🚬
—Disculpa, ¿tú eres Choi Youngjae?
El castaño miró confundido a aquel peli-naranja, pero igualmente asintió.
—¡Por fin te encuentro!–sonrió, haciendo que sus ojos formaran dos medialunas—. Me dijeron que eres cercano a Im Jaebum, ¿no es así?
Youngjae asintió por segunda vez, mientras bebía su leche de fresa.
–¿Quién eres?, ¿un amigo de Bummie?
El peli-naranja sonrió.
—Algo así... ¿sabes dond-...?
Sus palabras quedaron atoradas al ver al mayor, lleno de tatuajes y piercings, era muy diferente a lo que recordaba. Éste abrazaba a Youngjae con fuerza contra su pecho, sin percatarse de que el peli-naranja les miraba con el ceño fruncido. Carraspeó y recién ahí notó su presencia.
—¿Qué haces aquí?–la voz de Jaebum era fría y escupiendo furia, mientras le veía con asco—. Jimin...
—Vengo a recuperarte, Jaebum–se le acercó descaradamente, haciendo a un lado sutilmente a Youngjae, el cual veía la escena un tanto perplejo—. Te extraño, amor.
—¿Qué pasó, Jungkook de echo a patadas?–soltó con rabia, apretando la mandíbula.
Jimin negó con una sonrisa, mientras acariciaba el brazo de Jaebum.
—Nada de eso... solo lo nuestro no funcionó, ¿sabes por qué?–le miró a los ojos—. Porque te extraño.
Youngjae presenciaba la escena confundido, pero igualmente sintió un malestar en su pancita al ver como aquel peli-naranja llamado Jimin acariciaba con confianza a su Jaebummie... su Jaebummie.
—Lastima que me importa una mierda–tomó a Youngjae de la mano, para luego darle la espalda a Jimin e irse, dejando al peli-naranja perplejo observando como la pareja se alejaba. Sin embargo, las cosas no terminarían ahí.