"¿Dónde estarás?"
Esa pregunta paso por mi mente, rápido fugaz y entonces, rompí en llanto, las lágrimas resbalaban por mis mejillas y me abrazaba fuerte a las cobijas, ahogue un grito en mi almohada, quería salir corriendo gritar y liberar mi alma de esta desgracia, de este dolor, la impotencia corría por mi cuerpo, no sé cuántas veces golpee la cama con mis puños llenos de ira y dolor, no sé cuántos gritos escondí en esa almohada.
Me levante con poca fuerza, mareada, entre sollozos; fui a la bañera dejando mi piel desnuda y mi ropa por el camino, me metí en el agua fría, moje todo mi cuerpo, mis lágrimas seguían corriendo, y en mi pecho el vacío cada vez era mayor, necesitaba gritar, correr, huir, llorar hasta no poder más, llorar hasta terminar con el dolor, llorar hasta morir.
Me sumergí lo más profundo posible, mi cabello flotaba, mis lágrimas ya no las sentía contra mis mejillas, mis ojos no veían, las burbujas flotaban hasta desaparecer, me dolía el pecho, el agua llenaba mis pulmones, luchaba por quedarme abajo, mi cuerpo pesaba, dolía, no más que mi alma, no podía más, ya no soportaba la presión bajo el agua, sentí mi corazón hacerse pequeño y todo mi alrededor grande, mis ojos pesaban, se cerraban, mis brazos y piernas no respondían, deje de luchar y lentamente de sentir.
Lo lamento, no aguante más.
Lo lamento.