— ¿Alice? ¡¿Alice?! ¿Puedes oírme? — dijo la voz de Ethan en mi cabeza.
Mis esperanzas saltaron por el techo y miré alrededor del aula en la que estaba para ver si había alguna señal de él, pero no fue así.
— ¡¿Pero qué demonios?!
— Oh, ¡gracias a Dios! ¿Estás bien? — dijo la voz de Benny.
— No estoy segura, estoy oyendo voces en mi cabeza así que... Oh, Dios. Ahora estoy hablando con las voces de mi cabeza. No, definitivamente no estoy bien — balbuceé.
— Alice, ¡esta bien! Estamos atrapados en nuestros propios universos — ahora apareció la voz de Sarah.
— No veo cómo cualquier parte de esa frase es "buena" — dije.
— Escucha, todos estamos siendo atacados por algo, excepto yo — dijo Ethan.
— Alice, ¿hay algo en tu universo que intenta hacerte daño? — preguntó Benny, con evidente preocupación en su tono.
— Supongo que se podría decir que sí. Estoy siendo atacada por una gran tormenta eléctrica. Podría ser capaz de sostenerla con mis poderes, pero no por mucho tiempo — les dije, recordando que usar demasiada magia me produjo una hemorragia nasal. Tragué saliva cuando miré por la ventana y vi los árboles doblados por el viento.
— Vale, chicos, tengo una idea. Nos vemos en la sala en cuanto podáis, ¿vale? — ordenó Ethan.
Asentí con la cabeza y me di cuenta de que no había nadie allí para verme. Me levanté de mi asiento en el escritorio del profesor, pero de repente las ventanas de la clase se abrieron de golpe y, por impulso, levanté mis manos frente a mi cara en busca de protección. Pero no sentí que el viento frío me golpeara. Abrí con cuidado los ojos para ver que había hecho un pequeño campo de fuerza. Me mordí el labio en concentración y empujé el campo de fuerza hacia atrás haciendo que las ventanas se cerraran de golpe.
Me sequé el sudor de la frente y salí del aula. ¡Esto realmente me está estresando!
— Vale. Hay un tío con un manto. Y sin cara — dijo Ethan. Todavía no estaba segura de cómo podía hablar conmigo. ¿Tal vez debido a sus poderes de visión? — Vale, chicos, ¡ahora estoy igual que vosotros!
Corrí hacia la cafetería lo más rápido que pude, queriendo alejarme de la tormenta que se estaba llevando gran parte de mi energía. Cuando llegué allí, pude ver a Benny, Ethan y Sarah, pero estaban transparentes y casi a la vista, como fantasmas.
— ¡Puedo veros! — dijo Ethan y suspiró — ¿Vosotros me veis?
— Claro. ¿Eso es mi espejo? — preguntó Sarah, señalando la cosa en su mano. Entonces noté algo que estaba en la misma mano.
— ¿Es esa mi tarjeta? — pregunté. Reconocí la tarjeta del Día de San Valentín que Benny me regaló en el primer año.
— Sí y sí. ¡Cogedlo! Benny, tus pantalones — dijo él, y Benny se puso las manos en los pantalones que llevaba puestos. Ethan rodó sus ojos — Estos — corrigió, sosteniendo un par de pantalones cortos de gimnasio.
Todos cogimos nuestras cosas y Ethan comenzó a tirar. Nos sentimos como si estuviéramos siendo atravesados por una pared, y pronto nos tropezamos con el universo de Ethan.
— ¡Uff! Vale, estamos atrapados juntos. No hemos mejorado mucho — se apresuró a decir Sarah.
— Al menos no todos estamos so- —Benny se interrumpió a sí mismo cuando me vio — ¡Estás sangrando! — se acercó y pasó el pulgar sobre mi arco de Cupido. La diferencia de altura lo hizo sobresalir de mí. Tenía casi olvidado lo de la sangre que probablemente ya estaba seca en este momento.
— Estoy bien, en serio — aseguré — Contener la tormenta con magia fue un poco difícil para mí, eso es todo.
— Chicos, tenemos que irnos. Me persigue un tío sin cara con un montón de bolas de fuego — advirtió Ethan.
