Royals

By LettuceDChu

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En un mundo donde las profecías se cumplen, mas de uno buscara llevar la contraria e ir por lo que les dicta... More

Prologo
Sentimiento desconocido
Errores Consentidos
Tregua
Pastel de licor 1. Parte
Pastel de licor 2. Parte
Ángel
Raices
Madre
Otra revelación
Ilusión de amor
Triste vals
La cumbre
Sortilegio
El pequeño león 1. parte
El pequeño León 2. parte
La libertad de decidir
Royals
Epilogo

Los Destinados

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By LettuceDChu

Pip se había levantado tan temprano como siempre, se dio un baño, se puso su uniforme de mayordomo cuidando que todo estuviera impecable, desde su rubio cabello recogido en una corta coleta, disimulando un poco su apariencia androgina, su saco rojo sin ninguna mancha, camisa pulcramente blanca, el moño perfecto en su cuello, sus pantalones planchados y sus zapatos lustrados hasta relucir, así que cuando noto que todo estaba en orden salió a realizar su rutina diaria

Corto una rosa blanca del jardín, fue a la cocina donde las cocineras le saludaron amables y le dieron leche con un pan relleno de mermelada para desayunar, mientras lo hacia las mujeres le preparaban una bandeja de plata con jugo, tostadas, miel y frutas, cuando Pip termino su desayuno agradeció a la mujeres y tomo la bandeja de plata para ir dos pisos arriba en el castillo del cielo, llegando al pasillo de las habitaciones reales se detuvo un momento y apoyo la bandeja en una mesita para colocar la rosa blanca en la charola, completando así la presentación del desayuno

-¡buenos días Pip!-

El rubio volteo encontrándose con la delgada figura de su amigo Pocket a mitad del pasillo, también con su uniforme de mayordomo y el cabello rojo cobrizo peinado de lado, sonriendo mientras mostraba sus prominentes dientes delanteros, Pip sonrió de igual forma y saludo

-buenos días, Pocket-

-veo que vas a la alcoba de la princesa-

-así es, ya es hora de su desayuno ¿vienes de la habitación de la reina madre?-

-sí, me pidió que llegara antes del amanecer para que la ayudara con sus atuendos...hoy es el gran día ¿no?-

-si..."el gran día"- dijo Pip con un tono triste que pasaría desapercibido para cualquiera pero no para Pocket

-animo, Pip – le dijo el pelirrojo mientras le tomaba fraternalmente del hombro- es el destino de la princesa y según la profecía ella estará bien, todos lo estaremos...quien sabe y el destino también tenga una alma gemela para ti-

-si...es lo que tiene que pasar- susurro Pip con falsa resignación y tomo la charola apartándose de Pocket para seguir con su labor – tengo que seguir, nos vemos luego Pocket-

-claro-

Se despidió el chico y siguió andando por el pasillo para seguir con sus labores, Pip lo vio irse y después siguió adelante, caminados un par de metros se detuvo frente a una gran puerta blanca con detalles dorados, con maestría sostuvo la charola con una mano y con la otra toco la puerta tres veces

-adelante-

Escucho una femenina voz después de unos segundos, Pip abrió la puerta y se introdujo a la gran y lujosa habitación, pintada de blanco al igual que la mayoría de los muebles, con una gran cama al centro, ventanales que daban al jardín de rosas y estaban cubiertas por cortinas rosadas, olía a perfume, el más fino de todos

-te tardaste dos minutos, Pirrup...pedazo de bruto retardado-

Le dijo la hermosa chica rubia sentada frente a su tocador, vestida con un hermoso vestido blanco y rosa pastel y los rubios cabellos sueltos cayéndole por la espalda, Pip suspiro de solo verla, estaba tan hermosa como siempre

