neon → min yoongi

By amgabriell

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❝Incluso a través de las luces de neón lo he reconocido, señor Min Yoongi.❞ → Historia original. → Advertenc... More

Sinopsis
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Epílogo
¡Nota final!

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By amgabriell


El continuo repique de la suela del zapato de Hoseok contra el suelo era lo único que se escuchaba en toda la casa. El pelirrojo no le había quitado la mirada de encima en ningún momento a Sae y Yoongi luego de que finalmente confirmara todo lo que Taehyung había estado sospechando durante un tiempo.

Sae y Yoongi tenían algo, de hecho algo muy íntimo. 

  — ¿Me van a mirar todo el rato o ya puedo preparar el desayuno? —Yoongi estaba de mal humor porque lo habían interrumpido aquella mañana. Lo único que hubiese querido antes de la intromisión de sus amigos era hacer un rico desayuno con sus escasas habilidades culinarias y volver a la cama junto a Sae.

Quería apreciarla por la mañana, placer que había descubierto desde hace muy poco pero que quería disfrutar tanto como pudiera. Sin embargo, ahora estaba delante de las miradas atónitas e incrédulas de sus dos amigos.

— Bueno déjame ver si entendí. Ustedes definitivamente tienen algo —Puntualizó Taehyung con una expresión de sorpresa en el rostro que parecía graciosa. Hoseok rodó los ojos ante el comentario y se cruzó de brazos.

— Por supuesto que tienen algo, idiota. ¿Si no por qué Sae estaría media desnuda cuando llegamos y corrió a vestirse al cuarto de Yoongi? ¿¡Te parece que eso no es suficiente incriminatorio!?

 — ¡Bueno pero no me grites! —Pataleó el castaño haciendo puchero.

Parecía una pelea de dos niños que descubrieron a sus padres teniendo sexo y ahora no sabían cómo enfrentar la situación. 

A todas estas Sae sabía que tenía que estar apenada por haber sido descubierta, después de todo todavía existía un factor muy importante en todo esto y era que Yoongi era un hombre casado. Por supuesto que en este punto a ella poco le importaba por el hecho de que estaba segura de que Yoongi estaba con la señora Min debido a un arreglo entre familias, él mismo se lo había dicho.

Aún así aunque no estaba apenada y disfrutaba en cierta forma de la pelea de aquellos dos chicos no podía evitar sentirse intranquila por la mirada de Hoseok. Había algo en esa mirada que le removía el estómago y cualquiera pensaría que la estaba acusando pero más allá de eso Sae percibía algo distinto en los ojos del pelirrojo.

Miedo.

 — Yoongi, ¿tú de verdad... —Taehyung se relamió los labios y alzó las cejas —ustedes dos...—Hizo gestos con las manos para intentar explicar que si habían estado juntos.

— ¿Sexo?

Hoseok se tensó ante la palabra.

— ¿Que si Sae Wa y yo hemos tenido sexo? —Incluso para el mismo Yoongi era extraño decir algo así. 

Taehyung miró a Hoseok y este último le regaló una mirada confusa. 

— Sí... eso —Dijo Hoseok nervioso.

— Hemos estado juntos, sí —Ahí fue la primera vez que Sae no soportó la mirada de Hoseok y bajó el rostro. Yoongi por su parte los miraba fijamente con los brazos cruzados desde el sillón.

— Pero Yoongi... —Esta vez fue Taehyung quien le regaló una mirada de preocupación —Tu sabes que estás casado y...

El pelinegro cambió completamente su expresión siendo reemplazada por una mirada de advertencia. Más le valía a ellos dos no abrir la boca y nombrar nada de Yoonmi delante de Sae Wa pues él todavía no llegaba a hablarle de su pasado a la chica.

— Sae, ven aquí preciosa —Yoongi se giró hacia ella ignorándolos por un momento.

