Pasión Italiana (Ya en Físico)

Af danielacgalvis

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Bruno Lombardi. Frío,calculador y el hombre más poderoso de la mafia italiana, su mundo gira en reglas que na... Mere

《Sinopsis 》
-Personajes-
《Booktrailer》
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
Epilogo
Capítulo Extra
Próximamente en físico
Información sobre la venta del libro

CAPITULO 48

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Af danielacgalvis

Canción: Pink -  What about us

Los sentimientos se arremolinan en mi interior, una mezcla entre tristeza y culpa, desde que salimos de la mansión no he dejado de llorar, de pensar en lo peor.

La felicidad dura tan poco, eres una tonta por creer en los finales felices - la voz de mi subconsiente me arroja con brusquedad a la fría y dura realidad.

- Te desobedecí de nuevo - es lo único que le digo a Bruno quien por todo el camino luce angustiado, sujetando mi mano, mirandome, tratando de no dejar escapar sus lágrimas. - Siempre te ocasiono problemas, ni siquiera puedo cuidar a mi bebé, tal vez sólo debería morir y dejar que el viviera.

Su expresión cambia, me mira incrédulo a lo que he dicho.

- Deja de decir barbaridades.

- Es la verdad, se que no estoy bien,escuche al médico decírtelo.

- Camila, no digas eso, basta por favor.

- Mi hijo estará mejor contigo.

-¿Cómo me dices eso? Yo mo puedo vivir sin ti ¿Qué haría solo con mi hijo?

- Ser feliz.

- No los perderé a los dos, ni a ti. ¡Camila!

- ¿Qué? - Digo en un susurro. Mientras me empiezo a sentir adormilada .

- No cierres los ojos - Su voz empieza a sonar en un profundo eco.

No se cuanto tiempo transcurre, pero puedo jurar que el camino al hospital se ha hecho eterno y largo.

Bruno corre de manera desesperada a la parte de urgencias, explica mi estado y me remiten al parecer a una camilla.

- Usted no puede ingresar - le dice una voz femenina.

- Déjelo por favor, es mi esposo, me siento más segura con él - pronucio a la mujer con las palabras entrecortadas.

- Esta bien.

Me ingresan a un cubículo diminuto, estoy aferrandome a las sábanas de la camilla, esperando lo peor o lo mejor.

Pasan la máquina por mi vientre, pero al parecer no hay ningún movimiento de el bebé.

¿Porque no lo hace? Es mi culpa, soy una idiota.

- ¿Porque no se mueve? - las lágrimas vuelven a aparecer.

- Sólo espere un momento.

- Bruno..mi hijo, nuestro hijo.

- Estoy aquí contigo, no pasará nada - susurra para calmarme, apretando mi mano.

- Ahí está, esta moviéndose.

- ¿Lo escuchaste? Sé esta moviendo.

Sólo me callo, no digo una palabra mis lágrimas se derraman, lo que quería. Escuchar era que mi hijo estuviera bien.

- Al parecer el sangrado es algo normal, en este caso tal vez ha estado expuesta a alguna situación estresante, aún el bebé no está listo para nacer, descanse los dos meses que faltan y todo saldrá bien.

- Grazie.Camila ambos están bien. Sólo fue un pequeño susto.

No le respondo nada, de hecho no lo hago cuando nos devolvemos a la mansión, después de cientos de cosas para poder salir del hospital.

- Dime algo por dio.

Me ahogo en la cama ¿La razón? Me siento culpable hasta la médula de lo que sucedió, me siento culpable y miserable de que todo esto haya sido por la estupidez de romper la regla de volver a casa.

- ¿Quieres hablar de lo sucedido? - su voz se vuelve a hacer presente, esta vez con más insistencia.

Niego con la cabeza, mientras me siento cada vez más hundida en esas sabanas, hundida en lo profundo de mi ser.

- No es tu culpa - pasa sus manos por mis cabellos.

Estallo en llanto, en el presiso instante en el que recuerdo toda la maldita sensación, en que recuerdo lo que le paso a ese hombre, en como estuve a escasos minutos de perder a mi bebé.

- Le falle a mi bebé.

- No es verdad, amore.

Me hago a un lado cuando intenta abrazarme.

- No hagas esto Camila - pide como súplica. - ¿Que quieres que haga por ti?

- Nada.

- ¿Qué puedo hacer para que estés tranquila?

- Bruno por favor...

- ¡Sólo dime! Iría al mismísimo infierno por saber que te pasa.

- Me siento cansada.

Como si entendiera lo contrario, Como si hacer lo opuesto estuviera dentro de sus acciones, lo hace, se acuesta a un lado mío y me abraza con fuerza.

- Te jure que si ese maldito tocaba a mi familia, conocería una versión de mi que jamás había salido y lo hará, conocerá de lo que puedo hacer.

- Ese hombre sólo arruina nuestra felicidad.

- Él no quiere nuestra felicidad, sólo quiere mi puesto.

¿Que vas a decirle ahora Camila? ¿Le pedirás que deje su puesto por ti? Conoces su vida y todo lo que lo rodea, conoces a tu esposo, sabes que lo único que lograría con eso es la muerte. Tu vida será la misma mientras sigas casada con él, convencete a ti misma de eso, aterriza en la realidad - la voz de mi subconsiente se pronuncia de manera alarmante ante lo que me ha dicho Bruno.

- No se lo des.

- Yo sé perfectamente lo que debo hacer.

¿Que es eso lo que no quiere decirme? ¿De qué se trata? ¿porque mi corazón me alerta de que cometará algo que saldrá  mal?

- Bruno,no hagas nada que te coloque en riesgo.

