_________________________________
Nota de Galfoy (autora original):
"La espera ha terminado... Estamos a punto de averiguar lo que quebró a Hermione. Pobre chica. No pierdas esa pequeña esperanza cerca al final. Estoy contenta de que el último capítulo los haya sorprendido... tengo el objetivo de mantener las cosas un poco impredecibles. Vamos a ver si puedo seguir así..."
_________________________________
Una hora después, Wolf llegó aturdido a través de la red flu, sus ojos estaban desorbitados. Los cuatro hombres lo miraron ansiosamente.
—Recibí el mensaje de tu patronus, perdóname, estaba fuera del país —dijo a Harry y Ron, ignorando a los Malfoy por completo—. Otro de mis empleados también está desaparecido... Bryce Court. Sin embargo no hay ninguna señal de que fue llevado en contra de su voluntad, por lo que podría ser el atacante.
—Eso nos da una ventaja, gracias a Merlín —dijo Ron, escribiendo algunas notas—. No hemos podido encontrar nada que no sea su varita y sangre... tiene sentido que haya sido planeado desde dentro. Tienes una excelente seguridad en el laboratorio.
—Al parecer no lo suficientemente excelente —dijo Wolf mirando muy tenso—. No puedo creer que se la hayan llevado. ¿Tienen alguna idea de dónde podría estar cautiva?
Harry negó con la cabeza. —Sabemos muy poco acerca de dónde tienen a sus prisioneros. Tonks está trabajando en ello, pero no tenemos casi nada con lo que seguir... creo que sería mejor reunir más información sobre Bryce. Él es el principal sospechoso que tenemos en este punto.
—Y ¿qué hay de estos dos? —Wolf se burló, volteándose hacia Draco y Lucius, apuntándolos furioso con su dedo. Ambos hombres se tensaron—. Ellos la quieren muerta. Todos sabemos que lo hacen. Tal vez ellos han estado brindando información a sus antiguos colegas. ¿Les han preguntado?
Ambos Malfoy apretaron las mandíbulas, miraron de forma asesina a Wolf y se erizaron ante la insinuación. Harry captó la mirada de Draco y le dio una mirada sorprendentemente tranquilizadora.
—Wolf —cortó rápidamente—. No tienen forma de contactar con nadie, además del Cuartel. Hermione diseñó el sistema de la forma más restrictiva posible... dejando de lado las conexiones con los Mortífagos, sería imposible para ellos haber traspasado el sistema de seguridad. Ni siquiera tienen varitas.
—¡Y por no mencionar el hecho de que ya no estamos trabajando para Quien-tú-sabes! —Draco gruñó, desesperado por hacerse oír—. No desearíamos hacerle daño a Granger. Nosotros la queremos de vuelta también —Oyó a Ron resoplar, pero lo ignoró, continuó enojado—. ¡Te recuerdo que nosotros fuimos los que le alertaron sobre el hecho de que ella no había vuelto a casa!
—Sí, qué conveniente para ustedes —espetó Wolf, se veía peligroso—. Qué coartada tan práctica. ¿Y no desearían hacerle daño a ella? Eso es mierda. Todos sabemos lo mucho que piensan sobre los hijos de Muggles ¿Crees que están por debajo de ti, que ellos estarían mejor muertos o como esclavos que ser tratados como iguales —Draco notó a su padre bajar la cabeza por el rabillo del ojo. La culpa por sus últimas palabras a Hermione, sin duda.
—No malgastes tu aliento en mí —Wolf continuó—. El hecho de que Harry te cree, no significa que yo lo haga. Voy a estar observándolos.
Girando sobre sus talones, entró en la red flu y desapareció.
Draco dejó escapar un gruñido furioso y tiró de su cabello. —Pendejo de mierda —Lucius había colocado su cabeza entre las manos, masajeando sus sienes con los pulgares. Se veía horriblemente en conflicto.
—Señor Potter, ¿puedo hablar con usted un momento? ¿En privado? — dijo Lucius de repente.
Harry le lanzó una mirada extraña, pero asintió bruscamente e hizo un gesto hacia el pasillo. Lucius se levantó y lo siguió, dejando a Draco y Ron en la sala de estar.
—Weasley —dijo Draco, con su expresión llena de dolor—. No voy a pretender que nos llevamos bien, o que incluso nos agradamos, pero tú me crees, ¿no? Sabes que nunca quise esto. —Draco no sabía por qué de repente le importaba, pero Hermione le hacía falta y quería que Potter y Weasley entendieran que él no era responsable. Sentía un fuerte lazo hacia Hermione. Había más que un lazo entre ambos. La sugerencia de que podría haber planeado el ataque en realidad lo hacía sentirse enfermo.
