Resoplé, por enésima vez, mirando el reloj de una de las blancas paredes de aquella sala. Más de media hora, para elegir el candidato o a la candidata para el trabajo. Sí, me presenté a una entrevista de trabajo. Todos necesitábamos dinero, y yo no fui la excepción, por muy vago que sea.
Yo, Odd Della Robbia, juro que conseguiré el puto trabajo de camarero en el bar de la esquina. ¡NO PUEDE SER TAN DIFÍCIL LLEVAR UNA BANDEJA CON BEBIDAS PARA BORRACHOS, ¿NO?!
— Bien—salió el jefe con los currículums en la mano—, tras una larga espera, ya tenemos a las dos personas que trabajarán como camareros en nuestro bar. Necesitábamos personal, para qué engañarnos. Y visto lo visto, Odd Della Robbia y Fréderic Aubier, bienvenidos a La Taberna.
Fréderic, un chico de mi edad, bastante apuesto, la verdad. No me atraen los hombres, pero si veo a alguno que es guapo, hay que decirlo. Le conocía de vista, ya que vivía cerca del edificio donde estamos viviendo los chicos y yo. Era un tipo raro, pero majo.
— ¿Cuándo empezaremos?—preguntó Fréderic. Yo observaba por el rabillo del ojo cómo las demás personas se iban de allí, al no ser escogidas para el trabajo.
— ¿Mañana?—sonrió el hombre.
— Sin problema, señor.—contesté—. Nos vemos mañana, entonces.—me despedí con la mano, y salí del edificio con una sonrisa de oreja a oreja. Necesitaba alegrarles el día a los chicos.
— Que bien, ¿no? Ya tenemos trabajo, Odd.—Fred me rodeó por los hombros con su brazo—. Aunque sea por turnos y en un bar un poco cutre, pero al menos ganamos pasta, ¿eh?
— Cuánta razón, amigo mío.—reí—. Iré a mi apartamento a decírselo a mis amigos, ¿vienes?
— Lo siento—negó con la cabeza—, pero tengo que ayudar a mi tío en el depósito.
— ¿Tu tío tiene un depósito?
— Sí, mis padres quieren que mueva el culo. Así que ayudo a mi tío a reparar coches y mierdas por el estilo.
Una idea se me pasó por la cabeza. Me despedí de Fréderic, y salí casi corriendo hacia el apartamento. ¿Y si Fred se une al equipo? Quiero decir, nos puede conseguir un vehículo para viajar hasta los superordenadores, ¿no? Necesitaba contárselo a los demás.
— Joder...—cuanta más prisa tenga, más problemas me vienen. Se me olvidaron las llaves del portal en el escritorio. Odd, eres un maldito desastre—. Oh, abuela Maureen—era una vecina, muy simpática que siempre nos saca de un apuro a mí y a los chicos. Era como una abuela para todos—, ¿usted tiene las llaves del portal?
— ¿Otra vez se te olvidaron, chico?—rió. Asentí, rascando mi nuca—. Menos mal que estoy yo aquí, Odd, querido.—sacó de su bolso una llave, y me la alcanzó.
— Muchas gracias, abuela Maureen. ¿Qué haría yo sin usted?—le di un abrazo, antes de abrir la puerta y devolverle la llave. Salí corriendo hacia el ascensor.
***
Sonó el timbre varias veces del apartamento 4ºD. Apartamento de Aelita y Jeremie. Odd se estaba desesperando, ¿No había nadie, o qué?
— ¡Dejad de enrollaros, y abrid la puta puerta!—gritó.
— ¿Qué pasa, Odd?—abrió, finalmente, la puerta Aelita. Odd entró como si fuese su propio apartamento.
— Que bien que estáis todos...—su mirada se cruzó con la de Alizee. La querida novia de William, a la que todos amaban con locura. Nótese el sarcasmo—. ¿Qué hace ella aquí?
— ¿Qué tengo de malo, Odd?—preguntó la castaña, un poco molesta.
— Tú nada. Pero tal vez, y sólo tal vez, seas el juguete de William para olvidar a...—Ulrich tapó la boca del rubio con su mano, para que no siguiera hablando. No seas un bocazas... Le susurró en el oído.
— ¿Qué está pasando?—William salió del baño, arreglando su camiseta. Se sentó al lado de Alizee, en el amplio sofá.
— No está pasando nada, tranquilo.—dijo Odd, aún con la mano de Ulrich en su boca. Este último le soltó de su agarre—. Nada importante... Puede que haya conseguido trabajo.—dijo orgulloso de sí.
— ¡Enhorabuena, Odd!—dijo Yumi, entusiasmada. Todos estaban orgullosos de Odd. Él siempre fue un vago, y sólo le dedicó tiempo a su música. Es por eso que los chicos estaban felices por él.
— Y también he encontrado a alguien que nos puede ayudar con... Nuestro amigo XANA, ya sabéis.
— ¿XANA? ¿Quién es ese? ¿Lo conozco?
— Demasiadas preguntas, Alizee. Es sólo un viejo amigo que vive en el extranjero, ¿va?—respondió Ulrich, sin darle mucha importancia.