-buenos días princesa Estella, lamento mi demora-

-como sea, imbécil ¿te vas a quedar ahí parado o me darás mi desayuno?-

Pip de inmediato se acercó a la chica y dejo la charola en el tocador, Estella vio el contenido y tomo una tostada mientras le pasaba el cepillo a su mayordomo, Pip lo recibió y comenzó a cepillar los rubios cabellos de Estella mientras esta desayunaba en silencio, era parte de su rutina diaria, parecía un día común, nada fuera de lo normal

Mentira, ese era el gran día

-Pip-

-¿si, princesa?-

-hoy vendrán los demonios-

-así es- contesto Pip lo más serio que pudo y sin dejar de cepillar los rizos dorados

-conoceré a mi prometido, el demonio con el que me casare en un mes-

-tal y como lo dice la profecía...su majestad-

-¿y qué piensas?-

-me da gusto saber que usted estará con su alma gemela y eso traerá paz para todos-

-tienes unos huevos diminutos, Pirrup- le dijo la princesa dándose la vuelta para verle de frente y tomándolo de la mano para que dejara de cepillarla

-perdón, su majest...-

-¡deja de actuar tan cortes! No finjas que no te duele lo que te estoy diciendo... ¿te duele no es así? Te duele saber que voy a casarme cuando tú mueres de amor por mí-

-...-

-sé lo que sientes por mí, siempre lo he sabido-

-lamento si eso la ofende, mi princesa-

-lo único que me ofende es que no tengas el valor para decir lo que sientes, eres tan cobarde que me molesta-

-perd...-

-deja de pedir perdón, eso no sirve de nada –le dijo con voz seria mientras se levantaba del banquillo y se paraba frente a su mayordomo -¿qué harás?-

-¿qué haré?-

-¿dejaras que me case con un demonio?-

-ese demonio es su prometido princesa, su destinado-

Estella rodó los ojos con irritación y sus manos se cerraron en puños involuntariamente, como pasaba cada vez que le recordaban sobre la profecía o su compromiso con el príncipe de las tinieblas

-Pip...¿cómo puede ser destinado alguien a quien ni siquiera conozco?-

-bueno, según la profecía cuando se vean el amor nacerá a primera vista, sus ojos se cruzaran y conectara sus almas-

-je, suena a menuda mierda –respondió Estella con una sonrisa amarga – me pregunto si los jodidos profetas tienen la capacidad de mandar en los sentimientos ajenos, de ser así es más mierda todavía-

-no son los profetas su majestad, es el destino-

-¿el destino? Prfff, entonces no somos más que juguetes del destino, simples muñecos sin voluntad sobre sus acciones-

-¿princesa?-

-dime, Pip ¿alguna vez tuviste la fantasía de ir contra el destino y hacer lo que tu quisieras? No sé, tal vez tomarme y llevarme lejos-

Los ojos de Pip se abrieron notoriamente y sus mejillas se tiñeron de carmín, Estella supo entonces que había dado en el clavo, solo tenía que presionar un poco mas

-¿por qué nunca lo hiciste Pip?-

-usted es una princesa, está comprometida desde su nacimiento y su unión significa paz, yo solo soy un sirviente que no podría ofrecerle nada-

-tú me amas Pip, yo puedo sentirlo...me amas como nadie podría hacerlo porque has aguantado mis desprecios y groserías desde siempre, nunca me has dejado sola y te has esforzado en hacerme sentir bien-

Estella tomo la mano de Pip y entrelazo sus dedos con los del mayordomo mientras lo miraba fijamente, sus ojos verdes clavados en los azules de Pirrup

-princesa...-

-no quiero casarme Pip, toda mi vida he escuchado que ese es mi destino, pero yo no creo que sea así, yo creo que el destino es algo que cada quien puede formar con sus propias decisiones, quiero estar con alguien que si me ame de verdad, no con quien un montón de idiotas profetas dijeron-

La chica se acercó hasta el sorprendido Pip y deposito un suave beso en sus labios que duro segundos, después se separó viendo a su mayordomo petrificado por esa acción

