sweater paws ; larry

By Stylinbeats

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En retrospectiva, Louis debería agarrar el hilo y correr. También conocido como el relato clásico de la lucha... More

Sweater paws » larry

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By Stylinbeats

Sucede así:

En primer lugar, Harry les consigue un gato. Un día, él está parpadeando lágrimas emocionadas y tiene un puchero por las fotos del nuevo gatito de Ed, arrullando algo así como qué lindo, Lou, él le salvó de ser abandonado, eso es tan increíble, hey echa un vistazo a esta foto de Graham lamiendo su propio trasero. Al día siguiente, él camina por la casa maullando Happily, y al día después, sale "para ver a Ben" y vuelve con una cosa.

Es algo bastante adorable, Louis supone. Tiene cuatro patas y una extraña cola peluda y los dedos que se le ven como frijoles, una pequeña nariz rosa y un montón de mullida piel anaranjada.

Sin embargo, Louis no había accedido a eso y, ya que él es totalmente indiscutible él quizás no es el hombre de la casa, él está seguro de dejar claro que Harry sepa eso.

— ¿Qué es esto? —Él está en la puerta de la cocina, cruzando los brazos y tratando de parecer muy intimidante. Él tal vez, posiblemente, se pone de pie de puntillas, pero nadie puede demostrarlo.

Harry tiene la decencia de parecer avergonzado, por lo menos. Se quita el abrigo con cuidado, quitándose una manga, pasando la cosa a la otra mano, y luego encogiéndose de hombros fuera de la otra, y, oh, por cierto, por supuesto, sólo una de las gigantescas manos de Harry es lo suficientemente grande como para contener un maldito animal vivo. Por supuesto.

—Es una gatita. —Dice Harry, finalmente, sus ojos todos esperanzados y empalagosos y enormes, tal y como Louis les ama más—. Una gata pequeña. O, bueno, una gata bebé, supongo.

Louis queda para nada impresionado.

— ¿La conseguí de un refugio? —Harry intenta.

—Eso es muy altruista de tu parte, querido, pero recuerdo que dijiste algo sobre ir a ver a Ben y detenerte por la farmacia en el camino de vuelta. Me esperaba un buen domingo en la cama con un nuevo tubo de lubricante con sabor a fresa.

Harry cubre los oídos de la gatita, escandalizado. Louis lo siente como un golpe enorme a su pecho y a su firme determinación de resistir lo adorable.

—Compré fruta de la pasión en esta ocasión. —Harry susurra. Es bueno saber que todavía tiene prioridades, por lo menos.

La gatita maúlla, contrariada con la mano gigante que sigue descansando sobre su cabeza, y extiende una garra alejándolo con poco entusiasmo. Louis tal vez se derrite un poco.

—Me temo que tú y tu fruta de la pasión tendrán que hacer su propia diversión. —Louis bromea—. Querrás dormir con la cosa, y me niego a compartir la cama con otro mimoso peludo.

—Heey. —Harry se opone con poco entusiasmo. Él hace puchero hacia la gatita, tratando de comunicar su frustración en lo que aparentemente cree que es el lenguaje humano—gato universal y es premiado con un impresionado "meow". Él besa la nariz de la gata, y Louis ha tenido suficiente.

—Entonces. —Dice él, alejándose de la pared—. Sólo para dejarlo claro. Conseguiste una gata. Tienes la intención de mantener esto en esta casa.

Harry frunce el ceño, su expresión cambiando a la de un niño malhumorado. —Nos conseguí una gata, Lou.

Louis está indefenso. Ha sido incapaz durante tres malditos años, bajo el asalto constante de ojos verdes y estúpido cabello rizado y de pucheros infantiles, y si él es asesinado en un callejón, porque se ha convertido en alguien demasiado confiado por su propio bien, Harry Styles será el culpable.

—Quiero tener un gato contigo. —Harry continúa—. Son grandes acurrucadores. Podemos sentarnos y tenerla con nosotros en el sofá y ver Grease con ella, y podemos—oh, podemos conseguirle un pequeño sofá de gato, y ella va a necesitar mucho amor por lo que es mejor que pases tiempo con ella también, de verdad, y dicen que acariciar gatos tiene efectos terapéuticos, a menos que seas alérgico, por supuesto — mierda, tú no eres alérgico, ¿verdad? Nunca me he dado cuenta, oh no—

Louis le da un beso. La cosa chirría indignantemente cuando es aplastada entre sus cuerpos, pero se asienta muy pronto, y Louis siente su estúpidamente adorable pequeña peluda cabeza en la suave tela de su jersey. Él sonríe en los labios de Harry. Es un poco preocupante, lo mucho que ama a su chico y las cosas que habría dejado que haga para que se salga con la suya. Es probable que no le importaría tener una zarigüeya de mascota, siempre y cuando Harry sea feliz.

—Entonces. —Dice cuando él se retira, sonriendo con aire de suficiencia por las mejillas encendidas de Harry y los ojos vidriosos—. Un gato chica, ¿entonces?

—Oh. —Harry mira a la gatita, como si hubiera olvidado que todavía estaba allí—. Sí, sí. Quiero decir, eso no me importaba, pero llegué allí y estaba buscando en estas jaulas y todos ellos parecían tan tristes. Y entonces la señora me dijo que esta era una huérfana y que tenían que darle de comer en una pequeña botella desde que tenía dos días de nacida y ella me miró y maulló — la gatita, quiero decir, no la mujer y ella es sólo. Mírala...

—No estás escondiendo nada más debajo de tu camiseta, ¿verdad? —Harry se veía un poco lloroso mientras negaba con la cabeza, toda su sonrisa temblorosa de orgulloso y ojos llorosos. Louis le satisface y observa al gato.