— Ocúpate de tu novia, crack.—susurró Odd a William en el oído. El pelinegro chasqueó su lengua, molesto de que todos estén en contra de Alizee.
— Amor... ¿No es tarde ya?—William se acercó a su novia, para levantarla de su asiento—. Vamos, te acompaño a la puerta, ¿sí?
— ¿Ya? ¿Tan pronto?—hizo un puchero con los labios. William miró a los chicos, y los demás le dedicaron a William una mirada asesina. Todos querían que se fuese de una vez Alizee. No estaban a la defensiva con ella, pero no les gustaba que alguien nuevo entrase en el grupo. Y más si se trata de un desliz de William.
— Te llamaré más tarde, ¿sí?—William acompañó a Alizee a la puerta, y se despidió de ella dándole un beso. A los chicos, definitivamente, les estaba entrando una diabetes.
— Bien, y ahora que no está la querida novia de William, ¿puedo contarlo?—Odd se sentó en el sofá, donde antes estaba Alizee sentada. William se cruzó de brazos, mirando a Odd con molestia.
— Sí, Odd. ¿Qué pasa?—habló Aelita.
— En La Taberna, el bar en donde empezaré a trabajar, he conocido a un chico; Fréderic. Su tío tiene un depósito, lo que significa que tendrá un coche o algo por el estilo allí.
— ¿Qué quieres decir con eso?—preguntó Ulrich, sin llegar a entender.
— Que ya tenemos vehículo para buscar los superordenadores.—explicó Odd.
— Vaya, estás en racha, eh. Primero un trabajo, ahora un vehículo... ¿Luego qué? ¿Una chica?—rió Ulrich.
— ¿Para qué? ¿Para dejaros tirados, como otros?—murmuró Odd, para que sólo Ulrich se enterase.
— Pero, vamos a ver.—habló William—. ¿Cuál es el problema? ¿Os jode que tenga novia, o qué?
— No, no es eso.—contestó Odd.
— Es que nos hayas dejado tirados por una chica. Y eso nunca se hace.—habló esta vez, Yumi.
— Aelita y Jeremie son pareja, y nunca se han ido a un hotel antes que desactivar una torre.
— Yo no me he ido a ningún hotel, Ulrich. Además, la otra vez sólo acompañé a Alizee hasta su casa. Y ni siquiera XANA mandó un ataque.—en su voz se notaba esa molestia. Realmente no entendía que tenían con Alizee.
— Ese día era nuestro reencuentro. Teníamos pensado cenar todos en una pizzería, pero todos juntos, William.—dijo Aelita.
— ¿Y yo qué sabía? Ni siquiera habíais mencionado nada de eso. Pensaba que el tema de XANA y de los superordenadores estaba zanjado. Sino, no hubiera acompañado a Alizee.
— William, ¿sabes lo peor de todo esto?—hizo una pausa, Odd—. Que Alizee es sólo una tapadera, una venda, para olvidarte de aquella chica que conociste en Kadic.—los ojos de Odd tenían esa nostalgia, al recordar aquellos tiempos—. Aquella chica, que luchó por salvarte de XANA, cuando fuiste xanificado. Esa chica, no la olvidarás nunca, ¿lo sabes? Porque yo tampoco lo he hecho. Y vosotros tampoco. Y no sabes, que vas a hacer daño a Alizee, como no te des cuenta de ello.—Odd se levantó, yendo hacia la puerta principal.
— Odd, bro, ¡Espera!—le intentó parar Ulrich. Mas Odd ya había cerrado la puerta, de un golpe que sonó por toda la casa. Los chicos se quedaron en silencio, un poco... ¿Decepcionados?
Todos se despidieron, y se fueron de la casa de Aelita y Jeremie. Ambos dieron un suspiro pesado, cuando cerraron la puerta del apartamento.
— ¡Odd! ¡Abre la maldita puerta!—Ulrich daba golpes a la puerta del apartamento 3ºA. En donde estaban viviendo él y Odd. Suspiró, cansado. Levantó la maceta de decoración que tenían al lado de la puerta, y cogió la llave que escondían ahí. Sólo para emergencias... Se recordó a sí mismo. Abrió la puerta, y fue directo a la habitación de Odd. Allí estaba, tumbado, mirando al techo—. Oye, ¿qué te ha entrado?—se sentó en el filo de la cama.
— La echo de menos, Ulrich. Sigo sin entender por qué Yanil se fue a América...—suspiró, girándose, para mirar a Ulrich.
— Eso pasó hace mucho tiempo... Pasa página, ¿sí?—acarició el hombro de su amigo, para consolarle—. Fue una buena amiga, y Guerrera Lyoko, todos lo sabemos. Pero se marchó, Odd. No podemos hacer nada por ella.
— ¿Crees que no lo sé?—preguntó cortante—. Ella fue la única chica que nunca he podido olvidar. Ella era distinta.—chasqueó su lengua—. Por el amor de Dios... La ayudé cuando estaba confusa con William, cuando estaba triste, o enfadada...
