BODYGUARD

By feelmyhearth

2.6M 129K 22.6K

VERSIÓN 2021. Caliente como el infierno, malvado como lucifer, y más vengativo que cualquiera, él llega a la... More

Introducción.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo seis.
Capítulo siete.
Capítulo ocho.
Capítulo nueve.
Capítulo diez.
Capítulo once.
Capítulo doce.
Capítulo trece.
Capítulo catorce.
Capítulo quince.
Capítulo dieciséis.
Capítulo diecisiete.
Capítulo dieciocho.
Capítulo diecinueve.
Capítulo veinte.
Capítulo veintiuno.
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés.
Un adiós (n o t a )
Capítulo veinticuatro.
Capítulo veinticinco.
Capítulo veintiseis.
Capítulo veintisiete.
Capítulo veintiocho.
Capítulo veintinueve.
Capítulo treinta.
Capítulo treinta y uno.
Capítulo treinta y dos.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y cinco.
Capítulo treinta y seis.
Capítulo treinta y siete.
Capítulo treinta y ocho.
Capítulo treinta y nueve.
Capítulo cuarenta.
Capítulo cuarenta y uno.
Capítulo cuarenta y dos.
Capítulo cuarenta y tres.
Capítulo cuarena y cuatro.
Capítulo cuarenta y cinco.
Capítulo cuarenta y seis.
Capítulo cuarenta y siete.
Capítulo cuarenta y ocho.
Capítulo cuarenta y nueve.
Capítulo cincuenta.
Capítulo cincuenta y uno.
Epílogo.
0. El regreso.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.

Capítulo seis.

30.1K 1.7K 431
By feelmyhearth


Adam.

Me acomodé en el sofá de una mejor manera, pasando a llevar mis heridas y soltando un gemido, recordando cuánto quise reír en el momento en que Sky estaba tan preocupada curándome, parecía querer entenderme, parecía querer ayudarme, Dios, ella era tan jodidamente buena. Sonreí, por mucho tiempo sonreí.

Si ella tan sólo supiera que no siento ni una cuarta parte del dolor que sentí cuando la dejé, si ella tan sólo supiera que había estado pendiente de ella cada minuto, cada hora, cada día de estos largos años en los que ella no había tenido información de mi. Y digo ella, porque lo que era yo... Dios, yo estaba pendiente de ella a cada segundo, jamás había dejado de quererla, de admirarla, de adorarla.

Y aunque ella creía que así era, que yo simplemente la había dejado y no había mirado por sobre mi hombro, yo tenía muy claro quién era ella ahora. Porque la había visto, porque en ningún momento la dejé sola, porque siempre fui el chico que estuvo en la oscuridad de las calles, de su corazón. Porque siempre estuve pendiente a ella, como un jodido perro guardián que realmente no podía dejar ir a su dueño.

Y no tuve los cojones para enfrentarla, porque estaba intentando volverme fuerte, invencible, sin debilidades. 

Pero no podía.

Claro que no podía.

Esos ojos cafés siempre iban a ser mi debilidad, siempre.

Y lo juro, la perseguí hasta que me dolieron las piernas, hasta que acabé roto, viéndola sufrir, viéndola llorar, suplicante por un hijo de puta que sólo quería protegerla, por un imbécil que la había dejado, por un simple tío que no podía vivir sin ella.Pero de algo estaba seguro, la amé, la amo, y probablemente la ame hasta que mis huesos ya se vuelvan polvo.

Suspiré. Los años me habían hecho crecer, quizás hasta madurar, pero no olvidarla, jamás olvidarla. Ella realmente era el amor de mi vida, y se lo dije. Porque sabía que nos volveríamos a encontrar, porque sabía que yo había dejado algo en ella que otro hombre no pudo, y que fui ese amor que ni con cien botellas de ron puedes olvidar, y sabía perfectamente cómo se sentía de rota, de fría, porque yo estaba igual, inclusive peor.