Justo cuando dijo eso, el Ciberodontólogo de Benny, una Sarah de aspecto malvado y el tío de la capa con bolas de fuego entraron a través de las puertas del comedor.
— ¿Sabéis?, prefería estar solo con Dr. Pantalones plateados — dijo Benny.
— Bueno, al menos una cosa no nos siguió hasta aquí — sonreí débilmente, pero se me cayó la cara cuando escuché el sonido de un trueno afuera — Oh, cómo echaba de menos ese sonido — dije con sarcasmo.
— No me lo creo. Mi peor pesadilla... Un malabarista con fuego... y una versión mejorada de Sarah — dijo Benny señalando a los que teníamos delante de nosotros.
— ¡Eh! — se quejó Sarah.
— Chicos, al menos nos destruirán juntos — Ethan trató de aligerar el estado de ánimo y agarré la mano de Benny con la mía mientras los cuatro nos alejábamos lentamente de las tres malvadas criaturas.
— ¿Ese es el lado bueno? — preguntó Sarah.
El tío de la capa comenzó a girar su bola de fuego la tiró hacia nosotros. Benny rápidamente tiró de mí en seguridad y me llevó a través de la puerta. Todos corrimos por nuestras vidas a través de la cocina y en los pasillos.
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Benny's POV
Fuimos a hurtadillas a una de las clases antes de que pudiéramos ser atrapados. El clima empeoraba lentamente, así que tuvimos que idear rápido un plan. Nos quedamos firmes contra la pared al lado de la puerta y escuchamos que los motores del Ciberodontólogo se acercaban a nosotros. La manija de la puerta comenzó a sacudirse y Ethan rápidamente evitó que se moviera.
Una vez que el sonido del robot se desvaneció, Sarah habló.
— ¿Y ahora qué? ¿Nos quedamos a esperar?
— No esperamos. Nos escondemos. Es mucho mejor plan — dije.
— Bueno, no podemos 'escondernos' demasiado tiempo porque esa tormenta va a destrozar el instituto con nosotros en él — reconoció Alice, usando citas aéreas para lo que yo dije.
— Debería salir y--
— ¿Salir a qué? — interrumpí a Sarah — ¿A recibir una paliza de ti misma?
— Eh, ni siquiera puedes usar tu magia para librarte del dentista — dijo ella de vuelta.
Hubo otro crujido fuerte de un trueno y volví mi atención a Alice que estaba a mi lado. Tenía la cabeza apoyada contra la pared y con los ojos cerrados, haciendo todo lo posible para mantener su respiración estable. Llevé su mano a mis labios y la besé dulcemente.
— Todo va a estar bien, ¿de acuerdo? — me tranquilicé aunque no tenía idea de cómo sacarnos de esta situación. Ella sonrió y asintió.
— Chicos, ¡no estáis ayudando! — dijo Ethan y me volví hacia ellos, todavía sosteniendo la mano de Alice.
— ¿Y si sales tú, tocas a Caperucita Manos Ardientes y tienes una visión? — me enfurecí, pero traté de controlar mi temperamento por el bien de Alice.
— Alerta de Spoiler: me freirá — dijo Ethan — Mirad, no podemos derrotarlos por separado. Tenemos que actuar como un equipo. Sarah, ¿cómo podemos pararte?
— Esa no soy yo. Es el yo que no quiero ser — dijo ella.
— ¿Por qué no? — le preguntó Ethan
— ¿Por qué no? ¡Porque no tiene conciencia y se come a las personas!
— Vale, ¡empezaremos por ahí!
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Alice's POV
— Hoy he corrido como un loco. La sangre se me va a salir de las venas — gritó Benny, tratando de atraer a la Sarah malva hacia nosotros.
Vimos que doblaba la esquina y rápidamente pasamos corriendo por otra. Los tres nos caímos deliberadamente al suelo y gemimos. Se pavoneó frente a nosotros y Ethan comenzó a montar el espectáculo.
— Nuestros débiles cuerpos ya no pueden seguir corriendo — dijo él.
— Hmm. Voy a parar para comer — ella sonrió.
— Bueno, ¡la cena está servida! — dijo Benny tentándola.
Ella siseó con sus colmillos y dio un paso hacia adelante, pero se detuvo.
— ¡Esperad! ¿Dónde está mi doble tontita?
