Rendirse jamás [PQY #1] ✔ ver...

By CMStrongville

13.9M 637K 84.1K

Primer libro de la serie ¿Por qué yo? [¿Por qué yo? #1] «Todo en esta vida es temporal, así q... More

Vuelve versión 2014
Sinopsis
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Vencedor [¿Por que yo? #2]
Epílogo
Extra I - Primer aniversario [PT. I]
Extra I - Primer aniversario [PT. II]
Extra II ~ Celos
Extra III ~ Ánimos y noticias
Extra IV - Latidos y lágrimas
Extra V - Hormonas al ataque
Extra VI - Problemas en el paraíso

Capítulo 9

340K 19.1K 2.1K
By CMStrongville

Tras el incómodo momento en el que Jan se dio cuenta de que mi pecho desnudo y el suyo eran separados simplemente por la fina barrera de su bikini, se limpió las lágrimas y se alejó de mí con el rostro enrojecido. Sus mejillas estaban coloreadas por la vergüenza y una risa se deslizo fácilmente por mi garganta por no estar acostumbrado a verla de esa manera.

—Oh, vamos, Jan —dije picando sus costillas para provocarla—. No es como si no hubieras visto a un chico sin camiseta antes. Estoy seguro de que has llegado a ver más de un chico que solo su pecho desnudo. —Sonreí ladino.

Si pensaba que sus mejillas no podían tornarse más rojas, me equivoqué. Solo no estaba seguro de si era por repentina ira o timidez.

—Yo no... Esto... —balbuceó.

—No me digas que nunca has... Oh Dios, ¿eres virgen? —pregunté estupefacto. No era que me molestara la idea de que nunca otro hombre la hubiera tocado, pero no podía creer que una chica llegara virgen a la edad de veinte años.

Aunque claro, teniendo en cuenta cómo había sido su vida la última década, era más que comprensible que esas cosas fueran lo último en su mente.

—¿Qué? ¡No! Yo solo... —Se quedó sin palabras. Lucía como si estuviera en un callejón sin salida y alguien estuviera acechándola.

—Oh, vamos, Jan; dime la verdad. No te voy a juzgar si me dices que eres virgen o si te has acostado con cincuenta hombres al mismo tiempo. —Me miró con sus ojos entrecerrados y bufó.

—No soy virgen, pero tampoco me he acostado con tantos hombres, y menos al mismo tiempo; no seas ridículo, Parker.

—¿Entonces por qué tu reacción tan exagerada? Ah, ya sé. Me encuentras irresistiblemente atractivo. Es eso, ¿no es verdad? —Su risa me divirtió y pude ver cómo se relajaba gradualmente.

—No. Solo es que... —Me miró por el rabillo de su ojo—. Ha pasado mucho tiempo, y el chico con el que estuve no lucía... así —concluyó señalando mi torso con un movimiento de su mano.

Mi ego se elevó bastante, cosa que, por cierto, no necesitaba.

—¿Ah no? —Sacudió su cabeza y acomodó sus gafas que resbalaban por el puente de su nariz. Hizo una mueca apenada y esquivó mi mirada.

—No, teníamos apenas quince años, ¿sí?

Me quedé en silencio un momento esperando a que dijera que era una broma, sin embargo ese momento nunca llegó. Mi mente no podía procesarlo por alguna razón.

Janelle siempre era tan hermética, tan cerrada en lo que no concerniera a su hermano, y no podía imaginarla estando tan enamorada como para entregarle su virginidad a algún tipo.

¿O era que en realidad no había estado enamorada?

—A ver, espera un segundo —pedí aún estupefacto—. Me estás diciendo que... ¿hace cinco años que no te acuestas con nadie? —inquirí.

Mi cerebro estaba tratando de procesar esta información lo más rápido posible y casi podía sentir cómo mis neuronas se freían. Tal vez Jan no era la chica más hermosa que me había tocado conocer, pero por lo menos debían de haber un par de chicos decentes que anduvieran tras ella.

—Ya, no es para tanto. —Limpió la poca tierra que estaba aferrada en su vientre y yo no pude desviar la mirada del movimiento sobre su suave piel.

—Pero...

—Ya, Parker. Déjalo. —Se dio la vuelta para entrar al departamento y empezó a caminar.

—No puedo dejarlo. ¿En serio me estás diciendo que no ha habido algún chico por ahí interesado en ti? —cuestioné incrédulo. Ella resopló y se volvió hacia mí.

—No he dicho tal cosa. Solo dije que hace cinco años que no tengo sexo. Además, no es como si hubiera sido sexo de ese capaz de hacer temblar tu mundo. Solo fue... sexo.

La palabra sexo saliendo de sus labios repetidamente no debió de haberme afectado, pero lo hizo. Vaya que lo hizo. Aclaré mi garganta para hablar bien y me obligué a seguirla.

—Bueno, si alguna vez necesitas ayuda con eso, puedes... ya sabes, acudir a mí. Yo podría arreglar tu problema —me ofrecí.

Ella puso los ojos en blanco sin dejar de caminar y entonces entró al lugar. Llegamos a la cocina, sacó una jarra de agua helada del refrigerador y nos sirvió dos vasos grandes. No pude evitar hacer un sonido de satisfacción cuando el líquido me refrescó. Beber agua fría en un día caluroso cuando mueres de sed tiene que ser uno de los más grandes placeres de la vida.