Y la cosa es, que Louis sabe un carajo sobre felinos, porque su madre es una amante de los perros, pero está casi seguro de que no se supone que deben de ser tan cautivadoramente lindos. La gatita es injustamente mullida, pelos parados por todas partes, con orejas pequeñas en forma de chips de chocolate y ojos claros. Es casi de color naranja en la parte de atrás, perdiéndose en blanco puro en sus patas y el hocico, en donde una nariz de color rosa pálido tiembla con estornudos curiosos.

—Hey, cosa. —Louis sonríe.

—Lou. —Harry regaña suavemente, mirándole por cinco segundos antes de rascarle a la gatita detrás de las orejas.

—Bueno, no es como si tuviera un nombre, ¿verdad?

—Estaba esperando decidir contigo. —Harry sonríe, balanceándose sobre sus talones, y sí, por supuesto que lo estaba.

—¿Quieres que consiga el libro de nombres de bebés?

Es un libro real el que tienen. Ellos no hablan de ello.

—En realidad estaba pensando... ¿qué pasa con Princesa? —Harry se muerde el labio. Louis trata de no estar distraído y llegar a una completa lista de razones por las que nombrar al gato así sería una mala idea. Ella no podría obtener las burlas de sus compañeros de clase, ya que no hay escuelas de gatos—o tal vez si. Y no le pondría google agresivamente por delante a Harry hasta que encuentre uno.

—Niall nunca la tomaría en serio. —Él dice, al final. Harry asiente.

—Supongo. Y, um. ¿Mitten?

—¿Mitten?

—Si. Ya sabes, kitten mittens. Rima. Es lindo. —Harry inclina la cabeza. Sus ojos son brillantes, luciendo como la viva imagen de la felicidad. Louis no está seguro de si está dirigido a él, o por los buenos recuerdos de Harry de horas dedicadas a ver videos de gatos en YouTube.

—Mitten. —Repite Louis. Él mira hacia abajo al gato — su gato—. ¿Mitten?

Su oreja izquierda se retuerce mientras se queda mirando hasta el final del alma de Louis. Se ve ridículamente cómoda asentada en la mano de Harry y Louis piensa que él puede compadecerse.

—Muy bien. —Dice, levantando la mirada—. Está bien. Mitten. Zayn se reirá de ti, para que lo sepas.

Harry sonríe, deslumbrantemente feliz, y se inclina para besarlo. Louis lo toma fácilmente. —Es nuestra gata, Lou. Él va a reírse de los dos.

**

Cuatro horas más tarde, están volviendo de la tienda de mascotas, y la casa ​​parece una clase de arte de escuela primaria vomitada en su vestíbulo. Por una razón que está completamente más allá de Louis, ellos tienen siete camas de gato ("¡ella necesita una en cada habitación, Lou!"), cerca de quince cuencos de cerámica diferentes, dos enormes árboles de gato (Harry no se retracta de que es la princesa del castillo y Louis se niega a abandonar el hecho de se que parecería al Hombre Araña), una caja de arena de color rosa, y veinte mil muestras de alimentos y de vitaminas diferentes. Sin el conocimiento de Louis, Harry también había logrado colarse de nuevo y obtener uno de esos diminutos collares campana. Con motivo de One Direction, porque, al parecer, aprecia la ironía.

Una vez que ella ha sido alimentada, Mitten parece contenta, acurrucándose en el pecho de Harry y ronroneando en voz baja. Louis se presiona más cerca de los dos, con los ojos pegados obstinadamente al episodio de Friends reproduciéndose en la pantalla. No es como si particularmente necesitara acurrucarse junto a la gatita; él está muy bien por aquí, totalmente frío y solo.

Después de un minuto de silencio, Harry le empuja con un dedo del pie. —Admítelo.

—¿Qué?

—Estás fascinado con Mitten. —Dice sonriendo. Louis lamenta cada una de sus opciones de vida.

+++

En segundo lugar, Harry está completamente fuera de los carriles. Él ya no tiene la obligación de ir a los EE.UU., por lo que Louis está inmensamente agradecido, pero una vez que la novedad de tener una nueva criatura parece desaparecer, se pone inquieto.

Primero él empieza a saltar sobre Louis en la más inoportuna de las veces y lo arrastra hasta el dormitorio como un hombre de las cavernas, pero Louis está en sus años, y él no puede seguir para siempre. Cuando Harry todavía no se ha apaciguado, él comienza a ir a trotar por dos horas y luego, como Louis había temido, empieza a buscar "cosas que hacer con gatos en Londres".

Hasta que una noche, cuando Louis regresa de Sainsbury con una botella de vino y el chocolate que Harry había solicitado, se encuentra con él sonriendo y quieto por primera vez en varios días, sentado en el piso de la sala de estar con Mitten, observando interminables repeticiones de horneados y tejidos.

En retrospectiva, Louis debería haber agarrado el hilo y correr. Por desgracia, su propia debilidad por ver a su chico feliz y burbujeante y el contenido en general no le permite hacer mucho más que ir y dejar caer un beso en el cabello de Harry.

—¿Qué es esto, entonces?

—Hey, bebé. —Harry le da la bienvenida con una sonrisa soleada, como si apenas notara que Louis está de vuelta—. ¡Estoy tejiendo!

Parece un niño—de—cinco—años. Louis está enamorado de un niño. —Puedo ver eso, amor. ¿Cómo te va?