-¿Pip?-

-Princesa Estella, esto no...-

-¡no me digas que está mal! ¿Lo disfrutaste no es así? Habías deseado ese beso desde la infancia-

-sí, pero-

-pero nada...Pip, aún estamos a tiempo de hacer algo, falta un mes para la boda, tiempo suficiente para poder huir juntos-

-¿huir?-

-sí, sí, huir donde nadie pueda encontrarnos, donde nadie nos diga que hacer-

-¡pero esa es una locura! – Se alarmo Pip -si huimos todos los reinos irán tras nosotros-

-¡diablos Pip, creí que me amabas!-

-la amo princesa, pero...-

-¡pero nada! si de verdad me amaras como dices te arriesgarías por mí-

Estella soltó las manos de Pip y camino dándole la espalda, dejando pasar varios segundos en silencio que supo Pip sopesaba su propuesta

-princesa Estella-

-¿sí?- pregunto dándose la vuelta para mirarle de frente

-usted es la persona más importante en mi vida,yo...yo estoy dispuesto a arriesgar mi vida con tal de estar a su lado, por siempre-

Estella no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras, sonreír como pocas veces lo había hecho en su vida, camino y abrazo a Pip con fuerza, con la misma fuerza con la que un prisionero abraza a su libertad

oo00oo

-¡esto es tan emocionante! ¿No lo crees, Chris*?-

-claro, cariño-

-tengo tantas ideas para la boda, quiero fuentes con esculturas de hielo, flores de azahar blancas y un coro de niños-

-eso suena tan genial, me encanta cuando te pones creativo-

-a mí me encanta cuando me dices que te encanto-

Damien rodó los ojos con irritación al tener que presenciar otra de las cursis platicas que su padre –y su actual novio- se montaban dentro del carruaje real que los llevaba al reino de los cielos, el joven ya había ordenado al chófer acelerar la velocidad varias veces durante el viaje, pero aún faltaba tiempo para llegar y eso le estresaba a grado de pensar seriamente en tirarse del carruaje en movimiento

-¿estás bien Damien?- le pregunto la serena voz de Chris – luces tenso-

-pues...

-¡está bien! –Intervino Satán –solo está nervioso porque pronto conocerá a su futura esposa, ¡nervios de boda! Hasta yo los siento-

-tsk- chasqueo la lengua el anticristo con molestia para después agregar con sarcasmo- si...me muero por llegar-

-lo se hijo, has apurado tantas veces al chófer que vamos más rápido de lo normal y llegaremos antes de lo previsto, posiblemente llegamos en la tarde y no en la noche como habíamos planeado-

-sigue siendo mucho tiempo –murmuro el pelinegro con tono cansino ya harto de su padre

-pero volvamos a hablar de la boda, le quiero sugerir varias ideas a las cocineras del reino de los cielos para el banquete, ingredientes como serpientes de fuego o dedos sangrantes le dará sazón a la comida...– siguió Satán

Damien trato de ignorarlo lo más que pudo y se asomó por la ventana del carruaje, iban muy rápido, pero estaba seguro de que la caída no lo mataría y se sentiría mejor que estar al lado de su padre

oo00oo

El castillo de los cielos estaba impecable al igual que el reino en general, las calles empedradas limpias al igual que las casas, todo listo para recibir al rey de la tinieblas y su corte demoníaca, algunos habitantes aun sentían temor de tener a semejantes personajes en su pacifico reino, pero se aferraban a su profecía y la esperanza de paz que esto representaba, de modo que aguantaban su temor en causa de un bien mayor