Ron miró a sus pies por un minuto y luego se encogió de hombros. —Es difícil de decir, pero sí, parece una exageración pensar que estás involucrado. Tú y Herms parecen llevarse mejor últimamente, por la razón que sea —sonaba bastante molesto para estar admitiendo eso en voz alta.
Draco sintió algo de alivio al oír las palabras de Ron. Si él podía verlo de esa manera, tal vez Harry también.
—¿Qué supones que tu padre quiera hablar con Harry? —dijo Ron, su frente se arrugó por la confusión, miró hacia donde los dos hombres habían desaparecido.
Draco miró en la dirección del pasillo. —No estoy seguro. Tal vez él quiere ayudar de alguna manera. También le ha tomado afecto a Granger.
Ron se rio entre dientes. —Nunca pensé que vería el día.
—Yo tampoco.
Ron parecía perdido en sus pensamientos. Se frotó los ojos con las manos y luego empezó a hablar, mirando nuevamente a sus pies.
—Poco más de un año y medio atrás, Hermione desapareció en una batalla. Estábamos tratando de proteger a un barrio muggle de un ataque mortífagos cerca de Bristol.
—Recuerdo esa batalla. Mi padre y yo fuimos retenidos en nuestra casa... ya habíamos empezado a caer en las filas, supongo, pero no me di cuenta entonces. Creí que querían mantenernos a salvo —Draco resopló.
—Me alegra saber que no estuvieron allí, la verdad —dijo Ron—. Fue una larga batalla. Ella había desaparecido por tres horas. Las pérdidas eran muchas en ambos bandos. Harry y yo estábamos volviéndonos locos. Cuando la encontramos... bueno... fue un espectáculo considerablemente horrible.
Draco se movió incómodo. Sabía Ron estaba a punto de decirle lo que provocó el quiebre de Hermione, y si la ansiosa inquietud de Ron lo indicaba, era algo grave.
—Los mortífagos habían atacado una escuela muggle, y ella fue para salvar a los niños, por supuesto. Fue acorralada en un aula con todo un grupo de niños. Los mortífagos... ellos... —Ron se calló, lucía deteriorado—. Lanzaron un hechizo a través de una ventana. Se rompió el cristal. El hechizo mató a los niños... funcionó como una cámara de gas muggle, supongo. Herms solo sobrevivió porque sabía el encanto del casco-burbuja y se lo invocó antes de inhalar. Los niños no tuvieron oportunidad... murieron inmediatamente. Estuvo atrapada allí con todos los cuerpos por horas hasta que hayamos la forma de retirar el hechizo de bloqueo.
Las palabras de Ron hicieron eco en el espacio entre ellos. Hermione... mágicamente encerrada en una habitación llena de niños asesinados. Niños a quienes había estado tratando de salvar. Era suficiente como para romper cualquier persona, pero Hermione tenía el corazón más grande Draco había visto nunca. Debió haberla destruido.
Todo empezó a girar y Draco corrió a la cocina. Apenas logró llegar antes de vomitar, logró meter la cabeza en el lavabo justo a tiempo y vaciar completamente su estómago. Intentó vomitar varias veces sin que nada saliera de su boca antes de desplomarse en el suelo, temblando de pies a cabeza. Su corazón gritaba por Hermione, por todos aquellos niños que fueron capturados en el medio de una terrible pelea que no entendían. Nunca debieron estar involucrados en primer lugar. ¿Y los mortífagos responsables? Tal vez Draco había sido encerrado de alguna manera, pero no podía pensar en un solo mortífago que hubiese tenido las agallas para hacer eso. Ellos tenían prejuicios, personas detestables, pero era mucho más su estilo tomar muggles individualmente y torturarlos que masacrar una sala llena de niños. Los mortífagos eran cobardes que querían poder, en general. Ellos no tenían el estómago para ser asesinos en masa. Ese era el trabajo del Señor Oscuro. Draco podía verlo ahora.
Ron se acercó y se sentó junto a Draco en el suelo. Draco trató de no analizar su acción—estaba agradecido por la momentánea falta de hostilidad.
—¿Quién lo hizo? —Draco ahogó— ¿Quién haría algo así?
—Se llamaban sí mismos los hermanos Morrati. La Orden los localizó y mató, pero el daño ya estaba hecho.
