Rendirse jamás [PQY #1] ✔ ver...

By CMStrongville

13.9M 637K 84.1K

Primer libro de la serie ¿Por qué yo? [¿Por qué yo? #1] «Todo en esta vida es temporal, así q... More

Vuelve versión 2014
Sinopsis
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Vencedor [¿Por que yo? #2]
Epílogo
Extra I - Primer aniversario [PT. I]
Extra I - Primer aniversario [PT. II]
Extra II ~ Celos
Extra III ~ Ánimos y noticias
Extra IV - Latidos y lágrimas
Extra V - Hormonas al ataque
Extra VI - Problemas en el paraíso

Capítulo 27

243K 14.3K 965
By CMStrongville

—¿Qué? ¿Cuántas partes más hay? —preguntó aturdida. Sacudió la cabeza sin poder creer lo que le decía y yo sonreí.

—Esta es la última, lo prometo. —La tomé de la mano e hice atravesar un pasillo hasta un par de puertas de roble. Cuando ella se estiró para abrir una de ellas, la detuve.

—Espera, solo quiero decirte una cosa más.

Bufó, se giró a verme y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Pues dime ya —pidió. Era tan impaciente que comenzó a rebotar sobre las puntas de sus pies en espera a que terminara y la dejara entrar.

—Yo sé que este día lo querías compartir con nuestros amigos y familiares... —Jan suspiró con pesar—, y es por eso que arreglé esto para ti.

Abrí las puertas de par en par cuando me miró sin comprender y empujé ligeramente su espalda para que entráramos a la habitación inundada con música alegre y aromas deliciosos. Todos los presentes se giraron a vernos y luego Lora chilló emocionada algo ininteligible, antes de correr hacia Jan y apretarla entre sus brazos. Después de eso, todos se turnaron para abrazarnos y felicitarnos a ambos.

No era mucha gente, en realidad.

Mis padres, Dean, Lora y Marcus, unos cuantos amigos míos de la universidad, unos amigos de Jan del hospital y eso era todo. No había más de veinte personas en la habitación y me gustaba que fuera algo reservado, solo para la gente que era realmente importante en nuestras vidas.

—Felicidades —pronunció Carter palmeando mi espalda. Sonreí y lo palmeé de regreso.

Una vez que me había enterado de sus... preferencias, me relajé visiblemente a su alrededor. Ahora no sentía que debía andar con cautela ni dudar de sus intenciones con Jan. Había confundido el cariño fraternal que le tenía con algo más, y me alegraba demasiado el haberme equivocado en cuanto a mis sospechas.

Sería una pena haber tenido que golpearlo con lo bien que me caía ahora.

Después de recibir los regalos por los cuales Jan gritaba, reía o se sonrojaba —en el caso del presente de Lora—, nos dispusimos a comer el pastel que mi madre había horneado. Le había insistido en que no era necesario, pero ella era la mejor repostera que conocía y moría por probar lo que había traído.

Una torta de cuatro pisos se elevaba en la mesa forrada por un mantel de satén azul y estaba rodeado con varios tipos de comida. Justo en la cima del pastel, había dos muñecos.

Una novia arrastrando al novio hacia el altar.

Las esquinas de mis labios temblaron conteniendo una sonrisa. Si tan solo hubieran sabido que en nuestro casi los papeles habían estado invertidos...

Jan me miró y supe que había pensado lo mismo que yo.

Entre gritos, nuestro público nos animó a cortar el pastel juntos. Lo hicimos con cuidado, lo elevamos para morderlo, pero en el último instante lo empujé hacia Jan y llené su rostro de crema. Ambos nos echamos a reír cuando hizo lo mismo conmigo, y entonces al fin comenzamos a comer. Estaba delicioso.

La cubierta era de queso crema con azúcar y el pan era de chocolate. ¿Los pasteles debían ser cremosos? Porque este lo era y casi sentía cómo se deshacía en mi boca. Gemí de placer al igual que todos en la habitación.

—Creo que acabo de tener un orgasmo gastronómico —susurró Jan a mi lado mientras tomaba otro pedazo de pastel—. El mejor pastel que haya comido alguna vez en mi vida.

Reí al escucharla y busqué a mi madre con la mirada. Cuando la vi mirando directo hacia mí, elevé mi dedo pulgar y ella suspiró pareciendo aliviada.

***

—Creo que el pastel empezará a salir por mi nariz —dije recostado en la cama sin poder moverme.

—Y orejas —agregó Jan.

Qué mejor forma que empezar la noche de bodas que estar acostados en la cama tratando de no explotar por exceso de torta. Ambos nos encontrábamos gimiendo lastimosamente y sosteniendo nuestros vientres hinchados.

—Este no era el plan que tenía para esta noche —confesé.

—Ni yo.

Nos quedamos en silencio y me maldije en el interior por ser tan glotón.

—Uh, creo que vomitare —me lamenté. La cama empezó a vibrar un poco debajo de mí y giré la cabeza para ver a Jan y encontrarla riendo por mi desgracia.

—No me hagas reír, vas a hacer que explote.

