Pasión Italiana (Ya en Físico)

By danielacgalvis

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Bruno Lombardi. Frío,calculador y el hombre más poderoso de la mafia italiana, su mundo gira en reglas que na... More

《Sinopsis 》
-Personajes-
《Booktrailer》
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 48
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
Epilogo
Capítulo Extra
Próximamente en físico
Información sobre la venta del libro

CAPITULO 43

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By danielacgalvis

Canción: Katy Perry - Unconditionally

Ha pasado cerca de un mes desde el incidente en el hotel con Fiore, las cosas van tan tranquilas que a este punto no sé si preocuparme o sentirme aliviada, porque sé que ese hombre esta aun asechándonos esperando su oportunidad para actuar, así como también sé que Bruno ha estado ideando un plan desde hace mucho para acabar con él, su humor ha cambiado mucho, la mayor parte del tiempo se la pasa encerrado en su oficina y hasta sus empleados tienen miedo de cruzárselo.

Esta mañana cuando desperté lo primero que hice fue ir a la cocina, aproveche que estaba en su oficina hablando con Simone para preparar el desayuno, en un principio las empleadas se negaron en dejarme cocinar por aquello de que se enojaría si me viera allí, pero las convencí después de todo soy la señora de la casa.

- Acá está - el grito de Simone me hace volcar la mirada a mis espaldas.

- Por Dios Simone me vas a matar de un susto - le digo, mientras me llevo la mano a mi pecho.

- Lo siento señora, el jefe la estaba buscando.

- ¿Qué hacías en la cocina?- la voz de Bruno aparece luego.

- Estaba cocinando el desayuno.

- ¿Que no sabes que para eso hay personal?

- Bueno, quería hacerlo esta vez, siéntate en la mesa.

- ¿Que pretendes?- dice con una risa - No vuelvas a desaparecer así, me preocupaste.

- No es para tanto, anda siéntate.

¿El desayuno? El desayuno esta vez es diferente, no es italiano, así que estoy esperando su reacción una vez ve el plato sobre la mesa.

- ¿Que es esto?

- Huevos revueltos, tocino, jugo de naranja, croissant y cappuccino.

- Esto no es...

- Si ya sé que no es italiano, bueno al menos el café lo es. Dijiste que comerías cosas que no fueran italianas.

- ¿Lo escuchaste? - dice levantando una ceja.

- Oh si fue la mejor parte de aquella confesión - digo riéndome. - ¿No vas a probar el desayuno que preparo tu esposa?

- Claro que si - dice dándome una sonrisa y posterior a eso comiendo el contenido del plato.

- ¿Y bien?..

- Tienes unas manos maravillosas - dice mientras las besa.

- El cappuccino ya no es amargo.

- ¿Porque no desayunas conmigo?

- Ya desayune.

- ¿Ah sí?

- Relativamente estaba comiéndome el tocino en la cocina.

- Tanto tocino es dañino.

- Se veía provocativo, en verdad. Hoy saldré de compras, Laurent esta de cumpleaños y ya sabes que desde que se divorció no la ha pasado bien.

- Dile a la señorita Davis que si desea puedo ayudar a que ese bastardo de ex marido, se comporte como un verdadero hombre.

- Nada de eso - frunzo el ceño. - No idearas planes violentos contra nadie.

- Va benne solo era una opción. Te llamaré.

- De acuerdo, siendo así me voy.

- Ya sabes a la camioneta blindada.

- Si - ruedo los ojos.

- Adiós - digo dándole un beso en la mejilla.

- Adiós dea.

Nunca pensé que comprarle un regalo a Laurent fuera tan difícil, ella es complicada para las cosas, no le gusta lo llamativo, tampoco demasiado elegante y en cuanto a los accesorios le encantan los collares, pero que sean tan pequeños que ni siquiera los veas.

Después de ver cerca de ocho tiendas, opte por regalarle un vestido color azul, le gusta ese color y va acorde a su personalidad así que creo que le gustara. Justo cuando salgo del almacén recibo una llamada de Bruno.

- Ciao la mia dea.

- Hola cariño.