—Esos hermanos estaban locos —dijo Draco, tratando de recordar detalles acerca del par. Hacía siglos que no pensaba en ellos, y estaba aliviado de que hayan desaparecido. —Incluso el Señor Oscuro llamaba a sus métodos 'innecesarios', si puedes creerlo. Creía que eran demasiado llamativos. No le gustaba su estilo.
Ron asintió, sorprendido. —Sí. Nunca habíamos encontrado mortífagos que fueran tan locos. Simplemente por su sed de sangre. Solo asesinos en serie en busca de una causa, tal vez. Les gustaba la tortura psicológica también. Y funcionó... Herms era un caso perdido. Gritó y tembló durante días. Dejó de hablar. Dejó de comer. Trató de hacerse daño. Fue un desastre. Ella sueña con los niños cada noche, como probablemente te has dado cuenta. Y luego su novio murió unos meses más tarde en una batalla aparte. Sus padres fueron asesinados el año anterior. Ella completamente se cerró.
—Su novio... ¿Te refieres a Anthony? ¿Es por eso que él le dejó la casa? ¿Porque ellos tenían una relación? —Draco siempre había sentido curiosidad por el sanador con el que Hermione había estudiado. Tenía sentido que hayan estado juntos, incluso si ella no lo hubiera dicho.
—Sí. Él estaba loco por ella. A veces me pregunto si sabía que lo matarían también... puso todo a nombre de ella, se aseguró de que ella tuviera todo lo que necesitaba. Buen chico. Ni siquiera habían estado juntos por mucho. De todos modos, ahora te das cuenta de por qué Harry y yo estábamos bastante sorprendidos por su progreso en los últimos meses. Durante un tiempo, pensamos que la perderíamos por completo.
Draco suspiró, la comprensión asomaba en sus ojos. —Probablemente también se molestaron porque su mejoría coincidió con mi padre y yo alojados aquí.
Ron sonrió débilmente. —Es cierto, no estábamos contentos por eso, pero probablemente exageramos un poco. Mientras ella se mejore, no hay mucho que podamos hacer por sus motivaciones. Es raro que tú terminaras siendo su motivación, pero realmente eso es nuestra culpa. Esperábamos que el cuidar de ambos la ayudaría, y así fue. Fue bueno para ella tener algo qué hacer. Personas que la necesitan más que emocionalmente. Ella respondió bien sabiendo que necesitabas que la maldición fuera retirada de ti todos los días. Obviamente, lo tomó en serio. Comenzó a cambiar para bien muy rápido.
Se sentaron en silencio, pensando en los detalles de su conversación. Draco decidió que le gustaba ser la motivación de Hermione. ¿Continuaría siéndolo ahora que la maldición se había ido? ¿Podría ella volver a ellos?
Finalmente oyeron a Harry y Lucius volver, y se pusieron de pie.
—Ron, Lucius regresará al Cuartel con nosotros —dijo Harry, luciendo un poco más tranquilo—. Él estuvo de acuerdo en decirnos todo lo que sabe acerca de las operaciones de los mortífagos y Quien-tú-sabes en lugar de responder a nuestras peticiones específicas, como habíamos acordado antes.
Draco lanzó una mirada orgullosa a su padre, quien fingió no darse cuenta. Los términos de su rescate decían que Lucius debía responder a preguntas muy específicas sobre el trabajo del Señor Oscuro, pero como Lucius había sido parte del círculo íntimo, tenía mucho más conocimiento que podía impartir. Simplemente no había querido salir de la desconfianza arraigada de la Orden. Hermione parecía ser una razón suficiente para ofrecer la información.
—Malfoy, ¿estarás bien aquí solo por unas horas? —preguntó Harry.
—No hay problema —dijo encogiéndose de hombros.
Harry, Ron y Lucius desaparecieron en la red flu, dejando a Draco caer inconsciente en el sofá, pensando en Hermione.
_________________________________
Dos días pasaron, y no encontraron ninguna señal de Bryce, ni de Hermione.
Ambos Malfoy mantuvieron una vigilia constante en la casa, esperando cerca de la chimenea y saltando ante el menor ruido. Harry y Ron iban varias veces al día. Aunque los cuatro hombres no habían llegado a ser exactamente amigables, la desaparición de Hermione los había unido de una manera extraña. Ya no peleaban acaloradamente como antes. Ellos se mantenían fuera del camino del otro y se sentaban en silencio, subsistiendo una vez más en un flujo constante de la cocina de Molly Weasley. Draco extrañaba a Hermione más de lo que podía expresar a nadie, y estaba haciéndose daño al pensar lo que podría estar sucediéndole a ella mientras todos ellos estaban sentados infructuosamente en busca de pistas. Sabía muy bien lo que pasaba con los prisioneros de los mortífagos. Se estremeció al pensar en el estado de su frágil mente, encerrada en algún sótano.