Harry acaricia el suelo junto a él, invitando a Louis a sentarse, y quién es él para rechazarlo, de verdad. Se instala en la alfombra y se apoya pesadamente al lado de Harry, con cuidado de no empujar su brazo. Mitten levanta la cabeza de la inmensa comodidad del regazo de Harry (confía en Louis, él sabe) y le da la bienvenida con un bostezo lleno de pequeños dientes afilados. Louis está perdidamente enamorado de su pequeña lengua rosada y sus ojos pequeños y brillantes.

—Va muy bien, en realidad. —Harry contesta—. Es, como, un método que calma o algo. Mamá me dijo que debía probarlo.

Louis acaricia distraídamente el muslo de Harry, observando el montón, inconstante de tejido de punto que está acumulando lentamente en el suelo junto a él. Es un color naranja chillón, pero Harry lo está mirando como si fuera la cosa más preciosa que jamás haya poseído. Louis definitivamente no está celoso de la tela, no señor.

—Me alegro de que lo hiciera.

Harry deja de hacer su creación por un momento, mirando a Louis con una sonrisa — la que ha sido capturada diariamente por decenas de cámaras en las entrevistas, pero en realidad es sólo para ellos. —Sí. Beso ahora, por favor, y después, te largas y preparas la cena.

Louis jadea de manera ofendida, pero ya está luchando para moverse. Se funde en Harry fácilmente, presionando sus labios suavemente y disfrutando de la sensación de normalidad. Le encanta esto — estar en casa, en su ridículamente casa grande con setos estúpidos cuidados que Harry insiste en tener y una chimenea que está felizmente chisporroteante lejos y una​ pequeña gatita tonta y un chico maravilloso, ambos tienen a Louis envuelto alrededor de su dedo / y del dedo de patita en forma de frijol. No han tenido ninguna "preocupación de popstar" en estos momentos, por lo que podría ser la primera vez en tres años, y Louis nunca ha sido más feliz.

Él se 'larga' para hacer la cena y, un pobre plato de pasta con un intento de salsa de tomate que le había prometido a Harry hace una semana. Está tal vez un poco demasiado salado, pero Louis se mantiene vertiendo azúcar en ella hasta que su sabor es dulce en su lugar, y todo está bien.

Cuando vuelve a la sala de estar para decirle a Harry que venga a comer, él lo encuentra acostado sobre su vientre — Mitten sentada cómodamente en su espalda — y desplazándose por algo en su iPad. Se detiene cada pocos segundos, murmurando y haciendo ruidos de maullidos emocionados sobre su hombro.

—La cena está lista, dama y caballero. —Louis dice desde la puerta, y Harry sale inmediatamente de Internet. Le sonríe a Louis, probablemente porque está reconociendo que su gato está sobre él, que es justo. Bueno. Louis debería tal vez hacer un mejor trabajo en el hecho de comunicarle que ha llegado a una fase en su vida en que él probablemente ponga su vida por delante de un animal peludo que tiene capacidad ce dormir por veintidós horas al día; en pocas palabras, una fase en la que adora a un jodido gatito y no tiene ni idea de cómo sucedió.

Mitten es un poco como Harry de esa manera, en realidad — se dirigió directamente al corazón de Louis y se lo robó.

+++

Cuando Louis se despierta a la mañana siguiente, algo engañosamente suave está acariciando su rostro.

—Louuu. —Harry está, por alguna razón, susurrando. El lado derecho de la cama está frío, y su voz viene de lo alto, lo que lleva Louis a la conclusión de que la ridícula persona mañanera de su novio se, una vez más, había levantado sin siquiera darle una mamada como despertador a Louis. Qué pena.

—Lou, despierta, tengo que mostrarte algo. —La cosa suave acaricia el rostro de Louis de nuevo. Con cautela, Louis abre un ojo.

El mundo es de un hilo de color rojo brillante y amarillo. Es, literalmente, todo lo que Louis puede ver.

—Buenos días. —Harry dice directo de por encima de él, y luego da un paso atrás, y Louis sólo... lo pierde.

Harry está de pie junto a la cama en sólo sus boxers, la expresión de su cara es más brillante que el sol fuera y Mitten está presionada fuertemente contra su pecho. La gata está llevando, mitones de punto oh—dios—honestamente—reales.

—No te rías. —Harry frunce el ceño, estableciendo a Mitten con cuidado en el pecho de Louis. Ella tiene la costumbre de caminar sobre todos sus órganos vitales, y Harry lo sabe—. Ella se ve linda.

Una vez que Louis es capaz de respirar, lo primero que hace es jalar de un Harry que le hace puchero, hasta que están acurrucados en la cama de nuevo, sólo de la manera en que un sábado por la mañana debe ser.

—Lo siento. —Dice Louis a medias, sin dejar de reír—. Ella se ve linda. Es que. Tú hiciste sus mitones.

—Vete a la mierda, lo amas. —Harry hace pucheros.

Te amo.

Harry se suaviza un poco, escondiendo su rostro en el cuello de Louis. —Deja de tratar de distraerme.

Louis se ablanda junto con él, su corazón latiendo a un ritmo de HarryHarryHarry en su pecho, mientras una cálida nariz de gato explora su pie. —Lo siento, amor. Háblame de cómo hiciste los puntos de los mitones.

—Encontré un modelo en línea la noche anterior. —Dice Harry—. Estaba tan emocionado que no podía dormir, tenía que levantarme y hacer los cuatro esta mañana.

Louis se ríe sin poder hacer nada contra el cabello de Harry. Él mira a Mitten tratando de caminar, la observa renunciando después de un tiempo y cayendo en la almohada de Harry. Ella nunca entra en contacto con los mitones, como si ella supiera que están fuera de sus límites, empapada con maravillosa extravagancia de Harry.