Acaricié el tatuaje de mi pecho, no podía dormir. Tenía a Sky a tan sólo unos metros de distancia, y no podía aguantar las ansias de verla una vez más.

—Mierda—susurré, observando a través del pasillo.

Verla, verla me había desordenado la vida igual que la primera vez. 

¿Alguna vez amaron tanto algo que cuando lo encontraron, sabían que vivir sin ello era imposible?

Recuerdo cuantos meses me odié a mi mismo por haber elegido esto, porque joder, pude haber sido feliz, como mi hermano lo es con Zoe, o Ryan con Scott, e incluso como Anabelle, que ya había dejado todo atrás. Lamentablemente me decidí no hacerlo, y al darme cuenta que el trabajo de toda mi vida había sido jodido por una adolescente de diecisiete años me había dejado muy mal, y aunque por Sky daría todo, mi sed de venganza no se iba con nada. Y así era.

Yo asesinaría a Leonardo Evans costase lo que me costase.

¿Que por qué hacía lo que hacía? Porque quería acabar con el hombre que arruinó mi vida. El plan siempre fue ese, y aunque ahora sea un hijo de perra por haberme vuelto igual de jodido y malvado que él, y hubiese perdido al amor de mi vida para siempre, ese era mi plan, mi maldito legado. Me levanté del sofá con cuidado y comencé a dar vueltas, no podría conciliar el sueño, lo sabía. 

Mis padres, mi hermana, ellos eran mi motivo para luchar. Porque ellos no morirían en vano, eso jamás. 

No era tan malo como comentaban, no estaban tan jodido, sólo estaba enamorado.

Y aunque alguna vez en el pasado mi amor por Skyler casi me cuesta la vida, no podía darme el lujo de que eso sucediese dos veces. Simplemente no podía. Pero tampoco podía dejarla, ella era como una droga para mi, y estos años había estado en rehabilitación, pero quería caer.

No me había dado cuenta en el minuto que ya estaba observándola desde la penumbra de su habitación. Sonreí. Su habitación estaba decorada con cuadros tenues, y la pintura blanca hacía que se viese muy bien con ella. No era para nada parecida a la habitación de la antigua Skyler.

—Mi cielo—susurré.

Amaba lo mucho que había crecido, que fuera feliz, que estuviera cerca de Debbie todo este tiempo, que haya dejado de llorar por mi cada noche hasta las tres de la mañana. Mis ganas de verla segura, viva, a salgo, superaban todo lo demás. ¿Qué tan jodido debes estar para enamorarte de tu arma de autodestrucción?

Había sido su guardaespaldas, ahora sólo era alguien a quien ella detestaba. Y lo entendía perfectamente. No me había ganado el cielo estos cuatro años, usurpando en la mafia, en los peores lugares con tal de conseguir aliados que se jodieran a Leonardo tanto como yo quería joderlo.

La luz de la luna iluminaba su habitación, ella respiraba pausadamente, quieta, tranquila. Me acerqué a ella como un alcohólico a una botella de ron, suplicante, necesitado.

Su largo cabello caía por sobre la almohada, me fijé en su rostro, ella ya estaba grande. Una punzada de dolor se coló en mi pecho, joder, la extrañaba tanto. La acaricié, sonrió ante al tacto y abrió los ojos, sobresaltada. Me alejó de ella rápidamente y se puso de pie, quise reír al darme cuenta del pijama que traía puesto, y la forma en la que intentaba cubrirse.

Oh vamos, yo conocía su cuerpo mejor que ella  misma.

—¿Qué coño estás...?

—Por favor—le dije. —Por favor olvida todo por esta noche. 

Ella pareció confundida, quería explicaciones, lo sabía. Pero aún no era el momento, no podía dárselas. 

  —Adam, por Dios, ¿En qué estás pensando?— susurró, mirándome a los ojos. Bajó la mirada hacia mi abdomen, estaba descubierto y sabía cuánto le gustaba.

