Después de navidad se pasaron coqueteando como amantes, incluso cenaron juntos a mitad de semana. No se permitieron llegar a más que un par de besos, ya que Joshua cargaba una culpa que no lo dejaba avanzar y otras cosas que para el mayor eran absurdas.
- Toma – Jihoon dejó una copa de vino frente a sus ojos – deja de tortúrate y asume el papel que te toca – bromeo, pero el rostro de Jeonghan representaba de todo menos diversión
Era la madrugada del cumpleaños del Joshua, quien en ese preciso momento se encontraba con su novio teniendo una romántica y maravillosa velada. Lo sabía porque, extrañamente Jun lo había transformado en un confidente y de vez en cuando le contaba sus planeas con su exnovio. Jeonghan lo llamó karma.
Mientras él, antes de que Jihoon interrumpiera, se encontraba lanzado fuego por las orejas, simplemente porque encontraba el control de la televisión.
- Gracias – bebió un gran sorbo de licor, mientras su primo se sentaba a su lado con una copa para él.
- Sé lo que sientes – él también bebió – la rabia interna de no poder estar cada vez que quisieras – ambos se miraron, había un aire de nostalgia – pero amigo, es lo que elegiste – palmeó su hombro derecho - ¿Alguna vez tuviste una aventura así antes?
- ¿Cómo así? – realmente no lo entendía del todo.
- Siendo la segunda opción – Jeonghan negó, el siempre hacía lo que quería, no estaba acostumbrado a esperar – bueno, te cuento que esto no te llevará a nada, es como un callejón sin salida. Ahora estas enojado, porque no eres tú quien está en ese departamento y te enfada aún más que no haya leído ninguno de los últimos mensajes que le has enviado, los cuales calculo fueron más de diez. No te ha llamado para tranquilizarte y mucho menos te ha dado una explicación del porqué no te ha contado lo que haría esta noche. Te fastidia no tener el control, como siempre lo has tenido – Jeonghan rodó los ojos y soltó un fuerte suspiro. Jihoon sonrió con aires de victoria, luego de un silencio melancólico, volvió a hablar – era casado y estaba por nacer su primer hijo – El menor relajó sus hombros y se acomodó para escuchar con atención – hice el papel más lamentable de mi vida, como el que estás haciendo tú ahora.
- No estoy haciendo ningún papel – interrumpió a la defensiva, golpeándole el hombro – ahora continúa la historia – Jihoon lo miró acusatoriamente.
- Nunca me prometió nada, en serio jamás hubo un ''nosotros'' – sonreía con ironía, era extraño ya que el más bajo no era de demostrar demasiado sus emociones - pero por una extraña razón quería estar más cerca, continúe ahí una y otra vez. Cada vez que el llamaba yo corría a recibirlo.
- ¿Por qué?
- Aun no lo sé, pero lo que sí sé es que eso no era amor – se calló un momento - de eso estoy seguro – suspiró - el papel de ser ''el otro'' es el más triste que existe, en esta vereda nunca ganamos Jeonghan – el acusado simplemente bebió de la copa, aclarando su garganta.
- Lo amo – habló frustrado – en serio lo amo.
- Tienes una forma muy extraña de amar primito – ironizó.
- A ti te estimo – bromeó y Jihoon puso cara de asco - ¿Tú crees que he llegado tarde? – dijo mirando el techo, luego cerró los ojos y respiró.
- No lo sé, tú fuiste quien lo dejó y el aún está herido.
- Eso fue un impulso – pasó ambas manos por su cara ¿Por qué había sido tan imbécil? Pensó.
- Un impulso de dos años – levantó la voz en la última frase
- Soy un paciente psiquiátrico, no te impresiones – y ambos rieron con desgano.
- Hablando de Joshua yo creo que nunca será tarde, simplemente está dolido.
- En el fondo lo sé y eso es peor, no quiero que me ame. No puedo decirle que lo amo, porque sé que me seguirá hasta el fin del mundo si es necesario – de esto no estaba seguro, quería que lo acompañara, pero no podía prometer no volver a hacerle daño, porque siquiera se podía a prometer a si mismo no dañarse.
- Joshua es la única persona de verdad buena que he conocido en toda mi vida, pero bueno en serio. Y tú definitivamente eres todo lo que el no necesita, tienes que dejarlo ir – todos se lo repetían, lo sabía, pero no era tan fácil ¿Qué más hay en la vida sin Joshua? Se preguntaba desde que lo conoció.
- Él también te ama – Jihoon asintió – te encanta la idea, asqueroso – rieron - La tensión sexual entre ustedes me cabrea – el contrario rió más fuerte mientras recibía un golpe, porque quizás Joshua era lo que él, su primo, también necesitaba.
O el mundo necesita.
