Unos murmullos interrumpieron mi sueño, me desperté con un salto recordando cómo había llegado a esa habitación con aspecto lúgubre y con olor a cloro, mire una rejilla donde recien habia entrado una pequeña cucaracha, metí nuevamente mis pies a la cama y mire a mi alrededor, los chicos no estaban, mire mi reloj las clases ya iban a la mitad ni de loca llegaba...quizás a la última clase y a la clase de defensa pudiese llegar, me levante corriendo al baño irritada ya que los idiotas no me había levantado para irme con ellos a clases, abrí el grifo de la regadera con algo de sarro y el agua que salió con presión y con color café, grite al ver el color y la intensidad con la que salía y cerré enseguida el grifo, mire una sombra parada en la puerta
-Nos iremos pronto- era Christopher con una manzana en su mano
- Solo quiero darme un baño-dije molesta ante lo sucedido
-Creí que se habían ido a la escuela sin mí-dije sentandome en el suelo frío
-No te dejare sola, solo quiero que sepas que todo marchara bien...mi padre está tratando de hacer lo mejor y sacarnos de aquí pronto ya que tampoco estamos a salvo aquí.-Christopher se sentó a mi lado y tomó mi mano como lo hizo la noche anterior y miro mis manos con uno que otro resto de sangre seca entre mis dedos que no pude retirar bien.
-Reunión familiar-decía Félix corriendo hacia nosotros y tumbándose a un lado para recostarse en mis piernas
-Papá dijo que nos iremos esta tarde-dijo Félix con un suspiro y una sonrisa
-¿Por qué estas tan feliz? preguntó Christopher picandole el estomago haciendo cosquillas a Félix
-Estamos juntos o la mayoría, a pesar de todo lo que está pasando estamos los tres juntos y eso me hace estar en paz
-Concuerdo contigo- Christopher se levantó con un suspiro mientras me miraba y se fue a ver a Franco que estaba de pie, como si la bala de ayer solo fuera una cortada de papel.
-Vamos chicos tenemos que salir-dijo Franco mientras tomaba mi maleta, me paré de prisa y se la quite.
-Puedo hacerlo sola-dije nerviosa, a pesar de que mi padre no estaba conmigo sabía que todo marcharía bien y que él volvería y me vería como una chica madura y útil. Salimos del cuarto y caminamos por una alcantarilla con escasa luz, Franco corroboraba que lo siguiéramos cada cinco minutos, sentía como en ocasiones Christopher tomaba mi mano y me sentía nerviosa en cada ocasión que lo hacía...si les soy sincera creo que...
-Llegamos-decía Franco sacándome de mis pensamientos y mirando arriba de mi, era una puerta de metal y a un lado una escalera oxidada y una que otra hierba seca.
-Subiré primero y vere que esté limpio, esperen aquí-Franco sacó un arma de su costado y subió con algo de esfuerzo la escalera dejando entrar un olor húmedo. Mire a Félix que tomó la manga de mi pijama nerviosamente y Christopher sujeto mi mano fuertemente.
-Todo estará bien, prepárense para cualquier cosa-dijo Christopher tratando de no sonar nervioso, se escuchaban algunos ruidos como cosas pesadas moviéndose y siendo arrastradas pero no escuchábamos la voz o señal de Franco, pasaron algunos minutos y eso nos ponía más nerviosos. La puerta se abrió pero no había señal de Franco, Christopher nos miró nerviosos y subió algunos escalones cuando Franco se asomo limpiando su sudor con una pañoleta
-Suban esta todo listo- decía él con una sonrisa, Christopher subió mientras me ayudaba con mi maleta y detrás de mí Félix con otra maleta, salimos a una habitación como si fuera un huerto abandonado, hierbas secas y algunas regaderas sin uso, mire a mi alrededor, el olor era por todos los árboles a nuestro alrededor , mi respiración era diferente...se podía respirar paz y silencio.
-Vengan, síganme- decía Franco moviendo algunas cajas de madera a un lado de la entrada del pequeño huerto, seguimos a Franco hasta una casa enorme, con pilares y una fuente a un costado todo cubierto de ramas y uno que otro sapo en la fuente huyendo de nuestra presencia.