Taehyung y Hoseok no daban crédito a lo que sus ojos veían pues la manera en que la voz de Yoongi cambiaba a una más suave cuando se dirigía a la chica y la forma en que la miraba era algo que nunca antes habían visto en el pelinegro.

Parecía que Yoongi se hubiese sumergido en una montaña de azúcar con la que adornaba cada parte de su cuerpo cuando hablaba con Sae.

— ¿Podrías hacerme un favor?—La chica asintió —Te daré la llave de mi cajón personal de la oficina, perdona que te pida esto pero ¿podrías ir por una carpeta?

¿Yoongi pidiendo las cosas amablemente? 

La mandíbula de Taehyung casi llega al piso.

— Cierra la boca o te vas a comer un mosquito —Le susurró Hoseok.

— ¿Pero lo estás viendo?

— Sí, estoy viendo la digievolución de mi mejor amigo. ¿Qué te puedo decir? —Ambos cuchucheaban mientras eran testigos de aquella escena tan inusual donde a Yoongi le brillaban los ojos al mirar a la chica.

— Claro que puedo —Respondió Sae lenvantándose del sillón —¿Te espero allá? —Yoongi le tomó una mano mientras la miraba desde abajo.

— No, recógela y vuelve a casa.

— ¿A casa... —A Taehyung se le escaparon esas palabras de los labios y Yoongi fijó la mirada en él—Lo siento.

Yoongi nunca había llamado casa a ningún lugar. Excepto aquella vez en la que le confesó entre lágrimas a Hoseok y Taehyung que extrañaba a su madre porque ella era su casa.

— Vuelve e iremos a comer. Discúlpame —Besó la mano de la chica y la dejó ir hasta la puerta para que fuera hasta la empresa.

— Nos vemos, Hoseok y Tae —Ambos hicieron una leve reverencia para despedirse y cuando finalmente escucharon la puerta cerrarse tras ellos, volvieron la mirada hasta el pelinegro que aún reposaba en el sillón con cara de pocos amigos.

— Yoongi... —La voz de Taehyung era suave cuando lo llamó y su expresión de miedo hizo que Yoongi suspirara pesadamente y se dijera mentalmente que tenía que darles una explicación a sus dos amigos antes de que enloquecieran.

— Estoy enamorado de Sae Wa. 

— Pero, ¿cómo pasó esto? —Hoseok se pasó una mano por el cabello y empezó a caminar de un lado a otro de la sala.

— No lo sé, sólo sé que la quiero —Dijo el pelinegro con tanta sinceridad que Hoseok y Tae se miraron sorprendidos.

 — Yoongi, ¿te estás escuchando? —Preguntó Tae sentándose a su lado —Estamos hablando de que tú, Min Yoongi está enamorado de una chica y por si fuera poco has estado sexualmente con ella. Es decir —Se mordió el labio inferior —Sabes que esto sólo nos puede hacer felices pero... es raro, ¿sabes?

Claro que era raro. Desde que ambos conocían a Yoongi sabían que ese chico era incapaz de tocar a una mujer debido a su horrible pasado. Hoseok y Taehyung lo sabían mejor que nadie y por eso enterarse de la nada que estaba con Sae Wa era como un balde de agua fría.

— Lo sé —Murmuró Yoongi hundiéndose en el sofá —Pero creo que me había estado perdiendo de algo como...

El amor, quiso decir.

Enamorarme.

— Esto —Continuó —Y ahora no lo quiero dejar ir. No quiero dejar ir a Sae Wa.

— Bueno si has logrado superar tus... —Taehyung se relamió los labios y trató de pronunciar aquellas palabras con sumo cuidado —...miedos entonces estoy muy feliz por ti.

— ¿Pero? —Preguntó el pelinegro cuando vio la expresión de miedo en el rostro del castaño.

— ¿Pero incluso arriesgarás el paradero de tu hermana por Sae? —Intervino Hoseok quien hasta ahora se había limitado a escuchar.

La cara de confusión de Hoseok y Tae cuando Yoongi empezó a reírse histéricamente fue enorme.