—¿Qué pasa conmigo, entonces? ¿Cómo puedo conseguir mitones?

Harry tararea contemplativamente, apoyando la barbilla sobre el pecho de Louis. —Ya se me ocurrirá algo más grande para ti. —Dice sonriendo, y luego coge a Mitten en brazos y la saca fuera de la habitación y, oh, Louis pudo conseguir su mamada de las mañanas después de todo. Qué alegría.

+++

—Lou, mira.

Louis levanta la cabeza de su segunda ración de helado, la cuchara colgando fuera de la esquina de su boca. Harry está sentado en el otro extremo del sofá, con los pies de Louis en su regazo, tecleando algo a un ritmo rápido. Louis no le pregunta qué está haciendo, pero él puede ver las colas de gato si él mira de reojo. Él considera brevemente hacer una instalación a escondidas de un software de control parental en el ordenador de Harry y bloquear la palabra "gato" y todos sus derivados.

La cosa es, que eso se le escapó. Ha abierto la presa. Harry no va a parar ahora.

—¡Lou!

Louis se inclina perezosamente, pasando un brazo alrededor del cuello de Harry como palanca. Para su inmensa sorpresa, él no se encuentra con un anuncio ofreciendo seis gatitos que fueron encontrados abandonados en una caja al lado de la carretera — es sólo gatitos. Gatitos en suéteres.

—Harry. No.

—¿Por qué no? —Harry hace pucheros—. ¡Ella se vería tan adorable! Mira, éste es un modelo de una sudadera con capucha. Una sudadera con capucha, Lou, imagínala tambaleándose alrededor con una pequeña capucha en la cabeza—

—Bien, bien, está bien. —Louis suspira—. Puedes hacer lo que quieras. Pero después de que hayas terminado con eso, quiero un suéter también. —Puede o no puede hacer pucheros. Probablemente no, ya que él es varonil como el infierno, y si él pone pucheros eso sería una cosa estrictamente reservada para Harry en su hogar.

Harry deja de ver a sus gatos por un segundo, sonriendo como si él tuviera un secreto. —No estás celoso, ¿verdad?

—¿Por un gato? —Louis se burla, decididamente no pensando en Mitten frotándose en el vientre de Harry esa mañana, mientras que Louis estaba al lado de ellos y miraba—. Eso es ridículo, Harold.

—Ah, diciendo un apodo. —Harry sonríe más amplio todavía y empuja el portátil de sus rodillas. Él tira de la pierna de Louis, y él no encuentra ninguna resistencia — Louis se instala en su regazo como si fuera el único lugar donde él pertenece (lo es).

Harry le picotea con la nariz. Louis niega la sonrisa ridículamente sensiblera que se apodera de su rostro. Él besa a su chico, simplemente porque puede hacerlo, porque han tenido semanas de esta dicha patéticamente doméstica ahora y Louis tal vez quiere esto otras siete décadas más.

—No le digas a Mitten esto. —Harry susurra, inclinándose hasta el oído de Louis—. Pero todavía te amo a ti más. —Cuando él se retira, él es la imagen de picardía, sus dientes blancos mordiendo su labio inferior, pero sus ojos son increíblemente suaves.

—Sí, está bien. —Dice Louis, sonríe, que significa Yo también te amo, idiota. Se inclina más cerca, tocando los ángulos de la mandíbula de Harry con dedos firmes y le da el beso más sucio que es capaz mientras sonríe como un loco. Él mueve sus caderas para una buena precisión, presiona una mano ligera directo en la polla de Harry, se deleita cuando el aliento de Harry se atasca. Luego se pone de pie.

—Es mejor que empieces a tejer. —Él le da una palmadita a Harry en el pecho—. No quisieras que Mitten pasara frío.

Harry se aclara la garganta, parpadeando como un animal bebé recién nacido. Sus pupilas amplias de la manera que Louis ama, ojos de color verde oscuro con lujuria, y él tiene un rizo que sobresale donde Louis quiere correr sus manos.

—Correcto. —Dice Harry, ronco—. Claro, sí. Suéteres. —Se levanta, presumiblemente en busca de su pequeña cesta de mimbre llena de hilo y agujas. Louis se da una palmadita mentalmente a sí mismo en la espalda por un trabajo bien hecho y vuelve a su Ben & Jerry.

+++

Así que la cosa es, Mitten en un suéter es algo por lo que Louis nunca habría podido estar preparado. De alguna manera, él se encuentra tras ella por todas partes; viendo como su mullida inquietantemente adorable parte de atrás se menea bajo el tejido de punto marrón chocolate, su cola silbante por el aire. Cuando ella no está mirando, él le arrastra la capucha sobre su cabeza hasta que su nariz de color rosa brillante es la única cosa que se asoma, y ella se las arregla para llevar sus garras a sus manos más veces de lo que a él le importa contar.

En el momento Harry, sólo porque Louis se lo había ordenado descortésmente, parece estar haciendo cálculos para el propio jersey de Louis, mientras que el propio Louis está descansando en la alfombra de la sala de estar con el gato durmiendo en su pecho.

—No te importa el color, ¿cierto?

Louis inclina la cabeza hacia atrás para ver a Harry mejor. Él está sosteniendo una bola de hilo en cada mano, probablemente sopesando sus opciones.

—Depende. No quiero que sea, como, amarillo neón. —Louis dice en voz baja, con cuidado de no empujar a Mitten.

—Te ves genial en amarillo, sin embargo. —Harry dice mientras recoge otra bola—. Deberías usarlo más a menudo.