— Odd, amigo, deja de torturarte por Yanil, ¿va? A todos nos dolió cuando nos dijo que se iba a Estados Unidos una temporada. Pero, ¿qué podíamos hacer?
— ¿Pararle los pies? ¿Convencer a sus padres? ¡Yo qué sé, Ulrich! Pero podríamos haberla detenido, para que se quedase con nosotros.
— Lo sé, Odd, lo sé. Pero, ya no... Ya no podemos hacer nada, ¿entiendes?—suspiró—. Vamos a cenar, ¿sí?—golpeó suavemente el hombro de su amigo, y se fue de la habitación para preparar algo de comer.
— XANA, activa una torre, por favor...—se tumbó boca abajo, ocultando su cara en la almohada.
Odd se enamoró, hace bastante, de aquella chica; Yanil. Ella era especial para Odd. Mas, el último día de verano (cuando todavía estaban en Kadic), Yanil dejó una carta para todos los Guerreros. Se estaba despidiendo de ellos, porque se iba a los Estados Unidos con sus padres. Odd, como todos, se hartó de llorar aquel día. Sus ojos estuvieron llorosos y rojos durante una semana.
Perdieron el contacto con Yanil, y jamás volvieron a saber de ella. Ninguno quiere hablar de ella, para no revivir aquella herida.
De todo esto viene que Odd diga que William está utilizando a Alizee para olvidar a Yanil. Porque ninguno puede olvidarse de ella. Y menos William, ya que fue su novio durante mucho tiempo. Él no quiere aceptarlo, no quiere hablar de ella. Sólo quiere centrarse en su actual novia.
— ¡Odd!—le llamó su amigo, para la cena. El rubio se levantó, con desgana, y se dirigió hacia el salón para comer.
— ¿Otra vez?—rechistó. Llevaban cuatro días comiendo la misma cena; sándwiches con ensalada.
— ¿Qué quieres que haga? Casi no me quedan ahorros para ir al súper. Al menos estamos comiendo.—dio un bocado a su sándwich.
— ¿No es más fácil ir al apartamento de Aelita y Jeremie? ¿O al de Yumi?—comió de su sándwich, desinteresado de la comida. Realmente se le estaba yendo el apetito. Bastaron dos segundos, para que ambos chicos se levantaran a la vez, para agarrar las llaves y salir hacia el apartamento 4ºD.
— Chicos, ¡Emergencia!—gritó Odd, antes de llamar a la puerta. Jeremie abrió la puerta, y Odd y Ulrich entraron. Jeremie rodó los ojos, suspirando.
— ¿Otra vez sin cena, verdad?—preguntó Aelita. Se levantó de su asiento, para ir a la cocina a preparar la cena para los cuatro.
— ¿Y si cenamos todos? Con Yumi también.—propuso Odd.
— No es mala idea. Llámala, entonces.—dijo Jeremie. Odd sacó su móvil, y mandó un mensaje a Yumi para que bajase. Sí, todos los chicos (excepto William) vivían en el mismo vecindario. Yumi vivía en el 5ºC. No pasaron ni cinco minutos, y Yumi ya estaba en el apartamento junto a los chicos.
— ¿Qué cenaremos?—dijo Yumi, nada más entrar.
— Malas noticias. Ya somos cuatro.—comentó Aelita, al salir de la cocina. Los demás no entendieron—. Ya somos cuatro que tenemos que ir a comprar comida.—rió—. ¿Pedimos una pizza, o algo?
— ¡Sí!—gritaron a la vez Ulrich y Odd.
— Compremos una grande, así nos saldrá más barato.—dijo Yumi.
— De acuerdo.—Jeremie agarró el teléfono fijo, y marcó el número de su pizzería favorita. Sí, le gustaba tanto las pizzas que hacían, que ya se sabía el número de memoria.
Pasaron la noche entre pizza, películas y risas. Realmente lo echaban de menos. Echaban de menos pasar tiempo juntos. Al fin estaban unidos, y juntos. Pero... ¿Estaban al completo?
NOTA:
Dios mío, han pasado 84 años desde que actualicé alv xdxd
He estado (y lo sigo estando) bastante estresada, y agobiada, por los exámenes finales, trabajos, las redes sociales... En fin, que no he podido actualizar antes. Y por ello, el capítulo ha sido más corto de lo que suelo, y quiero, escribir. Lo siento, de ante mano. Aunque, recalco que Wattpad es un pasatiempo, un hobby. So, no se extrañen si no aparezco durante una temporada. Posiblemente sea porque no me sienta bien, y no tenga los ánimos de entrar en Wattpad.
Y ahora, dejando mi vida de lado xd, dos cosas a comentar del segundo capítulo:
- Sí, oficialmente, El Despertar de XANA es la segunda temporada de WyT.
- Sí (x2), eso significa que la tal Yanil eres tú, La Rayis, el/la lector/a (¿?). Estuve más de diez minutos y pico, buscando nombres. So, espero que os haya gustado cómo la he bautizado xD
Y... Nada más (?) Nos vemos en el siguiente capítulo :D