- Te equivocas a mí me gusta el dolor y Joshua es muy – pausó buscando la palabra correcta – Condescendiente, pero olvidando eso dime ¿Quién no ama a Joshua Hong?
- Ese será el nombre de mi primer libro.
- Me parece una buena idea – ambos se regalaron sonrisas sinceras.
- Ahora, aclárame una duda ¿Cómo sabes lo nuestro? – el contrario simplemente chocó ambas copas guiñando un ojo.
Lo sabía porque sí, porque se conocían mejor que hermanos. A pesar de esa extraña competencia que existió entre ambos desde la niñez, había algo más allá, más que la sangre que los unía. Entre Jihoon y Jeonghan había una conexión única, que les permitía sentirse menos solos y menos miserables, que les hacía sentir entendidos y más reales.
Acompañados.
Para celebrar el cumpleaños del castaño, Jun organizó una fiesta sorpresa en su departamento. Creó un grupo de chat donde convocó a todos dándole a cada uno una misión. La de Jeonghan y seungkwan era ''distraer al cumpleañero'' mágicamente a ultimo momento Kwan había tenido algunos asuntos que resolver.
- Vamos a salir, porque tu novio te está preparando una fiesta sorpresa - soltó al llegar a su departamento - y debo sacarte de acá hasta – miró su reloj – las ocho – Joshua lo golpeó, pero a la vez rio por lo ridículamente descarado que era.
- Ya lo sabía, lleva semanas histérico. Aun así, no deberías habérmelo dicho – el mayor simplemente se encogió de hombros, restándole importancia - ¿A dónde se supone que vamos tu y yo?
- A recoger muebles que no existen – Dijo serio y Joshua volvió a reír, este último estaba diferente, más relajado.
El miedo más grande de Jeonghan estaba volviendo, el miedo a perderlo, pero para siempre.
- ¿Estas bien? – preguntó preocupado, la distancia era notoria - Es mi cumpleaños – dijo con la voz un poco más dulce.
- Lo sé – Joshua guardó silencio mientras dejaba de sonreír, haciendo al mayor acercase y abrazarlo, quien automáticamente escondió cabeza entre su cuello. Ahí se abrazaron por un largo momento.
El mayor se calló con un te amo en la garganta, obligándose a no decirle que le dolía mucho el corazón compartirlo, que no lo besaba con libertad, porque el olor a Jun estaba en todos los rincones de ese departamento acompañado de restos de la cena de la noche anterior, que de seguro estuvo maravillosa.
Se mordió la lengua para no decirle que era horrible sentirse el otro, que le enfermaba todo.
- Feliz cumpleaños – dijo en susurro sobre su oído, pero no lo besó como esperaba.
Una vez dentro del auto Jeonghan le vendó los ojos, como excusa de que era sorpresa y aunque no le gustó la idea, aceptó. Llegaron hasta un parque grande con árboles muy altos, sin muchas personas alrededor. Justo a un lado de un viejo árbol había una gran manta, con comida y otras cosas sobre ella.
- Ahora sí, feliz cumpleaños - dijo abriendo sus brazos, Joshua se acercó, se animó a besarlo con ganas y fue correspondido.
- Gracias – sonrió dejando algunos otros besos alrededor de su rostro.
- Es muy cursi, lo sé – dijo con su rostro en el pecho de su exnovio – no sé en qué momento tuve esta fantasía – Joshua rio.
- ¿Te estas arrepintiendo? – tomó su rostro entre sus manos, alejándolo de su pecho – me encanta, es sencillo y lindo – besó nuevamente sus labios.
- No tuve tiempo para más, es infantil – sus orejas estaban ligeramente rojas - esto está fatal, lo veo en tu rostro.
- Solo estoy sorprendido – otro beso en la mejilla - no seas bobo, en serio me gusta.
Tirados en sobre el césped tuvieron la sensación de volver a ser adolescentes, haciendo nada se acurrucaron uno al lado del otro, con sus piernas ligeramente entrelazadas mientras Jeonghan se encontraba sobre el pecho de su ex novio.
- Tengo un último regalo – avisó mientras se levantaba – cierra los ojos y no hagas trampa.
- Con todo esto era suficiente – habló con sinceridad.
- No seas modesto – se escuchó a lo lejos. Jeonghan caminó hasta el auto para sacar el obsequio. Unos segundos después volvió a sentarse a su lado – puedes abrirlos.
- Wow – se veía sorprendido y eso lo hacía sentir orgulloso – una guitarra, hace mucho tiempo que no toco una, gracias – su ultimo hobbie era el piano, pero eso Jeonghan no lo sabía.
- No es un simple guitarra – dijo fastidioso – abre el escuche – era una guitarra negra con un montón de detalles escritos y dibujados en ellas, detalles que para ambos eran más que especiales.
- John Hong – rio al verlo en los costados de esta.
- Incluso tiene tu nombre artístico.