-¡Pocket!-

-¿si, mi reina madre?-

-¿cómo está el salón del trono?-

-listo para recibir visitas, reina madre-

-¿y las habitaciones de huéspedes?-

-listas-

La reina madre se encargaba personalmente de que todo estuviese en orden, era una mujer muy perfeccionista y gustaba de tener el control de todo, tan ocupada estaba en ordenar y supervisar que había dejado de lado a Estella, la cual en su habitación se encargaba de preparar algunas maletas ligeras y llevar la mayor cantidad de joyas posibles para sobrevivir al menos un tiempo, por su parte Pip también hacia una maleta, agregando por supuesto sus ahorros de toda la vida, una parte de él estaba completamente feliz por poder estar por fin con Estella, aunque seguía teniendo algo de miedo por lo que pudiera pasar si los descubrían, aunque el tan solo pensar en la princesa le hacía poner sus miedos de lado y querer seguir adelante, desafiando al destino

Pero el destino ya tenía todo escrito

-¡Pip! Abre Pip-

Pilliph dejo de hacer la maleta al escuchar la voz de Pocket tras su puerta, escondió el equipaje lo más rápido que pudo y abrió la puerta a su amigo

-¿qué pasa Pocket?-

-¡ya llegaron! Están aquí-

-¿qué? ¿Quiénes?-

-Satán, satán y su corte demoniaca están aquí-

-¿qué? Pero se supone que llegarían hasta el anochecer- se alarmo Pip

-¡pues acaban de llegar! Al parecer venían más rápido de lo normal...la reina madre ordeno que la servidumbre se presente en el salón del trono para recibirles-

Pocket se fue por el pasillo para ir a avisar a los demás sirvientes, Pip cerró la puerta de su habitación con una mueca de preocupación y desilusión, como si viera caer todas sus ilusiones de golpe

-¿qué?- pregunto Estella enarcando la ceja

-tu prometido esta aquí –le dijo la reina madre con seriedad- llego antes de tiempo, rápido, ponte el vestido color marfil y maquíllate un poco, te quiero en la sala de trono en menos de cinco minutos-

-pero...-

-¡pero nada! Cinco minutos, dije-

La anciana salió de la alcoba dejando a Estella hecha una furia, ahora todos sus planes se iban a la mierda por la llegada anticipada de su prometido, el cual aunque aún no conocía, lo odiaba más que antes

oo00oo

El salón del trono estaba bellamente arreglado, la luz del atardecer se colaba por los grandes vitrales de las ventanas haciendo lucir ese gran salón aún más luminoso, el piso de mosaico blanco y negro cubierto por la larga alfombra roja que iba desde la puerta blanca del salón hasta el trono dorado donde Estella estaba sentada con la reina madre a su derecha, los mayordomos a la izquierda y el resto de los sirvientes a los costados y junto a la pared, con la cabeza agachada en señal de respeto

-¡con ustedes! –anuncio un cíclope de escamosa piel purpura, filosos dientes amarillos y largas uñas negras –el rey de las tinieblas, monarca de los muertos y señor de los fuegos, Lord Satán-

Pip bajo la cabeza tal y como el código de respeto indicaba, escucho como si un caballo –enorme- entrara al salón, además de percibir cierto olor a azufre, nunca había visto a Lord Satán, pero según decían su apariencia era de verdad "impresionante", enorme, con cuernos, colmillos y piel roja además de poseer las patas de un caballo

-Lord Satán –hablo la reina madre con su voz seca y educada- un honor tenerlo en el reino de los cielos-

-el honor es mía reina madre, sobre todo por conocer a la bella Estella-

Estella se levantó del trono e hizo una respetuosa reverencia al demonio por su cumplido, con una sonrisa por demás educada pero carente de cualquier sentimiento, volvió a sentarse al trono casi de inmediato, Satán hizo una seña a Yazakk, el cíclope que se encontraba en la puerta y se encargó de anunciarlo, el cíclope entendió la orden y se aclaró la garganta para hacer la siguiente presentación

-y ahora, el príncipe del infierno, anticristo, señor del fuego y de las bestias...el príncipe Damien-