-¿Qué es este lugar?-preguntó Félix asombrado al ver la arquitectura sacada de un cuento griego
-Esta era la casa de tu madre cuando era más joven-me señalo con una sonrisa antes de llegar a la puerta principal, Franco miró alrededor vio una banca a un costado y se hinco buscando algo.
-¡Aquí estás!-dijo sacando una llave y abriendo la puerta con un rechinido.
-Es hermoso dije al ver un gran ventanal en el techo que dejaba entrar rayos de luz por toda la casa haciéndola más hermosa, claro estaba descuidada pero podía imaginarme a mi madre recorriendo los pasillos o bailando en cada habitación
-Le daremos vida otra vez-dijo Franco sacudiendo mi hombro con confianza, corrí a las habitaciones de arriba, todo estaba amueblado, mis abuelos por parte de mi madre era famosos por los mejores frutos rojos de la zona, en un viaje de inversiones los frenos de su auto fallaron y murieron en un accidente, yo era muy pequeña para recordarlo pero a pesar de que le heredaron todo por ser hija única mi madre prefirió ser ama de casa y consentirme, ¿si hubiera tomado otra decisión, estaría aún viva?
Entre a un cuarto con puerta en rosa palo,era su cuarto,floreros con flores secas y llenos de polvo, peluches con su relleno por todos lados, un par de zapatos debajo de su cama, aspire el aire de ahí, no se si imaginaba pero olía a ella, como si hubiera estado ahí no hace mucho.
-Es hermoso- dijo Christopher, señalando un ropero blanco con flores saliendo de el, nos acercamos y abrí la puerta, vestidos,suéteres, abrigos y uno que otro viejo sombrero.
-Pruebate algo, sirve que te quitas tu pijama-decía el señalando algunas manchas de sangre en mi ropa.
-¿debería?-dije aún asombrada acababa de encontrar una pieza de mi madre que para mí era como un tesoro
-Claro, hazlo...yo iré ayudar a mi padre a revisar las demás habitaciones, se marchó cerrando la puerta detrás de él, tomé el primer vestido y lo abrace como si fuera mi madre,la tela era suave, le falta un boton pero no impedía su uso, era un color entre blanco con color durazno y olanes en la parte de abajo.
Me lo cambié rápidamente y en eso escuche un grito de Félix, salí corriendo hacía el escándalo, entré a la habitación en donde Franco estaba sacando a un par de mapaches por un balcón, Christopher no paraba de reír mientras Félix lo golpeaba enojado
-Salieron de la nada, eran una docena, ¿viste al más grande? creo que tenía rabia y estaba a punto de atacarme-no pude evitar no reírme ante el dramatismo de aquel chico rubio. Los chicos se percataron de mi presencia y me miraron con ojos grandes.
-Oye luces muy bien-decía Franco al verme y ver a los chicos paralizados.
-Gracias, creo que la habitación de al lado hay algo de ropa para ustedes
-Estoy bien así, no quiero que me brinquen más animales salvajes, además los calzoncillos tienen dos lados puedo aguantar un par de días más
-Bajemos a comer, para que preparen sus cosas para mañana, ya hablen a sus escuelas por la falta de hoy, lo dejaran pasar pero tendrán que ir mañana sin excusas y regresar directamente a casa, ¿entendido?-todos asentimos y bajamos a la primera planta.
Empezamos a limpiar la casa para que se viera más habitable, después de un par de horas Franco sacó de su maleta algunos paquetes de fideos instantáneos, los cocinamos, comimos y sentimos una pesadez
-Esta vez podremos dormir en una cama?-decía Félix soñoliento
-Buenas noticias Félix, en esta casa tendrás tu propio cuarto-decía Franco levantando la mesa, Félix corrió hacía las habitaciones y se encerró.
-Te tocara la habitación de los mapaches-decía Franco tirando a Christopher de la silla y corriendo a otra habitación; Christopher se levantó entre risas y me miró retadoramente
-Ni lo sueñes ese ya es mi cuarto
-Bien, esos animales me haran algo de compañía-decía sacudiéndose derrotado
-Christopher -dije mirándolo con el corazón acelerado, el me miró directamente
-¿Recuerdas cuando éramos más chicos y solíamos discutir todo el tiempo?, a lo que voy es que...-Christopher se acercó a mí y colocó su mano encima de la mía, bajo su cabeza y se acercó podía oler su aliento, podía tocar su nariz con la mía, sentí nuevamente ese espasmo en mi cuerpo, me quedé petrificada al tenerlo tan cerca.
