Canción: Lana del Rey - Millon Dollar Men
Estoy helada con todo, no tengo idea que clase de preguntas me harán, pero lo único seguro es que tiene que ver algo con Bruno, de lo contrario no estarían acá ,así que decido que se sienten en una de las mesas del living del hotel.
- ¿De qué se trata? - les pregunto
- Estamos enterados de que hace aproximadamente dos semanas resultó herida en un lugar llamado Diamond Rose, un prostíbulo, y según el informe estaba allí a la fuerza por un hombre.
- Ese hombre me llevo allí, todo fue una confusión, desconozco la razón por la que lo haya hecho.
- ¿Puede reconocer a algunos de estos hombres? - dice dándome unas fotografías.
Tomo las fotografías y en ella aparecen los tipos que estaban en el bar aquella vez.
- Pude ver a algunos esa noche.
- ¿Sabe que se dedicaban al crimen organizado? Para ser más preciso la mafia.
- No, yo desconocía eso.
- Es curioso que hace sólo a unos días de lo ocurrido en el Diamond Rose, los pocos que lograron escapar resultaran muertos.
- Yo no sé qué decir.
- ¿A qué se dedica su novio señorita Steinfeld?
Dios, sospechan todo, trato de calmarme para no ponerme nerviosa ante ellos.
- Él es empresario.
- El señor Lombardi es como una sombra muy pocos lo han visto y es cerrado a los círculos sociales.
- Bueno Bruno es muy ocupado en sus negocios.
- Revisamos las cuentas bancarias de su novio y maneja sumas exorbitantes de dinero.
- La empresa es muy reconocida en Italia.
- El anillo que tiene en su dedo es lujos, cuesta alrededor de dos millones de dólares.
¿A qué viene eso? Solo están haciendo preguntas para que caiga en su juego, no obtendrán nada de mí.
- No soy quién para decidir sobre los gustos de Bruno.
- Una de las mujeres que la acompañaban esa noche en el club, pudo ver a un hombre lo describió, como alto, de contextura gruesa, ojos azules y con acento italiano, concuerdan a la perfección con las características físicas de su novio.
- Bruno no es capaz de hacer algo como eso. Además esa tarde él hizo un viaje de negocios es imposible que estuviera allí.
- ¿Sabía que encubrir a una persona es un delito?
- Yo no estoy encubriendo a nadie, estoy diciendo la verdad y si no les molesta, tengo cosas por hacer en mi hotel.
- Muy bien estaremos en contacto, la investigación aún continúa.
- Que tengan buen día - Digo despidiéndome de ellos.
Me quedo sentada, perdida en los pensamientos que me abordan en ese instante
¿Y si descubren todo? ¿Y si va a la cárcel?
- ¿Quiere que llamemos al jefe? - me pregunta Fausto.
- No, por ahora no, si le decimos vendrá al hotel y la policía podría estar cerca, es mejor que se lo diga de manera personal.
- Está bien señorita.
Trato de distraerme todo el día, pero es imposible la presencia de la policía no ha hecho si no hacerme mil ideas en la cabeza, han abierto una investigación y están seguros de que Bruno tiene algo que ver con la muerte de esos hombres, solo les faltan pruebas para incriminarlo.
- ¿Todo bien? luces pálida - me pregunta Laurent cuando estoy con ella en un almacén viendo vestidos de novia.
- No. Hoy fue la policía al hotel a hacerme algunas preguntas.
- Mierda. ¿Qué has dicho? ¿Es algo sobre bruno?
- Sospechan de él, con lo que sucedió en el bar.
- Dios, Camila como lo siento ¿Qué harás?
- No lo sé, mentí, no quiero que vaya a la cárcel.
- Bueno por ahora solo cálmate, sé que Bruno ideara algo.
- Eso espero.
- Bueno ya, sigamos viendo vestidos de novia. Que te parece este - dice mostrándome uno corte princesa.
- No es lo que utilizaría, quiero algo más sútil y menos llamativo.
- Tenemos unos modelos, muy hermosos que llegaron de Londres - dice una de las empleadas del almacén.
- De acuerdo puede mostrármelos - le respondo. - Bruno dijo que si deseaba podía escoger un vestido traído desde Italia.
- ¿Porqué no todos los hombres le preguntan a las mujeres eso cuando se van a casar?
- Que graciosa Laurent.
- Es verdad, un vestido de novia traído de Italia. Cuanto glamour.
- Me iré a medir este, me gusta - digo tomando el que la empleada ha traído y metiéndome en el vestir.
- Si necesitas ayuda me llamas - me dice mi amiga.
Estoy midiéndome el vestido de novia cuando escucho a Laurent y a la empleada hablando con lguien.
- ¿Qué no sabes que es de mala suerte ver a la novia con su vestido antes de la boda?
- Esas son supersticiones que la gente crea, no hay nada que me impediría casarme con Camila - escucho la voz de bruno.
Se suponía que llegaría hoy tarde ¿Qué hace aquí?
- Como sea, si las crees o no, no la veras.
- Eso es ridículo, puedo ver a Camila las veces que quiera.
- Pues no vestida de novia.
- Los estoy escuchando - les grito desde el vestir.
- Dea, esas son tonterías.
- Es mejor que le hagas caso a Laurent, yo también creo lo mismo.