Louis pone los ojos. —Tú me has comprado la mitad de la ropa que poseo, Haz, tráeme algo de color amarillo si piensas que funcionaría.

Louis no cree que lo haga — el amarillo hace que todo se vea como un canario — pero él está dispuesto a usar hasta un pañuelo desgastado en la cabeza, por su novio de moda de vanguardia así que le dará el beneficio de la duda.

—Hmm. —Es todo lo que Harry dice en respuesta, envolviendo experimentalmente lana alrededor de su dedo y luego tirando de ella libremente. Entonces—: ¿Qué sobre rosa?

—Rosa está bien—

—O no, espera, ¡ya sé! Verde neón. Te ves muy bien en verde neón.

Louis suspira profundamente. Una mirada a Harry revela una sonrisa pícara, el signo revelador del muy personal estilo de Harry de las burlas que hace que Louis se sienta incontenible.

—Verde neón suena genial. —Dice sinceramente. Él probablemente se lo pondría fuera, también, por la cantidad de tiempo y esfuerzo que Harry está a punto de poner en él.

Mitten, aparentemente despertada por la desesperación de Louis, extiende una pata golpeando suavemente la nariz de Louis. Él se siente sonreír involuntariamente, incluso antes de que registre el tacto.

—Hey, preciosa. —Él mira a la gata y mira cómo las orejas se le crispan mientras bosteza—. ¿Buena siesta?

—Meow. —Confirma Mitten.

—Tu padre ha estado tomándome el pelo todo el rato. —Louis le informa. Sus manos surgen automáticamente, frotando su espalda y rascándole detrás de las orejas.

—Eso no era nada. —Harry dice—. Tengo mucho más para cuando en realidad estés llevando esto.

Louis levanta una ceja impresionado en dirección al gato, deseando que ella compartiera su evidente desprecio por Harry tratando de ser lindo. Mitten no parece entender, pero ella le lame la mano en silencioso apoyo. Louis cree que los gatos son impresionantes.

—Además, no deberías estar mirando a hurtadillas. Shoo.

Louis jadea en escandalosa burla. —Parece que tu papá no va a conseguir mamadas en un tiempo. —Le dice a Mitten.

—Meow. —Responde Mitten. Ella parece un poco contrariada cuando Louis la mueve de su pecho, pero ella se asienta en sus brazos con bastante facilidad. Louis esperaría que ella estuviera saltando por todo el lugar, rompiendo macetas y arañando los muebles, como cualquier otro gatito en el maldito planeta, pero Harry ha estado haciendo yoga con ella en la habitación; la actitud zen a la vida es aparentemente contagiosa. Louis cree que debería enseñarle sus maneras de cómo él hace travesuras y bromas todo por amor. Obviamente.

Es cuando están casi fuera de la sala de estar que Louis ve la oportunidad perfecta para sacar de quicio a Harry un poco. Sus materiales están esparcidos por todo el sofá, luciendo todas las muestras suaves y coloridas y muy acogedoras, y Louis se lleva a la memoria todos y cada uno de los shows de niños que alguna vez ha implicado un gato (excepto tal vez Tom y Jerry, pero que también incluía un gato caminando en dos patas y de vez en cuando con una gorra).

—Hey, Mitten.—Susurra en su oído con complicidad—. ¿Qué te parece si vamos a pasar un buen rato con un ovillo de lana?

—¿Meow?

—Sip, la lana. Es incluso mejor que aquellos ratones ridículos en una cuerda, lo prometo.

Ella se eriza un poco ante el insulto que él había dicho hacia su juguete favorito, pero ella se ve lo suficientemente dispuesta, por lo menos es una compañera temporal del crimen.

Louis se encuentra en la puerta hasta que está seguro de que Harry está distraído, consiguiendo sus palos de tejer. Él pasa de puntillas sobre el final desocupado del sofá, Mitten aún sostenida con fuerza contra su pecho, y arrebata una bola perfectamente redonda blanca. Luego se da la vuelta y corren.

—Hey, qué— —Harry inicia, pero Louis no llega a oír el final. Él cierra la puerta del dormitorio de golpe detrás de ellos, con el corazón acelerado por el entusiasmo. Él se sienta con cuidado, liberando por fin a Mitten y desenvuelve un pedazo de hilo.

Los ojos de Mitten se iluminan inmediatamente. Louis arrulla y menea la cuerda un poco, mirando a la gatita levantar una pata mientras trata de precisar su objetivo. Él arrastra un pequeño círculo a su alrededor, lo toca con su nariz y le permite atraparla, tirando de ella hasta la lana y dando jirones.

—Oops. —Susurra, en realidad riendo como un niño mientras recoge la pelusa blanca de la boca de Mitten. Envuelve el hilo alrededor de su pata entonces, desenvuelve rápidamente cuando ella comienza a tirar como si fuera poco, lo levanta de modo que cuelgue por encima del suelo, balanceándolo en broma.

Mitten parece estar en su elemento, saltando por todo el lugar meneando su cola y extendiendo los dedos de sus patitas. Ella obtiene la bola eventualmente, y accidentalmente engancha un pedazo de hilo con su garra. Cuando ella descubre la opción de tirar de los hilos suaves nada más sacándolo de la pelota, ella abandona por completo a Louis y sus débiles intentos de meneo y empieza a jugar por su cuenta.

Es entonces cuando, por fin, la puerta se abre para revelar a un Harry contrariado. Él examina el suelo del dormitorio, con Louis extendido y haciéndose cosquillas a su propia nariz con una cadena de lana, las piezas suaves, arrancadas cubriendo el suelo. Por último, asienta su observación a su gatita volviéndose loca con la bola ahora—difusa.