 — ¿Qué estupidez... —Yoongi se cubrió el rostro con una mano y se inclinó hacia delante reposando sus codos en sus rodillas —Estás diciendo?

Taehyung le suplicaba con la mirada a Hoseok que hiciera algo cuando los sollozos de su amigo se hicieron sonoros.

A Yoongi le dolía muchísimo Yoonmi. 

— ¿Qué pasa, Yoongi? —Tae le pasó un brazo por los hombros y lo atrajo hacia él para abrazarlo.

— No entiendo —Murmuró Hoseok apretando los labios —¿Qué he dicho mal? ¿No era conseguir a Yoonmi lo que siempre quisiste y por eso aceptaste ese estúpido matrimonio? —Taehyung articuló en silencio que se callara la boca.

— Yoonmi... —Dijo Yoongi aún abrazado a Taehyung —Sabía que preguntarías por ella —Se limpió el rostro enrojecido y se incorporó para dirigirse hacia Hoseok —Por eso le dije a Sae que saliera.

— ¿Porque ella no sabe de Yoonmi? —Preguntó Tae.

— Ella no sabe nada todavía. Sólo sabe que mi matrimonio es arreglado, del resto... —Hoseok se desordenó el cabello claramente desesperado.

— ¿Aún no le has dicho nada a pesar de que incluso logró que la tocaras? —Tae abrió los ojos como platos.

— Tengo miedo de que si se entera lo sucio que estoy se aleje de mí —El corazón de sus dos amigos dolió cuando Yoongi dijo aquellas palabras con tanto miedo que parecía que se podía quebrar en el sillón.

Hoseok y Taehyung estaban acostumbrados al Yoongi fuerte, sarcástico y malhumorado que siempre había sido y por eso verlo roto y llorando como muchas veces lo vieron de pequeño les destrozaba el corazón.

— Tarde o temprano tendrás que contarle todo si de verdad quieres ir en serio con ella, Yoongi — Hoseok suavizó su expresión —De tu familia verdadera, de los que te adoptaron... de la maldita mujer esa.

Se refería a la señora Min y a todo lo que le hizo al pelinegro de joven.

— De Yoonmi y por qué aceptaste el matrimonio...

— ¿Por qué empezaste a llorar de repente cuando nombramos a tu hermana? —Preguntó Tae —¿Pasó algo? —Yoongi bajó el rostro y se mordió el labio.

 — Min me ha dicho su paradero hace un tiempo.

— ¿Qué...? —Hoseok lo tomó por los hombros —¿Y la encontraste? ¿Fuiste por ella?

Yoongi se zafó del agarre de Hoseok y se levantó del sofá para caminar hasta la ventana y mirar por ella a la nada. Tenía la mirada vacía.

— Mi hermana ha dicho que no quiere verme. Ella... —Su voz empezó a temblar —Ella simplemente me odia, lo vi en sus ojos.

— Yoongi... —Taehyung miró preocupado a Hoseok y viceversa —¿Es por eso que ya no te importa que descubran lo tuyo y lo de Sae y estás actuando tan despreocupadamente?

Yoongi los miró en silencio.

— Eso. Eso y que...

Ya él no tenía nada qué perder. ¿De qué valía seguir fingiendo ser un perfecto CEO, ayudar a los intereses de Min y soportar a su esposa si la razón por la que se había metido en todo eso ya no existía?

 — Y que... no quiero que Sae Wa sienta que sólo la uso.

Hoseok frunció el ceño y se sentó en el sofá a meditar lo que Yoongi decía.

Si todo lo que decía el pelinegro era cierto entonces quizás las cosas no eran tan malas, ahora podría desligarse de los Min ya que Yoonmi no lo quería ni ver en pintura y se podría divorciar. Podría estar con Sae libremente.

— ¿Ella te ha recriminado algo? —Yoongi negó.

— Ella simplemente me quiere sin hacer preguntas y eso me basta.

— Pero las hará y tienes que responderlas —Dijo Hoseok.