—En ti—me acerqué peligrosamente, y ella retrocedió el paso hasta que su espalda chocó contra la dura pared de su habitación—, sabes que siempre pienso en ti.

Estaba siendo sincero por primera vez en muchísimo tiempo, había estado en las sombras demasiado tiempo, y ya no podía aguantar las ganas de sentirla, realmente no podía. Y sabía que ella me quería, porque joder, sus ojos no mentían.

  —Adam, aléjate de mi—dijo, suplicante, sabía que yo no me alejaría.

—¿Por qué Sky?—murmuré cada vez más cerca de ella, mi corazón latía tan fuerte que podía escucharlo—, Dime, ¿Crees que está mal volver a caer en el mismo pecado?

  —No puedo—dijo, con la voz quebrada y haciéndome sentir incluso más miserable que antes.

No la escuché y sólo unos centímetros me separaban de su cuerpo, le observé el rostro y vi en él a una mujer, estaba completamente seguro que la niña que yo había conocido estaba sin duda alguna ahí, escondida, sin querese dejar ver por miedo. Pero sabía que estaba, lo sabía porque la conocía, y la mirada que me estaba entregando ahora mismo era la misma que me entregaba hace años atrás. Una mirada llena de incertidumbre, de amor, de duda.

—Vamos Sky, ¿Que nos estamos haciendo?—me acerqué más a ella y susurré por sobre sus labios—, mi vida sin ti es como un infierno.  

Le agarré las manos y la volví a mirar a los ojos, estos estaban al borde de las lágrimas, y supe que sí, que era un idiota, y un imbécil por haberla dejado ir, o más bien, por haberme ido sin ella, sin ella que era todo lo que yo más quería.

—El infierno me lo gané al estar contigo—susurró, y no sabía por qué lo hacía—, por favor...

—Por favor qué—susurré—, ¿Vas a dejar ir al amor de tu vida, maldita sea? 

Ella miró hacia abajo y subió la mirada, dolida, y negó con la cabeza. 

—Eso es mentira—murmuró—, tú no sabes amar. 

—Entonces dime qué es este ardor aquí—le dije, señalando mi corazón—dime, Skyler, dime qué es, dime por qué te he pensado a cada segundo todos estos años, dime por qué no he encontrado a ninguna maldita mujer que logre reemplazarte. 

  —No me hagas esto, por favor no, Adam.

—No, Sky— le dije, agarrando su rostro con mis ambas manos.— Tú no nos hagas esto.

Le murmuré por lo bajo, observando sus labios rosados. Esta pasó su lengua por la fina linea de estos y fue el acto que se llevó toda mi cordura, todo lo que había intentado conseguir, otra vez estaba a punto de irse a la mierda por la misma persona, por los mismos ojos, por la misma mujer. Por el mismo amor.

Me acerqué más a ella y decidí poner cuerpo bajo el mío, sus brazos estaban sujetos a mis manos, y su cuerpo pegado al mío, sus ojos cafés sólo me pedían besarla y no pude aguantarlo, lo hice. Tomé un respingo que pareció durar horas y me acerqué a ella, suave pero constante. Sus labios al fin tuvieron impacto con los míos, y fue... impresionante.

Sus labios, el sabor de su lengua, el sabor de su boca, todo seguía ahí, todo era igual. Los labios que parecieron volverme loco estaban aquí otra vez, besándome como si no hubiera mañana, y sabía que esto conllevaría a unos cuentos errores más, pero no me importó en lo absoluto, yo ya no era un joven, ni ella una niña.

La tomé por la cintura y la observé, había sido la primera vez en mi vida que había sentido este latir de mi corazón.

  —Dios... cuánto te he extrañado, ahora lo sé. 

Le dije sobre sus labios, y supe que fue comoapretar un botón de autodestrucción, un botón lleno de emociones, de recuerdos, de dolor, de lágrimas. Sky, mi Sky me besó, con furia, con dolor, mientras las lágrimas caían por su rostro, y una puta lágrima corría por mi rostro, la besé yo.

