Están listos para el smut 7u7
Jungkook estaba muy emocionado. Su tía había decidido llevarlos de vacaciones a Florida.
― ¡Tae! ―chilló. ―Date prisa.
Taehyung sonrió. ―Ya voy, Conejito. No me metas prisa―dijo acabando de empacar sus cosas.
― ¡No me llames Conejito!
―No chilles, pareces una niña loca.
―Cállate―dijo el azabache cruzándose de brazos.
―Cállame.
Jungkook hizo un sonido de indignación y salió del cuarto a grandes zancadas.
―Dramático―murmuró Taehyung con una pequeña sonrisa. Agarró la pequeña maleta y fue hasta la cocina.
Estaban en su casa para recoger las cosas y Jungkook tenía prisas por ir a ver a su tía.
Dejó la maleta en el salón y entró en la cocina. Allí estaba Jungkook en la encimera y hablando con SunHee, su madre.
―...llevaros allí sin más―decía SunHee, quien estaba bebiendo café, recostada en la mesa.
―Mi tía Dana es así. Cuando era niño vino a casa una noche con billetes de avión para Paris, y...
―No olvidemos mencionar―interrumpió Taehyung acercándose al menor y abrazándolo. ―Que fue ella la quien te mostró nuestro árbol―apoyó su cabeza entre el cuello y el hombro del rizado y comenzó a repartir pequeños besos.
Jungkook soltó una risita ―Para, Tae, me haces cosquillas. Además, tu madre está aquí.
―Por mí no paren―se acercó al lavaplatos y dejó la taza―Son tan tiernos―suspiró.
Taehyung se retiró del cuello de Jungkook― ¡Mamáaa! No empieces como la tía de Jungkook.
SunHee suspiró. ―Qué amargado eres...―suspiró antes de salir de la cocina.
―Ahora podemos enrollarnos sin que mis madre nos mire―dijo Taehyung mirando en dirección al lugar donde Jungkook estaba. Pero ya no estaba ahí.
― ¿Ya tienes todo listo? ―preguntó desde la nevera.
Taehyung suspiró―Sí, ya está empacado y listo.
―Entonces no sé qué estamos esperando para irnos―dio media vuelta y salió de la cocina.
―Dominado por un crío de quince años.
― ¡Mamá!
― ¿Protección solar?
―Sí.
― ¿Crema para las quemaduras?
―De aloe.
― ¿Ropa de cambio?
―Sí.
― ¿Números de emergencia? ¿Cartilla de...?
― ¡YounMi! ―exclamó Dana cansada. ―Deja al pobre chico. Llevamos todo lo necesario, y si olvidamos algo lo compramos allí.
―Sí, vale―suspiró YounMi. Abrazó a Jungkook ―Cuídate, ¿Vale? No olvides ponerte la crema porque eres muy blanquito y luego te quemas.
―Y parecerá una gamba.
― ¡Aldana!
―Vale, vale...
―Asientos A-28, B-28 Y C-28―leyó Dana.
―Tía Dana, yo quiero ventanilla―pidió Jungkook.
―De acuerdo, Taehyung en medio y yo en pasillo―decidió una alborotando el lacio cabello del menor, quien le regaló una radiante sonrisa.
Se acomodaron y disfrutaron del viaje. Tía Dana puso varias películas mientras miraba de reojo a la pareja, quienes no dejaban de mimarse y besarse.
Llevaban 8 meses juntos y Taehyung tenía su mano con callos de tanto usarla. Él estaba esperando a que Jungkook estuviese listo, pero estaba desesperado.
¿Cómo resistirse a ese culo? ¿Esos labios? Era un pecado andante. Lo malo era que Jungkook no se atrevía a dar un paso.
Siempre obligaba a Taehyung a cambiarse en otro sitio, nunca había visto más allá de los pantalones de Jungkook o de su bañador y ya se le caía la baba.
"―Jungkook, tenemos o mismo. Prometo no tocarte, pero no me hagas salir de la habitación para cambiarte, que hace frío fuera.
Jungkook se había sonrojado, negado y lo había echado de su cuarto."
Pero estaba preparado. Tenía la esperanza de que su pequeño e inocente novio decidiera dar el siguiente paso. Así que llevaba lubricante y condones, muchos condones.
Entraron a la habitación del hotel y dejaron las cosas esparcidas por todo el lugar, ya se recogería a su debido tiempo. Lo importante era dormir.
Cuando despertaron ya era de día, y fue culpa de la luz del sol. Jungkook se había quejado y también culpando a Taehyung de no cubrir con las cortinas las ventanas.