Wolf sólo llegaba para hablar con Harry y Ron, luciendo cada vez peor con cada visita. Tenía ojeras debajo de sus ojos, y su piel estaba pálida. Los hermosos rasgos que una vez lo definieron se habían perdido bajo el dolor y la ira.
Draco tuvo el mismo sueño dos noches seguidas. Estaba de nuevo en el sofá, mirando mientras Hermione terminaba su último tratamiento. Él cubría sus manos con la suyas, pero en lugar de besarla en la mejilla, él llevó sus labios a los de ella inmediatamente. Ella sabía a miel. Se sentía como si se estuviera derritiendo de la mejor manera posible, y envolvía sus brazos alrededor de ella con un gemido.
Fue entonces cuando despertó cada vez. Lo hacía sentir completamente impotente, lleno de pesar. Podría haber sido más amable. Él podría haber sido más valiente. ¿Y si lo peor había pasado? ¿Y si ella estaba muerta? Nunca sería capaz de decirle lo mucho que lo sentía. Era casi demasiado para manejar.
Se había convertido en un manojo de nervios, turbado y distante, sus manos derramaban su té de tanto temblar. Con el tiempo, abandonó sus intentos poco entusiastas para ocultar su estado miserable —estaba más allá de importarle lo que pensaran de él ahora. Incluso Harry y Ron se dieron cuenta, compartiendo una mirada comprensiva. Nunca habían esperado que Draco Malfoy de todas las personas estaria tan afectado por Hermione.
La tercera noche, Lucius se había ido a la cama temprano y Harry y Ron estaban en el Cuartel. Draco estaba jugando con el juego de ajedrez, cuando oyó un rugido proveniente de la red flu. Miró por encima, esperando ver a Harry o Ron salir.
En cambio, un cuerpo apareció deslizándose dentro de un capullo ensangrentando, acurrucado en una bola.
Granger.
Él apenas era consciente de que se había puesto de pie, gritó llamando a su padre. Apenas notó que su padre gritaba por ayuda a través de la red flu mientras Draco extendía cuidadosamente los miembros de Hermione, comprobó los daños, estremeciéndose ante sus ropas empapadas de sangre, el pelo enmarañado y los labios azules. Comprobó su pulso como si estuviera en trance. Estaba allí. Débil, pero allí estaba. Su pecho le dolía.
Apenas registró a Rose corriendo a través de la red flu con Harry y Ron, sacando sus pociones y gritando instrucciones a los muchachos. El cuerpo de Hermione fue llevado a su habitación casi tan rápidamente, la hicieron levitar y rápidamente Rose retiró capa tras capa de ropa de encima de ella.
Rose dejó a los hombres de pie en la entrada de la puerta, pero insistieron quedarse en el dormitorio con Hermione mientras ella trabajaba en tiempo récord para estabilizarla. Hermione estaba sólo en sus bragas y camiseta sin mangas ahora, que incluso estaban manchadas de sangre. Rose estaba completamente concentrada, murmurando hechizos mientras vertía pociones en la garganta de Hermione y la untaba en cremas. Draco se preguntó si tal vez había juzgado mal Rose. Ella estaba curando a Hermione con un fervor que nunca habría esperado. Estaba agradecido de que ella estuviera allí. Cualquier cosa para ayudar a Hermione.
Draco solo se dio cuenta entonces, cuando se apoyó contra la pared y dejó que su mente se ponga al día con lo que acababa de suceder, que sus mejillas estaban empapadas.
_________________________________
Una hora más tarde, Rose salió de la habitación, secándose las manos con un paño de algodón.
—Hermione fue torturada y golpeada, pero está estable ahora. No estoy segura aún de cómo la habrá afectado mentalmente... ella ha permanecido inconsciente desde que salió de la red flu.
Los cuatro hombres decayeron un poco ante la noticia de que había sido torturada. Draco se dio cuenta de que Harry estaba parpadeando para contener las lágrimas mientras que se frotaba la cicatriz muy enojado. Ron maldijo entre dientes. Draco sintió una mezcla de furia y desesperanza ante la situación. Tenía que entrar en la habitación para comprobar el estado de Hermione. Solo esperaba que todo el mundo en el pasillo encontrara algo más que hacer para que pudiese ingresar inadvertido. Sintió una necesidad irrefrenable de estar cerca de ella, aunque ella esté inconsciente.
