Grora no volvió a ver al ángel jefe ni en toda la mañana, ni a lo largo de la tarde, pero más que relajarla, algo le causaba extrañeza en todo esto -Realmente está molesto- pensó, pero por más que le daba vueltas al asunto mientras terminaba sus quehaceres, menos sentido tenían sus pensamientos, sabía que debía hacer algo pero ¿qué?, solo quería que las cosas volvieran a la normalidad.
Una vez terminó de limpiar todo, por fin pudo descanzar, fue a su habitación, caminó directamente hasta su cama y se dejó caer sobre ella, estaba exhausta, pero no estaba tranquila, aún debía arreglar las cosas. Pensó en darle algo, eso funcionaría definitivamente, pero ¿qué cosa?, se quedó en blanco, su rostro estaba hundido en las suaves sábanas así que por un momento casi logra vencerle el cansancio, el que finalmente se desvaneció con una gran idea que llegó a su cabeza. De un solo brinco se puso en pie diciendo -¡Flores! Eso es- y salió rápidamente en dirección a cumplir con su cometido.
[...]
Wodahs terminaba de preparar la cena cuando volvió a su mente la imagen de Grora disculpándose por haber atravesado su cabeza con sus flechas, ya no le molestaba la situación, no estaba enojado, a esas alturas del día ya le daba igual, pero sin dar cuenta de la situación, el recuerdo de la mañana volvía a su mente sumiéndose en sus recuerdos.
Solía ser distraído, se dejaba llevar por la rutina a tal punto de que si algo llegaba a entrar a su cabeza, su atención se disminuía considerablemente, lo que llevó a un pequeño error al seguir la receta de la cena, pues acudió dos veces al salero.
Llevó la cena al salón y la sirvió a su hermano y diosa, quienes fueron los primeros en notar su error.
-Wod... La sal- Kcalb esta vez fue el primero en hablar, quedó completamente extrañado, en todos los años que convivieron, nunca le había pasado algo así.
El ángel tranquilamente se acercó y probó un poco del plato para luego guardar silencio, estaba en shock.
-No te preocupes Wodahs- señaló Etihw, quien con un movimiento rápido de dedos, arregló el problema -deberías tomar un descanzo- dijo, tratando de ser lo más comprensiva que pudo, pues lo sabía todo, le hacía gracia la razón pero guardaría silencio, no quería adelantarse a los hechos.
El joven de cabellos grises se retiró tras una reverencia, para hacer caso a las palabras de la diosa.
-¿Qué tramas?- preguntó el diablo a su acompañante, pero ella solo le dedicó una sonrisa. Eso solo puede significar problemas.
[...]
Era tarde, Wodahs trataba de auto convencerse de que solo estaba cansado, esta vez haría caso a las palabras de Etihw y tomaría un buen descanso, o eso quería, pero al cruzar por el umbral de la puerta de su habitación, notó algo extraño; sobre su cama habían flores de su jardín, la humedad había pegado barro en los tallos de estas, sin mencionar que aún tenían raíces, lo que había manchado el cobertor, pero lo que sobre llenó el vaso fue que aquellas flores eran las que con mucho cuidado había estado cuidado en su jardín con mucha dedicación.
-¡ALELA GRORA!- solo tuvo que llamarla una vez para que hiciera presencia.
El ángel mencionado llegó a la escena con un aire despreocupado pero alegre -¿Te gustó el obsequio?- dijo con su mejor sonrisa, respuesta que hizo lucir una vena en la frente del más alto, nuevamente estaba molesto.
-¡Ve a replantar todas esas flores!- ordenó molesto, ¿acaso este día no terminaría?
Grora por su parte solo hizo caso, aunque también se notaba molesta -después de que me tomé la molestia de tener un lindo gesto, cabeza de ángel- murmuró mientras tomaba las flores, pero al ver el desastre que había hecho, solo se retiró con algo de tristeza.
Él al verla desanimada, le hizo sentir algo culpable, así que la acompañó hasta el jardín, acción que fue completamente malinterpretada por la chica, quien solo pudo pensar en ello como un acto de desapruebo por su parte. -Esto no fue como lo esperaba- se dijo.