- Idiota – dejándola a un lado se sentó sobre sus piernas, acercándose para regalarle un beso de agradecimiento – en serio, muchas gracias – Joshua lo estaba besando en serio, con ganas y libertad.
Mientras se besaban sobre la manta, el reloj cruelmente avanzaba los minutos acortándoles el tiempo de fantasía que los unía.
- Bueno – habló Joshua alejando levemente a Jeonghan sobre él – si continuamos es probable que quedes embarazado.
- Lo criamos y ya está – besó el punto débil de Joshua, su cuello. Para luego subir hasta su rostro tomándolo – bésame - ordenó y el menor obedeció – otro – y continuo – más.
- Son las siete y treita.
- Déjame darte un último regalo - insistió refregándose contra su cuerpo.
- En serio vamos – lo besó por ultima vez, antes de levantarse.
En el camino de vuelta fue Joshua quien manejó, ya que el mayor odiaba hacerlo, había aprendido más por sobrevivencia que por gusto. Dentro del auto Jeonghan no paraba de molestarlo con besos, caricias y cantándole sobre el oído.
- ¿Qué haces idiota? – dijo al sentir las manos de Jeonghan recorrer su cuerpo con propiedad – ¡vamos a chocar! – el contrario lo ignoró y continúo tocándolo, ahora con una mano sobre su entrepierna.
- ¿Alguna vez te la chuparon mientras manejabas? – los ojos del castaño se abrieron muy grande, pero no le sorprendía del todo, su ex era normalmente impredecible.
- No vas a hacer esa estupidez – soltó una pequeña risita nerviosa, pesando que era una mala broma.
- Es tu cumpleaños y los cumpleañeros deben ser felices, el sexo nos hace felices – Llevó su cabeza hasta la entrepierna de su exnovio para molestarlo.
- Si, pero tu me estas matando – apretó el volante con fuerza al sentir algunos besos húmedos sobre su estómago.
- Estas reaccionando más rápido de lo que esperaba – dijo mientras lo manoseaba.
- Eres un enfermo, ya bas... - la mano ya no se encontraba sobre sus jeans.
- ¿Te acuerdas de todas las veces que tuvimos que hacerlo en un auto? – subía y bajaba la mano. Era difícil, pero lo estaba logrando – dime que nunca soñaste con esto.
- No – soltó con la voz débil. No quería racionar, pero su cuerpo le estaba fallando.
- Yo sí, muchas veces – la mirada del mayor irradiaba fuego, mientras Joshua lo veía acercas su boca hasta su entrepierna.
- Jeonghan para, me estas violando – al fin un semáforo en rojo. Tomó la cabeza del mayor y la levantó, ganándose una cara de reproche – No.
- Por favor, no me puedo morir con esta fantasía – dijo poniendo cara de cachorro.
- Me convierto en un tarado cada vez que estoy a tu lado ¡Oh! – sí, lo estaba dejando hacer lo que quería.
Y así continuó, continuó, continuó entregándole placer, hasta que el castaño sintió miedo de dejar ir el auto debido a lo temblorosas que se encontraban sus piernas y el sudor en sus manos. Definitivamente esto era los más extremos que hizo en su vida.
- Me voy a correr – el mayor no se detuvo y no aguantó más, simplemente lo dejó salir de él – quiero que sepas que contigo hago cosas que no haría con nadie jamás y no es un cumplido – su rostro reflejaba un montón de emociones contrarias, entre enojo y placer.
Al llegar al climax algo en Joshua volvió a sentirse extraño. Algo entre plenitud, un nivel que no sentía hace mucho tiempo y culpa, mucha culpa. Estacionaron el auto, mientras Jeonghan enviaba un par de emoticones al chat grupal, como un código anunciando la llegada del cumpleañero. Joshua estaba incomodo, terriblemente incomodo con algunos pequeños restos del líquido en sus pantalones.
- ¡Sorpresa! – gritaron con algo de retraso, ya que Jeonghan no avisó en el tiempo exacto para todos alcanzar a esconderse y gritar, lo había hecho apropósito.
- Feliz cumpleaños bebé – Jeonghan odiaba el bebé, le parecía infantil y pegajoso, como los pantalones de su exnovio en esos momentos. En el fondo amaba que se sintiera incomodo en estos momentos.
- Feliz cumpleaños tío Shua – se lanzó Dino y así todos poco a poco.
Luego de la entrega de regalos y la repartición de abrazos, el menor se excuso para cambiarse por un vestuario más acorde para la situación. Tiempo en el que Jeonghan decidió huir al baño, ahí se encerró y respiró profundo. Se sentía como un pez fuera del agua o como un animal domestico en un zoológico, simplemente fuera de lugar. Largos minutos tardó en salir de ahí, para ese momento Joshua ya estaba probando los deliciosos platos que Jun le entregaba con orgullo, los cuales había sido hechos por el mismo.