— Eh... estoy demasiado lleno de... deliciosa sangre para contestar — bromeó Benny.
— Sí, ni siquiera puedo oírte por el sonido de mi corazón latiendo lleno de sangre — agregué.
— Bueno, puedo cenar algo rápidito — dijo ella y siseó de nuevo. Pero antes de que pudiera hacer otra cosa, la verdadera Sarah apareció detrás de ella y la apuñaló con una estaca de madera.
Una vez que la Sarah malvada se desintegró, la Sarah buena habló.
— Uno menos. Que pena. Me gustaban sus botas.
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— ¿La magia no funciona con los dentistas? — preguntó Sarah. Volvimos a la misma clase de antes por seguridad mientras descubríamos cómo derrotar las cosas diferentes después de nosotros.
— Eso no tiene ningún sentido — dije.
— No es un simple dentista, es un ordenador — informó Benny.
— Los ordenadores se basan en la lógica — señaló Ethan.
— ¿Y?
— Y que podemos pillarlo por ahí.
— Preferiría pillarlo con un tren, pero vale — dijo Benny.
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— Eh, ¡Inter-pringao! — gritó Ethan mientras Sarah sostenía al dentista/ordenador por los brazos para evitar que se fuera a algún lado — ¿Por qué separado se escribe junto y todo junto separado?
— Yo- yo- yo- — el Ciberodontólogo se crispó, incapaz de responder la pregunta.
— Si Pinocho dice, 'mi nariz crecerá ahora' ¿Crecería o no? — le pregunté.
— Él- él-
— ¡Tu misión es no aceptar esta misión! ¿La aceptas? — interrogó Ethan.
— Paradoja lógica detectada — dijo él con voz robótica.
— ¿Qué pasaría si volviera en el tiempo y matara a mi abuelo? ¿No significaría eso que nunca habría nacido, por lo tanto, no podría volver atrás en el tiempo para matarlo? — dije deprisa, comenzando a preocuparme ya que los vientos de la tormenta habían comenzado a abrirse paso en el instituto. Decidimos trabajar rápidamente en nuestros planes considerando que no podríamos resolver de todos modos y conseguir algo para vencer la tormenta que se avecina.
— Debo reconfigurar canal.
— ¡Funciona! — gritó Sarah.
— ¿Por qué hay que poner café dentro de la cafetera? ¿No hace el café? — preguntó Ethan y yo ya podía escuchar los circuitos del robot volviéndose locos — Benny, ¡vamos!
— Una vez, ¡me comí media pizza entera! ¡Media entera! — gritó Benny. El humo comenzó a elevarse desde el cyborg.
— Por favor, cancelen mis citas — dijo antes de desmayarse.
— ¡Sí! ¡Funciona! — dijo Ethan en victoria — Sabía que no podría con las paradojas lógicas.
— La verdad es que, he encontrado el botón de apagado. Siempre ha estado ahí — admitió Sarah.
— Eso nos hubiera ahorrado mucho tiempo — me quejé.
— Bien, otro fuera. Vamos — dijo Ethan antes de que Sarah y él comiencen a caminar. Estaba a punto de seguirles hasta que Benny habló.
— ¡Chicos, chicos, chicos! Tengo una idea — dijo él, acercándose al robot no funcional.
— ¿Podremos jugar a los videojuegos con esta cosa?
Puse los ojos en blanco. Agarré su mano y lo arrastré por el pasillo hacia Ethan y Sarah.
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Los cuatro caminábamos por un pasillo muy oscuro para mi gusto mientras tratábamos de encontrar la forma de derrotar el miedo de Ethan. Hice mi mejor esfuerzo para ignorar los sonidos de la lluvia y de los truenos. El viento estaba derribando muchas puertas, por lo que estar dentro era tan malo como estar afuera.
— A Sarah y a mí nos persiguieron cosas a las que teníamos miedo y la tormenta es porque Alice le tiene miedo a eso. ¿Quién es el pirómano del albornoz? — preguntó Benny.
— No lo reconozco de la lista de mis peores pesadillas — dijo Ethan.
— Pues, si no sabes qué es, ¿cómo lo detenemos? — preguntó Sarah.