Sky enredó sus piernas alrededor de mi torso y le rompí la camisa que llevaba, este era nuestro momento.Era irónico, nos encontrábamos luego de años de sufrimientos y ambos lanzábamos lágrimas, besos, pasiones desconocidas, y sin embargo, ninguna palabra.

—No tienes idea de todo lo que ha sido estar sin ti, mi cielo

—Y tú no tienes idea de lo que ha sido fingir que no te he necesitado todos estos años. 

Me acerqué a ella, inhalando cada gota de su piel, mordiendo su cuello con fiereza. La coloqué a horcajadas encima mío en la cama, ella gimió al restregarse contra mi, tocó el tatuaje unos segundos y me miró a los ojos.

—Eres un desgraciado.

—Lo sé—susurré.

Se montó arriba mío, sacando mis pantalones con rapidez y libertando mi pene, el cual palpitaba con más fuerza de la que podía controlar. Me estaba volviendo loco, ella siempre me volvería loco.

—Te odio, te odio tanto—murmuró, besando mi boca y meciéndose encima mío.

—Lo sé—repetí.

Toqué sus pechos con fuerza, rodeando la aureola del pezón con mi boca unos segundos, ella gimió con fuerza y quitó sus bragas reluciones, empapas dle sexo que sabía que quería y deseaba locamente, ese que yo sólo podía darle.

—Maldito, maldito—gimoteó, cuando ingresé en ella.

Las paredes de su vagina se contraían con cada embestida, doblé su cuerpo a la perfección en la cama y  la penetré con fuerza, gimiendo a la misma vez. A la par.

—Eres una mentirosa de mierda—gemí, dándole una nalgada en el trasero—, tú no me olvidarás jamás.

Skyler gimió, mientras se aferraba a las sábanas y al sonido de la cama retumbando, rompiéndose con nosotros en ella. Sexo fuerte, duro. Del que necesitábamos.

—Eres un...—comenzó a decir. Pero la embestí con más fuerza de la que recordaba que tenía y acerqué mi mano a su clítoris—. Más—imploró.

Sonreí, mientras notaba las gotas de sudor caer por mi rostro como una llovizna, mi pene palpitaba, retumbaba con fuerza dentro de ella. 

—¡Mierda!—gritó, cuando acaricié su clítoris con más fuerza.

Lo sabía, sus piernas se enredaron ahora en mis caderas, temblaba, la giré y la hice mirarme a los ojos, los cerró por unos segundos mientras los sonidos guturales provenientes de su garganta salían sin parar. Ahí estaba, preciosa, reluciente, mía.

Skyler tembló, se vino en mi pene mientras yo me volvía loco con ella. Empujé dentro de ella una vez más, viéndola a la cara y me corrí, y joder, cómo se había sentido venirse dentro de ella despué de tantos años.

Owwwwww, juro que lloré. ahre, necesitan más, i know but en este momento debo salir. Apenas vuelva juro que me lanzo a escribir, eso sí, necesito de ustedes 1313 ah, comenten QUÉ COÑO SIENTEN, porque yo siento que voy a llorar ahre.
Besos! Emma.

Continue Reading

You'll Also Like

22.3K 1.2K 53
Karl Sapnap Dream y George viven juntos hay dnf pero Karl y sapnap son sólo amigos o .... eso creo ?
565 59 13
esto es una guerra? ... una pequeña niña en su etapa de la niñez con su familia disfrutando de la vida ... que puede salir mal? ....(pues mucho ...)...
53.9K 3.8K 28
Harry Styles era el nuevo estudiante. Usaba faldas rosas y tops cortos, y no puedes olvidar las bragas de encaje por debajo. Louis es el maestro favo...
13.9K 3.1K 34
eres el hijo de mi peor enemigo ,tengo que odiarte ,tengo que destruirte pero.....que pasa si con una sola de tus sonrisas me desarmas,que pasa si al...