- ¿Acaso se han vuelto locas las mujeres creyendo eso?
- Bruno sal un momento, necesito que Laurent opine sobre qué tal me queda el vestido.
- ¿Y mi opinión no cuenta acaso?
- Sí, pero una vez me veas en la iglesia.
- Va bene - dice mientras escucho como sus pasos se alejan.
- ¿Qué tal? - digo saliendo del vestier.
- No me gusta, creo que es muy ajustado en la parte del escote.
- Yo también creo lo mismo, tal vez deba tomar la opinión de Bruno.
- ¿Su prometido es italiano verdad? - pregunta la mujer del almacén.
- Si.
- ¿Y usted busca un modelo, que sea acorde a la elegancia que él maneja?
- Algo así.
- Creo que tengo el adecuado para usted, espere un momento.
- Está bien.
Poco después de eso la mujer saca un vestido hermoso, justo como lo que quería.
- Es alta costura, un vestido, sútil pero elegante, tiene un estilo a los vestidos de novias de los sesenta.
- Es hermoso.
- Oh Dios, es perfecto - responde Laurent.
- Muy bien, pruébeselo.
Me pruebo el vestido de novia y este queda perfecto, es el vestido ideal.
- Oh Camila, luce precioso - dice Laurent.
- Gracias.
- ¿Y bien? - pregunta la empleada.
- Me lo llevo.
- ¿Lo pagara en efectivo o con tarjeta?
- El hombre de afuera lo pagara - responde Laurent.
- De acuerdo.
- Volveré al vestier - digo de nuevo metiéndome en este.
- Señor Lombardi ya puede entrar - le grita Laurent a Bruno.
- ¿Dónde esta Camila? - pregunta el.
- En el vestier cambiándose. Ya escogió el vestido, solo falta cancelar.
- ¿Acepta cheques?
- Por supuesto.
- Gracias por acompañarme Laurent - le digo despidiéndome de ella.
- No ha sido nada, me siento feliz por ti - dice abrazándome.
- Gracias.
- Adiós Camila, adiós señor Lombardi.
Ambos nos despedimos de ella, y nos dirigimos al auto.
- Dijiste que llegarías tarde hoy.
- Fausto me llamo, la policía estuvo hoy en el hotel ¿eh?
- Te lo pensaba decir en la mansión.
- ¿Te acosaron con preguntas?
- Les dije que estabas de viaje el día que sucedió lo de Maksim.
- Buena cuartada, me encargare de ello.
- No pensaras matar a un policía ¿verdad?
- No soy estúpido Camila. Simone - dice llamando a este.
- ¿Si señor?
- Necesito que hagas ver que viaje a Italia el día en que mate a Maksim.
- Si señor.
- Arregla el vuelo, pasaporte, todo. Que la mentira de Camila se mantenga.
- Como ordene.
- ¿Eso se puede? - pregunto.
- Todo el mundo tiene un precio Camila. ¿Cómo crees que me muevo en este mundo?
- No quiero que vayas a la cárcel.
- No sucederá.
- He pensado algo, y he tomado una decisión.
- ¿Que? ¿De qué se trata?
- Es mejor que me quede en el apartamento. Hasta que las cosas se arreglen con la policía.
- Ni de coña, no vas a estar lejos de mí.
- La policía me podría seguir a la mansión.
- Que se atrevan, así tenga que crear una ruta nueva, no te iras de mi lado.
- Pero..
- ¿Que fue la promesa que hicimos?
- Siempre juntos - digo con una sonrisa.
- Entonces nada nos alejará.
Nos devolvemos a la mansión y una vez cae la noche y mientras disfrutamos de la cena, le digo a Bruno acerca de donde quiero que sea nuestra boda.
- Ya sé en dónde quiero que sea nuestra boda.
- ¿Qué lugar?
- La catedral en la que se casarón tus padres en Sicilia. Espero no haya problema.
- Donde sea que elijas casarte me será de total agrado, solo me importa casarme contigo.
- Te amo.
- Yo aún más.
A la mañana siguiente me dirijo a mi oficina en el hotel. Y cuando entro veo a esa mujer sentada en una silla de mi escritorio.
- ¿Qué haces acá Oksana?
- Al fin lo lograste, te casarás con él.
- ¿A eso viniste?
- Una simple mujer, una mucama barata, una don nadie, con un hombre como él, no lo mereces.
- Si lo que buscas es insultarme, no lo lograrás, así que es mejor que te vayas - digo mientras avanzo a la puerta.
- ¡Camila!
Volteo mi vista hacia ella de nuevo y la veo sosteniendo un arma.
- ¿Qué tienes tú que no pueda tener yo?
- Oksana, baja el arma.
- ¡No! Maldita estúpida ¿Qué le ofreces a él que yo no pueda?
- Tal vez, tengas razón, no tengo lo mismo que tú, nunca tuve lujos y comodidades, pero no me dejo llevar por lo banal y material.
- Maldita arribista.
- No seas idiota ¿Te vas a manchar la manos de sangre? Baja el arma
- De ninguna manera, si mueres ya no tendrá más a quien amar, te iras de este mundo y yo me quedare con él - dice mientras me apunta. - Y por si no me crees, está cargada - dice disparando al aire.
¿Team Bruno?⚘
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