— Incluso si de alguna manera lo detenemos, no hay forma de que podamos detener la tormenta — dije — No sé ustedes, chicos, pero la última vez que lo comprobé, ninguno de nosotros pertenece a los X-Men y somos capaces de controlar el tiempo.
— ¡Espera! Quizá no tengamos que hacerlo. Si yo os he traído a este mundo--
— ¡Tal vez alguien del mundo real pueda devolvernos allí! — Benny terminó lo que trataba de decir Ethan.
— Tal vez. Sí. No lo sé — Ethan tropezó con sus propias palabras — Hay que encontrar un objeto con carga emocional.
— Erica tendrá algo en su taquilla — sugirió Benny.
— Por favor. La mitad de las cosas que hay ahí no son suyas — dijo Sarah.
Justo cuando estaba lista para darme por vencida, recordé algo con lo que Rory había estado obsesionado últimamente.
— Chicos. Sé a dónde podemos ir.
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Esto es una total pesadilla. Mientras corríamos por el pasillo hacia la taquilla de Rory, muchas taquillas se abrieron y cerraron debido al viento. El techo comenzaba a gotear y el instituto estaba casi a oscuras, excepto por el ocasional destello de luz del rayo. ¿Por qué no podría haber tenido miedo a los unicornios y arcoiris?
— Uff, menos mal que me sé la combinación de Rory — dijo Benny una vez que llegamos.
Antes que nada, el viento hizo saltar el seguro de Rory y la taquilla se abrió sola. Todos saltamos del susto y Benny dijo un rápido 'no importa'.
— La verdad, creí que habría más juguetes — dijo Sarah.
Pude ver el peluche Bigfoot Vampiro de Rory de su serie favorita. Extendí la mano para sacarlo y se lo entregué a Ethan.
— Esto debería funcionar — le dije.
— ¿Rory? Rory, ¿estás ahí? — le preguntó Ethan al juguete. Parecía bastante extraño verlo hablar con un objeto.
— ¿Qué es eso, Bigfoot Vampiro? Hablas como Ethan — escuchamos la voz de Rory y suspiré de alivio.
— ¡Soy Ethan! — respondió Ethan de vuelta — ¡Estamos atrapados en otra dimensión!
— Whoa. Rory, creo que estoy pasando demasiado tiempo contigo — dijo la voz de Erica. Supuse que Erica se habría aburrido sin nosotros, pero nunca pensé que recurriría a pasar tiempo con Rory, alguien a quien encontraba particularmente molesto.
Una pequeña luz apareció al otro lado del oscuro pasillo. Después de que mis ojos se ajustaron, noté que era la figura envuelta en una capa que cargaba otra bola de fuego. La lanzó en nuestra dirección y todos nos agachamos y huimos. Doblamos una esquina y nos apoyamos en una serie de taquillas para recuperar el aliento.
— Nos persigue una torre en llamas andante. ¡Tenéis que sacarnos de aquí! — le gritó Benny al Bigfoot Vampiro.
— Solo si Sarah firma mi candidatura — dijo la voz de Erica. Puse los ojos en blanco. Sus amigos podrían morir, pero ella solo los salvará si hacen algo a cambio de ella. Típico.
— ¡¿Pero no había que entregarla hace un mes?! — preguntó/gritó Sarah.
— ¡¿Qué?! ¡¿Me estás diciendo que llevo con Rory y su muñeco todo el día para nada?! — gritó. Sí, karma's a bitch, lo sé.
— Erica, solo--
La frase de Ethan fue interrumpida por el sonido del cristal al romperse. La tormenta había roto la ventana por el pasillo en millones de pedazos, el viento envió los cristales rotos hacia nosotros. Todos nos alejamos del peligro y nos agachamos, cubriéndonos la cara lo mejor que podíamos con nuestros brazos. Me apreté los ojos y me acuné las orejas cuando escuché el rayo más fuerte probablemente conocido por la humanidad. Parecía como si estuviese justo a nuestro lado en la escuela.
Cuando los destellos de luz desaparecieron, me puse de pie débilmente.
— ¡Nos vemos delante del instituto ahora mismo! — Ethan gritó al peluche sobre los duros vientos que casi nos estaban derribando.