—Lo siento —me disculpé. Quedamos en silencio unos segundos y luego mi estómago protestó por tanta comida que tenía—. Ugh, creo que necesito unos laxantes. —Me levanté de la cama y me dirigí al baño.

—¿A dónde vas?

—A tratar de evacuar toda la comida. —Jan hizo una mueca de asco al escuchar mi respuesta.

—Ugh. Qué desagradable eres, Parker.

Me reí por su tono de reproche y luego gemí por el dolor. Me encaminé al baño y reí una vez más al escuchar que Jan me pedía que me apresurara.

Al salir, lavé mis manos y mi mirada viajó en automático al anillo que Jan me dio. Sonreí.

No podía creerlo del todo. Me encontraba casado. Casado a los veintidós. Uh, ese era un buen título para un libro. Escribiría uno y se vendería como pan caliente.

Dios, no podía creerlo. Ahora estaba atado legalmente a la mujer que amaba... y no tenía ningún remordimiento. Como amaba a esa mujer, nunca me aburría con ella. Su manera de ser era tan diferente a la mía, a la de las mujeres que me había acostumbrado, y era todo un alivio.

Seguía siendo un misterio a veces, pero ahora tenía toda la vida para resolverlo.

Salí nuevamente con una sonrisa en mi rostro, y cuando la vi tapando sus ojos con un antebrazo y la otra mano sobre su vientre, no pude evitar molestarla.

—Cariño, tendremos que poner cintas policiacas alrededor del baño y hablarle al departamento de amenazas nucleares. Tengo unas máscaras antigás debajo de la cama, creo que serán necesarias. No es seguro que podamos entrar en por lo menos una semana.

Jan bajó su brazo al escucharme decir todo esto e hizo una mueca divertida.

—No lo dudo —masculló. Le mostré la lengua y ella rio. Extrañamente ya no sentía tanto malestar estomacal, y eso me hizo querer retomar mis planes para la noche.

Me acerqué con lentitud hasta donde ella se encontraba recostada y me senté a su lado al mismo tiempo que ella rodaba sobre su estómago, quedando boca abajo sobre el colchón.

—Esposa mía —la llame frotando su espalda en círculos.

—Mmmm.

—¿Te estás quedando dormida?

—Mmmm. —Sonreí.

Sabía cómo despertarla. Iba a ser divertido.

Me dirigí al baño una vez más, tomé un vaso y le eché un poco de agua del grifo. Salí de puntillas y luego lo hice. Lo arrojé justo sobre espalda.

—¡Hey! ¿Qué te pasa, Derek! —gritó Jan cuando el agua fría traspasó la fina tela de su vestido.

—Solo quería despertarte, cariño. Tengo muchos planes para ti. —Sonreí y ella me fulminó con la mirada.

Creo que de verdad la había molestado esa vez. Me acerqué para abrazarla pero ella me alejó de un empujón.

—Aléjate, no me toques —siseó. Hice una mueca al darme cuenta de lo bien que estaba empezando el matrimonio.

«Bien, Parker. Así se hace.»

—Lo siento mucho, Jany, no quería molestarte —me disculpé. Entró al baño llevando una muda de ropa y minutos después salió con el vestido húmedo en su mano.

—Seguramente no querías eso —soltó con sarcasmo.

—Solo poquito, pero en verdad no quería hacerte enojar. —Puso sus ojos en blanco y la vi deambular por nuestra habitación.

—Mmm.

Me acerqué a su espalda y la abracé, suspirando de alivio porque no trató de alejarse otra vez.

—Te amo —dije en su oído.

Ella giró y siguió observándome con molestia.

—Eres un imbécil.

—Y tú eres una hermosa. —Pellizqué su nariz y reí cuando me alejó con un manotazo—. Ya, no te enojes, pequeña, sabes que te amo. —Traté de hacer una mirada de cachorrito arrepentido y sus labios temblaron—. ¿Me perdonas? —quise saber. Seguí haciendo pucheros hasta que ella rodó los ojos y sonrió sin poder evitarlo.

—Ugh, odio que me hagas reír cuando estoy enojada contigo.

Me reí.

—Mentirosa, sabes que lo adoras. —Me acerqué y la besé. Ella me correspondió el beso y tras unos largos e intensos minutos, se apartó jadeante.

—Sigo enojada contigo.

—Lo que tú digas, cariño... Solo bésame —pedí. Y lo hizo.

Me besó, la besé de vuelta y luego la desnudé antes de recostarla sobre la cama. Quería tenerla lo más cerca posible de mí.

Aún era nuestra noche de bodas después de todo.



Continue Reading

You'll Also Like

89.2K 8.8K 35
Tras ser vendida. Ophelia ha vivido un infierno durante años; Sin embargo tras ser sacada en ese infierno finalmente pudo encontrarse con su amiga, c...
177K 14.6K 66
Ella odia la atención Él adora la fama que tiene como jugador Ella ama leer Él ama el fútbol ¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca...
1.1M 82.4K 40
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
557K 20.7K 44
una chica en busca de una nueva vida, nuevas oportunidades, de seguír sus sueños. todo iba bien hasta que el la vio. el la ve y se obsesiona con ell...