—Aprecio tu oferta, de verdad, pero no es necesario que te sacrifiques tanto por mí —dijo. El sarcasmo goteaba por su voz.

—No lo tomes como un sacrificio, mejor piensa en él como... un favor. Ya sabes, como tu mejor amigo debo estar pendiente de tu bienestar y todo eso. —Me miró divertida.

—Lo pensaré.

—No te atrevas a jugar con mis sentimientos, Ferrati.

Su carcajada resonó por toda la habitación.

—Cállate —exigió con la sonrisa aún jugando en sus labios.

***

—Me gusta cómo te ves así —admití.

—¿Así como?

Estábamos de nuevo recostados en su —ahora limpio— patio. Habíamos salido a comer, como acordamos el día anterior, y paseamos un momento entre las calmadas calles que contenían los departamentos estudiantiles. Ahora que ya había atardecido y refrescado un poco, decidimos regresar a su lugar y ver películas, pero en el último minuto terminamos recostados en el césped, conversando sobre cosas sin importancia y viendo cómo se movían lentamente las nubes.

Bueno, la verdad es que yo la había estado viendo mientras que ella me explicaba los diferentes tipos de nubes que existían y sobre las tormentas meteorológicas y no sé qué más. Toda una nerd.

—Relajada —dije—, sin estar a la defensiva por una vez. Se podría decir que feliz.

Ladeó su cabeza y me miró agradecida.

«¿Agradecida?»

—Un día sin estar rodeado de enfermedades y muerte puede relajar a cualquiera —reconoció con tristeza. Yo me quedé pensando un minuto en sus palabras y luego fruncí el ceño buscando la manera correcta de preguntarle lo que quería saber.

—Si tanto te estresa ese lugar, entonces... ¿por qué trabajas ahí? Quiero decir, sé que necesitas el dinero y que Dean está ahí, pero podrías encontrar otro trabajo que te pague bien y aun así visitarlo. Puedes...

—No —me interrumpió—, tú no entiendes. No es solo un trabajo para mí, Parker. Los pacientes y trabajadores son como mi familia. He visto a mucha gente buena e inocente ser arrastradas por las garras de la muerte y, créeme, es doloroso cuando cada persona se lleva un pedacito de mi corazón, pero al mismo tiempo es hermoso. Es hermoso ver cómo personas que están en el borde entre la vida y la muerte, son tan felices y positivos, entregan su amor incondicionalmente y yo hago lo mismo con ellos.

»Créeme cuando te digo que las personas más puras y buenas las he conocido ahí, ya sea que estén postrados en una cama o ayudando a los demás. La mayoría de los doctores, enfermeras y otros ayudantes de ahí, no solo están porque es un trabajo bien pagado, están ahí porque sienten lo mismo que yo. Esa conexión tan... profunda, inexplicable. Soy afortunada de poder ayudar y conocer a tantas personas —dijo con un suspiro. Sus ojos no se habían alejado ni un segundo de los míos y pude ver cada emoción que pasaba por ellos. Dolor, amor, anhelo...

»Ver cómo las familias se mantienen unidas aun en las situaciones más difíciles, me hace darme cuenta de que no todo en este mundo es tan malo. Que aún en la oscuridad más profunda puedes encontrar una luz esperanzadora. —Su mirada antes perdida se enfocó por completo en mí. Sonrió y luego dijo algo que hizo hinchar a mi corazón—. Y mi luz eres tú. Eres quien me distrae en los momentos más turbios de mi mente, con tus bromas y tu manera tan relajada de ser. No creo que te hayas dado cuenta de todo el bien que me haces.

Suspiró y yo me quedé unos segundos en silencio solo viéndola y saboreando sus palabras, y no sé qué era lo que le transmitían mis ojos, pero su sonrisa se fue desvaneciendo poco a poco, dejando en su lugar nada más que una expresión de deseo.

Si eso no era una invitación, entonces no sé lo que era, pero yo la tomé como tal.

Me acerqué despacio hasta que pude sentir su aliento en mis labios. Aún no la había tocado y ella ya empezaba a respirar con pesadez. Sus labios entreabiertos me pedían a gritos que los sellara con los míos y sus ojos brillantes me incitaban a que cerrara la distancia entre nosotros.

Un mechón de cabello estaba sobre su mejilla y yo lo quité, colocándolo con cuidado detrás de su oreja, acariciando su piel en el camino. Mi mano fue a la parte trasera de su cabeza y la jalé un poco, hasta que nuestras frentes y narices se tocaban.

Estaba tan cerca viéndose tan dulce, tan tímida, tan diferente a como era con los demás, y lo único en lo que podía pensar en ese momento era en lo mucho que quería besarla; lo quería más que nada en el mundo.

Y eso fue exactamente lo que hice.



Continue Reading

You'll Also Like

1.9M 133K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
378K 30.9K 20
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
611K 102K 76
Kylian Craig tiene claras dos cosas: enamorarse debilita y todo se puede negociar, así que cuando se da cuenta de que una de sus más grandes inversio...
6.7M 267K 69
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...