba a salir de aquí con una colección de mis obras completas... — le dio un montón de libros — cortesía de la casa — tomaron otra fotografía. Harry recibió los libros de Gilderoy, los cuales, Molly los tomó para que el autor los autografiará, el pequeño se acercó con sus amigos Hermione y Ron que iban hacía la salida.
— ¡Ronald!, ¿Has visto a papá? — pregunto la hermana menor del pelirrojo
— Está con Fred y George viendo las nuevas escobas — respondió Ron, Ginny, la hermana se sorprendió al ver a Harry, el pequeño la saludo amablemente y ella se alejó de ellos horrorizada.
— ¿Hice algo mal? —preguntó Harry
— No, es que desde que volví de la casa de Hermione... ella no dejo de hablar de ti — respondió Ron
— Tal vez ella pensó que Ron te dijo algo — comentó la castaña — lo cual acaba de hacer ahora.
Se acercaron a la puerta y Malfoy les interrumpió su salida — apuesto que eso te encanto, ¿no, Potter? — habló el rubio — el célebre Harry Potter. No puedes ni entrar en una librería sin salir en primera plana — se burlo
— ¡Déjalo en paz! — exclamó Ginny que se encontraba detrás de él.
— Mira Potter, tienes novia — dijo Draco en tono burlón
El padre de Draco se encontraba detrás de Ginny, toco a la niña con su bastón para que abriera el paso y ella se movió, toco de nuevo, pero ahora a su hijo — vamos, Draco... juega limpio — exclamó el señor Malfoy — joven Potter — lo observo — soy Lucius Malfoy. Por fin nos conocemos — exclamó y jalo al pequeño cerca de él — su cicatriz es legendaria, como lo es el mago que se la hizo.
— Voldemort mató a mis padres — exclamó Harry — no era más que un vil asesino.
— Usted debe ser muy valiente para mencionar su nombre — dijo Lucius — o muy tonto — agregó
— El miedo a un nombre solo aumenta el miedo en sí — dijo Hermione.
— Además nosotros lo hemos nombrado miles de veces y no ha pasado nada — dijo Ron
— Y usted debe ser... — comenzó Lucius y fue interrumpido por la niña.
— Hermione Granger — dijo seriamente — hace un año sabría quién soy — dijo refiriéndose a la vez que él no le dejo presentarse
— Señorita Granger. Sí, Draco me contó todo acerca de usted y de sus padres — exclamó Lucius, ignorando lo que había dicho la castaña
— Es un honor ser un tema de conversación en su hogar — dijo sarcásticamente, Hermione
—Muggles, ¿cierto? — se burló Lucius, ignorando de nuevo a la niña
— Papá... — comenzó a decir Draco que lo interrumpió la mirada de su padre. — digo, Padre, será mejor que nos vayamos nos falta muchas cosas que comprar y estamos perdiendo el tiempo con personas sin importancia — termino de decir
— Estoy esperando a tu madre — exclamó — está comprando joyas para su colección.
Narcissa entró a Flourish & Blotts muy contenta por la compra que había realizado, saludo a su esposo, besó a su hijo y a lo lejos observo a Jean, se encamino hacía ella, le colocó un beso en la mejilla para luego darle un gran abrazo.
— ¡Jean, tanto sin verte! — exclamó la señora Malfoy.
— Mujer, tenemos que irnos — dijo Lucius cerca del oído de Narcissa.
— Me tengo que ir, un gusto en volverte a ver — dijo por último la mujer que casi fue arrastrada por su esposo hacia la puerta
— Madre... — Draco tomó el brazo de su madre — ¿qué pusiste en el bolsillo de la señora Granger? — le preguntó al oído
— Nada — volteo a ver a su hijo — tenemos que ser amables con las personas, querido — acarició la mejilla de su hijo
— Tu madre es una gran persona... ¿por qué no tienes parecido a ella? — se burló Ron
— Déjenme ver, pelirrojos, expresiones vacías... — habló Lucius — un libro gastado de segunda mano — tomo el libro del caldero de Ginny — Ustedes deben ser los Weasley — aseguró el señor Malfoy
— Esto es una locura. Vamos afuera — se acercó Arthur a sus hijos
— Vaya, vaya, vaya, papá Weasley — dijo en tono burlón, Lucius
— Malfoy... — dijo Arthur
— ¿Han estado muy ocupados en el ministerio, con tantas incursiones? — preguntó, el rubio mayor — espero que te paguen horas extra. Aunque a juzgar por esto — levanto el libro de Ginny — yo diría que no, ¿de qué sirve deshonrar a los magos si ni siquiera te pagan bien por ello? — preguntó
— Tenemos una idea muy distinta de lo que deshonrar a los magos, Malfoy — exclamó el señor Weasley con seguridad.
—Obviamente — aseguró Lucius
— Frecuentando a muggles — dijo con asco y volvió a poner el libro de Ginny en su lugar — y yo creí que tu familia no se podía hundir más bajo... No vemos en el trabajo
— Nos vemos en la escuela — dijo Malfoy cerca del rostro de Harry y Hermione
Lucius tomó a Narcissa fuertemente del brazo y a Draco lo tenía tomado del hombro para así salir de la librería.