Al llegar ambos al jardín, vieron un hermoso paisaje, era tarde, la luz del sol ya había desaparecido, siendo reemplazada por una hermosa luz de luna bastante tenue pero lo suficientemente fuerte para permitir ver con claridad. Las flores parecían brillar con el reflejo, mostrando un hermoso paisaje, aunque para Wodahs era común pues ya lo había visto antes por cuidar siempre de su amado jardín, para Alela era un espectáculo completamente nuevo, ella estaba maravillada, pero se vió interrumpida por el ángel que continuaba su camino hasta los maceteros. No le quedó de otra que comenzar a replantar, entre antes empezara, más rápido terminaría.
Wodahs observaba tranquilamente como Grora comenzaba a remover la tierra, y en un impulso se vió ayudándole, definitivamente le encantaba la jardinería.
No le dirigió ninguna palabra, estaba tan concentrado en lo que hacía, que olvidó el por qué lo hacía, dándole a entender a la chica que estaba más molesto que nunca, lo que realmente no era cierto, simplemente estaba concentrado. Un nudo de malentendidos poco a poco se estaba tejiendo.
Parecía ser poco pero las miradas que se dedicaban por preocupación les hizo extenderse a alrededor de una hora. Grora lo observaba a ratos pensando en lo molesto que debía estar, mientras que Wodahs tendía a observarla para saber si estaba bien, se sentía algo culpable por obligarla a arreglar todo a esas horas de la noche, bien pudieron dejarlo para el día siguiente, pero la ira del momento le hizo actuar impulsivamente; ahora que estaba más tranquilo, notaba las consecuencias.
Al terminar estaban más que exhaustos, así que sin dedicarse palabra alguna, dieron media vuelta hacia sus habitaciones, ese día había sido bastante agotador para ambos.
[...]
Al amanecer, la gente en el castillo comenzó a moverse como cada mañana, a excepción de dos ángeles que dormían plácidamente en sus respectivas camas. Al notarlo, Kcalb estaba extrañando, su hermano no estaba actuando como de costumbre pensó, mientras que Etihw quizo aprovechar la oportunidad y fue directo a la cocina, esta vez ella intentaría cocinar.
-Esto va a terminar mal- le decía el diablo, pero no le quedó más remedio que seguirla hasta la cocina para supervisar que no la destruyera, pues habían pasado siglos desde la última vez que intentó cocinar. -por qué mejor no los despertamos- le reprochaba.
-Deberíamos dejar que descansen, han estado muy atareados estas últimas semanas, que se relajen un día no hará daño a nadie- o eso es lo que creía, almenos hasta que una explosión interrumpió la paz del castillo.
-TE DIJE QUE SALDRÍA MAL- Un Kcalb cubierto de cenizas se retiraba con enojo y una divertida Etihw iba detrás con trozos de carbón que parecían haber sido pan en su momento -Al menos así te pareces a las tostadas~ - se burlaba.
El estruendo había despertado a los dos ángeles, quienes de un sobresalto acudieron a la escena.
-Yo no voy a limpiar eso- decía la más baja, a lo que solo recibía una mirada de odio.
Menuda forma de comenzar el día, esta sería una larga jornada, no les quedó de otra que arreglar el desastre de la diosa.
No fue hasta el atardecer que acabaron, no se atrevieron a cruzar palabra en todo el día y eso les estaba preocupando mucho, pero claro que no lo dirían.
Grora volvía a su habitación cuando se encontró con Etihw, quien al verla se le acercó y en un movimiento rápido la tomo del brazo, arrastrándola por el pasillo. Intentó preguntar a dónde la llevaba pero solo le hizo guardar silencio.
Se escabulleron hasta la entrada del castillo –¡Vamos a beber!– dijo por fin la de blanco. Habían pasado años desde la última vez que fueron a por unas copas, almenos solas, pues a veces solían tomar junto a Kcalb y Wodahs ¿por qué hoy sería diferente a eso? Preguntó la del parche mientras la seguía camino al pueblo.
–Kcalb ha estado regándome todo el día por lo ocurrido en la mañana, solo hay que relajarse un rato, y tú también lo necesitas– se volteó por un momento para mirarla y guiñarle un ojo por un momento, para luego seguir con su camino. Alela con una sonrisa algo cansada, solo se resignó a las palabras de la diosa –está bien–. Ambas siempre se llevaban bien, se consideraban buenas amigas además de ser las unicas chicas en el castillo.
A medida de que se acercaban al pueblo, el sol comenzaba a esconderse, era la hora perfecta para escapar, nadie sospecharía que no estaban en sus habitaciones, nadie las molestaría.
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✨YA ESTUVO✨ Quiero dejar lo siguiente para el próximo capítulo xD! Jiji
Lamento que sean cortos, no soy buena extendiéndome :')