- ¿Qué tal va todo?

- Bueno, ya tengo su regalo, creo que comprare un ponqué.

- Te ves bien con ese vestido amarillo.

- ¿Que? ¿Dónde estás?- digo riéndome.

- Mira a la otra acera.

Entonces lo veo, está allí parado al lado de su auto.

- Pasaba para ir a almorzar juntos.

- Por supuesto - digo colgando la llamada. - Amos, ¿Tu sabias que Bruno estaba aquí?

- Si, señora. Nos viene siguiendo desde hace una hora.

- Vaya y yo ni me había dado cuenta.

Una vez voy junto a bruno, subo a su auto para ir hasta el restaurante el cual casualmente no es italiano.

- Vaya.. que novedad señor Lombardi.

- Este no es italiano, es francés.

- Bueno.. lo intente.

- Lo mejor es tu compañía, la comida no es tan relativa.

- Hay algo que siempre te he querido preguntar.

- Adelante.

- ¿Cómo conociste a Danielle?

Ahora que lo pienso nunca me ha dicho la historia de cómo la conoció, y como.. Bueno como se enamoró de ella.

- ¿De verdad quieres hablar de eso?

- No tengo problema con eso.

- El padre de su esposo me debía dinero, mucho dinero, el idiota no lo pago, y sabes que nadie me roba.

- Y entonces...

- Investigue y descubrí que quien manejaba las empresas era su hijo, Dustin. Así que tenía que cobrarle la deuda a él. Lo empecé a seguir para que la pagara, pero era una suma enorme. Le di plazo de tres días, y ella solo apareció hasta uno de los lugares en los que me reunía, no le importo arriesgarse con esos tipos ni conmigo, solo para pedirme que le dara más tiempo a él de cancelar la deuda.

- Lo hizo por amor.

- Así es. Le dije que le daría plazo, pero que tenía que quedarse un tiempo en la mansión, ella acepto y le impuse las mismas reglas que a ti. Y fue..

- Fue allí donde te enamoraste de ella - digo mirando a otro punto.

- Sí, me enamore de ella, pero supongo que fue porque nunca en mi vida había experimentado ese sentimiento por alguien, me di cuenta que ella amaba a ese hombre y deje que se fuera. Después te conocí a ti - dice tomando mi mano. - Y supe que me traías loco, y que no estaba dispuesto a dejarte ir. Camila yo ti amo.

- Eso lo sé - le digo con voz tranquila. - Lo sé y me hace feliz.

Después de almorzar juntos y comprar el ponqué para Laurent Bruno me deja en su casa, asi que me despido de el con un beso en la mejilla.

- Nos vemos en la noche dea. Que se diviertan.

- Adiós, llámame.

- Lo hare - dice alejándose en el auto mientras yo entro a la casa de Laurent.

- Feliz cumpleaños a mí - dice irónicamente y con tristeza en sus ojos.

- Oh Laurent, deja la melancolía para otro día.

- Gracias por venir Camila - dice dándome una abrazo.

- Eres mi mejor amiga ¿por quién me tomas? Ten este es mi regalo - digo entregándole el paquete, mientras ella lo abre.

- Dios ¿estás loca, un vestido Armani?

- Bueno se verá bien en ti - digo encogida de hombros.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Dime.

- ¿A qué se dedica Mishenka Novicov?

- ¿Qué? ¿porque me estas preguntado eso?

- Porque ese idiota me está llamando, no sé de donde saco mi número telefónico ¿que tal si se obsesiono conmigo y me secuestra? Ay Dios.

- Estas exagerando Laurent.

- ¿A qué se dedica?

- Bueno, lo único que se es que trafica con oro y diamantes.

- Con razón los circones, ahora todo tiene sentido.

- ¿Que circones?

- Fue hasta mi trabajo y me dio unos pendientes de circones. Se los tire en la cara.

- Que grosera Laurent.

- ¿Que querías que se los recibiera? No soy como las tipas que sale.

- Por supuesto que no, pero no era la forma de devolvérselos, con dárselos en la mano bastaba.

- Que se joda, ya te dije que no me interesa salir con nadie.