Taehyung solo rodó los ojos y calló con un beso.
Después de darse una ducha (por separado obviamente, pues "no había suficiente espacio para los dos") y arreglarse, bajaron a comer algo y se encontraron con Tía Dana devorando todo a su paso.
―No puedo creer que golpearas a esa mujer.
―Se iba a comer el último trozo.
― ¡No tenías por qué morderle!
―Lo tenía merecido.
Enterraron a Tía Dana en la arena para asegurarse de que no hiciera nada estúpido y la dejaron dormir mientras ellos disfrutaban.
―Te ves sexi con tu bañador de ositos.
―Cállate.
―Lo digo de verdad. Estoy tan duro como una roca.
Y Jungkook se había sonrojado fuertemente.
Volvieron al hotel para la hora de la cena. Se volvieron a duchar, se cambiaron y bajaron a cenar.
Tía Dana se quejaba de haber tenido que estar una hora entera tratando de sacar arena donde la luz no llega. Y Jungkook y Taehyung rieron.
―Taekook.
― ¿Qué dices, Tía Dana?
―Nada, cosas mías―y siguió comiendo.
La noche llegó y los tortolitos estaban dándose el lote en la cama.
Taehyung llevaba su pantalón de pijama y sin camisa. Mientras Jungkook estaba sobre él con una sudadera y unos pantalones cortos.
Ambos tenían sus penes duros por el contacto.
Jungkook se separó un instante para observar a Taehyung. Tan hermoso. Mientras que Taehyung se perdía en esos ojos profundos y esos labios rojos de tantos besos.
Jungkook se movió un poco y ambos gimieron al sentir contacto en sus erecciones.
―Yo...―empezó a decir.
―Tranquilo―susurró Taehyung acariciando su mejilla y sus labios. ―No hay prisas.
―Pero yo quiero.
― ¿Estás seguro?
No obtuvo respuesta. Solo sintió como Jungkook juntaba sus erecciones a través de la ropa y comenzaba a frotarlas.
―Jo-joder―gimió. Acercó sus manos al dobladillo de la sudadera de Jungkook y se la quitó, dejando ver su pálido y hermoso cuerpo de cintura para arriba.
Suave y delicada piel que tenía ganas de saborear.
Acarició suavemente sus pezones, sacando un suspiro del menor.
―Taehyung―gimió suavemente frotándose contra la erección del mayor.
El sintió un escalofrió que paso por su columna hasta los pies que volvía a subir y se centraba en su necesitado pene.
Dejó a Jungkook debajo de él y se sacó los pantalones, quedándose en bóxer.
Comenzó a besar y lamer su pecho disfrutando de su dulce sabor y los suspiros del azabache.
Cuando quiso retirar los pantalones de Jungkook, lo detuvo.
― ¿Qué ocurre? ―preguntó mirándolo a los ojos.
―Es que...yo no...a mí no...―sus ojos se llenaron de lágrimas. ―No quiero que pienses que soy un raro...―susurró,
Taehyung frunció el ceño y bajo lentamente los pantalones cortos del menor. Abrió sus ojos y su boca con sorpresa. Una muy agradable sorpresa.
Unas suaves y delicadas bragas blancas adornaban la piel del menor.
Jungkook tenía miedo, ¿Y si Tae lo dejaba porque aquello le parecía raro? Cerró los ojos.
―Dios...―escuchó decir a Taehyung.
Ya podía imaginarse lo siguiente, seguramente algo muy doloroso para él. Cuando abrió los ojos de nuevo vio la hambrienta mirada de Taehyung sobre él, se quedó sin aire. ―Me encanta, me encantas.
Jungkook sonrió tímidamente. ―Me resultan más cómodas que un bóxer. Son más suaves y...―no pudo seguir hablando pues Taehyung ya había puesto los labios sobre los suyos.
Sintió una mano en su erección y gimió separándose del beso.
Taehyung bajo hasta quedar en frente del bulto del menor. Se marcaba en esas delicadas bragas que lo tenían en el punto más caliente del infierno.
La punta sobresalía, dejando presemen en su pelvis. Dio una pequeña lamida.
― ¡Ah!
Salado.
Bajó un poco más las pecaminosas bragas y dejo salir la polla de Jungkook. Totalmente depilada, suave y con la punta en forma de champiñón. Dura.
Puso sus labios en la punta y uso su lengua.
―Joder, joder. Tae-Taehyung, por favor―gimió Jungkook.
Taehyung se separó un poco. ― ¿Qué quieres?