- La palabra "riesgo" siempre está presente en mi vida, y la palabra "muerte" resalta con luces de neón.

- ¿Qué haras? ¡Merezco saberlo!

- Tú sólo tienes que estar en reposo, sólo eso.

No me lo dirá, como todas la veces que planea algo y no lo menciona. Así que me limito a hacer lo que los médicos recomendaron descansar, no salir de la habitación. 

Me sentía extremadamente nerviosa, porque podía ver a ese hombre en cualquier lado de la mansión, su sombra me seguía, me causaba escalofríos el tan sólo escuchar su nombre.
Me causaba miedo, lo que Bruno estuviera ideando.

- Te traje el desayuno - dice entrando una pequeña charola.

- Gracias.

- Se que aún estas afectada por lo del bebé, prometo que será todo difierente. Desayuna, iremos a un lugar muy especial.

¿Salir? Sé suponía que guardaría reposo los dos meses siguientes.

Termino mi desayuno y me coloco en pie con su ayuda, subimos a uno de los  autos y este nos conduce hasta el aeropuerto.

- ¿Y estas maletas? - Es lo que pregunto cuando veo a sus hombres sacarlas del baúl

- Viajaremos a Sicilia.

Me sorprendo con su respuesta, pero mi sorpresa aumenta cuando veo a Laurent parada en la puerta de entrada.

- ¿Qué hace Laurent acá?

- Vendrá con nosotros.

- ¿Serán vacaciones?

- Mamma quiere conocer a su nieto.

- Claro, Elisabetta se alegrará.

Subo junto a Bruno y Laurent, por el camino no dejamos de hablar de cuán avanzado esta mi embarazo y de las posibles cosas de bebé que compre si resulta ser una niña.

El camino a la casa de Elisabetta siempre ha sido rodeado de naturaleza, así que una parte de mi respira tranquilidad, esa tranquilidad que esperaba sentir.

- ¡Oh cara, que grande esta mi nieto! - resuena la voz de  Elisabetta una vez me ve entrar en la mansión

- Ya sólo faltan dos meses.

- Estamos a tan poco de conocerlo. Bruno hijo, estas más apuesto que nunca, el papel de padre te queda perfecto.

- Mamma ¡ven acá! - dice abrazandola  y elevandola en el aire, mientras ella sólo ríe y hace que la baje.

- Las habitaciones ya estan listas sólo es que los chicos acomoden las cosas.

- Iré a descansar un poco del viaje ¿Me acompañas cariño?

- Por supuesto.

Entro junto a Bruno a la habitacion, pero sólo mis cosas están en ella, busco con la mirada su equipaje  y recuerdo que no subió nada con él.

- ¿Porque tus cosas no están aca? ¿No te quedarás?

- No - niega con la cabeza.

- ¿Porqué?

- Camila, estarás más segura aca con mi madre.

- ¿Qué hay de ti?

- Regresare a New York, sabes que deje asuntos pendientes con ese maldito.

- No, no de nuevo, por favor no te vayas.

- Un verdadero hombre protegeria a toda costa a su familia, inclusive de si mismo.

- ¡Te prohibo que te vayas!

- Lamento romper esa regla.

- Sólo faltan dos meses para que nazca.

- Ya lo sé, pero esto es lo mejor para los tres. Estarás aca con mi madre y con tu amiga.

- Yo sólo te necesito a ti.

- No creas que es fácil para mi hacer esto.

- Bruno... ¡Bruno! - le grito una vez sale de la habitación y lo sigo.

- Simone se quedara contigo.

- ¿Qué? No,Simone debe ir contigo. Simone dile que es una locura.

- Lo siento señora, pero no puedo ir en contra de lo que el don diga.

- He traído a alguien más para que estés segura.

- ¿Quién?

- Hola Camila - la voz de Mishenka sale de la nada.

- Se que eres bueno en lo que haces, he puesto mi confianza en ti - Bruno se dirige a Mishenka esperando que le de una respuesta.

- Lo pensarán dos veces para meterse aquí.

- Dime que regresarás - mi mirada se posa en él y en sus ojos azules que reflejan esta vez algo diferente.

- Cuida bien de mi hijo.

- ¿Porque me hablas como si te despidieras para siempre?

- Esto es lo mejor que puedo ofrecerte ahora   - me abraza y me hundo en el hueco de su cuello, y por una fracción de segundos siento el tiempo eterno entre los dos.  - Debo irme.

- No nos hagas esto - mis ojos se inundan y mi sentimientos de angustia regresan.

- Cuidala por mi, Simone.

- Lo haré don. ¿Tornerà? (¿Regresará?)

- Non penso che ciò accada ( No creo que eso suceda) - Bruno me da una leve vista acompañada de una sonrisa y se coloca en marcha a la salida. - Andiamo  - le ordena a sus hombres.

- ¿Qué te ha dicho Simone?¿volverá?

- Él  dijo que lo haría.

- Debiste ir con él.

- Nadie sabe manejar mejor las cosas que él.

Mi corazón se destroza, la sensación de que nada de lo que me ha dicho es cierto se cuela en mi sistema.

- Lo detendre.

- Señora quedese acá - Dice evitandome el paso.

- ¡Detenlo!

- Yo no puedo hacer eso, ni usted tampoco.

Y me quedo allí, impotente ante la situación, me quedo desecha y destruida, me siento peor que cuando se fue por esos tres meses.

La vida aveces suele ser tan cruel y drástica contigo, que cuando ves perdida cualquier oportunidad para ser feliz, lo único que te queda es aferrarte a la esperanza y eso es lo  que hago, me aferro a ella.

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