Corrimos tan rápido como pudimos a la entrada principal del instituto. Cuando doblamos la esquina, Erica y Rory dieron la vuelta la otra esquina del otro lado del pasillo, excepto que eran ligeramente visibles, similar a la forma en que nos vimos antes de saltar a la misma dimensión.
— ¡Caray! ¡Me gusta el look fantasma! — dijo Rory.
— ¡Los fantasmas sois vosotros! — respondió Benny.
— Chicos, ¡todos somos fantasmas! — Ethan resolvió la confusión de todos — ¡Coge el Bigfoot Vampiro!
— ¡Si ya lo tengo! — Rory sonrió inocentemente.
— ¡El fantasma, genio! — dije.
Erica se acercó y agarró el peluche que estaba en las manos de Benny. Los cuatro nos apoyamos al cuerpo de Benny mientras Rory ayudaba a Erica a atravesarnos. Miro por encima de mi hombro y vi al tío encapuchado cargando otra bola de fuego. La disparó hacia nosotros, pero de repente desapareció. Y también pasó lo mismo con los restos del instituto. Así que fue la tormenta. Cuando llegamos al mundo real la luz era mucho más brillante, casi lastimando mis ojos. Jadeamos cuando miramos a nuestro alrededor y vimos a algunos estudiantes confundidos.
Hemos vuelto.
— ¡TACHÁN! — gritó Benny e hizo una reverencia, actuando como si fuera un truco de magia y totalmente intencional.
...................
Entré en la cocina de Ethan después de ponerme una muda de ropa, debido a la terrible tormenta, solo para escuchar a Benny contar el final de su historia a su abuela.
— Y él venga con su taladro y ¡no lloré ni una vez! ¡Ni una vez! — dijo él contento.
Me reí entre dientes y apoyé los antebrazos en la encimera de la cocina, al lado de Benny ya que no había más butacas.
— Pero trabajamos juntos — agregó Sarah, entregándome una taza de té caliente con una sonrisa que yo también le devolví.
— ¡Y salimos vivos! Supongo que eso ya se lo imaginaba — dijo Ethan y le dio a la abuela una taza.
Benny debió de haberse dado cuenta que estaba al lado suyo porque colocó su mano en mi cintura y tiró de mí hacia él. Palmeó su pierna y -con un sonrojo en mi cara- me puse sobre su regazo. Envolví mis manos alrededor de mi taza para mantenerlas calientes y Benny hizo lo mismo con la suya.
— Veo que habéis aprendido la lección. Aunque haya hecho falta lanzaros a cuatro dimensiones privadas — dijo la abuela sonriendo y bebió de su té.
— ¡¿Qué?! — todos dijimos al mismo tiempo.
— Oh, relajaos. No corristeis verdadero peligro — dijo ella riéndose un poco.
— ¡Díselo a los robots locos, a las Sarah's malvadas y a la tormenta que casi destroza el instituto — dijo Benny enfurecido — ¡Te has pasado, Abuela!
— No te sulfures, Benny — dijo ella de vuelta y yo resoplé — Esos son vuestros miedos. Necesitabais una razón para trabajar juntos.
— Y, ¿el tío sin cara y con capucha que lanzaba bolas de fuego? — la cara de la abuela cayó una vez que esas palabras salieron de la boca de Ethan.
— ¿Qué? Tú tenías que estar solo — dijo ella. Sentí escalofríos correr por mi cuerpo — Ethan, tu miedo es perder a quienes te rodean.
— Bueno, sí, ese era mi miedo. Pero ahora es uno que lanza bolas de fuego — dijo Ethan.
— No debería haber habido nadie allí — susurró ella y dio un paso hacia la ventana de la cocina — Esto tiene que ver con la oscuridad que noto. Se acercan problemas.
Ethan, Sarah y yo compartimos miradas de preocupación y miedo, pero la atmósfera incómoda cambió cuando Benny abrió la boca para decir algo.
— ¿Queda alguna galleta? Si no me como una, sí que tendremos problemas.
Siempre puedes contar con Benny para arruinar un momento serio.
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¡¡Aaah!! Ya solo me quedan dos borradores/capítulos para terminar este libro. No sabéis lo mucho que estoy agradecida de todos sus buenos comentarios y por todo su apoyo y dedicación que han puesto para leer esta saga de libros. En serio, muchas gracias♥
* — Sheila — *