— Supongo —Yoongi volvió a mirar por la ventana y suspiró pesadamente mientras cerraba los ojos —He pensado en que ya no hay nada que me ate a los Min... Digo, si ya sé dónde está Yoonmi y me percaté de que está bien, ¿para que seguir con la empresa y fingiendo ser algo que no soy?

— Eso pensaba —Hoseok se recostó en el sillón y cerró los ojos dejando caer su cabeza hacia atrás —Después de todo quizás puedas arreglar las cosas con Yoonmi en el futuro pero lo bueno es que ya sabes dónde está.

Taehyung asintió.

— Ahora... tu tema con Sae es algo que deberías solucionar pronto. Dile a Min que ya hiciste todo lo que quería y dile a tu mujer que te dé el divorcio. Podrás irte con Sae incluso lejos de la ciudad si eso quieres, nosotros te ayudaremos.

Ese también era el plan que tenía Yoongi en la cabeza y aunque pareciera un poco loco hacer las cosas tan rápido estaba seguro de que Sae sería su bote cuando se estuviese hundiendo. Sentía refugio en ella cuando la tenía entre sus brazos en aquella casa que había reservado para su hermana y su madre si alguna vez las encontraba.

 — Quién iba a decir que tu casa sería esa chica de lentes —Dijo Taehyung.

— A veces nuestro hogar está donde menos lo esperas —Yoongi seguía absorto en el paisaje.

 — Pero Yoongi —Hoseok se levantó y le tocó un hombro para llamar su atención —Las cosas no están tan mal, entonces ¿por qué sigues con esa expresión?

Porque había un detalle que al pelinegro se le había pasado por alto. No sería tan fácil salir de las garras del señor Min.

— Min todavía quiere que haga algo.

— ¿Y eso qué es...? —Preguntó Taehyung mientras miraba preocupado a su amigo. Hoseok tuvo miedo de repente de lo que estaba por escuchar.

— Quiere que le de un hijo a esa mujer.

— ¿Qué... qué mierda está diciendo?

Taehyung también fue a donde estaban los otros y tomó un brazo de Yoongi para llamar su atención.

— No puedes hacer eso, dile que no puedes.

— Incluso si he estado con Sae... —Dijo Yoongi con la mirada perdida —Ella es diferente, con ella tiemblo pero al segundo siguiente mi piel se pone caliente y quiere abrazarla. Si la he tocado ha sido porque he luchado contra mí mismo —Se miró las manos —Con el asco que siento, con los recuerdos que aún me atormentan.

Hoseok y Tae lo sabían mejor que nadie. Sabían que el pelinegro seguramente libró una enorme batalla dentro de sí para haber llegado hasta este punto.

— Y con Sae todo parece más fácil... Como si mi piel ya no estuviera tan manchada, como si ella... ella hubiese borrado sus huellas —Tembló —Y es por eso que no puedo, me niego a tocar a alguien más. Me sentiría manchado otra vez y no...

Taehyung lo abrazó y Hoseok le acarició el cabello. El Yoongi vulnerable siempre les removía el corazón.

  — No vas a tocar a esa mujer, tienes que encontrar una forma de librarte de Min y toda su mierda. Incluso si tienes que escaparte de aquí...

¿Escaparse? Esa era una opción ahora que no tenía nada que perder.

— Taehyung no digas tonterías, Yoongi puede resolver esto sin tener que seguir huyendo, ¿no es así? —Le regaló una sonrisa a su amigo para que se sintiera apoyado —Y no es una opción darle un hijo a esa lunática. Encontraremos una forma de hacerle entender eso a Min.

Yoongi quería convencerse de eso, de verdad que sí pero se había acostumbrado a temerle a ese hombre desde muy joven. Desde que le había amenazado de muerte si llegaba a decir algo de lo que su esposa le hacía.

Porque sí, Min lo sabía y aún así... Nunca hizo nada para protegerlo.