Ruedo los ojos.

- ¿Quieres coctel de camarones? Prepare un poco como te gusta - me pregunta Laurent, mientras va a la cocina.

- Oh si, que delicioso.

Laurent sirve el coctel pero tan solo el olor me produce nauseas.

- ¿Me creerías si te dijera que se ve asqueroso? Que horrible olor.

- Pero ni siquiera le aplique cebolla.

- Oh Dios creo que voy a vomitar.

- El baño está a la izquierda.

Vomito todo el almuerzo, que asco.

- ¿Estás bien? - me pregunta mi amiga del otro lado de la puerta.

- Creo que si - digo saliendo y limpiándome la boca con un poco de papel sanitario.

- No estarás.. digo solo es una suposición.

- ¿Que no estaré qué?

- Ya sabes..

Laurent fue hasta la farmacia y compro una prueba de embarazo, así que una vez me la en las manos entro de nuevo al baño a hacerme la prueba.

- Ya sabes debes orinar en el palito.

- ¡Sé cómo funcionan! - le grito desde el baño.

- Bueno..

- Ya está - digo saliendo de nuevo. - Hay que esperar.. ¿porque estas cosas no dan el resultado inmediatamente? Dios..

- Cálmate.

Cierro los ojos mientras tengo la prueba en mis manos.

- No cierres los ojos idiota, debes mirar. Creo que ya es tiempo.

- Dios - digo abriendo los ojos y mirando la prueba.

- ¿Que? ¿Qué es? muestra - Dice quitándomela de las manos. - Dos rayas, estas embarazada.

- Dios mío, ¿qué hare?

- ¿Que no estabas cuidándote?

- Tal vez si y tal vez no.

- ¿Cómo que tal vez si y tal vez no?

- Digo.. bueno el ambiente en la mansión es algo tenso y olvide tomar una que otra pastilla.

- Ay Camila. Bueno igual están casados no es el fin del mundo.

- Sabes que, no confió en esas cosas, mejor vayamos con la ginecóloga.

- Está bien.

Nos dirigimos ambas hasta la clínica, entro en el consultorio de la doctora una vez me llama.

- Muy bien señora Lombardi ¿dígame que la trae por aquí?

- Bueno.. quiero saber si estoy embarazada.

- ¿Hace cuanto fue su último periodo?

- Creo que un mes. Yo.. bueno me hice una prueba casera hoy y arrojo positivo.

- Siendo así, pase conmigo.

La doctora me conduce a una pequeña camilla y me pide colocarme una bata de hospital, me hace recostar en ella mientras, inserta lo que parece ser un ultrasonido vaginal, y así darse cuenta de mi estado.

- Ahí está - dice señalando una pequeña sombra.

- Ese es..

- Su bebé. Y lo que escucha, es su corazón.

- Es muy pequeño, como si fuera un guisante.

- Tiene entre cuatro o tres semanas de embarazo, felicidades va a ser mamá.

Estoy en shock, ¿embarazada?

- Tenga, esto es para usted - dice entregándome una pequeña fotografía en la que aparece el bebé.

Salgo del consultorio y me encuentro a Laurent, le digo todo y ella solo me abraza felicitándome. Una vez ella vuelve a su casa, yo me dirijo a la mansión junto a los chicos.

Para ser honesta estoy nerviosa. No sé si sea un buen momento para un bebé, la situación con Fiore, todo lo que está pasando. Tengo miedo de fallarle a mi hijo, pero a la vez me llena de alegría, una parte de Bruno y mía está creciendo dentro de mí y eso solo puede darme felicidad.

Llego a la mansión esperando encontrarlo, pero no es así.

- El señor dejo una nota para usted en la habitación - me dice uno de sus hombres.

- ¿A dónde fue?

- Estaba furioso, creo que recibió otra carta.

- Gracias - digo subiendo las escaleras. Entro a la habitación y veo en la mesa de noche la carta en ella me explica que tuvo que irse y que lamenta no estar en la casa.

Una vez cambiada me recuesto en la cama, quería darle la noticia y no está, no está para decirle que será padre. Lo necesito hoy más que nada, porque estoy aterrada de lo que pueda pasar ahora.