-Me alegra que nos llevemos mejor-decía el tomando mi mentón y besándome, nunca imagine besar esos labios, tocar esas manos de otra forma que no fuera en forma de deseo o cariño.
-¿Qué demonios haces?-Félix aventó a Christopher a la pared, me miró avergonzado y se marchó. Félix me miro y golpeó la mesa con enojo.
-Felix, nosotros solamente...
-_________,Christopher no puede estar contigo, es un pacto...era nuestro pacto, además eres como nuestra hermana...solamente estoy abrumado, lo siento...es que el suele besar a tantas chicas incluso a la que estaba prohibida lo hizo..._______ era nuestro pacto-dijo Félix bajando la cabeza, sabía que Christopher era un galán en su escuela pero no creí que tuviera un stand de besos, estaba decepcionada.
-¿Qué pacto?-dije poniéndome a su lado y dando golpes en su espalda para calmarlo
-Cuando llegamos a la antigua casa, aquella primera vez que nos conocimos teníamos 10 años...bajaste de las escaleras con un vestido y nos presentaron esa noche Christopher y yo no dejamos de hablar cuanto te nos hayas quedado en la mente...éramos pequeños pero cuando algo te impresiona no dejas de pensar en ello, así que el y yo hicimos un pacto...no te veríamos más que un hermana, no nos gustarías pero al parecer alguien no sabe lo que es la lealtad.-decía Félix frotando su nuca cansado.
-Olvidemos esto...vayamos a dormir un poco-dije acariciando su cabellera rubia.
-_______-una voz susurraba mi nombre, mientras movía mi pesado cuerpo, abrí mis ojos...nunca me había sentido tan cansada, ni siquiera el dia de la clase de defensa.
-Es hora de ir a clases-decía Franco dandome una toalla con un agradable aroma a jazmín, mire a Franco aliviada y pude ver sus rostro cansado al parecer no había dormido, salí de mi cama de un brinco y corrí al baño, abrí el grifo con la esperanza de...
-¡Agua!-grite al ver el chorro cristalino de agua, entre segura al chorro de agua que me sacó enseguida, el agua estaba helada, recordé que no había calefacción, pero no me impediría darme una ducha. Salí congelada y me coloque mi uniforme rápidamente para sentir el calor del algodón y bajé a desayunar.
-¿Enserio te bañaste con el agua helada?-decía Félix mirando mi nariz roja, asenti orgullosa.
-Deberías hacerlo de vez en cuando- le dijo Franco a Félix con un golpe en el hombro.
-Negativo...este cuerpo, está cabellera necesita de los aceite naturales, así que esperaré a que este la calefacción.
-Me encargaré de eso hoy mismo, aquí están sus desayunos, vamos suban al auto, Christopher esta ahí esperándonos.-Franco nos dio unas bolsas de papel con un emparedado, fruta y un chocolatín
-No es mucho pero los emparedados de mi padre son los mejores-Dijo Félix con un guiño de aprobación.
-¿Christopher?-dije mirando a Félix con la bolsa en mano
-Ya tiene el suyo...no te preocupes por el el sabe cuidarse bastante bien ademas ya esta grandecito, eso que hace es un berrinche, solo nos ignorara hasta que se le pase,recuerdas cuando jugamos UNO y tuvo que comer tanto que nos ignoró casi un mes...ese chico es cosa seria-decía Félix tomando su mochila y saliendo. Subimos al auto Christopher estaba sentado en el copiloto y no dijo ni una palabra, el trayecto solo nos escuchábamos Félix y yo viendo maravillados lo cerca que estaba de la escuela y que parecía estar lejos por la cantidad de árboles...ahora vivíamos detrás de la escuela sin embargo eran cuadras de muchos metros, Franco me dejó primero y al bajarme del auto sentí como alguien rápidamente tomó mi mano, Franco se bajó asustado del auto y estaba a punto de sacar su arma cuando...