***


Sae Wa llegó a la empresa bastante rápido porque ese día no había tanto tráfico, lo único que pensaba es que ojalá Hoseok y Taehyung no sermonearan a Yoongi por estar con ella aún estando casado. Lo menos que quería era ser la causa de que sus amigos empezaran a reñirlo por culpa de ella.

Subió en el ascensor hasta llegar al piso donde estaba la oficina de Yoongi y donde ella tenía su mini oficina. Los recuerdos siempre la invadían cuando pensaba en aquel lugar y el cómo allí habían empezado las cosas entre ellos dos.

Sonrió cabizbaja para sí misma cuando giró la manilla de la puerta pero sus labios se volvieron una línea recta en cuanto vio a la esposa de Yoongi sentada en una de las sillas de la gran mesa.

 — ¿Tú qué haces aquí?

Hoy no era día laborable por lo que se suponía que nadie debía estar allí, excepto ella porque tenía las llaves que Yoongi le había dado. Por eso encontrarse con la señora Min la había tomado por sorpresa y casi dio un respingo cuando la vio sentada en medio de la sala vacía.

— Te pregunté qué haces aquí, empleada —Repitió la mujer con el tono más severo que el anterior.

Sae se fue acercando hasta ella y sentía como su pecho molestaba de la rabia al recordar que Yoongi sólo estaba con aquella mujer por un arreglo. También recordó la bofetada que le dio al pelinegro y quiso devolvérsela ella misma en ese momento.

— Vine a buscar unos papeles por orden del señor Min.

Sólo fue hasta que Sae estuvo en una distancia prudente que notó que la mujer tenía los ojos rojos e hinchados y olía un poco a alcohol. Tenía el maquillaje de los ojos corridos y cuando Sae desvió la mirada hacia el escritorio vio en ella una botella de vodka medio vacía.

— Tú... —Arrastraba las palabras —Tú eres la del otro día —Los ojos parecían llenársele de veneno cuando reconoció a Sae —La altanera que nos interrumpió —Se levantó con torpeza de la mesa y se acercó peligrosamente a Sae.

La chica sólo dio un paso hacia atrás evitando que los largos dedos de la mujer tomaran su rostro.

  — A ti... ¿cómo es que Yoongi te ha mandado aquí hoy? ¿Estabas con él? —Tenía la mirada inyectada de ira —¿Ha estado contigo... anoche? —Arrastró las palabras y volvió a caminar hacia Sae cerrando la distancia entre ellas.

— Me ha llamado por teléfono.

Quiso restregarle en la cara que sí había dormido con él pero se mordió la lengua y prefirió no provocar un incendio aunque tenía todas las ganas de quemar viva a aquella mujer.

— Ja... mentirosa, mentirosa —Lanzó un manotazo para tomar a Sae por un brazo pero falló.

— Yo sólo vine por los papeles y me voy —Sae caminó hacia el escritorio pero el agarre de la mujer la detuvo.

— Aléjate de Yoongi, perra —Dijo torpemente pues el alcohol le había dormido la lengua —Él es mi esposo...

Sae soltó una risa burlona y se zafó bruscamente del agarre.

— Me importa poco —Soltó venenosamente olvidando que debía guardar silencio y salir rápidamente de allí.

— Eres una simple bastarda, las mujeres como tú son las que buscan hombres casados sólo por su dinero, ¿no? —Se tambaleó con fuerza pero se sostuvo de la pared.

Sae estaba hirviendo, cada gota de sangre se le estaba evaporando dentro del cuerpo y quiso lanzarla por la ventana para no tener que escucharla.

Ella quería a Yoongi de una manera sincera. Nada tenía que ver el dinero con lo mucho que el pelinegro le gustara.

— Usted es un cliché, ¿sabía?    

Se puso tan furiosa que sus ojos parecían asesinar a Sae Wa pero la chica sólo podía mirarla con asco y repugnancia.

  — ¿Cliché?