— ¿Qué ha sucedido? — pregunto la señora Granger
— Nada mamá — dijo Hermione — ¿Listos para irnos? — preguntó
— Si ustedes quieren... vayamos a la casa a descansar — dijo Richard
Ambos niños se despidieron de la familia Weasley y partieron a la casa de los Granger.
...
Al entrar a la casa, Jean llego a la cocina rápidamente su familia tenía hambre, Richard dejo las bolsas de compras en un sillón y así para salir nuevamente, mientras que Hermione y Harry las tomaron para dirigirse al segundo piso y arreglar la valija, entraron a la habitación de la castaña y en ella estaba una criatura brincando en su cama, ambos niños lo observaron delicadamente.
— Harry Potter, qué gran honor es — dijo la criatura
— ¿Quién eres tú? — preguntaron los dos niños al unísono
— Dobby, señor y señora. Dobby, el elfo doméstico — respondió educadamente
— ¿Qué necesitas señor Dobby? — preguntó Hermione
— ¿Yo?... ¿señor?, oh... — dijo sorprendido
—Niños... — Jean abrió la puerta — ¿qué quieren de comer? — preguntó mientras entró al lugar y vio a Dobby — no sabía que traerían invitados...
— Ni nosotros... — dijo Harry
— Él es Dobby, un elfo domestico — dijo Hermione
— Oh... Dobby... ¿hiciste un largo viaje?, ¿quieres agua? — pregunto Jean
— ¿Me está ofreciendo agua? — preguntó Dobby asombrado
— Por supuesto, ¿qué les parece si no vamos todos a la sala? — aconsejo la señora Granger
El elfo domestico un poco tembloroso bajo las escaleras adelante de los niños, todos estaban sentados menos Dobby que dudaba de hacerlo.
— ¿Por qué no te sientas? — pregunto Harry
— ¿Sentarme?, ¿sentarme? — la pequeña criatura comenzó a llorar tapándose el rostro — primero me dicen señor, luego me ofrecen agua y ahora me dicen que me siente — siguió llorando más y más
— ¡Dobby!, ¡perdón! — Harry se acercó a él — no queríamos ofenderte ni nada por el estilo — toco su hombro levemente haciéndolo sentar
— ¿Ofender a Dobby? — exclamó sorprendido el elfo — Dobby había oído de su grandeza, señor. Pero ningún mago había invitado a Dobby a sentarse como si fuera su igual — dijo el limpiando sus lágrimas — también había escuchado cosas muy lindas de usted — señalo a Hermione
— Entonces no has conocido muchos magos decentes — dijo Hermione
— No, es verdad — sonrío — ¿qué cosa tan horrible acabo de decir? — se preguntó a si mismo —¡Dobby malo!
Se tiro al piso para luego golpearse a sí mismo — ¡Dobby tranquilo! — exclamó Hermione — Deja de golpearte — trató de tomarlo para así evitar que se golpeará, pero no lograba nada hasta que se detuvo
— ¿Estás bien? — preguntó Harry
— Dobby se tenía que castigar... — dijo tembloroso — Dobby casi habló mal de su familia...
— ¿Tu familia? — preguntó Jean extrañada
— La familia de magos a la que Dobby sirve — respondió — Dobby debe servir a una familia para siempre — dijo en tono cansado — Si supieran que Dobby está aquí... Dobby tenía que venir. Dobby tiene que proteger a Harry Potter, advertirle... — dijo Dobby susurrando como si otras personas aparte de ellos se encontrarán ahí.
— Harry Potter no debe regresar... — dijo el elfo domestico — ni usted señora — tomó la mano de Hermione — no deben regresar al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería este año — dijo horrorizado — nadie debe regresar
— ¿Por qué? — preguntó Jean preocupada.
— Hay un complot, señora Granger, un complot para hacer que pasen cosas terribles. — respondió aterrado
— ¿Qué cosas terribles? — preguntó Harry
— ¿Quién las está tramando? — preguntó Hermione
— Tranquilos... son demasiadas preguntas — dijo la madre de la castaña
— No... le puedo... decir — decía tapando su boca para evitar que salieran otras palabras, tomo una lámpara y se golpeo
— Entiendo. No lo puedes decir — dijo Harry para que se tranquilizara
— Tranquilo Dobby... — decía Hermione acariciándole la espalda — todo estará bien
— Todo estaría mejor si ustedes señores, no regresarán al Colegio Hogwarts — dijo Dobby ya tranquilizado
— Nosotros regresaremos al colegio — dijo Hermione segura
— Hogwarts es nuestro hogar — aseguro Harry
Al ver que no los podría convencer, este desapareció sin más, los niños se fueron a sus habitaciones, Jean aprovecho el tiempo en el que su esposo no se encontraba y los niños estaban arriba, para sacar lo que Narcissa le había colocado en su saco.
Era una caja, se sentó en el sillón y la abrió. Tenía una nota en ella y una joya de un león entrelazado con una serpiente.
Jean, tenía que darte esto a escondidas de mi esposo, si se entera que obsequió joyas a muggles con su dinero, me mata, quería agradecerte por permitirme seguir conversando contigo.Muchos magos no me lo permiten, le tienen miedo a Lucius. Me encantaría visitarte, si me lo permites, no muy seguido tengo amigas.Cuando vayas a dejar a tu hija a King's Cross, ponte el collar y así sabré que aceptas que te visité. Si no puedes regresarlo sin problema. Nos vemos en unos días.
Con cariño, Narcissa Black