—Arruinaste mi lana. —Acusa, cayendo sobre su experiencia como actor inexistente para entregar un impecable puchero infantil. Louis se siente un poco mal. Sólo un poco.

—Fue por una buena causa. —Replica, señalando a Mitten, que ahora está teniendo el momento de su vida—. Mírala divirtiéndose.

—Podrías habérmelo sólo pedido amablemente. Te habría dado uno que no era nuevo, por lo menos.

Louis mira contrariado la carita de Harry mientras el sentimiento persistente en su estómago se hace más fuerte. Él nunca quiso hacer estas cosas, de verdad, y esto le había parecido tan completamente inofensivo, pero Harry se ve en realidad, seriamente disgustado por ver su preciosa lana siendo arruinada. El hecho de que le importa mucho, y que no está en absoluto avergonzado para mostrarlo, es una de las innumerables razones por las que Louis le adora ridículamente.

—Lo sentimos, bebé. —Dice mientras se levanta, arrepentido. Él se acerca a Harry con una expresión a juego, haciendo caso omiso de que él rueda los ojos—. Meow. —Añade.

Harry esconde el rostro entre sus manos, pero no antes de que Louis pueda captar la sonrisa amenazando con dividir su cara en dos, acompañado por la risa familiar que intenta tragar. Louis es bueno.

—Te prometo que te compraré uno nuevo, ¿si? —Louis da pasos más cerca, apartando los brazos de Harry. Su chico le está mirando con tanto cariño y exasperación, nada fuera de lo común, pero el fantasma de una sonrisa aún está escondido en la esquina de sus labios—. No te enojes. Mira lo feliz que nuestra bebé es.

Harry simplemente se para allí y mira fijamente durante un minuto, todo suave y vulnerable. —No estoy enojado. —Dice finalmente, picoteando a Louis en la frente—. Estoy demasiado acostumbrado a vivir contigo, amor.

—Hey. —Louis bromea a medias, dando un paso más cerca del calor tentador del cuerpo de Harry. Él envuelve sus brazos alrededor de la cintura de Harry, porque él todavía puede.

—Te mereces un castigo, sin embargo. —Dice Harry y Louis casi se ahoga con su lengua. Antes de que pueda comenzar a farfullar sobre la presencia de una​ niña en la habitación, Haz, jesucristo, Harry sonríe diabólicamente—. No ese tipo de castigo. Voy a pensar en algo diferente. —Louis muy empáticamente no quiere saber.

Él besa a Louis entonces, lleno de dientes y sonriendo ridículo, y silba mientras cierra la puerta tras de sí. Louis le oye saltando por las escaleras.

Mierda.

+++

—No voy a usar esto.

—No tienes ninguna opción, bebé.

—¡Harry!

—Nope. Brazos en las mangas, vamos.

Louis se siente como un ser de tres años, vestido por su madre. Lo cual, haha, qué pensamiento hilarante, ya que su madre está a punto de llegar en unos veinte minutos y, si él no hace algo para restringir a Harry, ella va a ver que él lleva una carpa de circo y va a revocar su membresía en el club de los adultos. Él se lo dice a Harry.

—No es una carpa de circo. —Dice Harry, y él ni siquiera puede intentar un puchero por lo ancho que está sonriendo—. Puedes decirle a tú madre que lo llevas puesto, ya que no has sido un buen chico.

—Nunca te voy a follar otra vez. —Louis gruñe empáticamente—. Nop, nunca.

—Sabes que no quieres decir eso, cariño. Soy un polvo fabuloso.

Louis pone los ojos muy, muy fuerte. Deja sus brazos tercamente cruzados sobre el pecho, esquivando los brazos de pulpo de Harry cuando ellos tratan de arrebatárselos y ponerle la cosa.

Harry, la maravillosa alma hippie que es, al parecer, había pensado en el castigo de Louis por el acto miserable de robar lana del mismo modo que había empezado a tejer el jersey de Louis. El castigo siendo específicamente puesto en línea, googleó 'suéteres feos' y presumiblemente cogió uno que pensaba que coincidía con el tono de piel de Louis.

¿De qué manera llegó a hacer tal monstruosidad?

—¡Lou, me lo prometiste! —Harry grita de nuevo, blandiendo agresivamente el bulto rojo de punto delante de él.

Louis da otro paso, esquivando la mesa de café. Él está mirando a su alrededor salvajemente, tratando de asegurarse de no llegar a una esquina donde podría ser acorralado. —¡Te lo prometí antes de saber que esto es lo que habías hecho!

—Ni siquiera es feo. —Harry acaricia el bulto con amor, rascando una de las lentejuelas doradas—. Y está hecho con amor. Eso es todo lo que debería importar.

—Oh, no, señor. No te atrevas a tratar de jugar a paz, amor y la tarjeta de la comprensión en estos momentos. Tú orquestaste esto, eres un maldito genio del mal.

Harry cacarea. Se las arregla para atrapar a Louis en un momento de debilidad cuando está recostado en el sofá, cayendo ambos sobre los cojines suaves. Entierra el suéter en el rostro de Louis, y — joder — huele engañosamente agradable, como Harry y detergente con aroma a lavanda.

—Por favor, Lou. —Harry dice desde su maravillosa posición — es decir, a horcadas entre Louis — y aleteando sus pestañas falsamente—. Tengo una sorpresa para ti, pero tienes que ponértelo en primer lugar.

Louis suspira y se pellizca el puente de la nariz. Es casi la hora para que él esté listo para estar de anfitrión en la puerta principal, y en cambio él está consiguiendo ser emboscado por su novio supuestamente amoroso. De alguna manera, se trata de su vida real. —Bien. —Susurra—. Pero sólo voy a usarlo hasta que mamá se vaya.