— Sí, sólo está casada con él porque arreglaron su matrimonio. Yoongi no la quiere ¿entiende? Es usted... —Tenía que salir de allí antes de que siguiera diciendo cosas innecesarias —Es un maldito cliché.

Que sólo le hace daño a mi Yoongi... 

A Sae ya no le importaba la carpeta y los papeles, sólo quería salir de allí y por eso se dio media vuelta para avanzar a zancadas hacia la puerta.

  — Pues este cliché va a tener un hijo de Yoongi —Soltó en voz baja aquella mujer pero Sae la escuchó.

La escuchó y se estremeció ante esas palabras.

— Yoongi y yo tendremos un hijo —Rió histéricamente mientras se tambaleaba.

Sae sintió que su pecho se oprimió hasta el punto en el que dolía a horrores pero no le daría el gusto de nada a aquella mujer, ella no sería la típica protagonista que pediría explicaciones y caería en el juego sucio de creer que Yoongi la había traicionado.

Pero no podía evitar que doliera, ¿qué tal si de verdad esa mujer era un cliché por completo? ¿Eso incluía entonces que estuviera embarazada?

¿Yoongi la había tocado? ¿Cuándo? ¿Antes de conocerla a ella?

Caminó y caminó por las calles de Seúl con aquellos pensamientos consumiendo su cerebro, hiriéndole hasta la médula.

No podía ser verdad pero las dudas se le estaban instalando en la cabeza.

Recordó entonces a aquel Yoongi tembloroso que dudaba al tocarla y que la besaba con timidez, con miedo... Ese Yoongi no sería capaz de ponerle un dedo encima a la señora de Min. Era imposible.

Pero la duda sembrada en el corazón es más poderosa que cualquier magia negra y por eso Sae se tuvo que obligar a sentarse en la acera de la calle para poder llorar con histeria. Esa opresión que sentía en el pecho no era más que miedo, pánico.

Tenía que hablar con Min Yoongi y preguntarle por qué ella había dicho eso. Quería que él mismo le confirmara que su mujer tan sólo era una loca de atar.

  — Disculpa, ¿te encuentras bien...?

Una mano se posó sobre el hombro de Sae Wa y cuando levantó la mirada para ver quién interrumpía todos esos pensamientos no reconoció a la persona que le hablaba.

  — Lo siento, me llamo Kim Namjoon pero puedes decirme Nam. ¿Te encuentras bien?

Sae Wa estaba un poco desorientada e intentó levantarse pero Namjoon la cogió por un brazo para ayudarla. De repente la voz de aquel sujeto se le hacía conocida y sin saber por qué la chica se sintió trastornada.

— ¿Cómo te llamas? Puedo ayudarte a ir al hospital si te sientes mal... —Si aquella voz le era conocida pero, ¿de dónde?

— No, gracias. Estoy bien —Dijo ella intentando caminar hacia el lado contrario pero se quedó estática súbitamente cuando sus ojos se posaron en el letrero de neón que tenía frente a ella.

Su pasado le había venido a visitar hoy.

  — Estás pálida, oye... —Esa voz, esa piel morena, ese letrero.

Sae Wa estaba en la calle de Neon, había llegado a ella por inercia pues muchas veces antes y cuando algo le afectaba siempre terminaba en aquel lugar desahogando sus penas. Hoy de manera inconsciente había llegado de nuevo allí.

— ¡Oye!  —Llamó Namjoon cuando la chica se desplomó en sus brazos.

Si Sae Wa había tildado a la señora Min de ser un cliché, ella seguramente era maldito desastre y otro cliché más, sólo que más dramático y autodestructivo, sólo Yoongi le había puesto fin a ello.

Pero las dudas envuelven como sombras hambrientas y hoy Sae Wa tenía cientos de miedos y dudas.

Y definitivamente no quería desahogarse en Neon sino en los brazos de Yoongi.

¿Pero era lo suficientemente fuerte para no sucumbir ante esa adicción a la autodestrucción que significaba poner un pie en Neon y olvidarse de sus penas?

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