―Chúpame la polla, por favor. Por favor yo... ¡Oh! ―Tae la había adentrado y cada vez la tragaba más. Relajo un poco la garganta y la metió más. ― ¡Si! Ahhh...―puso sus manos sobre la cabeza del castaño, tirando de algunos mechones. ―No pares, no...joder, s-sí.
Taehyung movía su cabeza hacia arriba y abajo tomando todo. Jungkook gemía fuertemente.
―Oh, sí. Es-es increíble. No pares. Dios, ¡joder, Taehyung! Haz eso de nuevo.
Tae volvió a gemir. Jungkook alzaba sus caderas follando la boca de Taehyung.
―Me voy a...Taehyung, detente voy a-a ¡Ahhh! ―se corrió en un grito.
Taehyung trato de tragar todo, pero era la primera vez que hacia una mamada, así que se ahogó un poco. Trato de recuperar el aliento, pero se ahogó cuando alzo la vista. Era la mejor imagen que podía tener en toda su vida. Jungkook, con su cabello sobre el frente, sudoroso. Sus labios estaban rojizos y sus mejillas sonrojadas. Su pecho subiendo y bajando.
―Eso ha sido...joder.
Taehyung rió― ¿No creerás que hemos acabado, verdad?
Jungkook abrió los ojos― ¿¡Más!?
Taehyung soltó una carcajada y alzo las cejas―Oh, sí.
Beso a Jungkook, adentrando la lengua en su boca y saboreando mientras que masturbaba su erección. En poco tiempo volvió a sentir a Jungkook duro.
Este soltó un sonido ahogado.
Taehyung se levantó y busco rápidamente lo que necesitaba. Cuando lo encontró, saltó hacia la cama.
― Venías preparado ¿no? ―preguntó Jungkook sonriendo.
―Puede ser.
Se quitó su bóxer y los lanzo sin mirar dónde caían. Jungkook bajó la mirada y abrió los ojos mientras se sonrojaba.
Tomó el bote de lubricante, separó las piernas del menor y lo posicionó. ― ¿Listo? ―Jungkook asintió.
Taehyung esparció un poco de líquido en la entrada de Jungkook y otro poco en su dedo. Lentamente masajeo la apretada zona del menos en círculos hasta que pudo meter su dedo por completo.
Jungkook respiraba entrecortadamente. ― ¿Puedo seguir? ―el asintió.
Continúo masajeando y preparándolo con uno, dos y, por último, tres dedos.
El menor gemía.
Sacó los dedos de la entrada del menor y buscó el paquete plateado. Lo rasgó y se puso el preservativo cuidadosamente. Gimió al sentir el roce.
Puso un poco más de lubricante en su erección y en la entrada del menor. ― ¿Preparado?
―Contigo, siempre.
Y se adentró poco a poco. Al principio Jungkook estaba tenso y pellizcaba los hombros de Taehyung. El intentó calmarlo con suaves besos.
Se adentró del todo. Gimió, joder, él tenía que moverse. Que Jungkook le dijera que podía moverse. Tan apretado, se sentía tan bien.
Comenzó a moverse poco a poco y Jungkook gimió.
―Más fuerte―pidió en un gemido.
Taehyung obedeció. Daba estocadas fuertemente tratando de golpear el punto del menor y encontrar su liberación.
Se sentía tan bien tener a Taehyung en su interior. Necesitaba más. No sabía que era pero...
― ¡Ahhh! ―gritó. Taehyung había golpeado algo. ― ¡Otra vez! ¡Por favor! Yo... ¡Síiii! ¡Joder!
Taehyung siguió rozando su próstata y enviando descargas eléctricas por todo su cuerpo.
― ¿Te gusta esto, Kookie? A mí me encanta verte así. Con tus lindas braguitas que apenas dejan que separe tus piernas. Gimiendo. Hum...ojalá pudiera verte ahora mismo.
Jungkook sollozó, se sentía tan bien.
―Sí, sí. Me encanta, por favor, n-no te detengas. S-se siente tan bien...¡ahhh! Tae-Taehyung. Más fuerte.
Taehyung golpeaba su próstata con cada estocada y Jungkook se sentía tan bien. Solo un poco más...
―Ya ca-casi, Tae. Ya me...¡ahhh! ―gimió al sentir un retortijón en el estómago y su liberación. Su semen se esparció por sus pechos.
Taehyung dio un par de estocadas más y se vino en el interior del condón.
Dio un par de respiraciones y salió de Jungkook. Y se quitó el condón e hizo un nudo con él, lanzándolo.
Se posicionó sobre Jungkook y lo besó.
―Te amo.
―Te amo―susurró el menor.