—Está bien. —Harry sonríe, se levanta fuera de Louis y sale corriendo. Maullidos escandalizados empiezan a llegar desde el dormitorio unos segundos más tarde.

Después de que él se toma un momento para decir adiós con gracia a su dignidad, Louis se pone la cosa. Él tiene que a regañadientes admitir que, a pesar de que no se parece a ella, la lana es en realidad maravillosamente suave al tacto, aunque las lentejuelas se rozan entre sí en un lugar incómodo cuando él mueve los brazos. Es sin forma, colgando de él como si fuera un par de tallas más grandes, las mangas alcanzando de alguna manera más allá de sus dedos. Louis está absolutamente seguro de que Harry lo hizo a propósito.

—Aquí estamos. —Harry anuncia de repente a la habitación en general, acompañado de un indignante meow!

Louis se da la vuelta. Parpadea. Entonces parpadea de nuevo. Él en realidad no está viendo cosas.

—¿No es adorable? —Pregunta Harry alegremente, sosteniendo a Mitten como un sacrificio (o, alternativamente, Simba. Harry haría del babuino loco, qué oportuno).

Y la cosa es, que Mitten está usando la misma monstruosidad exacta que Louis, simplemente encogido. Es la misma lana exacta ofensivamente roja y brillos dorados, simplemente las mismas lentejuelas y las mismas estrellas de mala calidad. La única diferencia es que en ella, realmente se ve muy lindo.

—Harry, qué carajo.

Mitten parece compartir el sentimiento de Louis. Su nariz se crispa, sus oídos bailando en la parte superior de su cabeza, y ella está mirando a Louis como si estuviera tratando de comunicar su dolor. Louis conoce la sensación.

—¡Están a juego! —Harry grita, ofensivamente emocionado, acercándose a depositar al gato en los brazos de Louis. Justo cuando llega a Louis, se detiene y lo mira de arriba abajo, y es que—wow.

—Me imaginé que haría que te veas bien. —Harry dice, y, Louis no estaba imaginando, Harry realmente lo quiere, cuando él está usando su increíblemente feo suéter. Harry siempre ha tenido debilidad por Louis en la ropa de gran tamaño, pero. ¿En serio?

—¿Hablas en serio?

—Cállate. —Harry tiene la decencia de sonrojarse bonitamente, sólo un poco, y, finalmente, le da Mitten a Louis—. No puedo evitarlo, eres el tipo más bueno que conozco.

—Será mejor que así sea. —Louis se queja en el pelaje de Mitten. Él le rasca debajo de la barbilla, deleitándose con sus pequeños ronroneos de gatito y murmurando en su pelaje—. ¿Puedes creer esto? Tu padre se ha vuelto loco.

—Meow. —Mitten está de acuerdo, escarbando con interés en las lentejuelas de Louis.

Cuando llega la madre de Louis, ella lo abraza con la risa apenas contenida. Louis está rodeado de traidores.

Harry es su propio encanto habitual, haciendo té para todos y alimentando a Jay con algo que él llama "tarta de manzana auténtico"; Louis no está obligado a hacer nada más que sentarse en la mesa, haciendo puchero y susurrando sus planes de dominar el mundo en el oído de Mitten. Mientras tanto, Jay y Harry hablan de tejido de punto y Louis y su última cita prenatal (se trata de dos niñas, de nuevo), y.

—¿No es divertido, sin embargo? Sus hijos tendrán tías que son casi de la misma edad que ellos. —Su mamá se ríe, y Louis se atraganta con su taza perfectamente preparada de Yorkshire.

Harry parece completamente imperturbable mientras mastica un sándwich, pero hay un brillo en sus ojos cuando mira a Jay y se ríe de nuevo. Louis había estado esperando que se le haya pasado la fiebre de los bebés a Harry por ahora, pero. Quizás no.

—Divertido. —Harry evalúa eventualmente, y mira a Louis—. ¿No es así, Lou?

Louis rechina los dientes y deliberadamente rasca a Mitten en la cabeza. Odia cuando Harry hace estas cosas a propósito, como si él no supiera que si su trabajo no les obligara a estar en la carretera diez meses al año, Louis le habría dado gustosamente ya quince bebés. Como si no supiera que es un hecho en su para siempre, que Louis también quiere tanto como él lo hace, que googlea ropa de bebé de superhéroes regularmente como si fuera extremadamente melancólico y estuviera en sus treinta y tantos años.

—Hilarante. —Dice finalmente, y deja las cosas así. Trata de no volver a caer en las 'bodas, bebés, por siempre' líneas de pensamiento, pero es bastante infructuoso ya que capta el brillo de los anillos torpemente al azar en los dedos de Harry. Y es estúpido, realmente. A Harry ni siquiera se le permitiría llevarlo fuera de la casa, no en este momento, pero. Pero.

Esa podría ser la excusa que Louis ha estado diciéndose a sí mismo durante los últimos diez meses.

Él ayuda con la limpieza, después de que haya terminado con el té, y se queda con su madre, mientras que Harry se va a encender el fuego. Mitten está durmiendo panza arriba en la mesa de la cocina, anulando el propósito del desinfectante que Louis acababa de rociar por todas partes.

— ¿Oye, mamá? —Pregunta con cuidado, mirando su propio reflejo pálido en un vaso que está aclarado.

—¿Qué pasa, cariño?