Pip esperaba escuchar algo similar a las patas de satanás, un sonido pesado u oloroso a azufre u amoniaco, pero no fue así, escucho solo unos ligeros pasos y su nariz percibió un agradable olor a almizcle y sándalo, fuerte y masculino

-un honor conocerle, princesa Estella-

Pip se llenó de curiosidad al escuchar esa voz tan enigmática, no sonaba para nada a la rasposa voz de un demonio, sintió el fuerte impulso de levantar la cabeza y ver aunque fuera de reojo al prometido de su princesa

-el...el honor es mío-

¿La princesa Estella había sonado nerviosa? Pip de verdad se sorprendió al escucharla, conocía a la princesa de toda la vida y nunca la había escuchado así, tuvo miedo entonces, tal vez de tan solo ver al príncipe Damien la profecía se había hecho realidad y Estella había caído perdidamente enamorada de él, Pip sintió un enorme dolor en el pecho, pensando que nunca debió haberse ilusionado con la idea de que escaparía junto a Estella, ella era un princesa y debía estar con su príncipe destinado

¿Quién era ese hombre?

Casi como obligado por su subconsciente Pip levanto un poco la cabeza y dirigió sus ojos azules hasta la figura del hombre que arrodillado galantemente besaba la mano de la princesa Estella, dándose cuenta de que era todo lo que él nunca seria, su perfil era hermoso y masculino, su cabello negro como la noche y aun arrodillado lucia alto, vestido con una armadura negra y una capa de igual color e interior rojo lucia aún más gallardo, de solo verlos juntos Pip sabía que habían nacido para estar juntos, eran destinados al fin y al cabo

El destino ya estaba escrito

Entonces esos intensos ojos escarlata se abrieron y se encontraron con los azules de Pip, ¿cuánto tiempo había permanecido viendo al príncipe Damien? Pilliph se avergonzó al verse descubierto por el príncipe Damien mientras lo miraba, rápidamente bajo la cabeza para ocultar su sonrojo y labios temblorosos, su corazón latía desenfrenado y sus manos sudaban bajo la tela de sus guantes, le había faltado el respeto al príncipe de los demonios, lo había mirado a los ojos sin autorización, le había intentado robar a su destinada, Pip trago saliva pesadamente, intentar escapar con Estella se veía mas difícil de lo que había pensado

oo00oo


El contraste entre la corte demoníaca de Satan y los ministros del reino celestial era sumamente notoria, por un lado demonios lucían cuernos, colas como las bestias, intimidantes dientes amarillos y puntiagudos, algunos con alas, otros con ojos feroces y pieles gruesas llenas de escamas y cicatrices, los ministros celestiales por otro lado poseían apariencias agraciadas, el cabello rubio era el rasgo mas distintivo, la piel blanca, tersa, sin ninguna imperfección en ella, ojos verdes, ámbar o azules predominaban, siendo Estella quien mas destacaba en ese ámbito, su belleza resaltaba aun mas en el comedor donde el banquete se llevaba a cabo

-¡hey chico,Tráeme esa botella!-

Pip dejo de divagar en su cabeza y de inmediato se acerco al demonio que le había solicitado el licor, al ser Pip uno de los sirvientes principales del castillo, la reina madre le había dado "el honor" de servir en el banquete, Pip se acerco hasta el gran demonio purpura de tres cuernos, estuvo a punto de servirle en la copa que tenia sobre la mesa pero el demonio se le adelanto y le arrebato la botella

-estas de broma si crees que beberé en esa mierda –dijo el demonio tomando directamente de la botella -¡ve y tráeme mas carne!-

Pip asintió y se retiro a la cocina para ir por mas bandejas de comida, al llegar vio a las cocineras trabajando lo mas rápido que podían

-es una jornada agotadora ¿no lo crees, Pip?-

El rubio volteo y se encontró con Pocket, el cual parecía tan agotado como el pero con el uniforme de mayordomo impecable, tal y como lo había ordenado la reina madre, ambos se quedaron en la entrada de la cocina mientras las cocineras atendían sus pedidos