- ¿Desea cenar señora? - me pregunta una de las empleadas, solo niego con la cabeza. No tengo apetito, así que solo me volteo hacia el otro extremo de la cama.

El sonido del móvil me hace salir de mis pensamientos y veo su nomre reflejado en la pantalla.

- Ciao amore.

- Hola - trato de sonar tranquila.

- Me han dicho que no quisiste cenar y Amos me dijo que esta tarde fuiste a la clínica ¿estas enferma?

- Claro que no.

- No me mientas.

- Es la verdad no estoy enferma, solo era rutina.

- ¿Segura?

- Si.

- Lamento haberme ido, volveré en tres días.

- Eso es mucho..

- Lo sé, sabes lo que sucede.

- Solo regresa a casa, te amo.

- Yo más, que descanses.

Cuelgo la llamada con Bruno y solo dejo que mis lágrimas caigan, no sé si es la soledad, o lo que sea que este atravesando por el embarazo, pero me la cama se siente tan grande sin él.

Han pasado tres días, tres días en lo que me entere que estaba embarazada, tres días en los que Bruno se ha ido, se ha mantenido comunicado todo el tiempo, así que justo ahora estoy de regreso a la mansión.

Cuando entro en ella veo a Simone, lo cual significa que él ha llegado.

- ¿Dónde está mi esposo Simone?

- El señor está en su oficina, pero pidió que nadie lo molestara.

- De acuerdo.

Subo las escaleras hasta su oficina y entro en ella. Lo encuentro con su mirada fija en unos papeles y fumándose un puro como lo acostumbra algunas veces. Vuelca su vista hacia mí una vez me ve en la entrada.

- Tenemos que hablar.

- Camila estoy algo ocupado, hablaremos mas tarde.

- Es algo importante.

- Bueno lo trataremos cuando vaya a la habitación, ahora no puedo hablar contigo.

- Bruno enserio..

- Fui claro con Simone, que nadie me interrumpiera - dice en tono molesto.

Mi corazón se estruja con su respuesta.

- Estoy embarazada, pero si no es tan importante como lo que sea que estés haciendo ahora, me retiro - me devuelvo hasta la puerta y la tiro de un solo golpe, para después entrar en la habitación y acostarme sobre la cama.

- ¿Qué has dicho? - su voz interrumpe una vez entra en la habitación.

- Déjame sola - le susurro.

- Camila, lo siento en verdad.

- Sé que no es lo que esperabas escuchar.

- Oye.. - dice volteándome. Ser padre ha sido mi mayor sueño.

- Yo.. estoy nerviosa, no quiero fallarle a mi bebé, no sé qué hare, yo no estaba preparada para esto.

- Estoy acá, te dije que los protegería a ambos. Amo a ese bebé, como te amo a ti - dice tocando mi vientre con sus manos.

- Tengo cuatro semanas.

- Me haces el hombre más feliz del mundo - me dedica una sonrisa mientras yo lo abrazo. - Nadie tocara a mi familia, eso te lo aseguro.

Le doy una sonrisa mientras paso mis dedos por su mentón.

- Mi bebé, va a darme un bebé - dice mientras me estrecha con fuerza a su cuerpo y sus manos se meten por debajo de mi blusa.

- Te amo, nuestro hijo es fruto de nuestro amor, hay algo bueno después de todo lo que hemos pasado.

- Un hijo -  dice mientras coloca su mentón en mi hombro-. Vas a darme un hijo - susurra aún sin creerlo.

Ambos nos quedamos dormidos en la cama, esto era lo que quería, su compañía, su calor y su amor.

El ruido de algo caerse hace que abra mis ojos de golpe.

- ¿Que fue ese ruido? - le pregunto a Bruno.

- Quédate aquí.

- Bruno..

- No salgas hasta que yo regrese - dice mientras guarda su arma en la pretina del pantalón y veo cómo sale de la habitación. Dejándome con la horrible sensación de que suceda lo peor.

Para quienes me pedían foto de Laurent se las presento ella es la mejor amiga de Camila

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