Louis toma un respiro. Esto es ridículo, él piensa — él, literalmente, tomó una decisión hace veinte minutos, se debe esperar, no debe precipitarse en las cosas, blah blah blah, pero en realidad, se trata de él y Harry. Nunca han sido los de tomar las cosas con calma, o hacerlo complicado.

—¿Crees que a Harry le gustaría una boda de verano?

Para su crédito, ella no se inmuta. —Oh, apuesto a que si. Algún lugar donde te podrías casar descalzo vestido de tirantes y montando lejos en la puesta de sol sobre un caballo.

Louis se atraganta con una risa. —Tal vez. —Dice sonriendo, pensando en playas y jardines de flores. Parece apropiado — el verano es cuando se conocieron, cuando todo esto había comenzado, y el verano es Harry; siempre con olor a frutas y loción, y la iluminación de todo el mundo de Louis con su ridícula risa de hiena.

Wow. Pensamientos de bodas.

—Estoy muy feliz por ti, por cierto. —Su mamá dice, sonriendo suavemente mientras seca sus platos.

—Meow. —Anuncia Mitten desde la mesa, y para Louis suena extrañamente como un "yo también".

+++

A las ocho, dos horas después de que su madre se había ido, Louis todavía llevaba el suéter de Harry. Es ridículamente cómodo y nadie puede sostener eso en su contra — Mitten parece estar feliz en ella también, durmiendo acurrucada a su lado en el sofá.

Él ha tenido la televisión encendida durante una hora ahora, una repetición de algún espectáculo de comedia del que no sabe el nombre, y la risa de hojalata de la audiencia es la única cosa que llega a través de él.

—Mitten. —Susurra, empujándole suavemente la pata. Ella responde abriendo un ojo gruñonamente, apenas reconociéndolo—. ¿Cuándo debería hacerlo?

Ella bosteza.

—Correcto. —Louis se dice a sí mismo—. Tienes razón. Los dos hemos estado esperando esto durante mucho tiempo, ¿no es cierto?

Su dilema es muy simple, de verdad. Harry toma muy en serio el matrimonio, Louis sabe, pero él no está seguro acerca de toda la parte de la propuesta de la misma. Tal vez debería hacer, como, ¿una cena? Cuando ambos estén bien vestidos y sientan el sudor en sus trajes y parloteen y Louis pone el anillo en algún cliché como el champagne—

—¿A quién le estás hablando? —Harry asoma la cabeza por la puerta, el cabello revuelto con suspicacia.

—Sólo la gata. —Louis dice la verdad. Esto no es definitivamente la cosa más extraña que haya hecho frente a Harry—. ¿Qué estás haciendo?

—Um. —Harry sonríe un poco, sintiéndose culpable. Él se había ido durante la última hora, haciendo Dios sabe qué. Planificando probablemente el próximo paso en su misión de humillar a Louis en frente de sus seres queridos—. Estaba terminando algo.

Y entonces entra en la sala de estar con toda su gloria y desgarbado, en sus estúpidamente largas piernas desnudas, y. Él está usando el jersey; la misma replica fea exacta que Louis ahora quiere guardar para siempre y acurrucarse con ella cada vez que tenga la oportunidad.

—Tú.—Él acusa, inmediatamente saltando sobre sus pies—. Tú, idiota.

Harry se ríe alegremente directo en la cara de Louis, risas brillantes que tallan profundos hoyuelos en sus mejillas y tienen un color de alto aumento en el rostro. Se ve dolorosamente hermoso incluso llevando su propia monstruosidad tejida; Louis podría, de hecho, quiere atarlo a la cama y hacerle mil cosas.

—Te odio. —Dice de todos modos, sólo por si acaso, y golpea a Harry suavemente sobre el pecho.

—Lo siento. —Harry ríe—. Te veías tan malhumorado, que no tenía precio.

—Te voy a mostrar mi mal humor.

—No, no lo harás. —Dice Harry, sonriendo, y tira de Louis tan cerca que sus narices se tocan. Él se pone un poco bizco mirando hacia abajo, sin dejar de sonreír amplio y luminoso y falsamente inocente, y Louis lo ama. Son, literalmente, una pareja gay de mediana edad de los suburbios en este momento, establecidos en sus dos pisos y un gato, vistiendo jodidos suéteres a juego, y todavía todo lo que Louis quiere es permanecer así hasta que alguien tenga que venir y alejarlo con una palanca.

—¿Hey, Haz?

—¿Hmm? —Harry tararea, inclinándose hacia adelante y robándole un beso antes de que Louis tenga la oportunidad de seguir adelante. Sus labios son cálidos y agrietados y maravillosamente familiares.

—Cásate conmigo.

Harry se atraganta un poco, los ojos muy abiertos, pero su sonrisa podría alimentar ciudades. —¿Sí?

—Definitivamente. —Louis le devuelve la sonrisa, amable y pasa una mano cuidadosamente por el cabello de Harry—. Te daré un anillo y todo, champán, ramo de rosas. Todo propiamente romántico.

Harry empieza a sonreír y no se detiene. —Me gusta esto mejor. Estamos a juego y todo.

—¿Sí?

—Y lo haré, por cierto.

—¿Casarte conmigo? —Louis le pregunta, por lo que su aliento choca contra los labios de Harry.

—Sí. —Dice Harry, y presiona sus bocas. Él sabe como a chocolate y crema dental y promesa.

—Meow. —Mitten clama indignantemente y salta del sofá para acurrucarse alrededor de sus pies. Louis envuelve sus manos alrededor del cuello de Harry, le da un beso con todo lo que tiene, y ni siquiera se levanta de puntillas.

Él ya está en la cima del mundo.



[Traducción: Stylinbeats]

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