-ni que lo digas –respondió Philliph- los demonios comen bastante-

-y beben mucho mas, la reina madre me ha encargado llevar mas botellas al banquete-

-a este paso se acabaran toda la comida del reino en una semana-

-¿y que tal sus modales, es que acaso todo lo tienen que pedir con gritos?-

-costumbre demoníaca...supongo-

-pues no quiero ni imaginarme como sera vivir con ellos en el infierno, lo siento de verdad por la princesa Estella-

Pip se quedo en silencio mientras meditaba esas palabras, a el tampoco le gustaba la idea de que su princesa estuviera rodeada de esa clase de demonios grotescos, pensaba que lo mejor era aceptar su propuesta y huir juntos rezándole a todos los dioses para que no les encontraran jamas, sin embargo también recordó como horas atrás el príncipe Damien se arrodillo frente a ella y Estella pareció cautivada ¿se había cumplido la profecía? Pip bajo la mirada triste, muy para sus adentros creía que eso era lo mas probable, el príncipe Damien era muy apuesto, tenia belleza, fuerza y había nacido en una cuna noble, era el amor destinado de Estella, el, un príncipe, no un simple mayordomo que había nacido en un establo

-¡Phillip, ahí esta tu bandeja!

El grito de la cocinera lo hizo reaccionar, sacándolo de sus deprimentes pensamientos, Pip se despidió de Pocket y fue de nuevo a las mesas a servir la comida, teniendo tanto trabajo que casi no podía voltear a ver a la mesa principal donde esta Estella, tampoco es como que quisiera hacerlo, ahí también se encontraba Satan, la reina madre y por supuesto, el príncipe Damien, Pip no quería ver esa mesa, no quería ver como su princesa hablaba con su prometido y se enamoraba de él

-Pip –se acerco Pocket hacia él - lleva los postres a la mesa principal-

-¿que? ¿no se supone que tu atenderías esa mesa?-

-eso hago, pero lord Satan quiere triple porción de pastel y tengo que ir a la cocina, ve y sirve mientras tanto a los príncipes-

Así de rápido como llego Pocket se fue corriendo por el pasillo, suspirando resignado Pip no tuvo mas opción que ir hasta la mesa principal con una botella del mejor vino y empezar a servirles a los lords y señoras de la mesa, mas sin embargo cuando llego el turno de acercarse a llenar la copa del príncipe Damien , un escalofrió extraño le recorrió la espalda y sus manos comenzaron a temblar, golpeteando ocasionalmente el hocico de la botella con el borde de la copa de plata, el singular ruido atrajo la atención del joven príncipe que de inmediato volteo a ver quien servia su copa, Pip pudo sentir perfectamente el momento en que esos ojos escarlata se posaron sobre él, instintivamente le devolvió la mirada  y de nuevo los ojos rojos y azules chocaron, aunque el sentimiento fue mas intenso por ambas partes

-¡Phillip, estas manchando el mantel!- exclamo la reina madre alarmada al ver como unas gotas de vino salpicaban en el fino mantel

-¡lo...lo siento reina madre!- se disculpo de inmediato el mayordomo saliendo de su ensoñación, alejándose un poco de la mesa y agachando la cabeza en modo de disculpa

-no lo regañe reina madre -intervino Satan -de seguro esta nervioso

-no tendría porque estarlo, su trabajo es solo servir vino-

-supongo que no solo eso -sonrió el demonio mostrando sus grandes colmillos amarillos y mirando a Pip- dime pequeña criatura ¿alguna vez habías visto un demonio en persona?-

-no...no señor- respondió en voz baja y sin mirar al demonio

-¿lo ve reina madre? es normal que este chico sienta temor, es normal que todo su reino lo haga, fuimos enemigos por mucho tiempo-