—Ron, tenemos que ir al laboratorio otra vez y ver si podemos encontrar algo —dijo Harry, para alivio de Draco—. Creo que alguien la empujó a través de la red flu y la envió de vuelta aquí... a menos que ella estuviera consciente cuando entró y se desmayó durante el viaje, alguien la ayudó a volver. Tenemos que averiguar si lo hicieron para asustarnos o si lo hicieron para salvarla.
Ron asintió, sus párpados estaban pesados. Caminaron de regreso hacia la chimenea.
—Nos vemos Malfoy, Lucius —dijo Harry antes de entrar en las llamas—. Y gracias, Rose.
Draco echó una mirada a su padre, y luego a Rose.
—Volveré mañana por la mañana —dijo ella mirándolo tímidamente. Se fue sin decir nada más.
Ahora sólo estaba su padre. Draco se preguntó si debería inventar una excusa para distraer a Lucius de la habitación de Hermione para que pudiera entrar y verla. Como si hubiera leído sus pensamientos, Lucius lo miró.
—Voy a dormir temprano, hijo. Ve a verla. Si despierta... por favor... por favor, dale mis mejores deseos.
Draco no necesitaba más estímulo. La puerta estaba entreabierta, y entró en silencio, cerrándola detrás de él.
Ella estaba bajo las sábanas ahora, acostada sobre su espalda, con los brazos descansando encima de las mantas a ambos lados. Las tiras de una camiseta de algodón fresco asomaban sobre sus hombros al descubierto. No se dio cuenta cuando Rose cambió su ropa—esa chica era sin duda más inteligente de lo que él había pensado. Incluso el cabello de Hermione parecía cepillado, y su piel estaba limpia de nuevo, ni una mota de sangre o de tierra a la vista.
Estaba sin palabras y se sentó al borde de la cama.
—Granger —dijo—. Estaba tan preocupado por ti. — Comenzó a trazar sus dedos, recordando lo bien que se había sentido hacerlo antes. Ella todavía estaba increíblemente suave.
—Esto no tenía que suceder, ya sabes. Nada de eso. Yo no iba a dejar de odiarte. No se suponía que debías ser tan amable conmigo. Definitivamente no se suponía que fueras secuestrada justo cuando empiezo a necesitarte. Y lo hago, Granger. Te necesito. Creo que tal vez eres adictiva o algo... es como si me sintiera mal cuando estás demasiado lejos por mucho tiempo. No sé por qué.
Él miró su cara mientras dormía más de cerca, todavía trazando sus dedos.
—Bueno, tal vez sé por qué —dijo, en voz baja—.Pero esa parte no tenía que suceder tampoco.
Su pecho todavía le dolía, pero el dolor estaba comenzando a disminuir. El dolor lo ponía nervioso, porque él sabía que no era por la maldición. Era por algo más aterrador.
—Mi padre se siente terrible, Granger. Creo que él pensó que me estaba ayudando o algo estúpido como eso diciendo lo que dijo. De todos modos, él sabe que se equivocó. Es difícil para él también... darse cuenta de que todo por lo que hemos luchado, probablemente, no era cierto. Lo hace cuestionar todo. Él comenzó a ayudar a la Orden de verdad, ya sabes. Dejar que le den Veritaserum. Darles una mina de oro de información, todo lo que pidieran. Todo eso, todo por ti.
Draco se preguntó brevemente lo que tendría que hacer para que Hermione lo dejara tocar sus manos cada vez que quisiera. Se sentían como la seda.
—Yo iba a besarte, ya sabes... ese día antes de que desaparecieras. ¿Sabías eso? Creo que tal vez sí. Desearía que me hubieras dejado hacerlo, pero tal vez no. Tal vez simplemente te hubiera molestado. Sé que no soy el tipo que normalmente elegirías. Los héroes son más tu tipo, creo. Entiendo eso.
Él continuó susurrando, pasando su dedo por su mejilla.
—Puede que no te merezca, pero podría tratarte tan bien, Granger. Podría cambiar. Si me dejas, yo podría cambiar.
Se sentó en silencio durante un rato, viendo su cara, sintiéndose agradecido que ella estuviera de vuelta en la casa. Sabía que probablemente debería irse a dormir, pero dejarla le parecía una locura... ¿Y si ella se despertaba y necesitaba algo? No tenía idea si Rose le había dado una poción para dormir... ¿Y si ella tenía un terror nocturno?
Se decidió, entonces. Draco agarró una almohada de repuesto de la lujosa silla de lectura de Hermione, se tendió en el suelo, y se quedó dormido. A medida que caía dormido, no vio los ojos de Hermione abrirse brevemente, y luego cerrarse de nuevo.