-ya no mas Lord Satan, en un mes mas la profecía se habrá cumplido y  no mas miedo ni intimidaciones de ambas partes, Estella esta mas que lista para asumir su rol como esposa-

-¡oh, que emoción! Damien también esta listo - exclamo risueño el rey de las tinieblas- deberíamos incluso celebrar la boda ahora mismo-

Antes de que la reina madre pudiera contestar algo el sonido de una copa chocando contra el suelo llamo la atención de todos en la mesa, incluido Pip que volteo de inmediato y vio a Estella con el vestido marfil manchado por el vino

-¡Estella que has hecho!- reprocho de inmediato la reina madre con el ceño fruncido

-lo siento, se me resbalo la copa-

-¿acaso Phillip te contagio su estupidez? ve de inmediato a limpiarte-

-si, reina madre -respondió la chica para después mirar a su mayordomo- Phillip, acompáñame por favor-

-él esta sirviendo el vino, pide a otro que te ayude-

-no hay problema si se ausenta un momento -intervino Chris para molestia de la reina- hasta yo puedo tomar la botella y servir, vaya joven Phillip, vaya y auxilie a su princesa-

-gra...gracias-

Le dejo la botella al gentil hombre -que según había escuchado era la pareja de lord Satan- y ayudo a la princesa a levantarse de la silla, caminando tras ella para ir por el pasillo que los llevaría hasta las habitaciones reales, una vez que se alejaron lo suficiente Estella se detuvo en medio del solitario pasillo y Pip hizo lo mismo

-no sera fácil huir- dijo ella con seriedad - nuestra única ventaja es que la boda esta planeada en un mes, tiempo suficiente para organizarnos e irnos, pero si la adelantan pueden frustrarse nuestros planes-

-princesa Estella ¿aun planea huir conmigo?-

-¿que? ¡pero claro que si,pedazo de imbécil! ¿no habíamos hablado de eso esta mañana?- la chica lo miro con cierta ira

-pero yo creí que...que usted preferiría quedarse con su prometido-

-¿que? ¿porque pensaste eso?- pregunto la chica con ceño fruncido

-bueno, él  parece ser un hombre de verdad imponente y atractivo, cuando la saludo pude escuchar nerviosismo en su voz, pensé que la había cautivado-

Estella rodó los ojos con irritación mientras suspiraba de forma fastidiada, se acerco hasta Phillip y lo tomo de las mejillas para que le mirara directamente a los ojos, haciéndolo sonrojar

-Pip...¿que tan superficial crees que soy?-

-no lo creo-

-¿crees que yo me fijaría solo en su físico? ¿que me dejaría llevar al infierno solo porque el tipo es guapo?-

-mmm-

-no pienses estupideces -susurro para después besar al mayordomo, un beso corto que hizo estremecer a Pip- tu y yo nos iremos juntos, solo debemos planear bien-

-si, mi princesa-

Estella se separo y siguió caminando por el pasillo, Pip se quedo quieto unos segundos mientras sentía como su corazón latía apresuradamente, sintiéndose feliz de que su improvisado plan de escape aun seguía en pie

-¿me vas a ayudar con el vestido o no? idiota- le grito Estella

-si...si, ya voy-

Corrió para alcanzar a la rubia, completamente feliz e ignorando todo lo que sucedía alrededor, ignorando a un par de ojos carmesís que habían visto toda la escena, oculto desde un pilar  en el pasillo.

____________________________________________

*Chris es ese novio tierno y comprensivo que Satan tuvo en el capitulo de "van los inválidos al infierno?" y "probablemente"

*Pocket es el amigo de Pip que sale en el episodio de "grandes esperanzas", uno dienton que habla muy chistoso, los mismo con "la reina madre" que no es otra mas que la viuda Havisham

*solo para aclarar, Pip y Estella van a cumplir 18 años, Damien tiene casi 23

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